Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6: Chico sexy

Taehyung.

Iugh.

¿Por qué de entre todos los castigos me habían mandado a limpiar los vestidores? ¿Cuál fue el mal que había hecho?

Recordé la cara de los deportistas cuando les había arrojado fideos durante el almuerzo, pero, en mi defensa, ellos habían empezado llamándome con apodos despectivos.

Yo no me dejaba intimidar por nadie. Nunca más.

Caminé por los pasillos de la universidad, sosteniendo una cubeta y un trapeador al que, de tantas veces que me castigaron, ya le había agarrado cariño. Sin embargo, detuve mis pasos cuando me encontré con él.

Yoongi.

Lucía recién bañado, portando unos simples vaqueros y su típica chaqueta del equipo. Apenas su mirada se encontró con la mía, lo escuché jadear con un deje de fastidio.

-¿No puedes estar ni un día sin meterte en problemas?

-¿Y perderme la oportunidad de recoger cientos de toallas sucias, apestosas y sudadas? Ni de chiste, es un deleite para mí -expresé sarcástico.

Yoongi me observaba inexpresivo. No se asemejaba ni un poco al enorme cartel que había detrás suyo, donde el mismo chico sonreía ampliamente mientras jugaba baloncesto.

-Cuida tu boca, Kim -dijo con firmeza- .No querrás ganarte una paliza.

-No digas eso o mi lado masoquista podría salir a flote, Min.

Formé una sonrisa descarada y él resopló como si yo no tuviera remedio.

-Espera a que salgan todos -Miro en dirección de los vestidores.

-Lo sé, no soy un pervertido.

-No eres la persona indicada para decir eso.

Fruncí mis cejas, irritado. Aquello era el colmo.

-¿Seguirás con eso? ¿No puedes dejarlo pasar?

-Lo dices como si fuera fácil -Soltó una risilla venenosa- .Claro, olvidaba que lo fácil es algo que te caracteriza.

Okay, aquello si había dolido. No por lo que dijo, sino por el hecho de que sea él quien lo diga: el chico más bueno y perfecto de la universidad.

-Tranquilo, prometo que me mantendré alejado de ti y de tu ejército de neandertales.

Yoongi asintió conforme y, por fin, se marchó.

Era un idiota, ¿por qué tantas personas gustaban de él?

Si le quitaban lo guapo, rico, inteligente, atlético, buena gente, simpático y talentoso, ya no quedaba nada.

Respetando mi personalidad de rebelde con causa, tiré por el retrete la orden de Yoongi e ingresé de igual forma a los vestidores. Al entrar, me topé de frente con una imagen sumamente placentera: la espalda fornida de un chico quien parecía tener problemas para abrir su taquilla. Traía una toalla enrollada en la cintura y admitía que no se le veía para nada mal.

Carajo, ¿qué estaba pensando? Bueno, si todos me odiaban por ser un supuesto pervertido sexual pues que me odien con razón, ¿no?

Negué con la cabeza y me recordé que yo no era así. En consecuencia, hice lo que cualquier persona normal haría y decidí llamar la atención del tipo buenote, aclarando mi garganta. Él en seguida pegó un respingo y se dio media vuelta. Casi me da un paro al reconocer a nada más ni nada menos que a Jungkook, mi querido estudiante.

-¿¡Qué haces aquí!?

Jungkook trató de cubrir su torso descubierto con las manos. Desvié mi atención hacia otro lado, consciente de la vergüenza que debía estar sintiendo.

-Lo siento, pero tengo que limpiar este lugar y estás tardando años.

Los vestidores se encontraban vacíos salvo por Jungkook. Si demoraba un minuto más en salir, lo sacaría a patadas de aquí. No pensaba llegar tarde al trabajo por culpa de él y su bonito rostro.

-No es mi culpa que mi taquilla no abra.

Jungkook chistó con su lengua e intentó abrir la taquilla esta vez con sus manos.

-No creo que eso funcione, a menos que seas Hulk.

-Gracias por el consejo, Einstein.

Me acerqué y le empujé el hombro para que me diera lugar.

-Deja, yo lo hago.

Tomé las llaves que me entregó y la giré en la cerradura repetidas veces, sin conseguir abrir la maldita caja de metal. Después de unos minutos, lo miré apenado.

-No abre.

-Gracias, mi héroe -dijo sarcástico.

Sin querer, mi mirada se desvió al cuerpo de Jungkook cuando este se cruzó de brazos y me sorprendió ver lo bien formado que estaba. Para alguien que solía usar ropa bastante grande, tenía buenos músculos. ¿Este era el mismo niño cuyo rostro parecía el de un angelito?

Jungkook se volteó al notar donde estaba posada mi vista, pero logré visualizar un calor subiendo por sus mejillas.

-¡Oye, no veas!

Sonreí, sintiendo un alivio. Sí, aún seguía siendo el mismo niño tímido que había conocido.

-No hay nada que ver allí -murmuré.

De pronto, una idea apareció en mi cabeza.

-Espera, déjame intentar algo.

Tomé aire y miré fijo la taquilla antes de darle tres golpes. Gracias a esto, la puerta se abrió y una sonrisa triunfante se formó en mi rostro.

-Sabía que funcionaría.

Jungkook entreabrió sus labios, impresionado.

-¿Cómo lo hiciste?

-Cosas de gente pobre, no lo entenderías -Agité mi mano, haciéndome el interesante.

-¡Mierda! -Jungkook maldijo al ver el interior de su taquilla- .Creo que los chicos se robaron mi ropa. Seguramente es otra de sus bromas.

Supuse que por los chicos se refería a los jugadores del equipo.

-Uh, que mal -Extendí mi mano en su dirección- ¿Me pasas el trapeador?

-¡Por favor, ayúdame! -Juntó sus manos, implorando- .Eres mi única esperanza.

La primeras respuestas posibles que aparecieron en mi mente fueron no, never, sorry, nunca, sin embargo algo en la voz de Jungkook impidió que me negara. Quizás era compasión, debía ser eso. Suspiré y lo miré, se veía tan desesperado que mi corazón de pollo no se pudo resistir.

-Creo que tengo algo de ropa en mi casillero.

-¿De verdad? -El rostro de Jungkook se iluminó- ¡Gracias!

Relamí mis labios y mis ojos fueron a parar nuevamente a la única prenda que cubría su desnudez. La curiosidad por ver que había debajo, me impulsó a avanzar hacia Jungkook. Él retrocedió, confundido por mis acciones.

-Aunque podríamos aprovechar y seguir con la siguiente clase, ¿no crees?

Di otro paso y la figura de Jungkook quedó arrinconada contra los casilleros. Al verlo tan indefenso, me sentí poderoso, como un león acechando a una gacela.

-A-alguien podría venir.

Resoplé y fui a poner la traba en la puerta para luego reanudar con Jungkook.

-Asunto solucionado.

Jungkook tragó saliva y no perdí movimiento alguno de aquello pues me ponía demasiado esa inocencia que moría por corromper.

Todo en Jungkook me parecía tan sexy, a veces sin que él lo quisiera así.

-Podrían castigarte de nuevo -Puso como excusa.

-Pero esta vez valdría la pena.

Si, lo admitía. Quizás había mentido en el pasado porque Jungkook sin duda era mi tipo de chico.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro