Capítulo 31: Epílogo

"Dulce o truco".

Cinco años habían pasado después del fin de la guerra. Durante ese tiempo, Harry, Ron y Blaise se alistaron para ser Aurores en el Ministerio formando uno de los mejores equipos de trabajo.

Theo se convirtió en Inefable, trabajando constantemente en apoyo con aquel equipo extraño de trabajo. El castaño se encargaba de buscar objetos Oscuros, investigar el tipo de magia que poseían y guardarla en un lugar seguro o destruirla en caso de que algún otro mago oscuro deseoso de poder volviera a someterlos en la tiranía y la era de terror provocada por Voldemort en su momento.

Harry y Ginny contrajeron nupcias dos años después de la guerra, siendo la boda más épica del momento pues "el chico que vivió y salvador del mundo" se convirtió en el más importante héroe de guerra de toda la nación. Por lo tanto, hubo mucha cobertura de aquel acontecimiento, de tal manera que, la tan esperada fiesta duró tres días; el último día de festejo, el mejor amigo de Harry Potter, Ron sorprendió a su familia pidiéndole matrimonio a su novia Lavander Brown, quien ya tenía algunos meses de embarazo.

Al siguiente año, se celebraron dos bodas más. La del otro héroe de guerra Ron Weasly y Lavander. Poco después Theodore Nott quien cayó perdidamente embrujado por Luna Lovegood al finalizar la guerra. Algo que dejó perplejos a más de uno, pues nunca se esperaron que el misántropo chico se enamorara perdidamente de la rubia soñadora que veía seres extraños por doquier. Nott era muy complaciente con su esposa, planearon irse de luna de miel al continente africano, sólo para ir a buscar criaturas mágicas no registradas.

Por su parte Blaise Zabini, estudió arduamente en la academia de Aurores, para después de algunos años casarse con su antigua novia Pansy Parkinson mudándose en Londres Muggle, su ahora esposa se había convertido en diseñadora de modas muy prestigiosa tanto en la comunidad muggle como mágica y era quien se encargaba de diseñar los vestidos de novia y de las damas de honor en cada boda de los héroes de guerra.

Finalmente, los últimos en comprometerse fueron Draco y Hermione Granger y no por falta de ganas. En cada ocasión el rubio no dudaba en preguntarle a la chica si estaba preparada para dar el paso. Ella le decía que sí, pero que lo haría cuando él tuviera listo el anillo, pues en dos ocasiones lo había olvidado dejándolo guardado en el ropero de la casa que ya compartían.

Al finalizar la guerra Hermione fue en busca de sus padres a Australia, logrando restaurar sus recuerdos, y el joven mago no dudo ni un segundo en acompañarla. Juntos relataron a los señores Granger lo ocurrido durante la guerra, ellos al principio se horrorizaron, pero la castaña logró calmarlos. Les contó como su novio le había apoyado y protegido en aquellos momentos. A partir de ese entonces la familia Granger acogió Draco como uno más de ellos. Le mostraron las maravillas del mundo muggle al que no estaba acostumbrado; paseos por algunos de los más importantes museos, obras de teatro, cines y demás actividades lúdicas y de entretenimiento que dejaron al joven mago impresionado y apasionado por aquel nuevo mundo para él.

Después de tanto viajar, conocer y disfrutar su noviazgo, Draco y Hermione regresaron al mundo mágico, donde ella se dedicó a luchar por los derechos y el bienestar de cada criatura mágica y Draco se convirtió en un excelente elaborador de pociones, logrando mejorar la poción mata lobos con la cual evitó la transformación durante la luna llena. Poco después su empresa fue requerida para dotar de suministros el hospital de San Mungo.

Tuvieron una boda realmente íntima, solo asistieron sus amigos y familia. Aunque por supuesto siendo Draco un Malfoy no dudo en gastar cada galeón para tener lo mejor de lo mejor durante uno de los días más importantes de su vida. Hermione deseaba una boda muggle, así que el rubio no lo pensó dos veces y alquilo el museo Victoria and Albert en Kinghtsbridge, con el fin de darle a su futura esposa una boda estilo victoriana, donde todos los invitados debían vestir de época para aquel acontecimiento.

***

-Truco o trato- dijo Hermione interrumpiendo los recuerdos de su esposo que observaba con nostalgia su foto de bodas. Apareciendo frente a él con un disfraz de calabaza.

Draco se rió de su mujer -Que disfraz más original cariño.

-¡Oye! es lo único que puedo conseguir con mi enorme barriga- respondió la chica haciendo un pequeño puchero.

-Tienes la barriga más hermosa del mundo, porque es ahí- dijo sobando su abultada panza. -Donde se encuentran nuestros hijos- Draco sonrió enormemente al recordar hace algunas semanas como se había vuelto loco al ver por primera vez en una pantalla las caras de sus bebés y descubrir que eran mellizos, un niño y la primera niña de la línea Malfoy. Recuerda haber gritado por las calles del Londres muggle que iba a ser papá, como los transeúntes le miraban y la cara abochornada de Hermione perseguirlo por las calles para que no lo fueran a arrollar. Otro de los mejores días de su vida.

Draco se levanto del sofá y abrazo por la espalda a su esposa -Te he dicho que me has convertido en el hombre más feliz del mundo.

-Un millón de veces desde que estamos juntos- respondió Hermione con una sonrisa.

-Bueno, pues con ésta será un millón uno, te amo Hermione Malfoy.

-Yo también te amo y estos pequeñines de aquí- dijo señalando su barriga -también lo hacen.

Draco colocó su mano sobre la panza de su mujer y sintió un par de movimientos en el interior, sonrió enormemente ante tal manifestación de sus pequeños.

-Vámonos, se hace tarde para la fiesta en casa de los Weasly.

El rubio rodó los ojos al recordar el tan esperado evento, Ron Weasly no dejaba de fastidiar mencionando que este año era su turno de organizar la fiesta anual de Halloween y que sería tres veces mejor que la pasada, cuando la celebraron en casa de los Malfoy.

-Enserio tenemos que ir, no podemos quedarnos en casa y aprovechar, tu y yo, nuestra cama- comenzó el rubio subiendo ambas cejas sugerentemente.

-No, hoy es importante para Ron y su familia, recuerda que ya todos tienen pequeños y están muy emocionados con sus disfraces.

-De acuerdo, pero no me obligaras a sentarme junto a él, es muy fastidioso con el tema de las hijas.

-Porque sabe que eres un celoso y ni siquiera ha nacido Antares.

-No ha nacido y ya la esta emparejando con su hijo, Hugo- expresó cruzándose de brazos molesto.

-Bueno entonces dile que, de ser así, deberá convivir mucho más contigo y verás que se callará- le respondió la castaña dándole un beso a su esposo. -Ya es hora de irnos.

Draco le sonrió como el tonto enamorado que era, cada vez que su esposa le besaba o abrazaba, a él francamente no le importaban las pullas de sus amigos, lo más importante era que vivía muy feliz y tranquilamente al lado de la persona que mas amaba y de la vida que ahora tenía.

Fin.

N/A: Debo confesar que ya tenía el final listo desde hace meses, casi a la mitad de la historia, entonces si les parece algo empalagoso. Es porque así me gustan!! Espero a ustedes también les haya gustado. Gracias por sus votos y comentarios, la verdad que me animaron a seguir el reto. Por fin puedo decir ¡¡¡TRAVESURA REALIZADA!!!