"Burbujas".

Si Hermione pensaba que el día sería largo para ella, estaba totalmente equivocada, pasó de lo más rápido para su gusto. Se encontraba repasando todas las actividades que realizó durante el día mientras se daba un baño de burbujas en la bañera. Desde el breve desayuno que tuvo al lado del rubio en la cocina. Su estadía en la biblioteca de los Black repasando algunos hechizos de defensa y de ataque, realizando movimientos en su varita mientras conjuraba hechizos en su mente. Draco también la acompañó, pues en el poco tiempo que estaban ahí, nunca le había dado por conocer el sitio a fondo.

Después de algunas horas, se metió a su habitación donde volvió a realizar un hechizo de expansión en otro bolso, ya que el primero lo había perdido cuando los carroñeros los atraparon aquella vez en el bosque. Añadió un frasco de díctamo que consiguió por parte de los gemelos Weasly y esencia de murtlap que encontró en uno de los baños superiores. En realidad, no se sentía tan preparada como el día en el que salieron de la Madriguera en la boda de Billy y Fleur, sin embargo, trató de prepararse con lo que había en Grimmauld Place.

Tenía la varita que aquel mortífago les entregó el día que escaparon de Azkaban, sabía que Draco también tenía una varita, Theo le entregó una al concluir la reunión de la Orden el día anterior, observó un deje de tristeza en el rostro del rubio cuando su amigo le entregó la varita y le susurro unas palabras que Hermione no alcanzó a escuchar, terminó con una palmada en su espalda a modo de despido y se marchó con el moreno.

Cerró los ojos mientras recordaba el plan debían de desilusionarse y aguardar en las sombras hasta que aparecieran los mortífagos para atacarlos y hacerlos huir del lugar. Cada uno tenía una ubicación específica según el mapa de Remus, a ella le tocaba mantenerse cerca de Malfoy y Hestia Jones, en caso de que algún otro mortífago lo atacara. El plan era que él lucharía contra sus amigos, pues cada uno conocía su método de pelea, entrenaron juntos por muchos años, entonces ¿la batalla sería fácil no? Hermione suspiró mientras se enjuagaba la cara.

La puerta se abrió de improviso ¿le había puesto seguro? Ni siquiera lo recordaba.

-Malfoy, qué... qué haces, no ves que me estoy bañando- reclamó mientras se tapaba sus seños con las manos.

El chico rápidamente se giró y expresó con algo de burla. -La puerta estaba abierta, además desde hace rato no se escuchaba ruido, supuse que ya estabas en tu habitación, lista. Tienes horas en el baño Granger, yo también tengo que arreglarme- se quejó.

-Bueno regresa en 3 minutos y el baño estará desocupado.

-Oh ya lo creo que no, no pienso esperar más tiempo Granger.

-Por si no te has dado cuenta, estoy desnuda Malfoy-. Dijo la chica frustrada.

-Claro que me he dado cuenta-. Hermione tomó una botella de shampoo y la lanzó directo a la cabeza del chico, quien como buen jugador de Quidditch alcanzó a desviar el golpe moviéndose un poco.

-Cómo...

Draco se volteó de nuevo mirando fijamente a la rubia, -no te había visto desnuda Granger, pero con ese acto acabas de provocar que menos quiera salir de este lugar-. El chico le lanzó una toalla que por poco cae al agua, sin embargo, Hermione logró atraparla. -Me voltearé y te daré tres segundos para salir del baño, antes de comenzar a quitarme la ropa frente a ti.

El rubio se volteo y conto en voz alta -uno, dos...

Hermione rápidamente colocó la toalla en el aire y se levantó tapándose con la misma, salió con rapidez de la bañera sin embargo se resbalo con el agua del piso. Él la tomó por la cintura evitando que cayera al suelo, estaban muy cerca, demasiado cerca, Hermione observó por unos segundos los labios del chico; mientras éste se percataba del sonrojo de la castaña ¿estaba a punto de besarle? se preguntó él, tragó saliva y se acercó un poco más, de pronto sintió la imperiosa necesidad de besarla, quizá sería el primer y último beso que compartían.

De pronto la castaña habló rompiendo el momento. -Te... tengo que vestirme Malfoy- dijo con voz ronca y salió rápidamente del lugar, resbalando un poco, pero esta vez evitando caerse por sí misma.

Draco dio un suspiro y rápidamente abrió el grifo del agua, ahora tendría que bañarse con agua helada, se maldijo por ello.

Al poco tiempo estuvieron listos y bajaron por separado a la sala de la casa, se sentía un ambiente incómodo entre ellos. La orden completa estaba ahí recibiendo indicaciones. Ninguno volteó a verse en ese periódo de tiempo. De pronto todos asintieron a las últimas palabras dichas por Remus Lupin y desaparecieron del lugar bajo la mirada de Tonks, quien se quedaría en aquel sitio en caso de que llegara alguien herido. Ella apenas unas semanas había dado a luz y no sentía conveniente pelear en aquel momento.

Llegando al lugar, se apresuraron a desilusionarse, colocándose cada uno en su puesto, Hermione se encontraba detrás de un árbol, aun lado de una pequeña casa, mientras que el rubio de agachaba detrás de unos matorrales no muy lejos de su perímetro.

Se hicieron las doce de la madrugada y no se escuchaba ningún ruido, Draco comenzaba a desesperarse, comenzaban a dolerle las rodillas tras mantenerse agachado por tanto tiempo, iba a tomar otra posición cuando comenzaron a escucharse apariciones en el lugar. Los mortífagos ya habían llegado.

Pronto la Orden se dejó ver y comenzaron a observarse luces de colores provocadas por los hechizos de ambos bandos.

Draco salió de los matorrales lanzando hechizos de ataque hacía los que creía eran los magos mayores, pero pronto sintió un leve dolor en el trasero. Se dio vuelta y con una sonrisa se percato del mago atacante, su amigo Blaise. Conocía ese hechizo, siempre se lo lanzaba cuando quería llamar la atención del rubio.

De pronto el rubio comenzó a contraatacar, lanzando alguno que otro Depulso, seguido de un Colloshoo, logrando pegar los pies del moreno al piso. De pronto sintió unas sogas que le apretaban el cuerpo más no demasiado, Theo apareció en escena intentando lanzar otro encantamiento, sin embargo, antes de que le lanzara la maldición, Draco logró escabullirse de aquellas cuerdas que le aprisionaban.

En ese momento recordó aquellos tiempos, donde en vacaciones se reunían realizando alguno que otro duelo. Sólo que Draco olvido que no era un juego, esta era la vida real y tendría que luchar por su vida, lo recordó mas tarde que pronto, cuando un tercero se unió a la pelea.

-Déjenme al pequeño Malfoy a mí, tenemos cuentas pendientes, no es así- pregunto con un gruñido Fenrir Greyback.

El rubio se tensó al escuchar a aquel malnacido, el asesino de su madre, sostuvo fuerte su varita cuando Blaise interrumpió.

-Él es mío, yo estaba luchando contra él primero lobo, vete a otra parte.

El hombre lobo le lanzó un hechizo color azul, el cual doblo de dolor al moreno quien se dejó caer de rodillas, Theo se apresuró a su amigo mientras Draco, tensando la mandíbula, volteó hacia el hombre lobo.

-Soy todo tuyo Greyback.

-Exacto, eres todo mío- respondió Fenrir con sonrisa retorcida.