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Capítulo 10: Intruso (+18)

〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗: 𝐈𝐍𝐓𝐑𝐔𝐒𝐎〕

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Hange me envió de vuelta al establo para buscar nuestros caballos y luego de eso nos dirigimos junto con el muchacho hacia el lugar dónde se encontraba Jean. Una vez allí, alcancé a divisar al castaño tumbado en el suelo con su brazo inmovilizado en compañía de Floch y otros dos soldados que se encontraban resguardándolo a un lado del sendero.

—¿Qué pasó? —preguntó Hange desconcertada para luego bajarse del caballo y colocarse de cuclillas junto a Jean para analizar superficialmente aquella herida, dándose cuenta que se trataba de algo grave.

—Estábamos patrullando por la zona hasta que escuchamos a Kirschtein pidiendo ayuda. Cuando llegamos hacia acá, lo encontramos inconsciente a un lado del sendero, creímos que quizá huía de alguien...

—O de algo —interrumpió Floch e inmediatamente todos voltearon a verlo.

—¿A qué te refieres? —cuestionó la castaña arrugando el entrecejo.

—Me tomé el tiempo de indagar y me di cuenta de un par de cosas, entre ellas, que jamás hubo una lucha de cuerpo a cuerpo. Por un momento llegué a pensar que la persona que lo estaba siguiendo, lo golpeó para dejarlo inconsciente, pero desistí de aquella idea cuando vi aquella rama cubierta de sangre fresca.

—¿Por qué? —intervino Franklin no muy convencido de la hipótesis del pelirrojo.

—Porque seguramente iba cabalgando tan rápido que no alcanzó a ver la rama y se golpeó —argumentó Hange—. Me pasó muchas veces cuando iba de expedición, pero afortunadamente jamás me estrellé con una rama como ésta.

Mientras ellos hablaban de sus teorías, mi vista se centró en el destello de una hoja metálica que se encontraba a unos pasos de mí. Cuando me acerqué, me coloqué de cuclillas y aparté cuidadosamente las hojas para encontrarme con la daga de Jean.

Me quedé helada por un par de segundos ya que a mi mente llegó el recuerdo de la vez que entró a mi habitación y me amenazó con matar a Armin si llegaba a decirle algo a Hange. Suspiré con pesadez y cerré mis ojos con fuerza dejando escapar algunas lágrimas por la frustración que sentía en ese preciso instante.

—¿Faith? —Hange me llamó segundos después e inmediatamente me coloqué de pie.

—¿Sí? —me sequé las lágrimas y oculté la daga.

—Ya nos vamos, por favor no te quedes atrás.

En lo que me reintegré con el grupo, noté que habían improvisado una especie de carreta con el objetivo de trasladar a Jean sin que se lastimara en el trayecto. Cuando llegamos al cuartel, lo llevaron hacia el centro sanitario militar para que recibiera atención médica lo más pronto posible.

[...]

Estaba tan cansada que en lo único que pensaba era en mi cama, pero al ver a Hange tan desanimada opté por acompañarla un rato. Le conté varias anécdotas graciosas con la intención de que despejara un poco la mente. Al verla sonreír ligeramente me sentí un poco más tranquila, pero aquel sentimiento se fue desvaneciendo lentamente al recordar que había traicionado su confianza.

Horas después, le informaron a la castaña que ya habían atendido la herida de Jean y que se encontraba descansando en una de las habitaciones del centro sanitario. Cuando Hange entró, se quedó observando con algo de melancolía al muchacho hasta que el doctor llamó a la puerta solicitando hablar con ella en privado.

No negaría que me causó una gran incomodidad estar a solas con Jean en esa habitación. Sin embargo, verlo en ese estado tan vulnerable se me hizo muy satisfactorio y como si fuese suficiente, recordé todas las veces que me hizo sentir mal provocando que poco a poco la ira tomara el control de mi cuerpo.

En un abrir y cerrar de ojos ya tenía la daga de Jean en mis manos. Lo único que pasaba por mi mente en ese momento eran distintos escenarios en dónde desquitaba toda mi ira con él, pero antes de que pudiese tomar una decisión, la voz de Hange trajo a la realidad una vez más.

—Yo me encargaré de él, Faith. Tú ve a descansar, ¿sí? —esbozó una débil sonrisa y al salir colocó su mano izquierda sobre mi hombro como gesto de agradecimiento.

[...]

Me sentía miserable.

Ver ese brillo de esperanza y gratitud en Hange me hacía sentir realmente culpable y por más que quisiera devolver el tiempo para enmendar mi error, sabía que no había vuelta atrás puesto que el daño ya estaba hecho.

En cuanto llegué a mi habitación, me encerré como de costumbre y me quité la ropa para luego dejarla tirada sobre la silla de mi escritorio. Tenía la intención de ir a las duchas para asearme, pero hacía tanto frío que preferí lavarme con ayuda de una toalla y un poco de agua que tenía reservada en mi habitación.

Cuando terminé, me quedé dubitativa frente a mi armario porque no sabía con exactitud que ponerme para dormir ya que hacía mucho frío y tenía gran parte de mi ropa sucia, pero después de tanto pensar me decidí por mi ropa interior junto con camisón para luego acostarme en mi cama y quedarme viendo el techo hasta que me quedé profundamente dormida.

[...]

No sabía con exactitud cuánto tiempo había pasado desde quedé dormida, pero a mitad de la madrugada me desperté a causa de un extraño sonido proveniente del interior de mi habitación. Cuando me aseguré de estar completamente sola, me di media y cerré los ojos con fuerza en un intento desesperado de convencerme a mí misma de que aquel sonido solo fue un producto de mi imaginación.

Minutos después, volví a escuchar pasos en la habitación y sin pensarlo dos veces estiré mi brazo hasta mi mesita de noche para tomar la daga de Jean, pero en el proceso una mano ajena sostuvo mi muñeca mientras que la otra la utilizó para tapar mi boca. Estaba tan desesperada que lo único que pasaba por mi mente era gritar y luchar, pero cuando escuché aquella voz tan familiar me relajé un poco.

—¿Por qué tan agresiva? —susurró Eren a escasos centímetros de mi cuello para luego dejar un par de besos húmedos sobre mis clavículas.

—¿Cómo que por qué? Casi me muero del susto —reproché en voz baja viendo como poco a poco se alejaba y en su rostro se formaba una sonrisa burlona— ¿Puedo saber qué haces aquí?

—Salí a dar un paseo y pensé en visitarte —comentó con serenidad.

⦗TRIGGER WARNING: CONTENIDO +18

|***|

Faith estaba completamente enojada, lo cual era entendible debido a la desagradable situación que vivió en el momento que Jean la atacó. La pelinegra abrió la boca con la intención de decir algo más, pero Jaeger fue más ágil y la besó.

Aunque Ruscetti no lograba asimilar del todo bien lo que estaba ocurriendo, correspondió el beso de la misma forma. El enojo y el miedo que había en ella se disipó poco a poco conforme pasaba el tiempo y es que con cada minuto que transcurría Jaeger intensificaba el beso como si su vida dependiera de ello. Sin previo aviso, introdujo su lengua dentro la cavidad bucal de la chica con el objetivo de explorar todo lo que estuviese a su paso, y es que el ojiverde demostró con cada movimiento que realizaba que se había sumergido completamente en la lujuria.

—Colócate de espaldas, Faith —ordenó en un susurro sobre sus labios e inmediatamente la joven obedeció.

Aquella posición le trajo muchos recuerdos a los dos, la única diferencia que había ahora es que no estaban los barrotes de por medio, por lo tanto, Eren podría recrear sin problema alguno aquellos escenarios mentales que se hacía después de que Ruscetti se iba.

Sin tanto rodeo el castaño humedeció sus dedos y dirigió amabas manos hasta la entrepierna de Ruscetti. Con una apartó su ropa interior mientras que la otra se encargó de estimular aquella zona con leves caricias hasta que no aguantó más e introdujo sus dedos provocando que de la boca de la pelinegra se escapara un jadeo.

Faith se aferró al cabecero de su cama al sentir como los dedos de Eren entraban y salían a un ritmo desenfrenado de su cavidad vaginal. Aquella sensación tan placentera la hacía delirar,

—Mierda, Eren... —gimió la chica al sentir como el ojiverde dejó un sinfín de besos en su cuello.

—Nena, tú más que nadie sabe que no seré gentil —susurró de forma coqueta en su oído para luego rozar su erección contra el trasero de la joven—. Y si piensas que esto acabará como la última vez, entonces estas equivocada porque no pienso irme de aquí hasta follarte.

Ágilmente, Eren sacó sus dedos y palmeó su vagina para luego tirarla boca arriba sobre el colchón. Se deshizo del camisón y al notar que la pelinegra no traía sostén, se relamió los labios e inclinó su rostro hasta capturar uno de sus senos con la boca. El ojiverde sabía más que nadie que la razón por la que Ruscetti contenía sus gemidos era para evitar que los descubrieran, pero aun así el deseaba con todas sus fuerzas oírla gemir su nombre, por lo tanto comenzó a jugar con sus pechos, lamiéndolos y mordiéndolos hasta dejar marcas muy notorias sobre ellos.

Sin embargo, Eren no pensaba quedarse ahí, así que descendió poco a poco hasta llegar a la intimidad de la pelinegra. Cuando separó los labios vaginales de la chica con sus dos dedos se sorprendió al ver que su vulva estaba más húmeda que antes. Por su parte, Jaeger levantó ligeramente la mirada y se encontró con el rostro de Faith completamente ruborizado, ya en este punto no había forma de poder disimular lo placentero que estaba siendo la situación.

Eren separó las piernas de la joven para tener mayor acceso a lo Ruscetti respondió colocando ambas extremidades sobre los muslos del ojiverde. En cuando la boca del castaño estuvo en contacto con la intimidad de Ruscetti, la chica de ojos cafés arqueó la espalda y mordió su labio inferior para contener aquel jadeo.

Aquella acción hizo enojar a Eren, tenía pensado ir a un ritmo moderado para torturarla, pero no logró contenerse ya que la excitación había tomado el control de él al punto que su lengua se movía de arriba hacia abajo con rapidez para luego introducir dos de sus dedos en el interior de la pelinegra.

—Maldita sea, Faith, que ricas estás —admitió a escasos centímetros de su piel después de relamerse los labios que anteriormente se encontraban cubiertos con los fluidos de Ruscetti.

Faith cubrió con una de sus manos su boca y con la otra lo tomó del cabello para que el castaño no se alejara. Conforme pasaba el tiempo, la tarea de contener los gemidos se volvía muy difícil ya que los movimientos que realizaba Jaeger tanto con su lengua como su boca provocaban que la chica se retorciera de placer hasta que finalmente gimió su nombre.

—Ya no puedes más, ¿verdad? —cuestionó con una maliciosa sonrisa en el rostro en cuanto se alejó y observó el estado en el que se encontraba Ruscetti, sin embargo, Eren no planeaba dejar las cosas tan fáciles.

—N-No.

—¿Quieres venirte?

El placer que estaba sintiendo en aquel momento no la dejaba pensar con claridad, por lo que no fue sencillo para ella formular una respuesta y eso le disgustó por completo a Eren, así que con la mano que tenía libre azotó su trasero con tanta fuerza que su palma quedó estampada en la piel de Ruscetti.

—Creí haberte hecho una pregunta, ¿no es así? —utilizó su dedo pulgar para seguir estimulando su clítoris.

—S-Sí...

—¿Si qué? —arrugó el entrecejo en espera de la respuesta.

—Q-Quiero venirme, ya no aguanto más.

Eren sonrió de forma maliciosa.

—Entonces creo que vas a tener que rogarme para que eso suceda.

Ruscetti pensó que el ojiverde solo estaba jugando, pero al sentir como disminuía la velocidad de sus embestidas no lo quedó de otra más que ceder.

—Eren, por favor, no te detengas —imploró entre jadeos y Eren la tomó por las muñecas para evitar que realizara un movimiento indeseado, de esta forma él tendría el control absoluto sobre ella—. Necesito acabar en tu rostro.

Aquellas palabras fueron suficientes para motivar y excitar un poco más al castaño. Él se dedicó a embestirla sin compasión mientras que sus labios buscaban los de la contraria en busca de devorarlos para que fuese más sencillo ahogar sus gemidos debido a los constantes movimientos que el ojiverde realizaba.

Jaeger descendió una vez más hundir su boca entre los labios vaginales de Ruscetti. Una vez allí comenzó a lamer con más intensidad que antes mientras que sus dedos cumplían la tarea de penetrarla de una forma brusca pero placentera.

La pelinegra sintió un cosquilleo en su vientre acompañado de un fuerte calambre en las piernas anunciando que estaba próxima a llegar al clímax. Segundos después, Ruscetti no aguantó más y acabó en el rostro de Eren quién se deleitó con los fluidos que brotaban del interior de la chica.

Faith y Eren parecían estar algo agotados, pero aun así ambos deseaban continuar.

Cuando Ruscetti logró normalizar su respiración, se colocó de rodillas sobre su cama y llevó sus manos hacia el pantalón de Jaeger, pero antes de que ella pudiera realizar cualquier otro movimiento el ojiverde la tomo del cuello obligándola a que levantara la cabeza para que lo viera directamente a los ojos.

—Abre la boca, Faith —ordenó Eren con una lasciva sonrisa en su rostro a lo que la joven rápidamente obedeció. Jaeger inclinó un poco más la cabeza hacia adelante y escupió sobre la boca de la pelinegra—. Ahora sí puedes atragantarte con mi verga.

Ruscetti llevó ambas manos hacia la longitud del castaño y lo introdujo en su boca sin pensarlo dos veces. Eren entrecerró los ojos y dejó escapar un jadeo al sentir como su miembro invadió por completo la cavidad bucal de la joven.

La sensación que invadió a Eren cuando sintió como la lengua de Faith masajeaba su falo fue indescriptible. Todas esas fantasías que alguna vez pasaron por su mente mientras se masturbaba en completa soledad, finalmente se estaban cumpliendo.

Al cabo de unos minutos, Jaeger tomó con firmeza a Faith del cabello y comenzó a follarle la boca sin compasión hasta provocarle arcadas. Un par de lágrimas se deslizaron por las mejillas ruborizadas de Faith, pero ella jamás se mostró incomoda con la situación ya que disfrutaba la manera en la que Eren la trataba.

El ojiverde sacó poco a poco su miembro y se alcanzó a ver un pequeño hilo de saliva que conectaba los labios de Ruscetti con la glande de Eren, acto seguido la joven de cabello oscuro tomó con firmeza desde el tronco para luego comenzar a masturbarlo a un ritmo acelerado lo cual sacó un par de gemidos por parte del castaño.

De un segundo a otro Eren quitó la mano de Faith y la acostó boca arriba de manera brusca. Aquel momento que los dos tanto deseaban por fin había llegado, así que sin tanto rodeo se posicionó entre sus piernas e introdujo su miembro hasta el fondo arrebatándole un fuerte gemido a Ruscetti.

Eren posicionó una de sus manos en el delicado cuello de la joven mientras que su mano libre se posicionó en su cadera para poder tener el control del ritmo de sus estocadas. Su pelvis se movía con tanta intensidad que con el choque de sus pieles comenzó a resonar en la habitación un sonido similar al de unos aplausos.

Poco después, Jaeger decidió cambiar de posición y así fue. Colocó a la pelinegra en cuatro y con su mano libre sostuvo su erección por el tronco para luego deslizarlo de arriba hacia abajo sobre la entrada de la chica con el objetivo de que se desesperara y rogara para que la follara.

—¡Hazlo ya, maldita sea! —reclamó Ruscetti desesperada por sentir una vez más aquel gran falo dentro de ella y Eren con una lasciva sonrisa cumplió su petición introduciendo su miembro de una sola estocada para posteriormente tomarla con firmeza del cabello y tirar de él.

El ojiverde embestía a Faith con tanta intensidad que reprimir los gemidos no era una opción. Sin embargo, alguien decidió interrumpir aquella sesión tocando la puerta con desespero.

—Faith, ¿estás ahí? —pregunta Jean algo adormilado al otro lado de la puerta.

La pelinegra abrió los ojos de par en par completamente aterrada mientras que Jaeger se limitó a esbozar una gran sonrisa de oreja a oreja y aumentó la velocidad de sus estocadas provocando que Faith llevara una de sus manos a su boca para poder reprimir los gemidos. Aun así el silencio no fue suficiente para que Kirschtein se marchara ya que seguía en el pasillo llamando desesperadamente a Ruscetti mientras giraba desesperadamente la perilla.

Ninguno de los dos supo con exactitud en que momento Jean se calló, ya que ambos estaban tan sumergidos en el placer que aquella interrupción pasó a ser una de sus menores preocupaciones y Jaeger estaba completamente seguro de nada podría arruinar aquel momento.

A juzgar por el rostro de Faith estaba a punto de llegar al clímax y Eren no era la excepción, ya que aquella situación los excitó mucho más a los dos. Ruscetti sin previo aviso, se vino. Mientras que Jaeger, tardó un par de segundos más en acabar dentro de ella.

—Que placentera fue esta visita —el ojiverde plantó un beso en la comisura de los labios de la pelinegra quién se encontraba tumbada sobre la cama pero con una gran sonrisa—. Y no te preocupes tanto por ese imbécil, me aseguré de cerrar bien la puerta antes de despertarte —plantó un beso en su frente, luego en su nariz y por último en sus labios— Tengo que irme.

—Adiós —se despidió Faith y observó como el castaño desapareció de la habitación, utilizando la ventana como medio de escape.

|𝙵𝙰𝙸𝚃𝙷|

Al despertar, inspeccioné la habitación y me di cuenta de dos cosas; la primera es que me había quedado dormida y la segunda es que al parecer todo había sido un sueño, ya que todo estaba como lo dejé antes de irme a dormir.

Me senté en la orilla cama esperando que se aliviara el calambre en mi pierna y cuando finalmente cesó, me quité la sábana y me di cuenta que mis bragas estaban completamente húmedas. Si no fuese porque me había pasado de la hora probablemente me hubiese dado un baño, pero como tenía el tiempo contado opté por vestirme e ir directamente al comedor para desayunar.

En el transcurso de esa semana pasaron muchas cosas. Hange tuvo que duplicar mis turnos en la prisión como castigo por haber desobedecido al capitán el día que ocurrió el incidente en Stohess, sin embargo, aquello no me afectó en lo absoluto ya que disfrutaba la compañía de Eren.

Me desvelé alrededor de dos semanas tratando de convencerme a mí misma de que no sentía nada por él, lo cual fue prácticamente imposible ya que todos los buenos recuerdos que había vivido junto a Eren en los últimos días tomaron el control de mis pensamientos.

Lo peor del caso es que siempre tuve en cuenta que mis sentimientos no se podían interponer en mi trabajo, pero a tres semanas del juicio me di cuenta que era demasiado tarde puesto que, había caído en los brazos de Eren Jaeger y, a decir verdad, no me arrepentía de nada.

[...]

Aquel día en particular no ocurrió nada fuera de lo normal a excepción de la extraña actitud de Eren quién se encontraba un tanto ansioso. Le pregunté en varias ocasiones si ocurría algo y este aseguró que todo estaba en orden, por lo tanto, llegué a la conclusión de quizá le estaba afectando los nervios por lo rápido que estaban pasando los días así que me quedé leyendo en completo silencio hasta que me llamó.

—Oye, nena.

—¿Sí? —dije sin despegar la mirada de mi libro.

—¿Alguna vez escuchaste sobre los humanos que podían convertirse en titanes?

●●●

Buenas noches, gente linda. ¿Qué tal su semana? ¿Tomaron agüita? Yo estuve un tanto desaparecida por la univerdad, sin embargo, siempre los tengo a ustedes presentes. Por mi parte todo está bien, incluso me funaron JAJAJAJAJA.

¿Qué tal el capítulo? ¿Les gustó? ¿Se lo esperaban? LEAN LOS ANUNCIOS QUE SON IMPORTANTES

Lamento decirles que a partir de ahora comienza la cuenta regresiva para el final de PRISONER u.u

#ANUNCIO 1: ¿Leyeron el one shot +18 de ArminxFaith? Si no lo han leído vayan que ya está disponible en PRISONER - ONE SHOTS.

#ANUNCIO 2: Tuve que cerrar el grupo de WhatsApp y crear otro porque había una chica filtrando información. Si gustan entrar, abajo les dejo el código QR porque Wattpad no me deja comentar el link.

Este capítulo está dedicado a: Karen Piñango y Liz Cardozo. 

POR FAVOR, NO OLVIDEN VOTAR EN LOS CAPÍTULOS<3

Les mando un fuerte abrazo, no olviden que los amo c:

➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀:

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