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Capítulo 29: "Noche de luna llena".

"Noche".

-Imperio- Susurró Harry apuntando con su varita al duende que los estaba atendiendo.

La mirada del duende cambió, ya no los miraba de manera inquietante o acusadora, ahora incluso se mostraba amable y servicial. Los dirigió por un pasillo donde se encontraba un carrito minero sobre unas pequeñas y viejas vías. Todos subieron y se dirigieron por un vertiginoso camino en las profundidades de una caverna que se abría paso ante sus ojos.

El camino fue largo y el lugar se volvía mas frio al descender en aquella cueva, pronto sintieron un rocío en su cuerpo y todos voltearon a verse, descubriendo que habían cambiado a su forma normal; incluso la capa de Harry dejó de funcionar.

-Es un encantamiento contra ladrones- dijo Griphook sonriendo, lo cual hizo que los chicos comenzaran a desconfiar el aquel duende.

-Ladrones, hay ladrones aquí- comenzó a gritar el duende que los atendía, saliendo del hechizo imperio en el que estaba.

Potter rápidamente volvió a conjurar aquel hechizo imperdonable, evitando que llegaran los guardias al lugar antes de poder llegar a la bóveda.

De pronto el carrito paró muy cerca de donde se encontraba un gran reptil alado, sus escamas plateadas y ojos intensamente rojos, confirmaron a Ron lo que estaba observando -Es un Ironbelly Ucraniano- dijo con un susurro alarmante. Con sumo sigilo comenzaron a bajarse uno a uno dejando en el carrito al duende que estaba bajo la maldición imperio. -Harry, debemos salir rápidamente de aquí, esos dragones son lentos, pero son los más fuertes y destructivos- Ron jalaba la ropa de su amigo llamando su atención cuando aquel reptil comenzó a levantarse lentamente acomodando sus grandes alas hacia atrás

El pelirrojo fue interrumpido por Griphook el cual sacó del carrito una campana que comenzó a tocar estruendosamente, provocando que el dragón se echara al suelo de nuevo intentando colocar sus alas por sobre su cabeza.

-Qué le está pasando- Preguntó Hermione al ver la acción del dragón.

-Es así como los controlan aquí- susurró Draco tomándola por el brazo y dirigiéndola hacia las puertas de la bóveda.

-Pero eso es sumamente cruel y barbárico, cómo permiten esto- dijo la chica enfurecida, cruzándose de brazos.

-Es por seguridad señorita Granger- respondió Griphook, mientras abría la bóveda de Bellatrix, una sonrisa malvada se hacía notar en el rostro de aquel duende.

Al abrirse las puertas de aquella bóveda, Harry y todos los presentes pudieron notar pilas y pilas de galeones de oro, joyería y piedras preciosas como esmeraldas, rubíes, diamantes y perlas, distribuidas por todo el lugar. Había algunos cofres de distintos tamaños y algunos objetos que posiblemente estuvieran encantados.

-Hay que entrar con mucho cuidado- dijo Draco adelantándose -La familia Malfoy y los Black acostumbran a hechizar sus reliquias y tesoros para evitar robos- Draco colocó la palma de su mano en el aire tratando se sentir cualquier encantamiento que les negara la entrada. -Podemos pasar, sólo no toquen nada más a parte de la copa que venimos a buscar.

Harry caminó por todo el lugar cerrando los ojos, intentando percibir aquella energía que sentía cada vez que estaba cerca de un Horrocrux. Abrió los ojos de repente cuando la sensación llegó a él -Esta ahí, arriba entre aquellos estantes- dijo dando un paso al frente tropezando con una pila de galeones, la cual comenzó a multiplicarse.

-Es un hechizo Geminio- dijo Hermione con mortificación en su voz -Rápido Harry apresúrate.

Cada objeto que tocaban aquellos galeones se multiplicaban, Griphook comenzó a dar pasos hacia atrás saliendo de aquel lugar, mientras Ron, Hermione y Draco evitaban tocar con sus pies los galeones que se abrían paso.

Harry intentaba llegar a la cima donde se encontraba aquella copa, pero le era casi imposible evitar tocar las joyas y objetos que se extendían, al tocar con el brazo uno de ellos sintió un ardor profundo, le estaban quemando la piel.

De pronto se escuchó un grito proveniente de Hermione, una pila de galeones cayó sobre ella y comenzó a quemarle el cuerpo. Draco y Ron se apresuraron a sacarla de ahí pero cada vez les era imposible, de pronto todo el lugar comenzó a inundarse de artefactos y oro. Hermione como pudo saco de su bolso de cuentas la espada de Gryffindor llamando la atención del duende Grophook y de Harry.

-Toma Harry intenta alcanzarla con esto- dijo la chica lanzando la espada hacia su amigo quien la atrapó y con la espada tomo una de las asas de aquella copa, en el acto la lanzó hacia atrás, pero Hermione no logro atraparla y fue el duende quien se hizo de la copa.

-Entréganos la copa- pidió Harry intentando salir entre los galeones que se arremolinaban entre sus piernas.

-Sólo si me das esa espada.

Harry no tuvo más opción que lanzarle la espada, el duende tiró la copa hacia la pila de galeones y comenzó a multiplicarse. Draco tomó la copa original y la metió en el bolso de cuentas de la chica rápidamente -Salgamos de aquí-. Gritó saliendo del lugar con el pelirrojo y la chica detrás de él

Ron y Hermione observaron con impotencia como el duende se subía al carrito dejándolos a tras a ellos y al otro duende que seguía bajo la maldición imperio.

-¡No! se fue, maldito duende ¿cómo saldremos de aquí?- Preguntó Harry saliendo detrás de ellos.

De pronto el Dragón al percatarse de los extraños que gritaban volvió a levantarse, esta vez sin que nadie pudiera detenerlo, lanzó fuego hacia los chicos, logrando calcinar al duende que se encontraba con ellos.

Los chicos se movieron rápidamente y se colocaron detrás de un pilar.

-¿Qué hacemos?- preguntó el pelirrojo.

-Podemos... no, es muy peligroso.

-Hermione, no hay mucho tiempo antes de que lleguen los guardias, cuál es tu idea- preguntó Draco con urgencia.

-Escapar volando- dijo la chica mordiéndose el labio mientras señalaba aquel enorme dragón.

Draco palideció ante la idea de la chica -Qué- preguntó sin poder evitar su malestar.

-Asustado Malfoy- preguntó sonriente Harry.

-Jah, ni un poco- Respondió el rubio sacando su varita acercándose al dragón.

Uno a uno comenzó a deslizarse y trepar sobre el lomo del dragón, como este era muy lento en sus movimientos, no les fue difícil lograr su cometido. Draco lanzó un Relashio cortando las cadenas que mantenían atado a aquel reptil, el cual agitó sus enormes alas y salió volando de la cueva atravesando el techo del banco de Gringotts.

En las afueras del callejón Diagon se escuchó un gran estruendo y con asombro vieron salir desde el techo del banco a un dragón de escamas plateadas brillando con el sol. Blaise y Theo se quedaron con la boca abierta al notar que había tres chicos gritando jubilosos desde el lomo de aquel animal alado.

Estuvieron volando varios kilómetros hasta llegar a un inmenso lago donde lograron ver en su reflejo a aquel dragón y encima ellos.

-Ahora- grito Harry lanzándose de improviso hacia el lago. Los demás voltearon a verse rápidamente antes de seguir su ejemplo, cayendo en las aguas heladas de aquel lago.

Nadaron hasta llegar al bode y comenzaron a salir de ahí, sus ropas empapadas y frías impedían sus movimientos. Hermione comenzó a sacar de su bolso ropa de los chicos y se las tendió a cada uno, mientras ella fue a ocultarse detrás de una roca para también cambiar su atuendo. De pronto todos estaban listos para volver a Grimmauld Place cuando Harry dio un grito y se agarro la cabeza mientras se tiraba de rodillas al suelo.

-Harry qué viste- Preguntó Ron.

-Lo dejaste entrar en tu mente, por qué hiciste eso- Preguntó Hermione agachandose aun lado de su amigo

-No es algo que pueda controlar Hermione- respondió el azabache. -Mató a Grindelwald, va tras la varita de saúco, lo vi sacándola de la lápida de Dumbledore. Tambien... también vi algo, el logo de Ravenclaw, en Hogwarts. Tenemos que ir a Grimmauld Place y necesito hablar contigo- dijo dirigiéndose al rubio.

Una vez llegando a la antigua casa de la familia Black, Harry, Ron, Hermione y Draco se sentaron con cansancio en los sillones de la sala. Theo y Blaise los esperaban ahí.

-Tardaron demasiado ¿Qué fue todo eso?- Preguntó el castaño.

-El duende ese nos traicionó, se fue llevándose la espada- Dijo Ron con pesar.

-Fue genial- expresó Blaise divertido -Jamás me hubiera imaginado que se atreverían a tanto.

-No tuvimos otra opción- Hermione comenzó a moverse incómoda en su asiento, odiaba volar y le aterraban las alturas. -Al menos ese pobre dragón ya está libre.

-Si y aterrorizará alguna comunidad en su libertad- Respondió el chico rubio sintiendo la mirada mordaz de la castaña.

-Necesito descifrar algo- dijo Harry con urgencia sentándose sobre sus piernas en aquel mullido sofá. -Hermione me comentó acerca de las reliquias de la muerte, ella heredó un viejo libro de historias que Dumbledore le dio, donde precisamente viene la historia de los tres hermanos y un símbolo que ustedes tienen.

-Ah si, éste- dijo Theo mostrando el dije que colgaba de su cadena, Blaise y Draco también mostraron el suyo.

-Pueden explicarme de que trata todo eso- pidió el azabache.

-Estos son los símbolos de las reliquias de la muerte- comenzó el moreno. -Como cuenta la historia, la misma muerte les dio a tres hermanos un objeto el cual los haría invencibles, fuertes, pero sobre todo los ocultaría de ella.

-El menor recibió una capa de la invisibilidad, la cual esta simbolizada por este triangulo, lo ves- preguntó el castaño mostrando de cerca su dije.

-El hermano de en medio recibió la piedra de la resurrección, es el circulo que se encuentra dentro del triángulo- dijo Blaise.

-Y al hermano mayor le otorgó la varita más poderosa del mundo, la varita de saúco, que es representada por la línea que atraviesa el circulo. El cuento fue creado por los hermanos Peverell.

Harry asintió, sacando la capa, la cual estaba guardada en el bolso de Hermione, yo poseo la capa, dijo mostrándosela por primera vez a Blaise y al castaño el cual la miraba con admiración.

-Pu... puedo tocarla- preguntó Theo, Hermione dejo salir una pequeña risita, recordando las palabras del rubio al ver también por primera vez aquella reliquia.

Blaise también se acercó y al igual que Theo tocaron la capa con reverencia. -Es, es real- dijo el castaño al pasar su mano por detrás del manto.

-Yo tampoco creía, pero ahora me doy cuenta de algo muy importante. Vol... Riddle también lo cree y no sé como exactamente pero el posee la varita de Saúco, creo que piensa que con ella podrá vencerme, ahora que sabe que estoy destruyendo sus Horrocruxes- Respondió Harry doblando de nuevo la capa y guardándola dentro del bolso de la chica- Además el no sabe que yo tengo la capa y que poseo la piedra también.

-Co... tienes también la piedra- preguntó Blaise, colocando sus manos sobre su corto y rizado cabello.

-Si, creo que esta dentro de esto- Harry de su bolso colgando en su cuello saco una snitch dorada. - Dumbledore me la dio y creo que está escondida aquí.

El moreno se la arrebató en el acto y de pronto Ron y Harry sacaron su varita apuntándole.

-Solo la estoy viendo Potter, baja eso- dijo Blaise haciendo un gesto sin importancia con la mano.

Harry bajo su varita, pero Draco noto que la tenía fuertemente agarrada.

-Se abre al cierre, qué significa eso- Preguntó el moreno.

-No lo sé, no he podido descubrirlo. Qué pasa si me hago de las tres reliquias- preguntó el azabache.

Draco, Theo y Blaise levantaron el rostro hacia Harry con los ojos de cada uno estaban abiertos demostrando su gran asombro. -Te conviertes en el señor y amo de la muerte- Respondió el rubio con un susurro.

-De acuerdo, Harry- Hermione le habló a su amigo- tenemos que tener los pies sobre la tierra en estos momentos. Es primordial acabar con los Horrocruxes, para volver mortal a... a Tom y después acabar con él, con las reliquias o sin ellas.

Harry hizo un gesto y después de algunos momentos asintió en comprensión. -De acuerdo, debemos prepararnos, mañana partiremos a Hogwarts necesito buscar aquel objeto de Rowena Ravenclaw.

-Hoy es luna llena y mañana también- respondió Draco -necesito salir de este lugar y que me encadenen, no sé qué pueda suceder.

-Te irás a mi casa- le dijo Blaise -Theo y yo ya tenemos todo preparado.

-Yo iré con ustedes- Hermione comenzó a levantarse.

-No, puede ser peligroso.

-Dije que iré, tú te quedaste cuidándome cuando estaba convaleciente por culpa del veneno. Es mi turno y no te dejaré, ya lo hablamos.

-Bruja obstinada- respondió el rubio negando con la cabeza mientras observaba a la chica sonriendo satisfactoriamente.

-Se supone que las pociones no evitan la transformación, pero te darán control sobre tus acciones, así que no creo que tengamos problemas- Expresó Theo levantándose también de su asiento mientras se quitaba una pelusa invisible de su túnica.

-Entonces nos vemos mañana en Hogwarts- dijo Harry entregándole un galeón a Hermione. -Con esto estaremos en comunicación, cuando halle la forma de entrar les aviso. Una vez llegando ahí quiero que uses el pergamino que te di y destruyas la copa en la cámara de los secretos, toma varios de los colmillos porque los vamos a ocupar.

Hermione asintió y se despidió con un abrazo de sus dos amigos; dirigiéndose a la chimenea con los tres Slytherin, desapareciendo entre llamas verdes.

.

-Hay algo que no les he preguntado desde que nos hemos visto y apenas voy cayendo en cuenta- Comentó Draco a sus amigos en cuanto comenzaron a salir de la chimenea en la casa del moreno.

Hermione observó una gran sala, paredes blancas y pisos relucientes la recibieron en aquel sitio. El diseño del interior era clásico y fino las paredes y techos eran adornadas por relieves de hojas de roble y columnas, un gran candelabro de cristal colgaba sobre su cabeza, enormes ventanales iluminaban el espacio siendo adornados por cortinas de seda en tonos pastel. Los tres jóvenes tomaron asiento en sofás grises ornamentados de oro.

Draco hizo espacio y señalo un puesto para que la chica tomara asiento aun lado de él, Hermione se sentó gustosa apoyando su cabeza en el pecho del rubio escuchando con atención la conversación que ahí se manifestaba.

-Cómo es que ustedes no están en el castillo- Preguntó Draco.

-Al tomar la marca logramos entrar y salir sin problemas con la ayuda de Snape. Su chimenea esta conectada con la de Theo-. Explicó el moreno colocando una pierna sobre la otra en una posición más relajada.

-Entonces es seguro entrar por ahí al castillo.

-Es seguro para nosotros, para ti y para ella no lo creo- Comentó Theo señalando con la cabeza a la castaña.

-Entiendo, nosotros podemos entrar por donde Harry sugiera con ayuda de esta moneda- Explicó la chica sacando su galeón falso.

-Bueno ya está cubierto como entraremos al castillo, ahora vamos al sótano, ahí es donde te instalaremos compañero- Dijo Blaise levantándose del sofá e instando a los demás a seguirlo.

Pasaron por un largo pasillo el cual estaba adornado con algunas estatuas de mármol encantadas que observaban con curiosidad y otras con desdén a los chicos que pasaban por el lugar.

-No les hagan caso, son algunos descendientes Zabini, muy engreídos y ostentosos, pero sólo eso. No hablan gracias a Salazar por eso- Explicó el moreno mientras seguían avanzando.

Al finalizar el pasillo bajaron por unas escaleras, las paredes eran de piedra, muy diferentes a los pisos de arriba pues abajo era oscuro y se filtraba el olor a humedad; antorchas en las paredes comenzaron a encenderse mientras seguían bajando. Hermione logro ver al bajar el último escalón un gran espacio sostenido por pilares y arcos, el lugar estaba oscuro, lo único que iluminaba aquel lugar eran unas antorchas pegadas en la pared.

-Es aquí compañero- dijo Blaise señalando un espacio donde había una cama, al lado de ésta Draco vio unos grilletes pegados a la pared, el chico dio un gran suspiro. Aquel lugar le recordó demasiado a Azkaban, solo que el frío no se filtraba y no escuchaba las olas del mar golpear sobre las rocas.

-Yo, lo siento amigo- dijo Theo adivinando los pensamientos de su amigo rubio.

-Sólo colóquenme estas cosas y terminemos con esto- respondió Draco pegándose a la pared. De su túnica sacó una poción, Hermione creyó que era una de las pociones mata lobos que le entregó Remus al chico el día anterior, Observó al rubio tomar todo el contenido haciendo una mueca de desagrado, para después quitarse la túnica con elegancia. Se la entregó a Blaise y permitió que su amigo castaño le colocara los grilletes.

-Estaremos aquí contigo, no estás solo amigo-. Le dijo Theo mientras terminaba de ajustar los grilletes en Draco.

Blaise conjuró unos sofás y todos tomaron asiento esperando que comenzara la transformación del rubio. Estuvieron hablando por un tiempo, contando a Hermione algunas anécdotas en las mazmorras de Slytherin. Retos que se daban entre ellos para pasar el tiempo. Hermione les platicó algunas de las aventuras que realizó con su par de amigos, les relató cuando en segundo elaboró sin ayuda la poción multijugos, dejando perplejos al trio de serpientes por sus habilidades siendo tan pequeña; les platicó cómo se infiltraron Harry y Ron a la Sala común de Slytherin buscando información sobre el heredero creyendo que era Draco, lo cual lo dejó sumamente indignado e impresionado pues nunca se dio cuenta en qué momento ocurrió aquello, ya que para él ni Crabbe o Goyle se mostraron diferentes en su actuar normal.

La noche llegó sin que se dieran cuenta, cuando Draco abrió los ojos como platos, el terror salía de su interior. Se dobló de dolor dejándose caer al suelo. Sus huesos comenzaron a crujir, su espalda se arqueo, la camisa que tría puesta comenzó a desgarrarse mostrando sus vertebras, su columna se levantó erizándose. El rubio cambio su posición colocándose a cuatro patas. De sus pies surgieron garras y poco a poco comenzaron a transformarse en patas. Vello blanco se fue apoderando de su piel.

Hermione observó con asombro, como la boca del rubio comenzó a cambiar lentamente, un hocico se fue formando, de su garganta salió un aullido largo y sostenido.

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