(Narra Dipper)
Lo último que deseaba era quitarme el dulce sabor de boca dejado por Mei, pero mis tíos me esperaban abajo, además de que necesitaba que me explicaran que fue eso que apareció en mis sueños el otro día.

Baje las escaleras hasta la sala, los ojos de Stan y Ford tenían una gran mezcla de sentimientos y emociones, me llamó la atención el hecho de que parecían serenos a pesar de haberme visto bajar del cuarto de aquella que es mi amada pero quien también comparte mi apellido.

Me senté en el sillón de enfrente de ellos y me dediqué solo a observarlos esperando a que empezaran con el interrogatorio de como me había ido estos últimos años.

—¿Por qué volviste?— Cuestionó primero Ford, es curiosa su forma de ir directo al grano. —No me malinterpretes, claro que nos alegra que hayas vuelto, pero no esperabamos tu visita...— Dijo con sinceridad.

Suspire, no deseaba llegar tan a la ligera a esto, pero bueno. —No es necesario que me oculten nada, se que Mei esta enferma...— Ambos abrieron los ojos ante mi confesión. —Lo vi en un sueño mientras est-...— Supongo que no es necesario decir el lugar. —La cuestión es que he venido a salvarla si es necesario.— Mi voz resultó sorprendentemente autoritaria hasta para mi.

Ford fijo su vista en Stan quién hizo lo mismo para después mirarme. —Hijo, nosotros no sabíamos que tu hermana estaba enferma...— ¡¡¿QUÉ?!! —No ha dado ningún resultado así desde que la llevamos al médico...—

—Pero ahora mismo agendare una cita para mañana...— Ford se levantó del sillón para ir por el teléfono. Yo seguía en shock, ¿Entonces aquello fue una premonición?, pero, ¿Pasará?, ¿No debí volver?.

El silencio en la sala pasó a ser sepulcral, por suerte mi querido tío Stan sabia que decir para romper la tensión (Nótese mi sarcasmo).
—¿Aún amas a Mei?— Me preguntó neutro.

Gire los ojos hasta donde él estaba, sí llegó a decir la verdad, ¿Me permitirán quedarme a su lado?

—¿Ella ya tiene a alguien?— Pregunté retando a mi tío, no quería responder la cuestión hecha por él.

—Pues...— Sabía que si no respondía, yo tampoco. —Muchos chicos han llegado a la casa pidiendo mi permiso para salir con ella, sin embargo los rechaza si les digo que sí.— Una sonrisa descarada se grabó en mis labios.

—Usted sabe al igual que yo que esa es la única manera de salvarla, ¿No cree que pueda hacerlo?— Pregunté, realmente no esperaba que me diera permiso para hacer algo, solo quería molestarlo un poco.

—¿Y... también sabes que comparten sangre verdad?— Jugó en mi contra.
Cerré los puños, estaba realmente molesto de que me recordara que mi único amor sea también parte de mi familia. Escuche un gran suspiró de su parte. —Socialmente esto esta mal visto Dipper...— Su voz de reproche me hacia enfurecer mas.

—Dices eso por parte de los demás, pero... ¿Tú a caso no quieres romper con todo esto por bien de los Gleeful?— Una pequeña pregunta me había traído hasta aquí cuando yo no esperaba nada.

Otra pausa en el habla en mi tío, como buscando las palabras adecuadas. —Tanto Ford como yo queremos lo mejor para ti y Mei, no nos importa que mas venga después.— Abrí los ojos de la impresión, ¿Esta diciendo lo que creo que dijo?.

—¿Q-Qué quieres decir?— Pregunte para confirmar mis sospechas.

Nuevamente un sonoro suspiro para después levantarse de su lugar, yo solo esperaba que mi mente no me jugara una mala pasado y me ilusionara de nuevo.

—Solo esperó que esto funcione... — Dijo estando de pie frente a la ventana, como asegurándose de que eso quedara entre nosotros dos. —Intenta lo que quieras con Mei, p-pero... Salvala...— Su voz se quebró al decir eso.

Mi corazón latía a mil, ¿Enserio me daba permiso para enamorar a mi hermana menor?. No quise preguntar mas ya que parecía que acababa de firmar un pacto con el mismo diablo.

—Esta bien. Lo lograré.— Dije seguro para después abandonar la sala, no necesitaba preguntar si acaso podía quedarme a dormir, digo; estoy en mi casa junto a la persona que amo y con mi familia, esa era suficiente invitación para mi.

(...)
Entre al que antiguamente era mi cuarto, igual a como lo había dejado pero eso no me importaba ahora mismo.

¿Soy un enfermo por querer estar con mi hermana?

La culpa me llegó como una oleada chocando contra mi, asco e indignación me invadió.

Pero, supongo que el único consuelo de todo esto es que... Voy a tener a Mei para mi...