Capítulo 8: Sorpresivas Conexiones
No sé olviden de dejar su votito ♡
Taehyung.
-Así que nuevas reglas, ¿eh? -pregunté abiertamente- ¿De qué trata?
Jungkook apoyó su antebrazo sobre la mesa para acercarse a mí.
-Te responderé luego de poner aunque sea un fideo en mi boca.
Asentí de acuerdo y tamborileé la madera con mis dedos, mientras echaba un vistazo a mi alrededor.
Solo había una forma para describir al lugar que me había traído Jungkook y era... wow: lucía espectacular con globos colgantes, dragones y demás decoraciones rojas que realzaban su imagen de restaurante chino.
Jungkook bebió de su vaso que contenía limonada y también se dedicó a observar.
-Es bonito, ¿no?
-Nada mal -dije sin mostrar mucho interés.
Pronto llegó la mesera con nuestro pedido, y por su expresión de fastidio, supe que preferiría estar en cualquier otra parte menos allí. Esto lo confirmó cuando se marchó sin siquiera dirigirnos la palabra.
Sin duda, no sería catalogada como empleada del mes.
Y lo dice alguien que en su primer día de trabajo rompió tres copas.
Simplemente, decidí ignorar aquello y dedicarme a comer en silencio o más bien a fingir que sentía hambre.
Jungkook pareció percatarse de mi actitud desanimada, ya que comenzó a jugar con el sorbete de su bebida como si estuviera reteniendo sus ganas de chismosear.
Antes de que tuviera la posibilidad de decir algo, me adelanté a explicar:
-No es nada.
-¿Qué?
-La razón porque la que estoy así. Solo tuve un mal día, pero no hagas preguntas –ordené, moviendo los dumplings con mis palillos.
-Si me lo cuentas es porque tienes deseos de desahogarte –Me señaló con el sorbete.
-No, te lo cuento porque no quiero que sigas arrugando tu cara intentando descifrar que me sucede.
-¿Yo hago eso? –cuestionó. Nuevamente su cara arrugándose como un perro Shar Pei.
Por un segundo, casi logró hacerme reír.
-Eres literalmente la persona más fácil de leer. Sé exactamente que estás pensando en este momento.
-Pruébalo –Entrecerró sus ojos, desafiante.
Puse mis manos entrelazadas sobre la mesa.
-Estoy seguro de que piensas en una forma de hacerme sentir mejor, lo cual es muy tonto. No deberías desperdiciar tu energía en otra persona y menos en una que no lo necesita.
–En donde decido poner mi energía es mi decisión y ayudar a los demás para mí nunca será un desperdicio.
La determinación con la que hablaba me obligó a poner mis ojos en blanco.
¿De qué cómic de Marvel había salido este tipo con complejo de superhéroe?
Lo detestaba con todas las letras.
–Eso es tonto.
-¿Quieres ver algo tonto? –Jungkook sonrió y le hizo una carita feliz a su dumpling utilizando zanahorias- ¡Tadahh!
-¿Qué haces?
-Te quiero, papi -Hizo una voz aguda, moviendo el trozo de masa.
-Deja eso, la gente nos mira.
Sin embargo, él no me hizo caso y siguió intentando hacerme reír. Finalmente, consiguió que soltara una carcajada solo por lo bobo que se veía.
-Okay, lo lograste. Mejoraste mi humor -Levanté mis manos en rendición- ¿Ya estás contento?
-Bastante -Sonrió como un niño al que le obsequiaron una paleta.
–Eres un tonto.
–¿Quién es más tonto yo por serlo o tú por reírte de mis tonterías?
–Eres... –Me detuve a mirarlo- más impredecible de lo que pensé.
Mis palabras causaron que un color rojo tiñera sus mejillas.
En serio era la persona más extraña que había conocido y vaya que había conocido gente. Contraria a mi primera impresión de él, no parecía ser el típico niño rico y mimado. Este hecho me confundía, pero por alguna razón me hacía sentir más dispuesto a romper las barreras que yo mismo había creado a mi alrededor.
-Solo... –Relamí mis labios, nervioso– ,saqué un ocho en mi examen.
Jungkook miró a ambos lados como si le estuviera haciendo una mala broma.
–¿Y eso es malo? Yo ya estaría celebrando bailando borracho en el techo de mi casa.
–No es tan genial si tienes una beca que mantener. Espera, ¿sabes que es una beca? Son esas cosas que te dan...
–Sé que es una beca –me respondió, irritado.
No podía borrar mi sonrisa ante su expresión. Era tan divertido burlarme de él.
-Ya no te enojes –Formé un puchero.
-Y luego el tonto soy yo –Se cruzó de brazos haciendo berrinche.
–Ya, ya comamos –Indiqué su plato– .Si te lo acabas, te compro un helado.
–No soy un niño –Mantuvo su pose erguida hasta que finalmente pareció ceder– ¿De qué sabor?
–¿No qué no?
Ambos compartimos una risa cómplice y seguimos comiendo. No pasé por alto que Jungkook le sacaba fotos a todos los platillos que nos traían.
–¿Eso es necesario?¿Cuántas personas se mueren por no saber lo que estás comiendo?
–No me digas que eres de esos chicos que se creen superiores por no usar redes sociales.
–No lo soy. Solo pienso que son demasiadas fotos, siquiera probaste tu comida. La Antártida es caliente comparada con tu sopa.
–No son para publicar, sino para mis padres –Se acercó en modo sigiloso– .Te contaré algo, pero promete no decírselo a nadie.
–Y yo que pensaba contárselo a todos mis amigos.
Lo que daba igual porque mi total de amigos era: cero.
–Mis padres no saben que estoy en la universidad –susurró– .Piensan que estoy de viaje por el mundo.
–¿¡Qué!? –grité con la boca llena, sobresaltado a Jungkook y a los demás comensales. Terminé de tragar y volví a exclamar– ¿¡Qué!?
–Ellos no creen que pueda ser un buen abogado y por eso me inscribí a escondidas –explicó de manera atropellada– .Mi abuelo me paga el departamento y la universidad al menos por este año. Luego de aprobar todos los exámenes, planeo decirles, pero por mientras debo fingir que estoy de viaje.
–En serio no entiendo a los ricos –Fruncí mi ceño– ¿Osea que prefieres estar aquí matándote estudiando antes que disfrutar de un año sabático en tu yate y comiendo caviar ?
‐¿Ese es el estereotipo que tienes de los ricos? ¿Quién piensas que soy? ¿Bill Gates?
–Pues al lado mío si lo eres.
–Como sea, así que debo mandar todas estas fotos para sostener esta mentira –Jadeó con pesar.
–¿Y piensas que podrás seguir así hasta febrero?
–¿Por qué no?
–¿Y cuando quieran hacer videollamada? ¿Y cuándo te pidan fotos de otros lugares que no sean restaurantes? ¿Y cuándo tengas que relatar anécdotas que suenen creíbles?
–No creo que sea necesaria tanta información.
–Oye, solo digo. Si quieres mentir debes hacerlo bien y para tu suerte aquí tienes a un experto –Indiqué mi pecho.
Jungkook me analizó extrañado.
–¿Tú eres bueno mintiendo?
Sonreí con orgullo.
Ay, Jungkook si supieras.
–¿Quieres apostar?
Como amo a Jungkook y a Tae ♡
Lo sé, lo sé fue muy cortito, pero quería publicarlo cuanto antes.
Esperen los próximos porque serán más divertidos y picantes. Trataré de publicarlos los Viernes o Sábados.♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro