Capítulo 1: Primer encuentro
Jungkook.
Primer año de universidad.
Los adolescentes que aún sufren el tormento de la preparatoria sueñan con el día en que por fin puedan desplegar sus alas y volar hacia el hermoso, y tal vez un tanto sobrevalorado, sueño universitario. Ya saben fiestas, alcohol, fraternidades, más fiestas, drogas. Aguarden, ¿quién dijo eso último?
Y sí, probablemente me encuentre con eso y mucho más a lo largo de estos años, ¿pero cómo lo sabría? Apenas llevaba tres semanas desde que había ingresado y lo único que había sufrido eran las famosas novatas. Las cuales, quiero destacar, eran peor que como las pintaban en las películas. Hasta tuve que comer una pizza del suelo. Repito, del suelo. Fue lo más asqueroso que alguna vez había hecho, pero al menos la rebanada era de pepperoni.
Todo parecía malo, todo parecía perdido, pero algo, o más bien alguien dió vuelta mi perspectiva de la vida universitaria al cien porciento. Y su nombre era... Redoble de tambores y sonido de música romántica: Min Yoongi.
Yoongi había sido guía de los nuevos ingresantes y joder, cuando lo ví presentarse con esa sonrisa, esa jodida sonrisa en el rostro, sentí que cupido me había dado un martillazo justo en la frente porque me enamoré casi de inmediato. Fue amor a primera vista, claro, salvo por el hecho de que me encontraba rodeado de cientos de otros estudiantes y que él, ni de por casualidad, reparó en mi presencia.
Pero yo ya lo conocía. Eso era un avance en nuestra futura historia de amor, ¿no?
Aunque, por supuesto, ese primer encuentro no fue suficiente para mí. Digamos que me volví una especie de acosador, pero lo juro, no de los que dan miedo. Lo único que hice fue stalkearlo en redes sociales, averiguar su horario de entrada y salida, actividades extracurriculares, signo del zodiaco y demás. Ya saben, lo normal cuando te gusta alguien.
Por favor, no traigan tranquilizantes. Fue por una buena causa.
En fin, mi arduo trabajo recolectando información, me llevo, aún no sé de que forma, a ser parte del equipo de baloncesto, pero claro, mis intenciones no estaban puestas exclusivamente en el deporte, sino en cómo acercarme al hermoso e intocable capitán. Sin embargo, mis intentos, se resumieron a un anhelado deseo porque la mayor interacción que había conseguido con Yoongi fue el haberle entregado una botella de agua que amablemente me había pedido. Fueron los mejores cinco segundos de mi vida.
Igualmente, no sabía porque me sentía tan mal, si después de todo él tenía la culpa; Yoongi era el auténtico causante de mi pesar. Es que, ¿por qué tenía que ser tan perfecto? ¿Por qué no podía ser alguien normal como un vendedor de chicles? O qué se yo, ¿un friki de internet? No, yo debía fijarme en la estrella de la universidad, en el chico más soñado por las chicas y chicos, y cuyos estándares seguramente estaban por lo cielos.
Y yo pues, como seguramente juraría el pepperoni cubierto de tierra que me comí aquel día, era un novato más. Sin experiencia, sin habilidades sociales lo que era igual a cero oportunidades de triunfar en el amor.
Era tan injusto, pero enserio, ¿quien había mandado a Yoongi a ser tan...
-Jodidamente atractivo.
Suspiré enamorado. Mis hormonas invadían el gimnasio y desbordaban por los aires al observar a Yoongi conversar junto al entrenador Lee. Sin embargo, no esperé el balonazo que recibí en la espalda por andar de distraído. Con una mueca adolorida, sobé la zona y me dí cuenta de que tal vez, el entrenamiento no era un buen momento para desvestir a mi crush con la mirada. Los miembros del equipo practicaban ejercicios de pases a mi alrededor y algunos estaban tan cansados que ni siquiera se fijaban a donde iban a parar sus lanzamientos.
-¿Seguirás mirándolo o por fin te atreverás a hablarle?
Hoseok, mi mejor amigo y compañero de equipo, apareció a mi lado sonriente como siempre y me extendió una botella de agua, lo que significaba que me veía casi tan deplorable como él: sudado, despeinado y probablemente desprendiendo un aroma desagradable gracias a los fluidos de mi cuerpo. Algunos eran buenos en matemáticas, otros en la cama y yo pues, mi única habilidad era sudar como si hubiera corrido una maratón en mi octavo mes de embarazo. Suerte la mía.
-Se ve algo ocupado -Bebí de mi bebida y ojeé la severidad en la expresión de Yoongi.
Sabía perfectamente que se refería a él, después de todo Hoseok era la única persona que conocía de mi enamoramiento secreto por nuestro capitán. No fue mi intención que lo supiera, pero al conocernos desde la primaria, podía leer mi mente con tan sólo un mínimo gesto en mi rostro. Daba miedo a veces, pero era genial tener a alguien para apoyarme en mi plan conquista al chico más sexy de la universidad aunque seas más feo que una criatura de Star Wars.
Hoseok entornó sus ojos.
-Jungkookie, dices eso todos los días, ¿a caso no se te ocurren más excusas?
-Sí, tengo cientas de hecho -Me alisté a enumerar con los dedos- .No estoy preparado, no sabría que decirle, me babeo encima cuando me mira, no estoy preparado mentalmente...
-Eso ya lo dijiste.
-Pues vale la pena recalcarlo -Me acerqué a él en modo confidencial- .Ya sabes de mi asunto.
-¿Qué eres virgen? -preguntó más alto de lo que hubiera querido.
Lo mandé a callar pues lo que menos ansiaba era llamar la atención de los demás jugadores, especialmente la de Yoongi.
-Sí, eso.
-¿No te habías encargado de ya sabes... debutar en primera?
Quizás si no habláramos de algo tan serio como mi virginidad, me hubiera reído de lo malas que eran sus metáforas.
-Eso quisiera, pero nadie contestó mi anuncio, salvo por una mujer ofreciendo sus "servicios" y un terapeuta especializado en salud sexual -dije apenado.
-¿Por que será eso? -Llevó su mano al mentón fingiendo pensar- ¡¿Tal vez por la posibilidad de que piensen que eres un psicópata?! -exclamó casi aturdiéndome el oído. Hasta lo revisé para procurar que no me haya roto un tímpano.
-¡¿Y qué se supone que debería hacer?! -interrogué con el mismo tono.
Esto ya no era un asunto de drama juvenil, era algo serio. Estábamos hablando de mi futuro. No deseaba lamentarme los próximos treinta años sobre mi amor perdido de la juventud, al igual que lo hacían las madres cuando nos relataban sobre sus antiguos pretendientes millonarios. Era consciente de que probablemente Min Yoongi estaba muy fuera de mi alcance, pero también de que yo al menos tenía un enorme... corazón. Además de miles de dolores en el banco, pero eso sería recurrir al plan B de billetes.
Hoseok se quedó unos segundos medio procesando, medio poniéndome aún más nervioso, hasta que por fin dió indicios de vida y sugirió:
-Tal vez puedas buscar a un chico en un bar, coquetearle y llevártelo a la cama.
Parpadeé repetidas veces. Quizás me había equivocado y el chico frente a mí no me conocía tan bien como pensaba o realmente creía en los milagros.
-Claro y eso lo lograría haciendo alarde de mis increíbles armas de seducción -Exageré el grosor de mi voz para luego mirarlo escéptico- ¿Con quién piensas que hablas? Tiemblo hasta para pedirle la tarea a alguien.
-Pues debes avanzar o rendirte porque dudo que alguien conteste ese anuncio y sabes de lo popular que es Yoongi. No estará soltero para siempre -advirtió- .Debes adquirir experiencia pronto.
Tragué saliva y Hoseok apoyó su mano en mi hombro.
-Hablas de...
-Tener sexo duro, fuerte y seguro -remarcó cada palabra.
Jamás lo había escuchado hablar con tal firmeza y, por un instante, me convenció de tener el valor para lograr aquello. Sí, el asunto de mi timidez estaba resuelto, no obstante la verdadera interrogante aquí era...
-Pero, ¿con quién?
En ese instante, como si el universo quisiera responderme, una persona entró al gimnasio abriendo las puertas de par en par y robándose la atención de la mayoría de los presentes. Y esto no era para menos, mis ojos casi salieron de sus cuencas al detallar la eminente belleza de aquel chico y no alcanzaron a enumerar todo lo que se podía apreciar del mismo. Sólo conseguí distinguir el cabello castaño que caía a lo largo de su rostro y contrastaba de una manera espectacular con la pureza de su piel canela, no obstante lo que más me habían cautivado eran sus facciones: tan perfectas que lucía sexy sin hacer expresión alguna.
¿Acaso las obras de arte habían cobrado vida o porque ese chico parecía moldeado a mano? Aunque no era para nada mi tipo de chico, yo era más de lo tierno y delicado, sabía apreciar a alguien guapo cuando lo veía.
El chico no mostró mucho interés en su alrededor y simplemente se dirigió a las gradas para recoger las toallas sucias que habían dejado los jugadores, mientras que con mi amigo nos preguntábamos mediante muecas de confusión que hacía en este lugar. Obtuvimos nuestra respuesta cuando el entrenador hizo sonar el silbato dando por finalizado el entrenamiento y algunos miembros del equipo se acercaron a nosotros.
-Kim Taehyung, ya se había tardado mucho en ser castigado -SeokJin, el mayor de todos, negó con la cabeza y bebió grandes tragos de agua- .Y yo que había pensado que este año nos libraríamos de él.
No entendía ni una letra de lo que estaba hablando y como el chisme era más tentador que un dulce para mí, no pude evitar preguntar:
-¿Lo conoces?
-¿Ustedes no? -Alzó sus cejas y luego resopló como si recordara- .Cierto, olvidé que eran novatos. Bueno, ese chico que ven ahí es la peor persona con la que podrían juntarse -Señaló al mencionado.
-Se acuesta con un tipo diferente todos los días. Es el rey de la promiscuidad -Siguió diciendo el tipo a su lado, cuyo nombre no recordaba.
-Y no sólo eso, se aprovecha de ellos y de su dinero -Otro jugador completó.
-Dicen que se acostó con el profesor de Biología para obtener una buena nota en un examen –siguió comentando SeokJin.
-Yo oí que se prostituyó por una caja de cigarrillos -dijo uno de los chicos que estaba más atrás igual de indignado.
Los chicos del equipo hicieron muecas de asco para nada discretas en dirección de Taehyung que limpiaba el gimnasio con un trapeador mientras escuchaba música. Sin embargo, el mencionado parecía estar más concentrado en sonreírle coqueto a un jugador al que prácticamente comía con la mirada.
-Como sea, hagan lo que hagan, manténgase alejados de ese chico sino quieren que su reputación en esta universidad se termine antes de que empiece -SeokJin nos miró a ambos sin ninguna gracia- .Él es la lepra de aquí -Indicó el piso antes de irse junto con los demás.
Al quedarnos nuevamente solos, Hoseok llevó las manos a su cintura sonriente.
-Wow, que bueno que nos advirtieron, ¿verdad? Lo que menos queremos es seguir siendo el objeto de burla luego de nuestro primer año. Mejor hagámosles caso y mantengamos nuestra distancia de la lepra.
Mis oídos poco escuchaban lo que decía mi mejor amigo, pues mi campo de visión se intercalaba entre el tal Kim Taehyung y mi Yoongi que felicitaba a los chicos por haber hecho un buen entrenamiento.
-Dijeron que ese chico es el rey de la promiscuidad, ¿sabes que significa? -Entrecerré mis ojos.
-¿Sida? ¿Clamidia?
-Sí y experiencia, demasiada experiencia -Lo señalé.
-Jungkook, que ni se te ocurra -Hoseok dijo cada palabra en tono amenazante- .Oíste lo que dijeron, además no querrás que Yoongi piense que te juntas con esa clase de personas.
-Nadie tiene porque enterarse.
-Te arrepentirás -insistió.
-Probablemente, pero debo intentarlo -afirmé con mis puños apretados- .Por mi futuro novio.
-¿Quieres decir que...
Mostré una sonrisa orgullosa del nuevo plan que se trazaba en mi cabeza.
-Kim Taehyung me enseñará todo lo que sabe sobre sexo.
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