-¿Te puedo besar?- dije, más mi cuerpo se movía solo, en segundos estaba recostado sobre su cuerpo mirando esas espesas y rojas pestañas.

Sus cabellos estaban esparcidos contra el césped, sus labios me llamaban cual iman.

-No- mi boca tomó la suya con rapidez, sus labios eran como una necesidad, como si necesitara su sabor para estar vivo.

Cuando asimilé sus palabras ya nos encontrábamos devorando la boca del otro.

Tomé sus piernas y las envolví en mí cintura, esta gimió sobre mis labios cuando rocé por primera vez ambas intimidades. Deseaba tanto su cuerpo.

-Marie- pedía permiso. Negó. Pesé mi lengua por todo su cuello, desde su clavícula hasta su mandíbula y esta se frotó aún más contra mi. Sus labios eran una locura.

Me puse de pie y nos dirigí al interior de la casa, sus labios y los míos no habían descansando en ningún momento, sus manos se aferraban contra la piel de mis hombros y jadeaba entre besos cuando embestía contra ella mientras caminaba.

Cuando llegamos a mi cuarto había tomado posesión de su cuello con mi boca, su cuerpo temblaba sobre mi.

Nos recosté sobre la cama mientras me cernía sobre ella, moría por enterrarme en su interior. Miré sus ojos, había deseo en ellos, también miedo.

-No lo haré- dije para tranquilizarla, no me creía capaz de detenerme pero haría mi mayor intento.

Sus manos arrugaban la tela de mi camiseta, levanté un poco mi torso y me despojé de la prenda, coloqué su mano bajo la mía y la hice tocar mis abdominales.

Debía detenerme pero ahí estaba ella mordiendo sus labios y con ojos rojos, sentía tanta humedad entre ambos.

Deslicé mi cuerpo y me adentré bajo la espesa cantidad de tela. Deslicé sus bragas por sus piernas acerqué mi lengua a ella.

La oí gemir, gritaba mientras aprisionaba mi cara contra su intimidad, se restregaba contra mi.

Sus manos se aferraban de mis cabellos y con cada vez que paseaba mi lengua por su hendidura sentía mi cuerpo entero estremecerse. Me daba placer, y eso no era posible. Sentía como si estuviera en su interior, saciándome de ella.

Cuando un sonoro gemido salió de su boca mi cuerpo entero se tensó, había acabado con ella sin necesidad de tocarme.

....

Uno
Dos
Tres tonos

-Quedaste de llamarme- dije al teléfono, Marie se había quedado dormida sobre mi cama, debía llamar a Namjoon y saber al menos algo de lo qué pasa.

-Jungkook no quiso ayudar, la noticia de lo qué pasó con la bruja se esparció, debemos prepararnos- dijo este y escuché un sonoro suspiro abandonar su cuerpo. -Estuve leyendo y creo que  es normal que ambos compartan el don, solo debes entrenarla para que sepa cómo usarlo- asentí. -Jungkook encontró unos inmortales, dice que no son vampiros.

-Eso nos es posible. Las Hadas no viven entre los humanos.

-En efecto, por eso supongo que tampoco son Hadas. -dudó -Papá está negociando con los aquelarres, posiblemente habrá juicio.

-Mierda- llevé mis vista al cuerpo dormido que se encontraba dentro de la habitación. -Si Jeon JunMi se las ensaña conmigo la alejará de mi.

-Eso es lo que tratamos de evitar. Es una vampiresa pero defiende más lo que era antes de. Si se complica traeré a Jungkook, ella solo escucha a su hijo.

-Espero que no sea necesario- cerré la llamada luego de eso.

Problemas y más problemas.

Un juicio con las brujas solo nos traerá más desventajas con ellas. Cuando a uno de los mayores vampiros se le fue entregada una Virgen de entre los aquelarres este la deseó tanto que acabó dejándola embarazada antes de convertirla.

Las brujas enloquecieron afirmando que nacería una abominación, cuando Jungkook nació las brujas cortaron lazos completos con nosotros, siendo así su madre la última en ser entregada.

Lo que no esperaban era que ese sería aún más fuerte que cualquier otro, incluso que podía pasar de ser percibido entre los humanos con más facilidad. Tampoco su poder, este tiene la habilidad de transportarse a cualquier lugar que desee y de cambiar su anatomía. Puede ser cualquier persona.

Muy pocos conocen su verdadero rostro.

Lo que no se esperaba era que esta continuara apoyando a las brujas aún cuando era una de las nuestras, Jungkook es el primer hombre con las cualidades de estas, se supone que el gen solo pasa a las nacidas mujeres. Así que este es aún más poderoso que cada raza. Ellas le temen. Su madre incluso. Y luego de estas mismas haber exterminado a cada bruja blanca se convirtieron en un grupo con más organización y por lo tanto más poderosas, no podemos tocar a una de ellas porque las tendremos encima a todas, pero solo les importa el poder. Y yo había hecho algo más que tocar a una.

Y ahora estoy deseando no tener que recurrir a él por ayuda.

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