Capítulo 13
(Narra Will).
Caminaba acompañado de aquel oficial que a decir verdad le hace honor a su nombre... "Bestia".
Todos los pasillos tenían las luces apagadas, pero al parecer ya el otro se sabía en camino de memoria o tal vez podía ver en la obscuridad, no obstante, era lo contrario conmigo, la ausencia de luz ocasionaba que una que otra vez terminara chocando con algún muro.
"Gira a la derecha... A la izquierda... Ve derecho... Agachate", eran las únicas indicaciones que recibía del mayor, quien se deleitaba con cada queja que salía de mí, supongo que esta es la venganza de la que me habló.
—Detente...— Soltó de repente, pude escuchar que empezó a abrir una puerta.
El rechinido que salió de esta me ocasiono un tremendo escalofrío, era igual que escuchar a un gato maullar y a Bill con cólicos... Simplemente horrible...
Sentí su mano me empujarme (A lo que creo yo) era un cuarto, su fuerza al ser mayor que la mía logro su cometido.
Cerró la puerta detrás de mi dejándome encerrado, traté de abrirla, pero era inútil, le había puesto seguro del otro lado.
El terror empezó a inundarme, a pesar de la situación tan precaria, me di la vuelta para empezar a ver en donde estaría el próximo tiempo.
Busque una especie de interruptor que me permitiese ver mejor.
No mentiré cuando diga que me golpee varias veces, esa habitación estaba llena de objetos, como mesas o sillas.
Cuando por fin pude prender el bombillo me sorprendí bastante de que en realidad me encontraba en una oficina; contaba con un escritorio el cual estaba bastante ordenado, también los archiveros tenían un excelente estado, había cuadros en la pared donde se veían a varios chicos quienes parecían a ver terminado de jugar fútbol, otros donde se presentaba a unos niños algo idénticos, eran muy lindos no lo niego, pero algo me decía que eran más que conocidos, su parecido era increíble, pero... "¿Quiénes eran?".
Acerqué mi mano para tomar la foto, pero algo se interpuso en mi camino.
—¿No te dijeron de pequeño que no tomarás cosas ajenas?— El señor Gleeful me miraba de una manera bastante enojada mientras aprisionaba mi muñeca.
Me quedé en blanco, "¿Había hecho algo mal?"...
Me alejó de manera brusca de la pared para él después quitar el retrato y meterlo a un cajón.
Realmente estaba un poco asustado, ¿Qué se suponía debía hacer?: Me habían levantado en la madrugada, hecho que me golpeará sabe cuantas veces y para colmo, me encierran en un cuarto... ¡Era normal que estuviera así!.
El castaño estaba recargado en un mueble que estaba detrás del escritorio, su mirada estaba gacha y me daba la espalda, como tratando de buscar las palabras adecuadas que decirme.
Tras varios segundos de tensión, se incorporó.
Camino lento a mi alrededor, sus zapatos sonaban con eco en el cuarto, podía sentir sus ojos por todo mi ser, igual al de una presa acechando.
Gleeful terminó por sentarse en la silla que se supone estaba para el escritorio, eso me hizo suponer que esa era su oficina.
Me miraba fijamente sin decir nada, poniéndome realmente incómodo.
—... ¿No te había dicho que eras mío?— Preguntó tras varios segundos y de una manera fría casi inexpresiva.
Recordé lo que había pasado la noche anterior... En mi cuarto, en mi cama...
Un inevitable color carmesí apareció en mis mejillas, traté de evitar la mirada del contrario, quien se levantó de su lugar para acercarse.
—¡Esto...— Bajo el cuello de mi camisa para mostrar la marca que me hizo durante su visita. —... Te hace mio Cipher!— Su mirada tenía una gran furia, me causaba un gran terror. —¡Absolutamente nadie puede mirarte, tocarte o hablarte que no sea yo!— Finalizó de manera brusca.
No me atrevía a decir nada, ¿Qué se suponía que dijera en tal predicamento?
Al ver mi reacción, soltó su agarre, otra vez su mirada estaba perdida en el suelo.
—Si no aprendes así...— Una sonrisa ladina apareció en su rostro. —Tendré que castigarte.—
—¿Q-Qué?— Logré preguntar apenas dijo eso.
Se separo de mi para después pararse firme y mirarme de manera superior.
—Las manos en la mesa.— Alcanzó a decirme.
¿Porqué actuaba así?, hace apenas un minuto me estaba casi matando y ahora me ordena cosas, ¿Ya recordó acaso que no debería tratarme como un animal?.
—Dije... ¡Las manos sobre la mesa!— Gritó nuevamente eufórico.
Por el susto, no me quedo más remedio que obedecer.
El golpe secó de mis manos contra la mesa me había dolido, pero el temor que le tenía al castaño era mas grande, tanto que lo ignore.
—Si quitas las manos...— Se empezó a acercar a mi de manera lenta. —Recibirás un castigo todos los días que estés aquí.— Sentenció, un frío extremo me caló en los hueso. —En cambio, si resistes y obedeces, obtendrás una recompensa.— Dijo con cierta alegría escondida.
¿Qué otra opción tenía?, cerré los ojos esperando a que eso pasase rápido... Qué equivocado estaba.
(Narro io).
El mayor poso sus manos en las caderas del peli-azul, quien se estremeció al contacto, obviamente esto motivaba a Gleeful, estaba loco por el chico y que él mismo fuera quien le hiciera tales cosas le encantaba.
Metió una de sus manos por debajo de la camiseta del menor y pasar sus dedos por todo el torso, la piel del reo tenía cierta textura que le motivaba a tocarlo, acariciarlo...
Su boca no se quedaba quieta, también jugaba un poco en el cuello del menor, lamia y mordia el glóbulo de la oreja ocasionando pequeños jadeos de su presa, quien a decir verdad, trataba de que aquel acto no le afectara, estaba decidido a mantenerse cuerdo para evitar que Gleeful se aprovechara de él, pero eso no evitaba que le gustara.
El rostro de Will se empezó a pintar de un gran color carmesí y su respiración se aceleraba.
El castaño supo que esa era la señal para hacer lo que tenía planeado desde que conoció al chico...
Una de sus manos subió hasta su pezón en el cual empezó a jugar, mientras que la otra bajo hasta su pantalón, palpando así el pene semirecto que ya tenía aquel chico.
El Cipher trató de detener su paso debido a que sabía perfectamente lo que conllevaría dejarse llevar, pero... "Si quitas las manos... Recibieras un castigo todos los días que estés aquí...", esa frase fugaz cruzó su mente, prefirió resistir y sólo aguantar los toques del mayor.
Ese movimiento no fue desapercibido por el castaño, quien sonrió ante la sumisión ocasionada en el menor, una sonrisa se plasmó en su rostro.
—Así me gusta...— Susurró en el oído del chico, quien solo agachó la vista y apretó los ojos.
Aquel intruso que estaba debajo de su pantalón llego hasta irrumpir también en sus boxers, tomando su pene y empezando a moverlo en un suave vaivén.
"Maldito seas chico... Haz hecho que con solo hacer esto me excite... Quiero decir que..."
—Di que eres mío Cipher...— Soltó de repente.
El menor no contesto, estaba decidido a no dejarse llevar por el mayor, pero se notaba que perdía la pelea.
Una mueca de disgusto llego a los labios del castaño, lo volvió a intentar, más sin embargo otra vez no obtuvo repuesta.
Su enojo iba en aumento... Su plan original solo era hacer que su voluntad se quebrantara sin llegar hasta tanto, pero Will se lo buscó.
Detuvo su mano antes de que por lo menos el peli-azul se llegará a correr, esto ocasionó una mezcla de furia e incertidumbre en el chico, quien seguía sin mirar atrás o inclusive moverse.
"¿T-Todo acabó?" se preguntó.
Pero, un brusco movimiento le hizo entender que todavía no terminaba, si no que apenas empezaba.
El mayor le tomo de las muñecas poniéndoles unas esposas y uniéndolas, puede que ahora no este con las palmas contra la madera, pero ya no podía si quiera moverse.
—Soy un ser piadoso...— Empezó a decir mientras le abría las piernas al chico. —Repito: Di que eres mío...— Dijo en un tono bastante serio y frío.
Nuevamente nada, inclusive ahogó sus lágrimas tratando de no sonar para nada débil, cosa que no logró.
La furia apareció pintada en el rostro del mayor.
Will estaba de alguna manera con los codos recargados, su pequeño cuerpo no sobresalía del escritorio, pero... Gleeful era quien tenía el mando ahora.
Le tomó del pantalón bajándolo y así sucesivamente con la ropa interior.
"N-No llores..." fue lo único que pensó el peli-azul.
Grande fue su sorpresa cuando en lugar de sentir un intruso en su interior, sintió un suave masaje en su entre pierna volviendo al éxtasis de hace unos minutos.
—Aprovecha...— Susurró el mayor.
No necesitó de que se lo repitieran dos veces, se dejó llevar por aquellas caricias que le proporcionaba el otro, quien en su mente se preparaba para lo que seguía.
Le llevó un par de minutos llegar hasta a tener el miembro erecto del menor en su mano, quien con sus jadeos y agitados respiros daba a entrnder que se correría rápido, el líquido preseminal empezaba a bajar por la mano del castaño.
El último gemido del chico se vio opacado por el repentino movimiento del oficial: Había puesto su dedo índice en la punta del pene del chico.
¿Qué quería lograr?, para nosotros era obvio, mas sin embargo, para la el menor eso no era nada mas que una broma, no comprendía el problema que vendría después.
—Di que eres mio... ¡Dilo!— Exigió el castaño.
—... ¿P-Porq-qué?...— Preguntó aún sin aire el chico.
Esa no se la esperaba... Si bien sabía que el menor era demasiado importante para él, eso no significaba nada para Dipper Gleeful: El intocable del complejo... Pero, como con ese mocoso había llegado tan lejos en tan pocas semanas...
No quiso responder ni mucho menos titubear, empezó hacer pequeños círculos con su dedo, tratando de que solo la pregunta hecha por el prevaleciera en la mente.
"Si... Sólo, digo que sí... Me dejara ir... ¿N-No?", el pequeño dolor punzante llego a sentirse de menos a mas en 6 segundos.
Cerró los puños tratando de que su mente no le jugara una mala pasada... "¿Qué caso tiene resistir tanto por nada?, es sólo una respuesta...", se convenció el chico.
—S-Soy...— Gleeful paró al escuchar aquella palabra escaparse de los labios del mocoso.
—Repitelo... Y más fuerte...— Apretó aún mas el miembro.
—S-Soy...— "¡Sólo dilo y librate de esto!". —S-Soy de... Gleeful... S-Sólo de G-Gleeful...—
Si tan solo eran unas palabras... ¿Porqué se sentía tan derrotado?...
El castaño dejo que el menor se viniera entre su mano, con una gran sonrisa de victoria entre sus mejillas.
Las piernas del Cipher temblaban... De hecho, pensaba que sería liberado y que esa pasaría a ser la noche mas intranquila (Por llamarla de alguna manera) de toda su estadía.
—Tardaste un poco... Pero...— El mayor no soltó su agarré, si no lo contrarió, se apego mas al chico mientras se escuchaba un sonido metálico romper con la respiración del menor. —Creo que te mereces una... "Recompensa"—
"La noche aún es joven..."
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Me creerán que el cap iba a estar mas largo :v
Bye.
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