1-Debil
-Ya te lo dije Marie, esto no te matará- llevaba dos semanas en la misma situación.
Apenas me veía entrar a la habitación salía corriendo al baño, se encerraba y no salía hasta no escucharme salir. Había intentado escapar así que la encerraba desde fuera.
Esto era cada vez más difícil, al menos como se negaba a beber estaba débil y no tendría como escapar.
-Ya me disculpé, no era mi intención, créeme- me había sentado tras la puerta para que me escuchara.
-¿Cual era? ¿Su intención cual era?- al parecer estaba en la misma posición, la escuchaba claramente.
-Quería borrar tu memoria para que llevaras una vida normal, no podías andar por ahí luego de haber visto todo, te tratarían de loca.
-Usted me encerró en un psiquiátrico- eso era cierto.
-Para ayudarte
-¿Porque no la borró entonces?
-Algo salió mal- suspiré -No contaba con que eras una bruja.
-No puede ofenderme así, no cuando lo único que he hecho es reaccionar al encierro en el que me tiene.
-No ese tipo de bruja- pasé mis manos por mi rostro con frustración. -Traeré a alguien para que te lo explique todo, pero debes prometerme que beberás cuando lo haga.- no esperé respuesta y salí del cuarto.
Tomé mi teléfono y le marqué al único que podría explicarle la situación-Namjoon, necesito tu ayuda- dije apenas descolgó.
-Más sangre- negué y luego recordé que no podía verme, estas semanas no he estado saliendo por el hecho de encontrarme débil también, así que Namjoon ha estado enviándome sangre envasada, cosa que no me alimenta bien, pero al menos es algo.
La cosa es que cuando una unión vampírica se realiza los afectados sienten lo del otro, como ella está débil mi cuerpo también lo está a pesar de que yo si me alimente. También está el hecho de que hasta que no se consume la unión no tendré deseo sexual por alguien más que no sea ella.
-Necesito que vengas aquí y me ayudes con ella- pedí
-Sigue sin beber- dijo para si mismo. -Llamaré a Jungkook
-No quiero al niño insolente aquí- ya había tenido problemas con el.
-Bien, llego en una hora. Pero si las cosas se complican debo llamarlo, el es mitad brujo, la puede ayudar- cerré la llamada y esperé.
Tomé una copa y vertí un poco de sangre en ella para tomarla, estaba fría y poco agradable al paladar, pero no podía culparla a ella, era normal estar confundida.
Namjoon llegó poco después, lo dejé pasar al cuarto de ella para que hablaran y esperé algunas horas.
Cuando este salió lo hizo con una sonrisa burlona en sus labios. -¿Que?
-¿Que tal está tu don Seokjin?- porque pregunta eso.
-Estoy encerrado aquí desde hace tres semanas, ¿crees que lo he usado?
-No lo has usado por que no lo tienes, lo tiene ella.
-Eso es imposible
-No lo es, es bruja ¿recuerdas?, al parecer pasó accidentalmente.
-No entiendo.
-Cuando la mordiste, no se percibe porque está débil, pero lo tiene- dijo esto y traté de usarlo con el, en efecto no despertaba nada en el. -Descuida volverá cuando sea el momento, ella beberá pero no de ti, aún está un poco renuente, colócala en un envase que no le permita verla para llevársela, trata de ganarte su confianza. Ella es la víctima aquí recuerda.
Hice lo que pidió y se adentró nuevamente al cuarto, regresó media hora después con el envase vacío.
-Trata de no dejarte afectar por el don, lo usa inconscientemente- dijo este mostrando su entrepierna. Bufé -Tengo cosas que hacer, habla con ella de manera sincera.- dijo y se marchó.
Yoongi no respondía a mis llamadas, hace eso cada tanto así que no es de extrañar, aveces se pierde por décadas enteras.
Toqué antes de entrar a pesar de estar esta encerrada desde fuera, se encontraba sentada en la cama llorando. Ojos, rostro y cuello rojos. Su rojo cabello enmarañado. Puso su mirada fija en mí en espera de que hablara. -¿Tienes alguna duda?- asintió
Tomé asiento en el suelo al otro lado de la habitación en espera de que pregunte -¿Cuantos años tiene?- reí, siempre preguntan eso primero.
-Unos cuantos más que tu- rodó los ojos y llevó su vista a la cubierta ventana.
-¿Cuanto más me tendrá encerrada?
-Hasta que entiendas que no quiero dañarte- frunció su ceño.
-Me mordió, ahí abajo- había abierto mucho los ojos. Y las comisuras de mis labios se elevaron, luego recordé que era Virgen y que quizás ni siquiera ha tenido su primer beso.
No se porque en realidad, es una hermosa mujer, labios gruesos y rojos al natural, ojos preciosos, piel delicada adornada con unas deliciosas pecas y cabello abundante y largo, de un color exquisito.
Con su cuerpo no estoy muy familiarizado pero lo poco que he visto es un deleite, cualquiera que la viera notaría el bocadito que podría ser.
Llegó a mi mente el momento en que la mordí, piernas suaves y delicadas, su goteante y delicada intimidad.
Me sentí palpitante en segundos y me vi a mi mismo mirando mi entrepierna para confirmar.
¡Mierda!
Pues nada, el vampírito tiene antojo.
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