XIX
El olor de la clínica jamás le pareció tan molesto como en ese momento.
Levi: ¿Porqué no dijiste nada?
Hanji: Por obvias razones.
Levi: Zoe.
Hanji: Ackerman.
Levi: ¿Cuántos meses de embarazo tiene?
Hanji: Cinco.
Levi: Bien.
Hanji: ¿Qué harás?
Levi: No se.
Hanji: Sabes que pudiera ser tuyo verdad.
Levi: Exacto "pudiera."
Hanji: Le...
Moblit: Estuvo a nada de un aborto.
Hanji: ¿Pero está bien?
Moblit: Si, tendrá que estar en reposo absoluto.
Hanji: Bien cuando lleguemos a casa me ocupare de eso.
Levi: Se va conmigo.
Hanji: No.
Levi: Aún estamos casados, yo decido a donde va.
Hanji: No, con esa loca en tu casa no.
Levi: De eso me encargo yo.
Hanji: Entraré a verlo.
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Levi: ¿Te sientes mal?
Eren: No.
Levi: Vamos tienes que descansar y comer algo.
Eren: ¿Podrías dejarme en la cocina con Alba?
Levi: Si.
Levi entró con cuidado con Eren en brazos, con cuidado lo dejo en una de las sillas de la cocina.
Levi: Iré por tus medicinas.
Eren: Gracias.
Estando sólo Eren se dio un tiempo para suspira, pego un brinco en su lugar cuando escucho la voz de Alba.
Alba: ¡Señor!
Eren: Hola.
Alba: ¿Cómo está?
Eren: Mal, estamos mal.
Alba: ¿Estamos?
Eren: Tendré un bebé.
Alba: Eso es hermoso señor, el patrón debe estar contento, ¿Ya comió?
Eren: No.
Alba: Le preparare algo.
Mientras Eren y la chica platicaban animadamente, Petra bajaba las escaleras, cuando se dirigió a la cocina pudo jurar que alucinaba.
Escuchaba la voz de Eren, su insoportable voz, armada de coraje entró a la cocina viéndolo ahí sentado, no podía creer que hubiera regresado, que estuviera ahí frente a ella.
Petra: ¿Tú que haces aquí?
Eren: Lo mismo me pregunto yo.
Petra: No juegues y dime.
Eren: Pregúntale a Levi, el me trajo.
Petra: Mentiroso, Levi te odia.
Eren: Eso lo se, así como que ahora eres su querida, no te preocupes, pronto lo tendrás sólo para ti.
Petra estaba por acercarse a Eren cuando la voz de Levi la detuvo.
Levi: Traje tu medicina.
Eren: Gracias.
Levi: Ven vamos a que descanses.
Eren: Quiero ir al jardín.
Levi: Te llevo.
Eren: Alba ¿Podrías? No quiero incomodar al señor.
Alba: Si.
Levi: No debes caminar.
Eren: Iré lento.
Levi: Que no.
Eren: Quiero ir.
Levi: ¡No, ni irás a ningún maldito lado!
Tomando de mala manera al castaño de la mano, lo tomó en brazos para subir las escaleras, se adentró a la habitación que alguna vez compartieron y cerró la puerta de un azoton.
Levi: Te quedarás aquí, hasta que yo diga.
Levi: ¿Escuchaste?
Eren: Si.
Sin decirse más Levi salió dejando sólo al castaño quien comenzó a llorar, de nuevo encerrado y sólo.
Eren: Espera un poco bebé, en cuanto mejore nos iremos lejos.
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