- ¿Puedes poner de tu parte o piensas ser un grano en el culo todo el día? - pregunta Alicia y yo la miro seria como respuesta - me vas a tener que aguantar te guste o no Bernabé, y si no te quieres poner la puñetera camiseta, genial, nos esperamos a que suba Valeria y que te la ponga ella.

- Lo siento, no sabía que ibas a tener compañía - escucho la voz de la chica de ayer y yo me giro directo hacía la puerta - ya me voy, disculparme de verdad por la intromisión.

- No tranquila, si me vienes genial que tengo que ir a buscar a una persona y no quiero dejarle solo - responde la catalán y yo la miro viendo su tipíca cara de ahora te jodes - tú tranquila, que no tardo es que Valeria se nos ha ido hace media hora y al ritmo que va vuelve para las uvas la colega.

- ¿Siempre es así? - cuestiona la chica dudosa mientras entra a mi habitación y yo suspiro antes de asentir con la cabeza e intentar terminar de ponerme la camiseta - ¿quieres que te ayude?

- Puedo solo, que por estar aquí todos me estáis empezando a tratar como un invalido y no sé como dejar claro que no lo soy - reprocho y ella asiente dudosa mientras baja la mirada justo en el momento que me doy cuenta de que me he pasado - perdón, no va contigo mi enfado.

- Estoy acostumbrada, no te creas que estoy aquí por algún casual - contesta antes de encogerse de hombros y yo asiento con mi cabeza levemente - se le nota preocupada por ti.

- Alicia solo es tormento 2, viene siendo la copia de su hermano hasta que el otro pueda venir a dar por saco él también - aseguro y ella sonrie levemente - ¿a qué referías ayer con lo del corazón roto?

- No estoy en la planta de cardiología por casualidad  como comprenderas - comenta levantando la mirada conectandola con la mia por primera vez desde que la conocí ayer - miocardiopatía de Takotsubo o más conocida como  el síndrome del corazón roto.

- Eso tiene más sentido - susurro y ella vuelve a encogerse de hombros - aunque ahora no sé si debo tener miedo, de que al mío le pase lo mismo sin que me de cuenta, que ya bastante he tenido.

- Tranquilo, que no creo que tengas la misma suerte que yo, no ves que soy la reina de las situaciones estresantes - bromea y yo sonrío mirándola - que te dejes ayudar por las personas que se preocupan por ti recien operado no te hace un invalido, la gente de tu alrededor siempre sabe mucho mejor que uno mismo lo que hacer en estos casos y que des paseos por los pasillos no va a hacer que tardes más en irte del hospital, que a mi no me dan el alta porque me tienen cariño, no porque esté mala.