Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: Nuevas reglas

Jungkook.

Me costaba creerlo.

Había besado a Taehyung.

Estuve a punto de hacerlo con Taehyung.

Y lo que más me sorprendía, era que en realidad, no me había desagradado en lo absoluto.

Aún recordaba sus labios sobre los míos, su tacto caliente y su sonrisa de superioridad. Me preguntaba cómo podía tener tanta confianza en sí mismo y cómo podría contagiarme yo de eso.

Pero también recordaba sus dulces palabras luego de mi confesión y la manera en que me brindó apoyo, aún cuando para mí aquel asunto resultaba una bobada. Jamás hubiera pensando que Taehyung tuviera un lado tan... humano. Desde lejos se lo veía como una figura destacada, no en el buen sentido precisamente, pero al mismo tiempo superficial. De igual modo que si mostrara solo lo que demás querían ver de él.

No obstante, en los vestidores yo pude observar algo más. Era como si su gran ego intentara esconder algo que logré leer en sus ojos: tristeza.

–Jeon, ¿está prestando atención? –El llamado del profesor interrumpió mis pensamientos.

Levanté la mirada y solo ahí me percaté de que había estado divagando en clases, mientras fingía prestarle atención al montón de archivos sobre mi pupitre.

–S-si, profesor Jung –balbuceé.

La atención del hombre mayor frente a mí y de los estudiantes a mi alrededor me ponía sumamente nervioso.

–Entonces, ¿cómo resolvería el caso C? ¿Y cuáles son los aspectos que tendría en cuenta?

¿El qué cosa de qué?

Abrí y cerré mi boca sin saber bien que decir. Revisé mis apuntes solo para encontrar un dibujo de Iron Man llevándome por los aires.

Era una obra de arte, pero algo me decía que el profesor Jung no pensaría lo mismo si se lo mostraba.

Vamos, Jungkook, es a todo o nada.

¿A caso quieres pasartela atrapando moscas en clase hasta Diciembre?

Con esto en mente, rasqué mi cabeza y me preparé para responder:

–Y-yo quizás lograría que le den un reembolso al hombre por el dinero que gastó en su nuevo refrigerador.

–Error.

–¿Error?

–La garantía era de dos años y el consumidor comenzó a notar fallas hasta el mes veinticinco.

Mi rostro se incendió con rabia.

–P-pero aún así, eso significa que el producto siempre estuvo defectuoso. ¡Sería injusto!

–Para el consumidor, ¿pero si estuviera defendiendo a la empresa? ¿Qué haría en ese caso?

–Bueno...

El profesor sonrió al verme acorralado.

–Le pediré que comience a prestar más atención en clase o al menos mostrarse interesado. Después de todo, es un Jeon, ¿verdad?

Apreté mis puños debajo de mi pupitre. Si algo detestaba era que usaran mi apellido para compararme con mi excelente padre.

Luego de aquella humillación, sonó el timbre. Guardé mis cosas en mi mochila casi soltando humo por las orejas y salí del salón. 

-Después de todo, es un Jeon, ¿verdad? -imité las palabras del profesor con tono desdeñoso- ¿Quién se cree?

Detuve mi caminata un segundo para responder unos mensajes de Hoseok quien me preguntaba si almorzaría con él. Bueno, más bien para que le invitara el almuerzo.

Sorry, bro. Tengo planes.

Hoseok me envió una carita triste que decidí ignorar. Si fuéramos novios sin duda él sería el dramático de la relación.

Cuando estaba a punto de guardar mi teléfono, noté que tenía varios mensajes sin abrir desde anoche. Apenas leí los nombres "mamá" y "papá" sentí que el mundo se me venía abajo.

Mi padre debía estar hecho una gran montaña de ira o preocupación. Esperemos que sea la segunda.

Mordí mi labio inferior, indeciso. No me apetecía responder los mismos mensajes de siempre sobre si estaba bien, si había comido, si me había abrigado. A pesar de que ya tenía dieciocho años, ellos me seguían tratando como a un estúpido bebé que no podía ni caminar sin su ayuda.

Sin embargo, si no les respondía mi padre no dudaría en llamarme y si llegaba a no atenderle... Madre mía, era capaz capaz de convocar hasta a la Interpol para localizarme. Así que seguí actuando como un buen hijo y le contesté lo mismo de siempre.

Estoy bien. No se preocupen.

Aunque sabía que no serviría de nada, ya que ellos se preocupaban hasta si me veían respirando raro, valía la pena recalcárselos.

Al terminar con eso, seguí mi camino por el edificio de Psicología en busca de Taehyung. Él me había mensajeado esta mañana diciéndome que hoy tendríamos la tercer clase.

Mis manos sudaban como si fueran conscientes de lo que sucedería más tarde y miles de dudas me atacaron.

¿Qué pasaba si hacía algo mal? ¿Taehyung se burlaría de mí?¿Pensaría que soy un perdedor?¿O es que eso ya lo piensa?

Busqué a Taehyung hasta debajo del último pupitre logrando hallar nada, únicamente polvo. Por favor, ya denle un aumento al conserje.

¿Dónde se había metido? Aunque conociendo la reputación de Taehyung, la verdadera pregunta era: ¿con quién se había metido?

De pronto me dieron ganas de ir al baño y me dirigí a los cubículos, sin embargo, en tanto me lavaba las manos, escuché unos peculiares sonidos. Perdón, no sonidos, exactamente gemidos.

¿Qué mierda?

No conseguí reaccionar de inmediato. Me quedé allí parado como estúpido para corroborar que en efecto alguien estaba haciendo cosas privadas en el baño.

De verdad, ¿qué clase de persona sería capaz de algo así?

Y obtuve mi respuesta cuando la puerta del cubículo de abrió, revelando la figura de Taehyung quien se subía la cremallera de los pantalones. Seguido de él, salió un chico con el cabello despeinado, y los labios hinchados y rojizos.

Rodé mis ojos porque, aunque lo deseara, esto no me sorprendía ni un poco. Parecía que Taehyung tuviera el superpoder de rastrear a los chicos más sedientos de carne.

Taehyung frunció el ceño al darse cuenta de mi presencia.

-¿Qué haces tú aquí? –No escondió ni un poco la irritación en su voz.

-Te estaba buscando –respondí sin más.

-¿Quién es el, cariño? –El chico, cuyo nombre me interesaba menos que un documental de pingüinos, le preguntó a Taehyung.

-Nadie importante, bebé –Lo tranquilizó.

El chico le sonrió y le besó la mejilla, mirándome de reojo como diciendo "es mío, perra insípida".

Pobrecito, si supiera que hay más de doscientos "bebés" en esta escuela.

Agradecí internamente cuando por fin se marchó.

-Te dije que me esperaras en el estacionamiento.

Taehyung continuaba con esa mirada fría y ese tono duro que me recordaba al día en que nos conocimos. Mi instinto confirmó que Taehyung podía ser realmente intimidante cuando lo deseaba.

-Estuve allí mucho tiempo y me cansé –mentí.

-Como sea, terminemos con esto –Negó con la cabeza y se aproximó a la salida– .Seguiremos en tu departamento.

Antes de que consiguiera irse, lo tomé de la chaqueta y él alzó sus cejas, sorprendido.

-A-aguarda antes quiero decirte algo.

Taehyung me tomó de la muñeca y me apartó como si mi tacto fuera venenoso para él.

¿Dónde estaba el chico dulce y juguetón de ayer? ¿Lo había sepultado vivo?

–Te escucho.

Vacilé antes de hablar:

-M-me gustaría proponer nuevas reglas.



Se pusieron interesantes las cosas entre Jungkook y Tae jejej

Gracias por leer. Trataré de actualizar semanalmente

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro