Unica Parte +18
Era un día normal en el instituto, siendo 8:19 AM, apenas empezando la clase por el atraso del maestro de gramática.
Esto pasó desapercibido por la mayoría del aula, excepto para Shirokuma Yaniki Snowden, un oso polar, quien no solo notó eso. El de pelaje blanco vio aspectos que no era usuales y comunes en su maestro de gramática. Javier Janushki, ese era el nombre y apellido de su maestro, era algo histérico cuando estaba de mal humor, normalmente se frustra por casi todo, eso se debe a su personalidad amargada y fácilmente estresable, nunca nada le parece satisfactorio, o almenos algunas veces si estaba satisfecho, solo que nunca lo admitía y en lugar de eso da como respuesta, su silencio de aprobación. Algo común que se pensaría de él, es que fuera alguien tambien problemático, y en cierta parte lo es, teniendo tambien un temperamento algo inestable. Pero en este momento demostraba estar mas estresado y con una expresión desganada. Apesar de que nunca el felino consideró que la manera de escribir las letras era muy importante, en ningún momento de sus clases eligió dejar errores ortográficos y escribir rápido.
Sin embargo eso era justo lo que hacía ahora, adicionalmente con ojeras, bolsas oscuras y notables, demasiado notables debajo de sus ojos amarillos, su pelaje rojizo un poco mas sucio y descuidado. Con una mueca de desagrado/amargura, y emociones positivas mas apagadas.
Comunmente hacia chistes malos o de humor negro que no daban risa ni a un bebé o persona con vejez. No hizo algo parecido esta vez, en ningún momento, pero nadie en el salón se preocupó por eso, excepto el de pelaje blanco. El de pelaje albino no dejo por alto aquello en el felino mayor.
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El oso polar, algo curioso, eligió llegar un poco más al fondo de este dilema.
Se decidió por conversar con cada maestro y maestra con los que tendría clase hoy día, debía y quería saber si algún profesor estará involucrado o tendra alguna pistas que explique el estado actual del Sr.Javier.
¿Porque lo hacía? Razón: corazón de pollo y ser un tierno trozo de pan. Básicamente, tiene la costumbre de ser amable, generoso, e incluso muy cooperador con los demas, aún cuando estos se niegan a aceptar o sean personas desagradables. Y ¿porqué no simplemente le preguntaba al maestro de gramática cual era el problema que tenía? El orgullo extraño del felino atigrado nunca, pero nunca le permitia o causaba que no quiera ayuda de ningún tipo. Mucho menos la ayuda del maestro de historia y el oso polar. Pareciendole un tipo de ofensa hacia su persona e independencia, como si en lugar de interpretar un "te voy a ayudar" lo tomaba como un "Eres un inútil sin ayuda alparecer" aunque sonaba exagerado, esa era la expresión y frase más acertada respecto a su reacción, no por nada no tenía tantos amigos.
El único del instituto quien lo aguantaba ademas del director, la maestra de biología y el oso polar, era Bernés Donghthon, o para abreviar, Sr.Bernés; un perro Boyero de Berna, o Bernese Mountain Dog. El Sr.Bernés se destacaba por su personalidad carismatica y tranquila, que sin dudas era el maestro mas agradable de la secundaría, ser de origen sanguíneo suizo (pero criado y educado en Latinoamérica), y tener la capacidad de tener una tolerancia gigante hacía el Sr.Javier, a simple vista ni intentaba hacer esfuerzo de aguantar las quejas del felino cada vez qué bromeaba con él o sobre alguna cosa trivial, apesar de que este mostraba disgusto hacia el canino y su manera de ser. Tenian actitudes opuestas, eran como agua y aceite, no combinaban bien, pero en este caso, solo por falta de cooperación mutua en su más o menos amistad que tienen ellos dos.
La clase que tocaba ahora era la de biología. La maestra que enseñaba esa clase, era una seria pastor alemán con una sola oreja funcional, la otra tenía una mordida que se llevó la mitad y una cicatriz gigante empezando desde el hombro derecho, pasando por el cuello hasta la mejilla derecha, de nombre Bettriza Johansson. Con expediente de haber entrenado en la fuerza militar del país, y haber estudiado profundamente la anatomía de cada especie que existe en todo el planeta, tanto por fuera como por dentro, sus debilidades y capacidades físicas. Apesar de eso la contrataron como maestra por su amplío conocimiento y manera de enseñar.
Los alumnos apenas vieron que llegó, dejaron de hacer lo que estaban haciendo y pusieron atención, incluso Shirokuma. Ella era una de los maestros más respetados del instituto, específicamente por la manera en que les llama la atención a los que no se fijan en la clase y se distraen por aburrimiento, además de como explica.
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La clase terminó, y todos guardaron sus cosas en sus bolsos o mochilas. El oso polar se acercó al escritorio de la maestra un poco nervioso.
-Maestra, disculpe un momento -- dice el de pelaje blanco con nerviosismo.
- Dime ¿que necesitás Shiro? -- pregunta la pastor alemán agarrando su bolso despues de guardar sus cosas en esta, volteando su mirada fría y poniendo su atención al oso polar.
-Eh... bueno quería preguntarle respecto al maestro Javier, él... ¿está bien? -- pregunta mostrando una mirada y un tono de voz preocupado.
-Hhmm, sinceramente no me a gruñido como de costumbre cuando lo saludo, de hecho a estado bastante distante de Bernés en toda la mañana y no a querido hablar alrespecto, Bernés igual a estado algo distante -- dice pensando un poco.
-(¿también el Sr. Bernés? Esto ya es bastante sospechoso) gracias Srta. Bettriza -- dice el oso polar con su tono amable y calmado.
- Denada joven, ve y sigue con tu investigación estilo Sherlock Holmes -- la pastor alemán dice con un tono de voz un poco más divertido y se retira del salón, seguida del oso polar.
Shirokuma camina por el pasillo en dirección a su próxima del instituto, siendo las 10:58 AM.
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Eran las 12:57 AM, y no sabía más respecto sobre el mal humor inusual del Sr.Javier, y también que el Sr.Bernés podría estar involucrado. Pero ¿que tipo de dilema los llevó a afectar?
El tercer maestro que dio la tercera clase del día no sabía, más que lo mismo que le comentó la maestra de biología. Por ahora solo iría al receso con su mejor amigo a charlar tras finalizar la clase.
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-Oye, Shiro ¿se puede saber por que te acercaste a los maestros? ¿Estás queriendo intentar algo con ellos~? -- pregunta un humano estando sentado al otro lado de la mesa de madera, mirándolo de manera perversa. Este vestía una camisa floreada de color amarilla, junto con unos shorts grises y zapatillas deportivas negras con líneas rojas, una gorra de color negra y lentes con cristales transparentes. Sus ojos eran color ambar, cabello castaño y de piel melocotón pálido.
-¡¿Q-que?! ¡En lo absoluto! ¡No! ¡No me interesan! -- exclamó el de pelaje pálido estando sorprendido por lo que dijo y casi soltando el sándwich gigante que se terminó de preparar, teniendo un presentimiento fuerte de que lo necesitaría más tarde en la ultima clase del día. En tan solo pensar que posible llegaría a tener una relación con alguno de sus maestros, le parecía una idea embarazosa y de por si, ser consciente de lo ilegal que es.
Los dos estaban sentados en dos sillas de madera, cada una posicionada a un lado de la mesa de igual hecha de madera, pero una más oscura, la cual compartían diariamente para conversar y pasar el rato, estando en el campus de dicho instituto gigante al que asistían, ya habiendo terminado sus almuerzos del mediodía.
-Entonces ¿por que te les acercastes eh? Geniuus -- el pelicastaño rueda los ojos sonriendo.
-E-es algo... un poco personal -- no podía decirle a su amigó que quiere saber cual es el dilema del Sr.Javier -- ademas no creo que puedas ayudarme mucho alrespecto... -- no es que no confiara en él, es solo que aveces soltaba la verdad sin querer queriendo y de verdad no creía que ayudara mucho alrespecto, mucho menos empezar un rumor.
-Hmm como que es algo muy pero muy importante para que no me cuentes, hhhmm... -- ve fijamente al polar. Lo conocia muy bien, y es que cuando este se comportaba de manera algo "monótona" o pensativo, era por que ocultaba algo importante. Además que era consciente de no serle de mucha ayuda en cuanto a hacer alguna acción o favor -- Hmmmmmmm ¡okey! Entonces luego hablamos, ya van a "tocar" el timbre~ -- pronunció el humano y justo en ese momento había dado fin el receso, escuchando el sonido tintineante del timbre masivo que estaba en el centro del instituto.
El pelicastaño se levanto de la mesa y se fue con una sonrisa y mirada neutral. Con lo que habia dicho anteriormente, dejó al oso polar con una expresión estupefacta. Sin duda seria divertido ver en como termina el asunto...
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Shiro entró al aula donde tocaría clase de inglés, ya era la ultima clase del día (siendo las 2:00 PM), se sentó en uno de los pupitres, habiendo pocos alumnos y alunmas en el salón por el momento, juntos en pequeños grupos conversando o chateando con el celular. Alparecer la maestra de inglés aun no llegaría y se atrasó igual, lo cual pareció sospechoso en su mente. Pensativo, pero para aprovechar el tiempo, sacó su cuaderno de dibujo de su mochila y empezó a revisar los nuevos bocetos que había hecho recientemente en su tiempo libre y darle algún que otro progreso a estos.
Pasados algunos minutos (20 para ser exactos), el salón se llenó de más jovenes de distintas especies, y en lugar de llegar la maestra al aula, dio paso el maestro de historia, pasando el umbral de la puerta del gran salón, el Sr.Bernés se dirigio al respectivo escritorio, con su mochila en manó.
El Sr.Bernés era el maestro de historia, trabajó como maestro durante 5 años en este instituto, actualmente con 30 años de edad, y apesar de eso, sigue en buena forma y no sufre de ninguna lesión, calambre o un dolor muscular, ni en toda en toda su vida lo tuvo, por lo cual nunca tenía problemas de salud.
Tomando asiento, sacó de su mochila sus libros; el cuaderno en el cual anotaba la asistencia de quienes estan en la clase, el libro respectivo de las calificaciones de los alumnos y otro cuaderno que le pertenecía personalmente, el cuál se pone a escribir aveces quien sabe que cosa, pero sin duda disfrutaba hacerlo al verse siempre con una sonrisa. Pero... algo singular había en ese cuaderno, que antes no estaba ahí...
Marcas de garras, hechas naturalmente, como si alguien hubiera querido romper o arrancar la tapa del cuaderno. Era raro y muy extraño ver que el cuaderno personal del Sr.Bernés esté en ese estado, comúnmente la cuidaba como un tesoro al no dejar que nadie viera su contenido o siquiera fisgoneara. ¿Lo habrá hecho el Sr.Javier? Pensar que los dos hubieran peleado de manera muy agresiva, le causó un escalofrío de preocupación y miedo.
La clase comenzó con el tema que quedó pendiente hace algunos días, todo normal, algunos en lugar de estar escuchando al Sr. Bernés, solo chateaban o aparentaban poner atención. El maestro no era tonto como para no darse cuenta, pero no le tomó importancia, algo poco común que sucedía solo cuando se estresaba mucho o estaba preocupado, sin embargo solo seguia con lo suyo explicando el tema, aunque tenia un pequeño tic en su ojo izquierdo, uno el cual Shirokuma vio, y dicho tic era algo nuevo en el Sr. Bernés, lo que lo extrañó y preocupó. Generalmente el Sr. Bernés nunca tuvo algun tipo de tic nervioso en todo el tiempo que lo conoce.
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La clase habia terminado, ya casi todos habían salido del salón, solo faltaban unos pocos, y eso incluye a Shirokuma y una alumna tigre albina, la cual era la típica chica busca popularidad y atención, con un vocabulario de lo más picante, conocida por querer acostarse con hombres guapos sin importarle la edad. Cosa conocida por su incesante parloteo de sus gustos con sus amigas, y tambien un tema ignorado por la mayoría de alumnos. Los pocos que hablaban de ella, se preguntaban por que aún no se había terminado por embarazar al ser claramente una busca sexo y tener un cuerpo que básicamente era de modelo.
Esta se acercó al maestro, el cual ordenaba los libros en su mochila, aun se le notaba aquel tic nervioso en su ojo y una aparente seriedad poco común.
-Maestro, estará ocupado esta tardé~? -- pregunta la alumna tratando de sonar lo más seductora posible, lo cual no funcionaba en el maestro, al ya conocer ese tipo de trucos típicos y ya bastante odvios.
-Sí, tengo un asunto pendiente con alguien --
-Y ese asunto con alguien es "importante" ~? Si quiere puedo ayudarlo en eso~ -- el oso polar escuchó disimulando no colocar atención a su conversación mientras guardaba sus propios apuntes de la clase de hoy día. El resto de alumnos salían del salón sin darle mucha importancia la mayoría, otros comenzarían los típicos rumores y chismes en el instituto, como naturalmente ocurre.
-Es de suma importancia... En el sentido privado -- el maestro estaba odviamente desinteresado ante tal petición con trampa.
-arquea una ceja mostrando algo de sorpresa, sus metodos de seduccion "infalibles" no estaban resultando, pero ademas de impresionada, parecia un poco irritada ante el desinteres del canino -- y que tal mañana en la tardé?
-No creo tener el tiempo, tengo que organizar algunas cosas -- aun tenía esa expresión de caso omiso en su rostro y completo desinterés.
-P-pero cuando estara libre? -- ya se estaba desesperando al no conseguir lo que quería, literal esta no era la primera vez que intentó algo parecido, y nunca lo consiguió.
-Hacerlo con un maestro no mejorara tu estatus en el insituto, te dejara consecuencias -- por alguna razón cuando decía ese tipo de cosas entre sabías y maduras a algún estudiante fastidioso, lo deja en shock y pensativo. Ella no fue la excepción, dejando perpleja a la chica, en un estado de shock notable, y él se fue, dejando el salón.
La tigre saliendo de su estado de shock, bajó un poco la mirada, estando pensativa, y con su bolsa de cuero en mano se fue del salón sin notar al de pelaje blanco. El oso polar agarrando su mochila, quiso salir del salón, y cuando hiba a salir, la puerta del salón se cerró... cerrado automático.
-¡M-maldición! ¡Abren porfavor! ¡¿Hay alguien allí?! ... -- nadie lo escuchó, algo extraño por el poco tiempo que pasó en el cual el maestro y la alumna se fueron. Genial, ahora se quedaría allí toda la tardé ¿sus padres se preguntarán donde esta? Oh, verdad que se mudó cuando cumplió los 18 años, y no fue por problemas familiares, sino por sus estudios, y no han cortado comunicación ni nada por el estiló. Pero aun sin contarles respecto a su identidad sexual.
Dejando eso de lado, no tendría que preocuparse por algo así aún, pero... Tiene hambre, y ¿como ordenaría sus cuadernos para el día de mañana? Ademas que su amigo no contesta las llamadas, ni siquiera en casos extremos de urgencia. Insistir con llamadas o mensajes tampoco funcionaría, él es paciente, sin contar que su celular esta en modo silencio todo el tiempo, tendría que esperar a que el conserje lo saque de allí talvez...
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Estuvo esperando un largo rato allí, ya eran las 8:47 PM, tenía mucha hambre, derrepente... Recordó el sándwich que se preparó en el almuerzo, guardado en su mochila. Por lo menos le hizo caso a su presentimiento de necesitarlo. Sacando el sobre que contenía el sándwich, lo abrió y empezó a devorar con un hambre voraz el alimento, se lo terminó en unos segundos, literalmente, apesar del tamaño de este, quedando con el estómago lleno y agradecido. Se recostó en el piso, al fondo del salón, cerca de un armario de ropa sin tubos a los que colgar ropa o percheras dentro de este, ya que lo iban a desechar en unos días al estar roto. Contento al comer ese "bocadillo" y quedar satisfecho.
Afuera del salón se escuchaban voces, el oso polar alertado, se ocultó en el armario por instinto junto con su mochila ya cerrada. Luego habían desactivado el seguro automático de la puerta, y al abrirse la puerta de aquella aula, el oso polar con la puerta del armario entre abierta observó a quienes entraron, y eran ni mas ni menos que...
¡El Sr.Javier y el Sr.Bernés!
-¡¿Enserio no comprendes que estoy perfectamente bien?! -- el maestro de gramática estaba alterado y aun teniendo ese aspecto decadente y deplorable, mientras el canino entraba y cerraba la puerta, se le veía preocupado.
-Jav, es mas que odvio que no te sientes bien, sabes que puedes contar conmigo, soy tu amigó -- nunca se le vio tan preocupado, por alguna razón era mas apegado al felino apesar de que a éste le molestara
-¡Tu no eres mi amigo! ¡Y mucho menos llegaré a decirte la razón de esto! -- gritó el felino con rabia y enojo en su voz, con algo de... ¿desesperación?
El felino le dio la espalda, no queriendo verlo directamente.
-¿por que no? ¿por que no puedes decirme? -- el Sr. Bernes tambien empezó a levantar la voz.
-¡Por que es personal! -- se mantuvo en esa posición, pero empezando a temblar.
-¡¿pero por que?! ¡¿por que no quieres contarme al saber que puedes confiar en mi?! -- se empezaba a desesperar, alterar, incluso a enojar. El felino apretaba los puños, teníendo la cabeza agachada, mientras el perro bernés seguia exclamando y gritando con desespero, insistiendo en tener una respuesta -- ¡SOLO DIME! ¡dime cual es el problema y lo solucionaremos juntos!
-¡ERES TU!
-... -- el canino se quedo callado ante tal respuesta, abriendo los ojos en shock. El felino había gritado con una voz desgarrada, exasperado y frustrado por tanta presión. Volteó, y en su cara se notaban las lágrimas escurrir por su cara, bajar por sus mejillas hasta llegar a su barbilla y caer al suelo, ahora no se veia la imagen de alguien enojado, sino a alguien destrozado emocionalmente.
-¿Soy... Yo...? -- estaba impresionado, ademas de consternado ¿enserio él era problema? Si, pero... ¿En que sentido? ¿Por qué?
El oso polar siendo expectante de ello, estaba igualmente impresionado que el canino, pero solo había una duda, ¿por qué el perro bernés era el problema?
-T-tu... Tu nunca dejas de amable conmigo, de acercarte a mí lo más posible... de llegar a mostrar el querer estar conmigo, llegas a soportarme apesar de los golpes e insultos que llego a darte ¡y ni siquiera te enojaste al rasguñar tu cuaderno y dejar una marca! -- Eso explica las marcas de garras en el cuaderno del Sr. Bernés -- eres tan bueno que no puedo llegar a odiarte, hasta el punto en que llegué a sentir algo hacía ti... algo que me daña. Sin embargo no se si de verdad este eres tú... o solo actúas así para luego apuñalarme por la espalda, como todos en los que confíe, me hicieron...
-aun el maestro de historia estaba en shock, él creía que el felino tenía problemas emocionales, pero no sabía que tantos, y su intención era querer estar con el, no dañarlo. Enserio queria ser su amigó, o por lo menos acercarse a él, teniendo algo que le atraía del felino gruñón, y no era su físico, ni personalidad, y ninguna otra cosa, por que cuando se acercaba, sentia que su corazón latía mas rápido y un calor reconfortante al estar cerca del felino.
Eso también le pasaba al felino, pero este en cambio, solo quería alejarse, y no sufrir otra vez, no de la misma manera o una peor. Creyendo que si ocultaba todo en una mascara de desagrado total, aunque no podía negar que le gustaba estar junto al otro...
-Te amo... Y talvez -- suspiró de manera frustrada, agacho la cabeza con pena y arrepentimiento de haber dicho eso -- talvez ya no queras acercarte al saber que siento esto hacia ti, incluso darte asco, o hasta posible te aproveches de eso... adelante, aprovecha tu oportunidad... -- aun mantenía la cabeza agachada, mientras el oso polar, aun en el armario, no dejaba de ver aquella situación, atento a lo que pasaria después.
-...Jav... -- el Sr. Bernés saliendo del shock, se acercó al felino agarrandolo del hombro, tensando al más bajo -- Puedes levantar la mirada por favor? -- el de gramática no hizo caso alguno. Ante aquello el canino suspiró, levantó su mano libre y sujeto el mentón del contrario, levantando su rostro hasta toparse con esos ojos verdes. Sin previó avisó, lo besó, uniendo sus labios en un suave contacto. Sorprendió esta vez al felino, el cual no hizo nada, era tanta su impresión que su cuerpo se congeló ante aquella acción. No podia creerlo del todo, el canino lo estaba... ¿besando?
Enseguida cuando fue más consciente de lo que pasaba, rodeó con sus brazos el cuello del can. Profundizando más el contactó, mientras sus mejillas se sonrojaban al igual que las de Bernés, y luego por falta de aire se separaron, tratando de recuperar aire los dos, se miraron a los ojos.
-Y-yo... Igual te amo, y lo digo enserio. Cada momento pensé que lo que sentía era una amistad hacia ti, nunca me criaron sobre como manejar el amor y el como identificarlo. No pensaba que tuvieras tantos problemas de confianza o que esto te dañaba, pero gracias por confiar en mí... ¿podrías darme el honor de ser tú novio? -- el canino, ya sabía lo que sentía, y no quería echarlo a perder.
-el Sr.Javier sintió su corazón martillear en su pecho al escuchar eso, teniendo la sensación de que era verdad lo que dijo -- si... si quiero ser tu novio... -- ahora abrazandolo, reposo su mentón en el hombro del can, con los ojos cerrados y soltando tibias lágrimas pequeñas de sus párpados cerrados. La escena enternecio el tibio corazón del oso polar, el cuál aún estaba dentro de aquel armario.
Todo tranquilo y cálido, el abrazo correspondido entre los dos se mantenía con aquel cariño que apenas los unió... Hasta que el felino sintio algo en la parte donde deberia estar la entrepierna del contrarío, por alguna razón se abulto.
-Bern...
-¿que sucede Jav? -- el canino aun mantenía el abrazó, sin darse cuenta que se le formaba una erección, y muy notoria
-Tienes una erección -- eso puso alerta al mas alto (por solo 3 milimetros), el cual se separó bruscamente, tropezandose un poco, terminando por sentarse en la mesa del salón, el botón que mantenía asegurado el pantalón parecía haber sido arrancado. El cinturón se desabrocho por si solo al no aguantar la presion del miembro aun tapado por los boxers de éste, ya que tambien el cierre del pantalón se había bajado por la pertuberancia, los boxers del canino eran de color negro. El canino avergonzado solo se limitó a expresarlo con un sonrojó notorio en su cara, ya que su pequeño problema estaba expuesto ante aquel que apenas se le declaro hace unos momentos, y tambien se encontraba nervioso ¿como explicar que él no era un pervertido?
-Puedo ayudarte con eso~ -- se acerco al contrario con una leve sonrisa algo pervertida, sorprendiendo y exaltando un poco al canino. Colocó una de sus manos en el bulto de su bóxer, mientras con la otra empezo a acariciar la mejilla del mas alto, y asi, unió sus labios con los del contrario otra vez. Dejó de acariciar la entrepierna del can, para luego subirse encima de sus piernas y su trasero sobre el bulto, sentia que cada vez la ereccion de Bernés se volvia más y más grande, ademas de dura. El perro bernés rodeo la cintura del más bajó, acariciando los gluteos de éste de manera provocativa, mientras abría su boca para luego entrar su lengua en la cavidad vocal del felino, sintiendo como sus alientos y saliva se mezclaban, mientras el más bajo rodeo con sus brazos el cuello del alto, y asi profundizando mas el besó de lenguas.
El oso polar, aun expentante de lo que sucede, se empezó a sonrojar, viendo como sus dos maestros empezaban una escena inapropiada en medio salón abandonado. El de pelaje blanco noto que una erección se formaba en su entrepierna.
-Rayos... -- dice y baja su pantalón y boxer, dejando expuesto su pene erecto. Por si las moscas se levanto la camisa dejando salir su panza cubierta de pelaje blanco -- solo será un poco... -- pronuncia en susurros casi inaudibles, siguiendo con agarrar su polla y escuchar como sus maestros jadeaban y gemian de la excitación, su pene estaba duro. Empezó a masturbarse escuchando los sonidos excitantes de placer de los mayores y aguantando los suyos para que no se escucharan.
En la situación de los dos maestros, el felino bajó los boxers del canino, viendo su polla... ¡era un monstruo! Literalmente su polla era de casi 30 centímetros. El de rayas negras y rojas tragó saliva con un poco de nerviosismo y empezó a lamer el tronco de aquel pedazo de carne, escuchando como los gemidos cachondos y lujoriosos de Bernés salían de su boca y llenaban el ambiente del salón. Lamia el tronco, subió su lengua a la punta y probó una gota del presemen del canino, saboreandola, su sabor, era un poco agrio pero también salado con un ligero sabor a cloro. Procedió a meterlo entero a su boca teniendo cuidado de no hacer que el pene tocase sus dientes y colmillos, el canino soltó un jadeo más fuerte que los anteriores, sintiendo una excitación indescriptible.
-J-jav~ s-sigue~ no pares~ -- pronuncia el perro bernés, disfrutando como la lengua del felino lamia y como su boca chupaba su polla, succionando más del líquido pre-seminal. Derrepente lo detiene colocando una mano en su cabeza deteniendolo -- p-para, no quiero acabar pronto, sientate al lado mío.
-Para qué? -- pregunta el felino y se sienta al lado del canino con el ceño fruncido, viendolo tambien con una expresion interrogante.
-Ya te mostraré...~ -- dice para a continuación, agarrar la correa del pantalón y deshace el seguro en cuestion de segundos, el felino ve sorprendido al canino, para luego sonreír perversamente. El mayor desabotona el pantalón y lo baja, dejando expuesta la ereccion notable del de rayas. Agarró el borde del boxer y lo jala dejando salir la polla del felino, esta era anaranjada, de almenos 23 centímetros.
-Tienes un buen paquete aquí~ eh~? -- dice Bernés.
-Si tu lo dices~ -- pronuncia el felino. Siente como el contrarío lame todo su pene, causandole un escalofrío de excitación, para despues sentir la humeda y caliente boca del canino, engullendo su polla -- G-grr~ -- el canino sonríe para si mismo y empiezo a chupar la polla del felino, escuchando los gemidos y jadeos de este. Empieza a mover su cabeza de arriba a abajo, sintiendo como de la punta salía aquel líquido espeso y salado en pequeñas cantidades. Sin previo aviso el felino dio una embestida fuerte la cual hizo que la punta llegara a la garganta del canino, provocándole arcadas y sorprendiéndolo. Lo sujetó de la cabeza empezando a embestir su boca bruscamente, dejándose llevar por sus instintos felinos, hasta el punto de sentir como estaba apunto de correrse -- ¡Aghh! ¡me corro! -- terminó por dar una ultima embestida en la boca del canino terminando por llenar su boca y parte de su garganta, casi ahogandolo. Esto preocupó instantáneamente al felino tras unos segundos de haber salido de su éxtasis placentera. Dejó de sujetar la cabeza del canino con su mano dejando que este sacara su polla, aun erecta -- ¡Bernés! Estas bien? -- pregunta preocupado y Bernés solo se traga el semen, aleja su boca de la polla del felino y sonríe tranquilamente.
-Sí, estoy bien, no te preocupes~ -- Bernés se levanta y besa en los labios al felino. El contrario despreocupandose en cuestión de segundos, corresponde el beso rodeando su cuello con sus brazos.
En el caso del oso polar aun oculto en el armario vacío, aun masturbándose escuchando y viendo la escena que se formaba en vivo cerca de él.
-(espera, ¿con que me limpiare si me mancho con mi semen?) -- dejó de tocar su polla al estar cerca de venirse, tapó su boca evitando que se escucharán sus gemidos de placer y excitación, sintiendo la gran presión dolorosa y suplicante en la parte superior de su pene, suplicando el soltar su semilla. Con algo de cuidado se movió un poco y abrió mucho los ojos de sorpresa, al ver como el Sr.Javier se posicionó otra vez encima de la polla del Sr.Bernés, no sin antes colocar algo en está.
-J-jav estás... ¿seguro de perder tu virginidad ahora? -- pregunta Bernés respirando un poco agitado por el placer, viendo al felino con algo de deseo pero aún con control.
-No te preocupes, tengo un condón para esto~ -- dice el felino para luego colocar el condon alrededor de la longitud del pene del canino, causandole soltar un jadeo y escalofrío al sentir como el plastico frío apretaba su polla. Otro jadel se escuchó de parte de él cuando el felino empezó a entrarla en su ano vírgen y apretado.
Soltando un gemido de dolor, por lo grueso y largo que era el pene de Bernés, este entraba causandole un ardor muy grande en la entrada de trasero hasta el punto de soltar lágrimas. Se detuvo y se posicionó de tal manera quedando encima del canino, colocando sus manos a los lados de este y causando que él recostara su cabeza en la mesa acercando su rostro con una expresión adolorida.
- Ja-av~ -- apretó su mandíbula, conteniendo lo más posible su lujuria para no empezar a embestir al felino y causarle más dolor, el cual ve en la cara de este.
Javier sintiendo como se estaba acostumbrando teniendo la mitad del pene del contrarío en su entrada, entró el resto de un golpe.
- A-AH! -- soltó un grito cuando la polla del canino golpeó su próstata, causandole dolor y excitación en una corriente eléctrica por su columna vertebral, sintiendo como su propio pene se ponía duro otra vez a tope -- m-mierda... -- quejándose del dolor y el como su próstata estaba en contacto físico con aquel miembro palpitante en su interior, sintiendo como de su entrada escurría algo del presemen.
-Jav... -- dijo el canino en un susurro, agarrando la cintura del contrario con algo de fuerza.
- Aagh... ¿Q-que? -- dirige su mirada y ve como se forma una sonrisa pícara y lujoriosa en el rostro del can -- A-ah~! -- el felino gimio y sintió como una corriente eléctrica recorrió su espalda tras un golpe directo a su próstata, viendo al can, quien dio otra embestida haciendo que soltara otro fuerte gemido -- n-ni se te ocurra darme otra embestida Bern -- dice en amenaza, sosteniéndose con dificultad, sintiendo como los musculos de su cuerpo se cansaban poco a poco debilitándose.
-Deacuerdo gatito~ si tu lo pides acatare las ordenes de mi rey~ -- apesar del comentario simple, eso hizo sonrojar al felino lo suficiente como para que fuera algo odvio en sus mejillas.
-I-imbecil... -- responde tartamudeando y desviando la mirada. Se mordió el labio inferior y levantó un poco su trasero poco a poco sacando la polla del canino, quien solo sonrío. Metió otra vez todo de golpe.
Bernés solo apretó los dientes, agarrando con fuerza la cintura del contrarío empezando a dar embestidas fuertes.
Javier solo pudo emitir y pronunciar gemidos de placer y maldiciones, sintiendo las caderas del can moverse e impactar contra su trasero, la polla palpitante y humedecida por el líquido preseminal que escurría dentro de él, golpeando su próstata y enviando olas de placer por toda su espalda, propagandose por su cuerpo.
Su propio pene erecto le dolía por la falta de atención y el orgasmo inminente. Tras esto Bernés agarro el pene del felino y empezó a masturbarlo, moviendo su mano de arriba a abajo. Se inclinó alejando su espalda superior de la superficie de la mesa, para alcanzar el rostro sonrojado y lleno de lujuria del contrarío, dándole un beso apasionado para luego transformarlo en uno francés para sentir su boca, caliente de placer, sintiendo su saliva y lengua húmeda y viscosa.
Cerraron sus ojos, mientras el placer incrementaba más en sus cuerpos. Javier sentía como su pene se estaba apunto de correr, justo antes que Bernés, hasta que... sintió el pulgar de su mano presionar contra la hendidura tapandolo y evitando que se corra. El felino con un sonido de súplica y desesperación por correrse, apenas aguantando, y sabiendo que el canino quería que se corrieran al mismo tiempo, movió su cadera de arriba a abajo de golpe una y otra vez, apretando el miembro haciendo fuerza en sus músculos internos.
Causando que el can jadeara más fuerte en medio el beso, moviendo su pulgar de la hendidura del pene del felino y justo dio una gran embestida, terminando por correrse y llenando el interior del condón que tenía puesto, sintiendo como el pene del contrarío soltaba su semilla en su abdomen y cubriéndolo con una buena mancha blanca y semitransparente. Separó sus labios del felino liberando sus respiraciones agitadas tras cumplir con su deseo sexual, exhaustos y sudando.
El oso polar aun escondido, sujetó su propia polla con un dolor en esta, ya estando casi a punto de correrse con solo ver esa escena y sin tocarse, la tenía dolorosamente excitada, con la necesidad de soltar toda la descarga, pero si lo hace... dejaría un desastre.
-(no, no nononono por favor aguanta un poco más p-por favor...) -- apenas su dedo rozó la hendidura de su polla, esta enseguida soltó la descarga de semen. En un intento deseperado por no manchar las paredes interiores del armario, se sentó de golpe en el suelo y dejó que su propia semilla lloviera y se derramará en su cuerpo, dejando espesas manchas en el pelaje de su panza, algunas gotas cayendo e impactando en los cristales de sus propios lentes y mejillas además de la ropa que traía puesta.
Suspiró algo frustrado al ver su ropa y su pelaje manchado con su semen. Derrepente escuchó como la puerta del armario se abrió.
- Pero qué... ¡¿qué mierda haces aquí!? -- pregunta furioso el felino apenas con el pantalón puesto y el pelaje desordenado, asustando al oso polar.
Shiro se quedó consternado y asustado al ver la expresión de su maestro de gramatica, era una mirada con los deseos de matar y llamas prendidas en sus pupilas, junto con una mueca mostrando sus colmillos y sus mandíbulas apretadas.
Cuando el mayor le hiba a sermonear más por estar ahí, vio como la mano de Bernés se posicionaba sobre el hombro de Javier y daba ligeras caricias en este con sus dedos.
- Jav, no es necesario que actúes así y te enojes con el chico; Shirokuma ¿no? -- pregunta el can mirando a Shiro. Este asiente con la cabeza, estando nervioso y sonrojandose de vergüenza al estar desnudo frente a los dos. Vio que el canino traía su pantalón a medio abrochar junto con su camisa blanca desabotonada.
- ¡¿Y que quieres que haga!? ¡¿que este pequeño demonio empiece a rumorear sobre lo que hicimos y que nos despidan además de ponernos en ridículo!? --
-E-enrealidad yo no haría es- -- el oso polar se quedó callado al ver una mirada de parte del felino, peor que la que hizo momentos antes.
-Javier... -- Bernés le da un beso en la cabeza al de pelaje rojo con negro, haciendo que se sonrojara y calmará -- no tomes conclusiones apresuradas, además, estamos asustandolo -- dice el canino sonriendo tranquilo.
-Bien, p-pero no me disculpare --
-Jav... -- dice el canino en un tono calmado pero de reclamo.
-Ggrr ¡bien! -- se queja el felino en voz alta. Suspira y ve a Shiro con una mirada levemente avergonzada -- lamento mi reacción impulsiva, joven Shiro... -- dice arrepentido desviando la mirada.
-N-no se preocupe por eso Sr.Javier, y tampoco por lo otro, no se lo diré a nadie... -- contesta el de pelaje blanco -- e-ehh... disculpe Sr.Bernés... --
-¿Sí Shiro? --
-Podrían... ¿emprestarme algo de p-papel? -- pregunta el oso tapando su entrepierna, cubriendo su pene ahora deserecto y flácido, estando aun más avergonzado.
Los dos mayores se quedaron perplejos al ver y notar que el joven Shiro estaba cubierto de semen, además de tener los pantalones y boxer solo a la altura de sus rodillas y la camisa levantada mostrando su panza rechoncha expuesta junto con su miembro apenas oculto por sus manos.
-El felino frunció el ceño y lo vio con una mirada perpleja a la vez -- tú... te estuviste acaso...? -- sacude la cabeza hacia los lados -- Bernés ¿tienes más papel higiénico? --
- Sí, en el cajón del escritorio hay... más -- dice el can aun perplejo y desvía la mirada para no ver más al oso polar y no apenarlo más de lo que ya está.
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El oso polar llega a su casa. Abre la puerta con la llave de esta y entra en su vivienda, cansado y sucio aún después de limpiarse con papel higiénico, siendo las 12:43 AM. Tenía sentido, estuvo atrapado ahí en ese salón por horas hasta la noche.
Después de cerrar la puerta detrás de él, se fue a su habitación. Conectó su celular al cargador y configuró la alarma para mañana, sabiendo que si no la colocaba, terminaría por dormirse hasta el otro día y despertaría a las 3 de la tarde.
Algo cansado, entró al baño para ducharse y quitarse los restos de su propio semen seco en su pelaje ya tieso y desordenado. Se quitó la ropa quedando completamente desnudo y entró a la ducha.
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Salió de la ducha después de secarse su pelaje el cual ahora estaba limpio y suave como algodón, ya muy cansado y apunto de colapsar dormido. Caminó hasta su cama completamente desnudo y se tumbó en esta, terminando por dormirse acurrucado en sus sábanas, almohadas grandes y el suave colchón.
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A la mañana siguiente fue a sus clases ya recuperado y normal, tratando de ignorar el hecho de que vio ayer la escena de sus dos maestros hacer sexo en un aula, casi a la media noche, y de tener el resentimiento de haberse masturbado viéndolos.
- (Me pregunto si estarán bien con el tema de las cámaras de seguridad. Literalmente las cámaras aun seguían grabando... por favor que no se hayan metido en problemas...) -- piensa el oso en su mente, estando preocupado más por el Sr.Bernés y el Sr.Javier que por él mismo.
Sacudió la cabeza y fue al aula donde se daría la clase que correspondía ese viernes en la mañana.
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La clase estaba apunto de comenzar, empezando por la clase de matemáticas; la cual era dirigida por su maestro, un gorila de pelaje negro y piel gris, lo normal en su especie, de nombre Johan Rodríguez y de origen chileno.
Shiro compartía asiento con su amigo al coincidir en una de las pocas clases donde asistían a la misma aula y grupo.
- Bien clase, haremos un repaso de lo que aprendimos la clase anterior ¿deacuerdo? Y lueg- -- luego derrepente la voz del director se escuchó en el altavoz del salón.
- probando, probando. Shirokuma Yaniki Snowden, necesito hablar con él en mi oficina. Shirokuma Yaniki Snowden, necesito hablar con él en mi oficina.
El oso polar suspiró y agarró su mochila, mientras su amigo lo miraba con unos ojos inerrogantes queriendo decir "¿que carajos hiciste ahora?" Y preocupado.
-Otro oso polar dos años mayor que Shirokuma, sonrío orgulloso y le lanzó una bola de papel a la cabeza mientras sus compañeros de grupo le sonreían apoyandolo -- ¡la marica se metió en problemas y se portó mal! -- algunos alumnos junto con los compañeros de grupo del oso mayor empezaron a reírse, otros solo decidieron no hacer caso, y el resto decidio abuchear al "bromista".
-¡Silencio! -- grita el maestro y todos se quedan callados -- señorito Joseph, si vuelve a activar su modo comediante, me encargaré de echarlo a patadas del salón a la correccional. Y usted señor Shirokuma, puede retirarse del salón a la oficina -- dice lo ultimo en un tono calmado.
-Gracias Sr.Johan -- Shirokuma sale del aula con una mirada neutral y cansada.
-Ppff ¿para que lo defiende? Sí sigue siendo igual de niña que siempre nunca se hará un hombre de verdad -- un tigre se golpeó el pecho, el cual era el que estaba al lado de Joseph y uno de sus compañeros de grupo.
-Sii, literalmente no puede aguantar un puñetazo sin que quede llorando el maricon de mie- --
-Sigan así ustedes y tendrán otra marca al registro permanente de conducta, ya tienen la mitad del máximo de marcas negativas ¿a donde los educaron a ustedes? ¿En el siglo 19? Sepan comportarse y les lloverá oro -- dice el gorila algo furioso y cansado de la actitud de ese grupo, en especial el del "líder" de aquellos bromistas, el cual era el mismo Joseph.
-Sr.Johan -- pronuncia Sol levantando su mano con una mirada neutral.
-Dime -- contesta el maestro.
-Puedo... ¿golpear a esta escoria... con mi sartén? -- pregunta el humano sacando un sartén de quien sabe donde y sonríe mostrando sus dientes.
-¿Sabes qué? Hazlo, talvez así logre recapacitar sobre lo que hace -- sonríe el simio suavemente y algunos alumnos se sorprenden, el resto se hicieron que no escucharon nada.
- Que ¡pero no puede hacer e-! -- se calló la boca tras recibir un sartenazo en la cabeza.
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El oso polar llegó a la oficina del director, quien aveces era un misterio el quien era. La mayoría de veces estaba ausente pero siempre consciente de lo que pasaba en aquel instituto sin importar qué pasara.
Tocó la puerta con su puño suavemente, y escuchó un "puedes pasar" de parte de una voz casi conocida. Extrañado, entró a la oficina empujando la puerta suavemente y... vio a un perro de la misma raza que el maestro de historia, de hecho casi igual, pero con diferencias notables... su pelaje era un poco más salvaje, tenía una cicatriz en la mejilla y ojos azul marino, ademas de ser un poco más grande que el Sr.Bernés, y vestía un saco de vestir negro, debajo de este tenía un abrigo azul marino que no alcanzaba a cubrír el pecho de este, pero debajo del abrigo, estaba cubierto por una camisa formal y una corbata azul oscuro casi negra, junto con un pantalón negro y zapatos oscuros bien lustrados y limpios.
-Siéntate -- dice serio el director, con una mirada fría y calculadora, pareciendo que veía cada detalle de su cuerpo.
Shiro traga saliva, estando intrigado y aun más nervioso al estar bajo la mirada más inexpresiva jamas vista en su vida, incluso la Sra.Bettriza demostraba más emociones con su mirada seria.
Se sentó en una de las dos sillas que estaban frente al escritorio del director, el cual tenía fierros lizos de metal sosteniendo y dando un estilo más elegante a este, rodeando la madera que estaba ubicada en el centro de cada cara que poseía el mueble.
-La mirada fría del director se cernía sobre el oso polar, durante unos segundos que le parecieron eternos para el peli blanco, hasta que habló -- la razón por la que te llamé aquí, fue por el asunto que pasó ayer a las 22:00 horas en la noche, con dos maestros y tú... -- dice de manera seca, y en un tono más frío, incluso provocando un escalofrío en el oso polar, con algo de pánico adicional -- en todo tipo de lugar, sin importar que lugar sea, realizar relaciones sexuales en un instituto donde se enseña, educa y aprende, se castiga por falta de profesionalismo e irresponsabilidad de los derechos como maestro, junto con otras razones las cuales no mencionaré -- el mayor suspira -- y dado este casó, cualquiera podría decir que los despediria a ambos por tal acto aquí en el instituto, además de involucrar a un estudiante... --
El oso polar empezó a sentir como el miedo y pánico, de que por su culpa las cosas empeoren para sus maestros. Terminarían despedidos, o aun peor, en la cárcel...
-Y por lo tanto deberí- --
- ¡Fue mi culpa! -- grita el de pelaje blanco rompiendo a llorar, sorprendiendo al director por su repentina acción y dejándolo perplejo -- yo simplemente quise averiguar sobre que pasaba con el Sr.Javier y el Sr.Bernés... y en la última clase en el intento de saber más... terminé encerrado en aquella aula... ¡fue mi culpa! ¡mi condenada culpa! Y todo lo que hicieron ellos que no me involucró a mí... ¡yo me involucre solo, a algo en lo que se suponía no debía meterme! ¡sí creé que es necesario expulsarme por ese comportamiento, expulseme! ¡p-pero por favor no los despida o les haga algo...! Fue mi culpa... -- el oso polar coloca sus manos en su cara llorando a montones, soltando lágrimas gruesas de sus ojos.
-El director aún perplejo parpadea -- yo no iba a hacer eso -- pronuncia con un tono de voz más suave.
-¿E-eh? ¿l-lo dice enserio...? -- pregunta el oso polar con ojos llorosos, utilizando la manga de su chaqueta para limpiar sus lágrimas.
- Sí, lo digo enserio. Lo que hiba a decir antes de que me interrumpieras era que les daría una advertencia sobre que hicieran ese tipo de cosas privadas, fuera del instituto. No puedo permitir que la imagen de este lugar se manche con actos sexuales explícitos, y que los muebles se manchen con eso igual. -- la mirada en los ojos del director se volvió suave pero aun manteniendo cierta seriedad -- Ademas, especialmente si es mi hermano quien cometió eso --
-E-espere... ¡¿el Sr.Bernés es su hermano!? -- pregunta exaltandose el de pelaje blanco, sorprendido. Aunque tenía sentido, se parecían mucho; físicamente.
- Sí, lo es. Somos familia, la cual dirigió este instituto por dos generaciones, después del cambio de director general y principal de aquí, por lo tanto yo soy el heredero a dirigir este lugar, ya que soy el mayor -- dice el canino aun mirando al oso polar, quien se veía ya calmado mientras se secaba el pelaje de su cara.
- Y-ya veo... -- dice aun tratando de secarse su cara. Ve como el director le extiende un pañuelo para su nariz y los rastros humedos en sus mejillas -- gracias... -- agarra el pañuelo, secandose el rastro de lágrimas y después sonandose la nariz -- por el pañuelo, director... --
-Jim, llamame Jim -- recibe el pañuelo devuelta y lo hecha a la basura -- y denada por el pañuelo -- contesta de una manera tranquila el can mayor.
-E-entonces ¿el Sr.Bernés y el Sr.Javier no están en problemas...? --
-No lo están, por esta vez -- contesta con un semblante serio pero tranquilo, y menos intimidante que la mirada que poseía antes al principió -- puedes retirarte. Ah, y para la próxima vez que notas algo raro en algún maestro o alguien más, puedes consultar conmigo para ayudarte o resolverlo ¿sí? --
-C-claro Sr.Jim, hasta la próxima -- sonríe levemente y se levanta, de la silla, yendo en dirección a la puerta por donde entró.
El can mayor sonríe igualmente y ve como el oso polar se retira de la oficina. Su sonrisa desaparece tras unos segundos.
-Bueno Bernés, no siempre podré cubrirte la espalda de esto, así que no repitas algo igual o más grave que lo que hiciste -- dice y voltea para ver la ventana, la cual se abrió iluminando más la oficina y revelando que Bernés estaba ahí.
-Soy consciente de eso, hermano. Sin embargo no diría lo mismo del joven Shirokuma -- ve en dirección a la puerta por donde salió antes el oso polar. El can mayor solo suspiró.
- Lamentablemente sí. Pasarán cosas peores para él, y lo peor de todo es que no podemos hacer nada... ¿y disfrutas tu reciente noviazgo con Javier? -- entrelaza los dedos de sus dos manos recargando los codos en los respaldos de la silla, aun viendo la ventana. El cielo cyan hermoso del día, con algunas nubes decoraban el paisaje de afuera.
-El canino de ojos grises se sonroja levemente, sonriendo de manera serena -- sí, de hecho lo amo...
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-Y entonces lo golpeé varías veces con mi sartén en la cabeza hasta que lloró ¡JAJAJAJAJA! --
-Comprendo, h-hummjs -- el oso polar tuvo que taparse la boca con una mano para evitar reír junto a su amigo. Después de escucharlo relatar lo que le hizo a Joseph con ese sartén después de recibir el permiso del maestro de matemáticas. El oso polar sonríe de manera serena tras el pequeño ataque de risas que hiba a tener -- y no te meteras en problemas --
-Nop, es básicamente... un sueño hecho realidaaaaaad~ -- contesta el humano con lentes, agudizando comicamente un poco su voz -- y entonces, tu tampoco te metiste en problemas ¿verdad? --
-Enrealidad no, pero igual con una pequeña advertencia -- responde un poco apenado el de pelaje blanco, con la mirada levemente baja.
-Hhmm, como veo lo incómodo que es para ti hablar de eso, no preguntaré más jsjs -- se cruza de brazos viendo los alrededores del campus. Ambos estaban sentados en los mismos asientos de ayer, en tambien la misma mesa.
-El oso polar sonríe serenamente, viéndolo con gratitud, cierra los ojos con un leve sonrojo en sus mejillas -- gracias Sol, eres un buen amigo -- responde con una voz suave y amable.
-Para algo están los amigos ¿no? Para escuchar y aveces ignorar. -- el humano empezó a reír soltando una carcajada, Shiro igual le siguió la risa hasta que los dos terminaron después de unos cortos segundos.
-No creo que eso sea verdad jeje -- ríe levemente, colocando su mano en su mejilla recargando su codo en la mesa de madera y viendo el paisaje junto a su amigo. Por lo menos ya no tendría que preocuparse más por el momento.
-Luego ¿jugamos videojuegos en mi casa? No creo que hayan entregado algún proyecto para alguno de nosotros -- dice el peli castaño con algo de tranquilidad y aburrimiento.
-No veo por que no -- el oso polar cierra los ojos. Sabiendo que no tendría que preocuparse por más, casi; Problemas Desapercibidos...
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Espero que les haya gustado este One-Shot, el cuál debí terminar hace más de un año, y era uno que prometí a unos amigos, por, como dije, hace más de un año.
Sí les gustó denle estrellita, y si tienen alguna opinión, crítica constructiva (para mejorar), o alguna duda, pueden escribirla en los comentarios.
Sin más que decir, hasta la próximaaaaaaaa•°●○☆
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