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Capítulo 30

(Narro io)
—Y... ¿Qué fue lo que hiciste?— Preguntó curioso el menor mientras trataba de que el castaño siguiera con su relato.

Gleeful estaba con la vista clavada en el césped, habían estado caminando durante una hora, claramente el mayor evitó algunos detalles de su pasado que yo conté, pero lo duda seguía presente: ¿Qué hizo?

Con ironía el castaño miró al otro. —¿Tú que crees que pasó después?— Preguntó. Will se quedó mirando sus ojos, aquellos celestes mares que cambiaban según su estado de animo y que ahora solo demostraban dolor. El menor al no responder, dio hincapié al que el Jefe continuase. —¿Me verías diferente si te dijera que fui un cobarde?... ¿Qué decidí solo salir de la cama al ver lo que mi hermana intentaba?... ¿Qué sólo quería tenerla pero el miedo al futuro me hizo rechazarla?...— En todo lo que llevaba conociendo a aquel adulto, en ninguna ocasión había escuchado su voz arrepentida. —M-Me culpó p-porque debí ayudarla, d-debí de hacer que se s-salvara... P-Pero no pude...— Pequeñas lágrimas bajaron por sus mejillas, las primeras que veía Will y que hacían que su corazón solo se estrujara.

Antes de que el castaño continuara, el pequeño lo abrazó tomándolo por sorpresa.
—Seguiste tu razón...— Empezó a hablar en su oído. —Si hubieras estado con ella solo la condenarías... No por tu culpa, si no debido a que la misma sociedad los juzgaría y no creó que hubieran sido felices tanto ustedes como su familia.— Le decía con voz calmada, Gleeful relajó su respiración, el menor le dio justo lo que necesita: Ayuda.

Si bien sabía que la menor decía ser feliz solo con él, también tenía que tener en cuenta que solo contaba con 14 años, le hubiera arruinado su futuro teniéndola a su lado.

—A los días...— Volvió a hablar el castaño. —Dejó simplemente de hablarme, se alejó de mi, claramente me dolió, pero... No quería atarla. Quería que fuese feliz...— Suspiro. —Mis tíos trataron de que ella se enamorará de alguien más, pero... Decía que su corazón le pertenecía a una sola persona.— Se separó del celeste ya que se sentía mejor.

—Tranquilo...— Le dio aliento el menor para si quería prosiguiera.

—Al final, no murió por enfermedad como las demás Gleeful. Solo... Dejó de comer, salir... Reír. Se aisló y eso acabó con ella.— Dijo sin más, volviendo a su estado ido.
Will volvió a tomar su mano recordándole que no estaba solo, que ya no lo estaría jamás.
—Sabes que es lo bueno de todo esto...— Habló de repente asustando un poco al menor.

—¿Qué cosa?— Preguntó curioso.

—Que pude conocerte y ahora te tengo para mi.— Sin recibir una respuesta ante aquel comentario, tomo a Will de la cintura pegándolo a él y tomando sus labios posesivamente.

Sus respiraciones se volvieron una, el peli-azul no se resistía a tal acto, sabía que el mayor se había equivocado, pero, ¿Quién nunca lo ha hecho?

Tal vez ahora en adelante todo sería bueno para ambos y por primera vez en mucho tiempo, el castaño podía ser feliz con alguien.

Pero no todo es miel sobre hojuelas...

(...)
Como ya se había hecho tarde, Gleeful decidió llevar personalmente a su querido peli-azul hasta su cuarto, sus compañeros seguramente ya se habían acostado a dormir y por eso los pasillos estarían solos por lo que no había molestia en llevarlo como un prisionero más, si no mas bien como una pareja.

—¡P-Puede caminar y lo s-sabes!...— Habló apenado el menor en los brazos del castaño quien solo tenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.

—Pero me gusta mas llevarte así...— Beso su mejilla provocando un notorio sonrojo. —Además de que es mas divertido.— Finalizó.

Dada la expresión y el como caminaban hasta su dormitorio, por la mente del Cipher pasó una pregunta.
—Amm, Gleeful...— A pesar de saber el verdadero nombre de este, prefirió llamarlo por su apellido. —¿Y-Ya lo has hecho antes?— Preguntó evadiendo la vista.

—¿Qué cosa?— Era obvio a que se refería, pero solo quería molestarlo.

—Y-Ya sabes... "E-Eso..."— Su cara se había convertido literalmente en un tomate por esa sola cuestión.

—No te entiendo Will, ¿Qué quieres decir?— Su voz "Inocente" le hicieron entender al menor que estaba bromeando al decir que no entendía. Después de una ligera risa, prosiguió. —El que no haya hecho "Eso" con quien tu crees.— Recalcó la palabra para burlarse del pequeño. —No significa que no tenga experiencia.— Miró de manera picara al peli-azul. —Supongo que tu aún no has tenido este tipo de aventura, ¿Verdad?— El peli-azul sólo se encogió en su lugar un tanto apenado.

Gleeful tomó tal acto para apegarlo mas a él y besar su frente provocando que el Cipher volteara.

Nuevamente sus ojos se encontraban, cada momento era tan especial a pesar de ser solo una coincidencia, pero que para ellos era mas que eso.

Pero, antes de unir sus labios, el mayor miró hacía el frente, el pasillo solo era alumbrado por los gigantes ventanales que lo adornaban.

Bajo a Will de sus brazos para sólo caminar a su lado, no había explicado o dicho nada, solo cogió de la mano al peli-azul para guiarlo hasta su habitación.

—¿Q-Qué pasa?— Preguntó el menor ya estando en su cuarto.

—Nada... Ve a dormir, es tarde.— Dijo frío dándose la vuelta y retirándose, pero sintió como es que la pequeña mano de aquel que se había convertido en su amado se enredaba con la suya.

—¿E-Estarás bien?— Preguntó temeroso, por alguna razón, ese comportamiento tan seco del Jefe le hacía recordar en día en que llegó, pero sabía que aquel sujeto que casi lo viola ya no estaba... O eso creía.

El ver los grandes ojos celestes del menor, le hicieron entender que no debía preocuparse por nada a excepción de que alguien se atreviera a separar a Will Cipher de su lado.

Sonrió de lado, aquella sonrisa que tanto amaba el peli-azul había vuelto.
—Tranquilo... Todo estará bien para ambos de ahora en adelante.— Beso sus mejillas para después salir de su habitación cerrando la puerta detrás de él como se supone debía estar desde un principio.

Estando solo en su cuarto, pudo escuchar como es que su corazón se aceleraba con sólo en pensar en todo lo sucedido aquella noche... Y en escuchar la vida de aquel que le había confesado su amor...

Con cuidado se metió a la cama, pero con el recuerdo de Gleeful en su mente.

(...)
—... Te había dicho que ya no te dejaría hacer lo que quieras Dipper...— Dijo Stan estando frente a su sobrino, desde hacía rato que los vio juntos, pero al no querer asustar al menor, prefirió encararlo solo.

—Y si mal no recuerdo, yo te dije que no te metieras en mis asuntos...— Habló serio el joven pasando de largo de aquel que fue mas que su tío, pero que ahora era una maldita molestia. —Además, ¿Qué podrías hacer?... Si no lo olvidas, soy intocable.— Se retiró hasta la que era su habitación.

"Debemos empezar el plan cuanto antes..." pensó el mayor.

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