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Capítulo 4: Primer clase

Jungkook.

-Vives en un palacio.

Las expresiones de Taehyung mientras visualizaba el interior de mi departamento eran sumamente graciosas. Desde que habíamos llegado lo único que había hecho era tocar todo a su alrededor como si las cosas que observaba para él fueran una ilusión.

No lo juzgaba, el lugar se encontraba en una ubicación estratégica y conservaba un tamaño apropiado, por no mencionar que desbordaba lujo, literalmente podías ver tu rostro reflejado en el suelo de la cocina. Y lo más importante para mí: era acorde a mi estilo respetando tonalidades blancas, negras y grises.

Sin embargo, aún no entendía su asombro. Mi padre era dueño de al menos veinte departamentos iguales a este.

-No es para tanto.

Le resté importancia al asunto mientras encendía la calefacción, ya que afuera hacia un frío de la puta madre.

Me colocqué mis pantuflas de conejito rápidamente antes de que Taehyung tuviera la oportunidad de burlarse. En mi defensa, mi madre me las había comprado y en mi defensa de porque aún no las había tirado, emm... no tenía nada, pero algo se me ocurriría. También le entregué a Taehyung un par de pantuflas que lucían normales y él se las colocó sin dejar de mirar a mi departamento como si fuera el país de las maravillas.

-¿Cómo puedes decir que no es para tanto? -Taehyung abrió sus ojos tanto como pudo- ¿Sabes cuántos riñones debería vender para adquirir un lugar así? ¡Más de diez!

-No, no lo sabía y no entiendo como lo sabes tú -Fruncí mi nariz.

-Sólo diré... momentos crisis.

No pude evitar reír y aún más cuando se dispuso a manosear mi refrigerador.

-Ya dime dónde escondes la droga.

-No vendo drogas y aunque lo hiciera no te lo diría.

-Touché.

Taehyung sonrió y debido a que la sala compartía el mismo espacio que la cocina, tomó asiento en uno de los taburetes frente al desayunador. Como buen anfitrión, le ofrecí un vaso de agua a lo que él acepto gustoso.

-Pensé que me ofrecerías un jugo exótico o algo así -bromeó cuando le extendí la bebida.

Manteniéndome sonriente, llevé ambas manos a la cintura

-¿Qué? ¿El agua no es lo suficientemente refinada para ti? -Meneé mi cabeza en resignación- .Es todo lo que tengo, olvidé hacer las compras esta mañana. Es eso o leche caducada.

-Gracias -Bebió un trago- .Ahora cada vez que piense que soy un inútil en esto de la vida adulta, te recordaré a ti.

-Ja, ja muy divertido -expresé irónico- ,pero para tu información mi independencia se me da muy bien.

Me llamó la atención cuando Taehyung se giró sobre su asiento y se tomó unos segundos para inspeccionar la sala.

-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

-No lo sé, unos meses.

-Unos meses y hay varios electrodomésticos que continúan empaquetados como la tostadora, la cafetera y la aspiradora -Señaló con su dedo- .También hay varios empaques de comida en tu cesto de basura lo que quiere decir que además de contratar servicios de limpieza, compras comida hecha -Se volvió a girar alzando ambas cejas, orgulloso de su capacidad para deducir.

-Okay, me atrapaste, pero es que no tengo tiempo de... ¡Ey, ¿como supiste lo del servicio?!

En respuesta, indicó con su mentón la tarjeta con el nombre de la empresa pegada al refrigerador y yo mascullé la palabra demonios entre dientes. Él sólo rió y yo pensé en lo mucho que disfrutaba fastidiarme.

-Como sea, no venimos a hablar de tu inutilidad.

Determinado, se puso de pie indicándome que no podía retrasar más tiempo lo que tarde o temprano debía suceder aquí. Al mismo tiempo, yo creía que iba a hiperventilar, era eso o mi cuerpo estaba en estado pre-sexo lo que me impedía respirar normalmente.

-¿Estás seguro? P-porque tengo varias anécdotas para contar.

Taehyung alzó una ceja ante mi balbuceo.

-No me pagas por compartir chismes contigo.

-Podría hacerlo.

Taehyung negó y para mí sorpresa en un rápido movimiento me tomó de la muñeca conduciéndome al sofá.

Ay, por las chanclas de mi madre.

¿Era muy tarde para arrepentirse de esto? ¡Yo ni siquiera sabía colocarme un condón! ¿Y cómo porque había decidido comprar uno de sabor limón? ¡A nadie le gustaba el limón!

Tomamos asiento y mi postura firme pareció darle indicios a Taehyung sobre los nervios que sentía.

-Jungkook, estás sudando y ni siquiera te toqué.

-L-lo sé es que estoy muy ansioso de por fin estrenarme -Sonreí y limpié la humedad de mis manos con la parte delantera de mis vaqueros.

-Okaay.

-Compré condones sabor limón.

-Bien -Taehyung desvió su mirada con extrañeza.

-Pero el señor de la farmacia no me los quiso reembolsar. Fue tan injusto.

Alguien por favor que me calle de un puñetazo.

-¿Por qué me estás diciendo esto? Aún no vamos a tener sexo -Taehyung mostró una tranquilizante sonrisa.

Al escucharlo, enseguida me dejé caer en el respaldo del sofá.

-Uf, que alivio.

-Sólo quiero preguntarte algunas cosas, pero la mayoría ya las respondes por ti solo.

¿Qué me intentaba decir?

-Dime -empezó- ¿Alguna vez te ha tocado alguien?

Abrí mis ojos y casi me ahogué con mi saliva ante su pregunta.

-N-no, yo no -Jugué con mis manos sin saber que hacer.

¿Sería muy raro si salía corriendo? Porque estaba a un segundo de esconderme debajo de mi cama.

-¿Y tú? ¿Alguna vez tocaste a alguien?

Volví a negar.

-¿Siquiera te han besado?

Lo miré a los ojos. Mis mejillas estaban a segundo de explotar por el calor y la vergüenza.

-Eres más virgen que el aceite, en serio.

-¿Eso es malo? -murmuré bajito.

-No, pero significa que tendré que trabajar mucho contigo. Durante horas.

El tono provocativo que había adquirido la voz Taehyung envió una corriente electrizante por todo mi cuerpo. La mirada del hombre cayó sobre mí y no pude evitar tragar saliva. Retuve la respiración cuando su dedo se deslizó por mi pecho.

-Pero dime Jungkook, ¿realmente eres tan inocente como pareces?

-Ah, yo...

Taehyung inclinó su cabeza. Ni siquiera podía formular una respuesta apropiada pues mi mente estaba puesta en su dedo adentrándose esta vez en la abertura de mi camisa y tanteando mi piel desnuda. Mi vista estaba puesta en un punto frente a mí, ya que el calor de su aliento rozaba mi oreja y sabía que si volteaba mi rostro a un lado, me encontraría con el deseo puro que transmitía su mirada.

-¿Qué tan seguido tienes pensamientos indecentes?

-A-algunas veces.

Relamí mis labios debido a que mi boca se sentía seca de repente. Taehyung, por supuesto, no perdió movimiento alguno de aquello.

-Podemos comenzar con un beso, ¿no crees?

Taehyung cerró sus ojos y se acercó de tal manera que su nariz rozaba la mía. Él estaba esperando que lo besara, que yo lo besara. Me decidí a poner mi mente en blanco, a por primera vez dejarme llevar por mis instintos y sin más, besé a Taehyung. Fue un roce de labios ligero, pero suficiente para causar una revolución de emociones en mi cuerpo: angustia, nervios y sobre todo inseguridad porque admitía que la experiencia de Taehyung si me intimidaba un poco. Cuando pensé que había sido suficiente me separé aunque él haya querido meter su lengua en mi boca.

-¿E-estuvo bien?

-Bien, pero eso no fue un beso.

-¿De qué hablas? ¡Pero nuestros labios estuvieron juntos! -aseguré indignado.

-Hablaba de un verdadero beso -Taehyung se inclinó para susurrarme al oído-: De esos que te roban el aliento y el único lugar donde se puede terminar es en la cama.

Si le pagara a Taehyung por cada vez que me hacía sonrojar, ya hubiera recaudado lo de tres clases mínimo.

-No sé si esté preparado para algo así.

-Está bien, respetaremos tus límites.

-Pensé que tenía que hacer todo lo que dijeras -recordé.

-Hacer todo lo que diga, pero hasta lo que yo creo que es correcto, ¿vale?

-Está bien, hyung.

Taehyung que se acomodaba el cuello de la camisa giró su cabeza.

-¿Cómo me llamaste?

-Hyung, ¿tiene algo de malo? -cuestioné inseguro.

Realmente lo había dicho sin pensar.

-Nada, solo que suena muy sexy cuando lo dices -admitió y se tomó el atrevimiento de morderse el labio inferior.

Harto de su espíritu coqueto, lo golpeé con un almohadón y él me devolvió el golpe con otro almohadón aún más fuerte causando que ambos riéramos como idiotas.

Cuando nuestra primera clase dió por finalizada, acompañé a Taehyung a la puerta. Él salió afuera, pero antes de irse me preguntó:

-Por cierto, ¿quién es el chico que te gusta? -interrogó con ambas manos en los bolsillos, mostrándose ligeramente desinteresado.

-No te lo diré -afirmé con una sonrisa sosteniendo el picaporte.

-Vamos, es para ayudarte mejor.

-Lo siento, la hora chismes ya pasó -me hice el interesante- .Deberás esperar hasta mañana.

Taehyung asintió entendiendo.

-¿Y mi beso de buenas noches?

Negué con la cabeza e ignorando su pedido cerré la puerta porque, sin duda, Taehyung era alguien impredecible.

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