Eren terminaba de vestirse, aún no sabía cómo nadie los había ido a buscar a las caballerizas.

Eren: Saldré primero.

Rivaille: Espera.

Levi se acercó para quitar un poco de paja de el cabello de Eren y acomodar los botones de la camisa dejando de paso un beso.

Eren: Basta.

Rivaille: No quiero.

Eren: Basta, ve por la noche a mi habitación, te estaré esperando.

Rivaille: Cuente con eso señor.

Alba: Señor Eren Yul y Aelyx lloran desconsolados.

Eren: Ya voy, entonces por favor has una ronda extra en la noche y vigila que nadie este afuera de la ventana que da a la habitación de los niños.

Rivaille: Si señor.

La noche llego trayendo consigo una cálida brisa, Eren se encontraba junto a la ventana esperando por su amante cuando a lo lejos puedo ver humo y a los trabajadores correr.

Levi ayudaba como podía, el incendio amenazaba con extenderse, si no actuaban rápido llegaría a la casa principal donde estaban Eren y los niños.

Eren se aseguró de mandar a los niños y a Alba a la casa de Hanji, esperaba que anda malo pasará.

Estaba por ir junto a Levi y los demás para ayudar cuando escucho la voz de quien menos quería ver en ese momento.

- Hola Eren.

Eren: Vete.

- Vine por ti, será mejor que no grites.

Eren: No.

- Estas sólo, te recuerdo que tu adorado Levi ya no está, no tienes idea de cuanto lo odio, repetias su nombre una y otra vez mientras estabas conmigo, y lo peor, te atreviste a darle una hija.

Eren: Eres repugnante, te odio.

Levi corrió a la casa, está estaba en llamas, por uno de los trabajadores supo que sus hijos estaban con Hanji, el problema era donde estaba Eren.

-Mi lindo Eren, lo que espera por ti será tan doloroso, pero te enseñará a que sólo yo puedo amarte.

Eren lloraba, estaba atado y con ese demente tomandolo,  rogaba por que alguien lo salvase.