Epílogo
〔𝐄𝐏𝐈́𝐋𝐎𝐆𝐎〕
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A pocos metros de Paradise se encontraba una pequeña isla con abundante vegetación, la cual llamó inmediatamente la de Eren, así que ordenó al capitán que desviara la embarcación hacia ese sitio con la intención de enterrar el cuerpo de Faith allí.
Jaeger recorrió la isla hasta que encontró un lugar que le pareció adecuado para que Ruscetti pudiera descansar en paz, así que, con ayuda de sus subordinados comenzó a buscar flores para colocar a sus alrededores. Jamás imaginó que después de llevar a cabo su venganza tendría que despedirse de quien pudo haber sido el amor de su vida, pero el destino terminó jugándole una mala jugada, por lo que ahora se encontraba cumpliendo la promesa que le hizo a la pelinegra en vida.
—Señor, se acerca Arlet en un bote —informa Floch— ¿Quiere que...
—No, no le hagan nada —intervino antes de que el pelirrojo pudiese terminar la pregunta— Supongo que viene a ver una última vez a Faith.
Y así fue, Armin llegó a las orillas de la isla e inmediatamente lo rodearon para asegurarse que no tuviese explosivos o cargara armas consigo. Al ver que no tenía nada, Floch lo guio de mala gana hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de Faith.
—Una vez le prometí que al salir de la prisión le regalaría flores de verdad... —confesó entre lágrimas— Y ahora mírame aquí —sorbió su nariz y observó a Armin de reojo, puesto que, le inquietaba que el rubio se encontrara en completo silencio.
—Supongo que se te salió de las manos, ¿no? Así como el asunto de la venganza —reprochó el rubio mientras mantenía la vista fija en el cadáver de Ruscetti.
—¿Y qué esperabas? ¿Qué organizara una maldita fiesta de té para que pagaran por sus actos? Cosas como estas no se resuelven dialogando, se resuelven con sangre.
—¿Sangre de inocentes? —cuestionó el rubio antes de hacer una breve pausa— Tú no eres más que un egoísta. Esto no lo hiciste por el bien de la humanidad como tanto presumen tus Jaegeristas, más bien lo hiciste porque eres un resentido de mierda que no mide las consecuencias de sus actos —espetó—. Obtuviste tu victoria, sí. Pero, arrastraste a Faith a una muerte segura y eso nunca te lo voy a perdonar.
—Yo la quería y tenía planificado darle una vida digna.
—Si tanto presumes quererla, entonces no entiendo porque la condenaste a tener una vida tan miserable.
—Yo no quería que sucediera esto, Armin... —se le veía muy arrepentido— Y si me quieres matar, estás en todo tu derecho porque me lo merezco.
—No —negó con la cabeza—, morir sería una forma muy sencilla de evadir el cargo de conciencia y es que, no importa que tan libre seas ahora porque estás condenado a ser prisionero de tus decisiones por el resto de tu miserable vida.
Un silencio incomodo se apoderó de aquel lugar en cuanto Arlet terminó de desahogarse y sin previo aviso Eren retiró con la cabeza gacha. Fue entonces, cuando Armin aprovechó aquel momento a solas para despedirse de Ruscetti.
Cuando terminó, ubicó rápidamente a Eren que se encontraba observando el panorama desde la orilla del acantilado mientras lloraba silenciosamente.
—¿Cómo llegaste hasta aquí? —soltó Eren de repente.
—Antes de que nos enviaran a proteger la base militar, escuché un par de rumores sobre la supuesta filtración de tu ruta de escape, por lo tanto, busqué la manera de advertirte a través de uno de tus subordinados, pero gran parte de ellos habían sido masacrados en un enfrentamiento que tuvo lugar en la fortaleza que tomaron los cuerpos militares para ocultar el arma que tenían planeado utilizar para asesinarte —explicó—. Luego de eso, tuve la oportunidad de ocultarme antes de que Faith detonara el explosivo y cuando salí a buscarla, me enteré de que ella había muerto —su voz se escuchaba entrecortada—. Yo llegué a pensar que quizá había fingido su muerte para poder empezar una nueva vida junto a ti. Sin embargo, muy en el fondo sospechaba que no era así, por lo tanto, me las ingenié para buscar tu nueva ubicación.
Eren asintió mientras trataba de asimilar aquella información. Estaba impresionado con el ingenio que había tenido Arlet para poder localizarlo en medio de todo este caos.
—¿Y ahora qué piensas hacer? —cuestiona Armin después de un rato mientras Eren observaba con una maliciosa sonrisa a Zeke, quien se encontraba llegando a la orilla de aquella pequeña isla.
—Voy activar el retumbar —dicho esto, giró sobre sus tobillos y se alejó del acantilado, dejando completamente solo a Arlet.
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𝐀𝐆𝐑𝐀𝐃𝐄𝐂𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒:
Quiero agradecerles a todos los que se tomaron el tiempo en leer mi fanfic. De verdad, que jamás pensé que esta historia llegaría a atraparlos hasta el punto de acompañarme en esta bonita ocasión para despedirnos de lo que fue para mí una de mis mejores obras. Nada de esto hubiese sido posible sin la ayuda y colaboración de: Nicolás, Judith, Pinku, las chicas que se tomaron el tiempo en hacer fanarts de mi historia y claramente todos ustedes que están leyendo esto.
Espero que me acompañen en las próximas historias que están por venir porque el universo de PRISONER tiene más para dar.
Hoy se acaba mi guardia, que tengan una feliz noche.
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