-17-
Nozel paseaba por todo el mercado en busca de algo que pudiera gustarle a su hermana menor, todos los dulces le parecían aburridos y los peluches demasiado tenebrosos, no sabía ni siquiera el color favorito de su hermana. Estaba metido en sus pensamientos buscando algún recuerdo que le diera un solo indicio sobre los gustos de Noelle hasta que escucho un griterío.
-¡Solo eres una ramera! ¡No mereces a Nozel-Sama! - el grito de una beta que había rechazado hacia unos años lo hizo acercarse.
Cuando se abrió paso entre la multitud pudo ver a Vanessa ser abofeteada por esa chica, la bruja solo dio un paso atrás tratando de ignorarla, pero un alfa la empujó nuevamente hacia la noble. Cuando iba a golpearla nuevamente Nozel detuvo el golpe.
-Te atreves a golpear a MI omega?- todos inclinaron la cabeza con terror.
-Capitán - Vanessa estaba sorprendida por la aparición del príncipe, había estado a nada de accionar sus hilos y humillar a la beta, ya que no era la primera vez que la intimidaban sabía lidiar con eso.
-P-Pero príncipe -
-Vanessa Enoteca, pronto Silva, es mi Omega y mi cortejo está en proceso, atacarla es atacarme directamente a mi... Espero que tú familia sepa la razón para perder todos los beneficios que la casa Silva les entregaba - con una fría mirada soltó la muñeca de la beta.
Todos se estremecieron al sentirse asfixiados por las fuertes feromonas del alfa. Vanessa intentaba mantenerse firme, pero sus piernas temblaban al sentirse rodeada del aroma del mayor, se sentía tan asfixiante que casi cayó de rodillas.
-Estas bien?- Nozel la sostuvo de la cintura pegándola a su pecho -
-S-Su olor... Es demasiado -
-Te llevaré a casa para que descanses - después de decir esto tomo sus piernas y la cargo, usando su magia le dio forma de águila para retirarse lo más pronto posible.
Vanessa abrazo al alfa buscando firmeza ante el temor de caerse. Cuando salió de la base esa mañana no pensó que terminaría así. Siendo prácticamente raptada por su, según él, alfa.
Unos minutos después de volar por el reino llegaron a la casa Silva y ante todas las miradas de la servidumbre la llevo hasta la antigua habitación de su madre, la bruja veía sorprendida todas las fotografías de la alfa acompañada de tres de sus hijos.
-Espera aquí, te traeré un cambio de ropa - dijo mientras la dejaba en la cama.
-No es necesario... Me iré de inmediato -
-Señorita... Sé que he cometido demasiados errores y que mi comportamiento con Noelle no a sido el mejor -
-A sido un asco, la ha humillado y hecho sentir que no sirve para nada... Todos en la orden hemos pasado por mucho y Noelle ahora es una de nosotros - Vanessa estaba a la defensiva y aunque no lo demostraba lo que habían dicho esas personas le habían lastimado.
-Y lo acepto, pero en verdad quiero que seas mi esposa... Me disculparme con Noelle si eso es lo que deseas, firmaré un acuerdo de protección a nuestros futuros hijos si eso te hace sentir segura -
Vanessa era una persona de buen corazón y ver la desesperación del alfa la conmovió.
-Acepto tú cortejo, pero con una condición -
-La que desees -
-Si tenemos hijos yo los criare bajo mis principios y si algo me pasa quedarán bajo la protección de mi manada -
-Está bien, si eso te hace sentir segura eso se hará -
-Podemos irnos? -
-Por qué?-
-Está habitación me hace sentir incómoda -
Nozel no entendió hasta que vio todas las fotografías y retratos de su madre y hermanos en la habitación, en ningún aparecía Noelle y tal parecía que eso incomodaba a la Omega.
Nozel había querido que la Omega utilizará uno de los vestido que su madre ordenó confeccionar para sus esposas, solo a quienes ellos eligieran, pero viendo la vestimenta de la Omega sabía que no usaría algo tan elaborado como un vestido hecho para alguien de la realeza.
Toda la servidumbre estaba confundida, por un momento pensaron que su jefe marcaría a la Omega en contra de su voluntad, algo común en la familia real, pero ahora salían de la habitación tomados de la mano y su señor viéndola con ilusión, algo que los más antiguos no habían visto desde la muerte de la señora Asier.
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