Su tío Fester va a casarse.

Cualquier persona normal celebraría y diria que es una gran noticia, incluyendo a los más cuerdos de la familia, pero Wednesday Addams no es normal, y la invitación a la boda solo hace que crezca la bola de disgusto. Debbie Jellinsky entró a sus vidas como una vaga excusa de nana, pero resultó ser una arpía manipuladora, seduciendo a su tío con encantos de un súcubo hasta finalmente conseguir ese anillo en su dedo.

Qué despreciable, poco digno, incluso cuando sus acciones serían apreciadas por un Addams.

Ella iba a impedir esa boda cueste lo que cueste.

El primer paso es escapar del campamento Chippewa, un siniestro lugar donde los niños sonríen tan enfermizamente que le provocan náuseas (no el tipo bueno de náuseas); sus primeros intentos fueron frenados a causa de Amanda Buckman, cada plan trazado fue hallado por Gary y luego arrojado al lago o siendo castigada en una cabaña llena de afiches de los 80, sin embargo, este último plan es el definitivo, Pugsley y ella emplearan a un tercero.

Hasta que...

— ¡Cuidado, chicos, tenemos un herido! —gritó Gary Granger, apartando a cualquiera del camino mientras transportan a alguien.

Joel Glicker, el herido en cuestión, siendo transportado en una camilla improvisada hacia la cabaña principal, su rostro pálido estaba hinchado y rojo, ¿la razón? Shock anafiláctico; otro plan fue tirado al traste (y se decepciona al ver que nadie la intenta acusar de ello). A la distancia se escuchan los fuertes gritos de Buckman, acusando a alguien de provocar el incidente, Wednesday se acercó (sentía ira hacia la persona que, sin saberlo, frustró una vez más un plan bien trazado).

— ¡No fue mi culpa, él se tropezó y se manchó con la pintura! —exclamó una voz aguda, en respuesta a las acusaciones de Buckman.— ¡Fue un accidente!

Qué decepción: Joel fue derribado por accidente, su mera existencia reducida por un poco de pintura en aceite. La culpable es un chiquilla de rostro aniñado, cabellos marrones con mechas rubias y mirando amenazadoramente a Amanda, aunque su cuerpo tembloroso delate el impacto de Amanda en ella. Ratonil, débil, maleable. Si Joel no está, que esta chica lo remplace, entonces.

— Buckman, Becky solicita tu presencia, en vez de bramar contra ella, deberías atender tu llamado.—interviene estratégicamente, posicionándose cerca de la chica en cuestión.

Buckman apenas si le dirige la mirada, antes de marcharse hacia donde la están llamando, dejando a solas a la chiquilla y a Addams. La chiquilla la mira, un poco más concentrada en la canoa que estaba pintando antes de que todo esto ocurriera.

— Oh, eres tú... —murmura ella, como si la reconociera.— La chica rara que vino con su hermano, dicen que quemaste viva a una tus niñeras.

Una terrible sonrisa curva su labio.— Mi reputación se ha expandido.—se cruza de brazos.— Y la tuya, al parecer, corre el mismo destino.

— ¡Ya les dije que no fue mi intención! —muy rápido, se torna a la defensiva, arrojando el pincel a la hierba.— Él se tropezó, yo estaba aquí tranquila.

— Es una lástima.—menciona con cautela.— Joel me estaba ayudando en un proyecto, gracias a este incidente, ya no se realizará...

Nota a la chica tragar saliva.— ¿Era... era importante?

— Me ayudaría a escapar de este infierno disfrazado de campamento de verano.

El rostro malhumorado de la chica cambia drásticamente, la mira como si estuviera viendo la salvación en persona y no a Wednesday Addams (fue extraña la sensación).

— ¡¿Quieres escapar de aquí?! —grita a susurros, vigilando a cualquiera que quisiera escuchar.— ¡Yo también quiero! Detesto estar aquí.

Bingo bango, como diría Pugsley.

— Entonces, tomarás el lugar de Joel y nos ayudarás a escapar.—su voz suena a una sugerencia.— Es un trato justo.

Más vale que no, la chica aceptó sin rechistar. Debía estar muy desesperada por irse de aquí, más que Wednesday, si se atrevía a decir. Se reunieron con Pugsley en el trascurso de la tarde, una vez que fue anunciado que Joel se iría del campamento con su familia; retomaron el primer plan que falló por culpa de Amanda, añadiéndole el nuevo factor. Fue entonces cuando Enid, la chiquilla, reveló su secreto: era una mujer lobo que no podía transformarse, su madre pensó que un campamento normie la haría cambiar de parecer, pero falló magistralmente.

Ya no necesitaban robar el alicates de la caja de herramientas de Gary, tenían a su propio cortador de metales.

— Te encargarás de cortar el alambrado con tus garras.—asignó Wednesday, satisfecha por haber encontrado una solución al problema de un inicio: el alambrado.

Tarde en la noche, con todos los demás en sus respectivas cabañas, los chicos se dirigieron hacia la valla que rodeaba el campamento, con Enid detrás de ellos caminando un poco nerviosa. A pesar de sus dudas y temores, accedió a hacer su parte, demostrando su lealtad hacia sus nuevos amigos, con un solo movimiento de sus garras, el alambrado cayó al suelo, permitiendo a los chicos escapar hacia la libertad. Corrieron a través del bosque como lobos en la noche, sintiendo la adrenalina y la emoción correr por sus venas.

Fase uno lista, habían logrado escapar, Wednesday estaba determinada a impedir la boda de su tío.

— ¡Atrás, perras, somos invencibles! —exclamó Enid, con una sonrisa en el rostro mientras saltaba de la emoción.

Wednesday miró hacia atrás, al campamento que dejaron.— Pugsley, ¿hiciste lo que te pedí?

Él asintió en silencio.

A la distancia se escuchan los gritos de Amanda Buckman y el olor a madera ardiendo.

— Perfecto.—asiente hacia él, y se gira para ver a Enid.— Debo agradecer tu cooperación, sin ti, nunca hubiéramos logrado escapar.

— ¡Nos has salvado, estamos agradecidos! —recitó Pusgley, poniendo una mano en el hombro de Enid.

— Eso es lo que hacen los amigos, ¿no? —su voz se escucha un poco más baja, menos eufórica.— Somos amigos, ¿cierto?

Amigos. Hasta ese momento, ella no había tenido un amigo, Joel apenas era interesante (ser prácticamente alérgico a todo y aun así estar vivo), pero nunca un amigo. Enid la miraba con una sonrisa de dientes blancos, esperando una respuesta, el escape había sido solo el principio de todo esto, no sabía qué los llevaría a diferentes lugares, o qué haría ahora Enid que estaba fuera de ese horrible campamento, pero sabían que podían superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Después de todo, hacen un buen equipo los tres en conjunto.

Dice un dicho en su familia: "nada mejor que un escape de prisión para afianzar lazos".

— Sí, Enid, somos amigas.

La sonrisa de Enid bien podría iluminar el bosque entero, y sus garras desenvainadas eran armas muy atractivas.

— Ahora, vamos a arruinar una boda. Vienes con nosotros, Enid, quizá necesitemos más de tu ayuda.