〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐈: 𝐋𝐀 𝐂𝐔𝐑𝐈𝐎𝐒𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐌𝐀𝐓𝐎́ 𝐀𝐋 𝐆𝐀𝐓𝐎〕

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IMPORTANTE ANTES DE LEER: En esta historia los que tienen acceso a la información sobre los nueve titanes cambiantes son los soldades de élite y los altos mandos en general.

|𝙴𝚁𝙴𝙽|

Faith cerró con delicadeza el libro y me miró. Sé quedó pensando durante un par de segundos como si estuviese tratando de analizar aquella pregunta hasta que finalmente me respondió.

—Mhm... bueno, cuando estuve en la academia corrieron varios rumores sobre un muchacho que tenía la capacidad de convertirse en titán, pero no es más que uno de esos mitos de la academia—se encogió de hombros y le dio una mordida a su manzana.

Anteriormente, Floch me comentó que los altos mandos habían decidido restringir cualquier tipo de información sobre los titanes cambiantes. Las únicas personas que tenían acceso a esos informes eran los altos mandos de los cuerpos militares bajo la excusa de que querían evitar que aquellos documentos cayeran en manos equivocadas.

Siempre creí que había algo más allá que un temor a ser traicionados o atacados con sus propias armas, sin embargo, aquellas sospechas jamás pudieron ser resueltas ya que Floch jamás logró recolectar información que lo comprobara. Lo único que si tenía en claro era que esos imbéciles me habían traicionado y por obvias razones eso no quedaría ahí.

Por otra parte, estaba Faith, ella no tenía ni la remota idea de los titanes cambiantes y la verdad, tampoco me convenía contarle o de lo contrario todo se vendría abajo.

—¿Por qué? ¿Qué hay con eso? —pregunta con suavidad, sacándome de mis pensamientos.

—No te preocupes, nena. No es nada —aseguré con una sonrisa tratando de sonar convincente.

[...]

Floch llegó a los pocos minutos que Faith se fue. Me entregó la bandeja con mi cena y comenzó hablar de las novedades de la superficie, pero realmente yo no estaba prestando atención ya que mis pensamientos se centraron en nada más y nada menos que en la pelinegra.

—Floch —lo interrumpí y el inmediatamente se quedó en silencio—. Voy a necesitar que te lleves a Faith...

—S-Señor, lamento contradecirlo, pero aún necesitamos a Faith, por lo tanto, si se quiere deshacer de ella tendrá que esperar al día de su juicio después de que ella...

—¿Y quién está hablando de asesinarla? —pregunté alterado— Te estoy pidiendo que te la lleves a otro lado, ¿puedo contar contigo o se lo tengo que pedir a alguien más?

Floch colocó sus manos entrecruzadas sobre su regazo y aclaró su garganta.

—No, señor. Usted sabe que puede contar conmigo para todo lo que necesite —garantizó— ¿Algo más?

—Eso es todo, Floch —le di la espalda para luego tomar asiento en la orilla de la cama, dándole a entender que ya no quería continuar con la conversación y afortunadamente, él lo entendió rápidamente porque tomó la bandeja y se fue sin decir nada más.

No entendía con exactitud la inquietud que traía. Hasta ahora todo marchaba a la perfección, pero había un detalle en específico que no me permitía conciliar el sueño y estaba casi seguro de que ese detalle tenía que ver con Faith.

Desde un principio tuve en claro que muchas personas morirían cuando llevara a cabo mi plan, sin embargo, se me hacía muy difícil imaginarme a Faith en esa situación tan desesperante. Traté de convencerme a mí mismo de que todo marcharía bien y que Floch llevaría a la pelinegra a un lugar seguro donde posteriormente nos reencontraríamos, pero aquella idea no me terminaba de convencer, no era como que desconfiara del pelirrojo sino la gran cantidad de escenarios y desenlaces catastróficos que venían a mi mente.

Faith ha vivido gran parte de su vida perturbada y ahora lo único que deseo es que pueda vivir el resto de su existencia tranquila. quizá si la ayudo en ese aspecto pueda disminuir el cargo de consciencia que traigo por utilizarla y manipularla, sin embargo, nada me asegura que las cosas saldrán tal cual como las planifiqué, sin contar que aquel día tendría que estar dispuesto a tomar decisiones rápidas sin necesidad de sacrificar mi venganza y sin tener que dañarla a ella, lo cual era realmente difícil porque tarde o temprano tendría que darle prioridad a una sobre la otra.

|𝙵𝙰𝙸𝚃𝙷|

Al llegar al establo, lo primero que hice fue llevar a Orión a su recinto. Me quedé observándolo con una gran sonrisa en el rostro mientras cepillaba su cabello y recordaba todas las travesías que habíamos sobrevivido juntos. Cuando finalicé, me despedí de él en lo que aseguraba su puerta y salí de ahí con la esperanza de poder darme un baño antes de acostarme a dormir.

—Estuve esperándote, Faith —la tenue voz de Mikasa provocó que me sobresaltara, estaba tan hundida en mis pensamientos que ni siquiera me percaté de su presencia.

—Me asustaste, Mikasa —confesé con una risa nerviosa mientras me colocaba una mano en el pecho en un intento de recobrar el aliento— ¿Necesitas algo?

—Sí —afirmó mientras se acercaba lentamente hacia mí con un sobre entre sus manos—. Necesito que entregues esto a una persona en específico, pero tienes que ser discreta.

En cuanto me entregó el sobre, lo analicé disimuladamente de esquina a esquina en busca de alguna pista que me revelara su destinario, pero no encontré absolutamente nada.

—¿Quieres que se lo entregue a Hange a solas o...?

—No —intervino rápidamente y noté que se encontraba algo dubitativa, pero lo que sea que la estuviese pasando por su mente no la detuvo porque la pelinegra continuó hablando—. Necesito que le hagas llegar esta carta a Eren —abrí mis ojos de par en par al escuchar eso e inmediatamente mi corazón se aceleró al recordar el favor que le había hecho a Eren ya que probablemente Mikasa me estaba tendiendo una trampa.

—¿Cómo sé que esto no es un truco para probar mi lealtad? —cuestioné arrugando el entrecejo.

Mikasa entrecerró sus ojos y suspiró profundamente antes de responder.

—He estado buscando desesperadamente una persona que le haga llegar esto a Eren ya que nos han prohibido tener cualquier tipo de contacto con él y Armin me comentó una vez que tú eras de confiar así que me tomé el atrevimiento de localizarte para poder pedirte este favor.

—Es muy arriesgado —confesé tratando de sonar serena para disimular mi nerviosismo—, además no sé qué tipo de información contiene esa carta y si es algo muy comprometedor podría meterme en problemas.

—¿Crees que no lo sé? Entiendo tu preocupación y es completamente comprensible que dudes de una persona con la que muy pocas veces cruzas palabras, sin embargo, no estoy acá con la intención de hundirte, solo quiero que me hagas ese favor y no volverás a saber más de mi... —hizo una pausa— Créeme que si te prohibieran el contacto con un amigo que está a punto de ser sentenciado a muerte también buscarías todos los medios para poder dar un último adiós —aclaró su garganta para disimular su voz quebrada— pero si no quieres hacerlo lo entenderé, solo no le hables a nadie sobre esta conversación.

Acercó su mano con intención de quitarme el sobre, pero la detuve antes de que pudiera hacerlo.

—Se la haré llegar. Lo prometo —guardé el sobre en el bolsillo de mi gabardina y Mikasa formuló un gracias casi inaudible antes de retirarse.

[...]

No negaría que el discurso de Mikasa me conmovió, pero también me generó curiosidad por lo que estuve batallando durante horas y horas para contener las ganas de abrir aquel sobre con tal de saciar mi deseo de saber el contenido de la misma.

Debatí conmigo misma durante toda la noche hasta que en el transcurso de la mañana siguiente tomé la osada decisión de abrir el sobre con la excusa de asegurarme que la carta no tuviese información comprometedora. Cuando comencé a leer el escrito me di cuenta que Mikasa no mentía, pero también me invadieron los celos ya que todo el texto estaba escrito con un sentimiento que no se podría describir como amistad sino más bien como una especie de afecto al cual no le hacía falta tanto análisis para poder comprender que la pelinegra estaba enamorada de Eren.

Me quedé sentada en mi cama con la carta entre mis manos mientras lloraba de frustración. Traté de convencerme a mí misma de que lo que sentía por Eren no era más que atracción, pero muy en el fondo había algo más que simplemente no podía describir con palabras.

Una semana antes del juicio...

Aquella semana fue un completo caos; en las mañanas iba a la oficina de Hange para ayudarla con los registros de Eren que serían llevados a la corte dentro de dos semanas y el resto del día lo pasaba en la fortaleza cumpliendo con mi tarea de supervisar al castaño quién se encontraba un tanto ansioso por el juicio lo cual era completamente comprensible teniendo en cuenta los rumores que corrían por ahí sobre que la sentencia ya estaba decidida.

Sin contar qué en mis tiempos libres me iba a la biblioteca con la esperanza de encontrar algún archivo sobre aquella pregunta tan peculiar que me hizo Eren una semana atrás, pero para mi sorpresa no encontré absolutamente nada lo cual me llevó a crear dos posibles teorías: seguía siendo un mito aquello de que los humanos podían convertirse en titanes o alguna persona manipuló la información en los registros para mantener desinformados a los soldados de bajo rango y al resto de la población en general.

Y lo más curioso de todo es que por más que traté de hacer caso omiso a esa incógnita que traía de alguna u otra forma volvía a mi mente generando más curiosidad en mí.

[...]

Mientras revisaba y organizaba los papeles me encontré con un archivo que llamó mi atención. Este era el registro de lo que se acordó en la última reunión que se hizo con respecto a Eren.

|ＦＬＡＳＨＢＡＣＫ|

—No es la primera vez que hablamos de Jaeger —dijo Zackly.

Apartó los papeles hacia un lado mientras que con su mano libre se quitó los anteojos mostrando una expresión de cansancio y exasperación.

—Lo sé, he leído el informe al menos unas quince veces y finalmente he tomado la decisión de apelar contra la fecha del juicio.

Todos voltearon a ver a Hange como si hubiese perdido la cabeza. Sin embargo, ella se veía muy segura de sí mima.

—Tengo entendido que Eren ha sido señalado como un peligro inminente para la nación, ¿por qué el afán de querer alargar su vida?

Hange explicó detalladamente por qué deberían de darle más tiempo para investigar las cualidades de titán que Eren había adquirido con el paso de tiempo ya que sentía que sería un avance muy grande para la humanidad. Todos parecían estar inquietos ya que el muchacho de ojos verdes era amenaza para todo Paradise y temían que en cualquier momento el utilizara su capacidad para destruir todo a su paso, aunque se desconocía lo que el joven Jaeger quería lograr.

|ＦＩＮ ＤＥＬ ＦＬＡＳＨＢＡＣＫ|

Muchas dudas surgieron en mi cabeza al recordar aquello, entre ellas, la forma tan estúpida en la que dejé pasar como si nada ese pequeño detalle. Quizá estaba tan sumergida en mis pensamientos que no le tomé tanta importancia a lo que Hange había dicho ya que las reuniones llegan a tornarse tan tediosas que son pocos los soldados que prestan atención a lo que se dice.

Observé disimuladamente hacia dónde estaba Hange para poder determinar a simple vista que tan estresada estaba y como su rostro se encontraba sereno, aclaré mi garganta y me armé de valor para poder hacer la dichosa pregunta.

—Comandante —la llamé con suavidad y ella rápidamente elevó el rostro— ¿Podría hacerle una pregunta?

—Claro que sí, ¿qué ocurre?

Relamí mis labios y sentí como mi corazón se aceleraba con el paso del tiempo, pero ya no había vuelta atrás.

—¿Los humanos pueden convertirse en titanes?

—Eso es imposible, Faith —respondió acompañado de una risa nerviosa— ¿De dónde sacaste esa teoría?

—Usted lo mencionó en la última reunión en dónde apeló para cambiar la fecha del juicio—aclaré.

—Cuando una persona está desvelada tiende a decir un montón de estupideces, así que no me extrañaría que Hange no haya dormido absolutamente nada antes de asistir a esa reunión, lo cual es completamente comprensible teniendo en cuenta todas las responsabilidades que tiene como comandante del Cuerpo de Exploración —alegó el capitán Levi antes de darle un sorbo a su té.

Me quedé en silencio durante el resto de la jornada pensando una y otra vez en sus palabras ya que estaba más que claro que trataban de ocultar algo. Cuando se hizo la hora del almuerzo, me despedí de todos los presentes como si nada hubiese pasado y al salir noté que Armin fue tras de mí, pero como no se animó a detenerme seguí mi camino al comedor como si nada.

Justo allí me encontré a Mikasa e inmediatamente recordé que no le había entregado la carta a Eren, así que me levanté rápidamente de mi asiento y corrí a mi habitación en busca del dichoso sobre que no recordaba dónde lo había dejado. Después de buscar durante media hora, finalmente lo encontré entre mi ropa sucia, por lo que me apresuré a guardarlo en el bolsillo de mi gabardina antes de salir.

[...]

Cuando llegué a la fortaleza, dejé a Orión en el establo y me apresuré a entrar. En el momento que estaba bajando las escaleras me detuve por completo y saqué la carta de mi bolsillo mientras me cuestionaba si debía entregársela o no.

«¿Hacer lo correcto o dejarme guiar por mis impulsos?», me pregunté mientras observaba detalladamente aquel sobre hasta que tomé una decisión.

Busqué con la mirada la antorcha más cercana y me acerqué para quemar el sobre hasta extinguir por completo su existencia. Luego de eso, terminé de bajar las escaleras con una gran pesadez en el corazón por lo que había hecho anteriormente, pero ya para ese momento era muy tarde para arrepentirse así que pasé ambas manos por mi rostro y entré al pabellón subterráneo dónde se encontraba Eren como si nada hubiese ocurrido.

—Buenas tardes, nena.

—Buenas tardes, Eren —le regalé una sonrisa.

—Espera... Antes de que tomes asiento, hay algo de lo que quiero hablarte.

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-O4 capítulos para el final de PRISONER

Buenas noches gente linda, ¿cómo han estado? ¿comieron? ¿tomaron agüita?  ¿ya se deleitaron el one shot de LevixFaith? 

Espero que todos se encuentren bien y tambien espero que les haya gustado el capítulo. Como les dije anteriormente ya comenzó la cuenta regresiva para el final así que vayan contactando a sus psicólogos. 

RECUERDEN QUE HAY UN LIBRO DE ONE SHOTS +18 DISPONIBLE EN MI PERFIL

Instagram: @indrianyglazierfanfics

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Les mando un fuerte abrazo, no olviden que los amo c:

➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀: