- Creía que no ibais a bajar - comenta la chica mientras estira sentada al lado mia y yo me encojo de hombros - me imagino la respuesta, pero por confirmar vaya, la hermana de tu mejor amigo no te habrá obligado a venir ¿no?

- Había partido en la tele dentro de nada, ya me había mirado hasta alineaciones, pero pelear con Alicia es como hacerlo con una pared o más bien con un muro bien grueso, tan grueso que ni siquiera le pasa el sonido - protesto y ella sonrie levemente mirándome - pero supongo que ya estoy aquí, así que, ¿por dónde empezamos?

- Si en dos minutos no he conseguido que Alicia cambie de idea sobre lo de quedarse aquí haciendo yoga conmigo, te debo un postre - avisa antes de levantarse y empezar a guiarnos mientras la mini García y yo intentabamos seguirla - joder, teneis menos flexibilidad que un anciano y mira que eso ya es complicado.

- Me rindo - se escucha la queja de Alicia después de varias posturas más y yo me giro hacía ella dudoso - te espero arriba, porque como me vuelva a caer al suelo mato a alguien.

- Gracias - susurro cuando la martorellense ya se ha alejado lo bastante de nosotros para no poder escuchar nada si deciamos algo - ¿cómo sabías que iba a abandonar tan rápido?

- A nadie le saca de quicio simplemente estirar y tu amiga cuando ya iba por el cuarto tropiezo ya estaba poniendo malas caras, así que simplemente aposte a que esas caras iban a terminar por controlar a toda su paciencia y se terminaría por dar por vencida - responde segura de si misma mientras sigue haciendo los ejercicios que al parecer se sabía de memoria - será mejor que te vayas a disfrutar de tu partido, antes de que a tu entrenadora personal le de tiempo a pensar que si no haces esto debe ponerte a subir y bajar escaleras de nuevo.

- Me dijiste que si no podías hacerlo me darías tu postre - informo mientras me reincorporo sin dejar de mirarla - pero no hablamos de lo que yo debía darte si me librabas de la sargento García.

- Yo no te he librado de nadie querido, ya te he dicho que no te puedo asegurar que no te este esperando para hacer vuestro cardio rutinario en las escaleras - contesta antes de encogerse de hombros parando así unos segundos de hacer los ejercicios - así que me imagino que debo desearte suerte para no encontrarte con la lengua fuera en mitad de las escaleras cuando intente volver a mi habitación.

- Mañana creo que no tengo ningún partido interesante para ver, así que, si tú no tienes nada que hacer podría bajar y volver a intentar con el yoga que no me vendría mal mejorar mi flexibilidad - propongo y ella asiente con su cabeza antes de volver a empezar con los ejercicios - además mañana no está la sargento.

- Entonces será mejor que te vayas de fiesta para celebrarlo en vez de venirte a hacer cosas conmigo, para un día que vas a poder descansar.