LXI
Había sido fácil entrar por la ventana que encontró abierta, podía escuchar ruido, esa era señal de que el tipo estaba a su disposición.
- Abre la boca, tienes que comer.
Eren: Déjame ir, por favor.
- No amor, tenemos que estar juntos, seremos felices ya verás.
Eren: Te odio.
- No me interesa, te quedarás conmigo para siempre.
Eren: Prefiero morir.
- Bien, será a la mala.
Levi se mantenía oculto y en silencio, pudo ver como el tipo se movía de un lado a otro llevado cosas en sus manos.
- Quédate quieto.
Eren abrió los ojos con miedo cuando vio que aquel sujeto que tanto odiaba le colocaba un embudo en la boca y comenzaba a licuar la comida.
- Comerás así de hoy en adelante, te quiero enteró para cuando tengas a mis hijos.
El castaño dejaba caer lágrimas, se sentía indefenso, deseaba que de verdad alguien llegará, y como si sus súplicas hubieran sido escuchadas la puerta de aquella cabaña era golpeada con insistencia.
- ¿Quién mierda es?
- ¡Señor! ¡Ayúdeme!
- ¿Qué quieres?
¡Mi auto se volcó, mi pareja murió, necesito ayuda, no dejo de sangrar.
El captor de Eren abrió la puerta, por esta entró un joven que se veía en malas condiciones, el castaño sólo podía escuchar la conversación dándose cuenta de que quien hablaba era Farlan.
Farlan: Es muy amable.
- Puedes ir al baño y limpiar tus heridas, buscare una venda.
Farlan: Gracias.
El tipo se dio la vuelta dándole la espalda a Farlan, este aprovechó para intentar atacarle pero nada salió como lo planeo.
- Serás un buen chico, te quedarás con nosotros.
Levi se golpeó la frente con la mano, al parecer no sería sólo a Eren a quien terminaría rescatando.
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