HOGWARTS

En el Colegio de Magia y hechicería, en el Despacho del director, se encontraban Albus Dumbledore y Severus Snape en una charla importante.

-¿Entonces irá?-Preguntó Él hombre de cabello negro azabache, mientras caminaba por el despacho.

-Tengo que hacerlo, Severus-Respondió Dumbledore- Pero primero tengo que ir al Ministerio de Magia, a hablar con Cornelius, ya que cómo sabrás las visitas en Azkaban están prohibidas, así que debo solicitarle el permiso.

-Por lo mismo de que están prohibidas, ¿Cómo pretende que Fudge le otorgué el permiso?

-Cornelius es una persona algo terca, pero cuando se trata de favores siempre acude a mi-Comentó el anciano- me debe algunos, nunca se los he querido cobrar, pero creo que ahora es necesario.

-Pero, ¿Está Usted seguro de querer ir a visitar a la joven Skyler?-Preguntó Snape

-Sí, Debo hacerlo. Ya han pasado varios meses desde que fue encerrada en Azkaban y yo no he sido capaz de ir a verla-aclaró- Además, prometí que la sacaría de ahí, y nunca he faltado a mi palabra.

-¿Y cree que ella lo reciba bien?

-Yo espero que sí.

-Espero que Usted esté conciente, de que lo más probable es que ella no sea la misma niña que usted conoció en el Orfanato-Añadió Snape- Ahora es una prisionera, y claró esta que eso te cambia la vida. Y por lo que nos comentó Minerva, la celda de la Señorita Skyler está junto a la de Bellatrix Lestrenge y anteriormente la de Sirius Black. Tal vez ya esté perdida.

-La esperanza es lo último que debemos de perder, Severus-Dijo sabiamente el anciano- Sé que Skyler estará un poco diferente, pero tampoco lo exageres. Esa joven es inocente y no debe pasar más tiempo en prisión.

-Señor, si me permite preguntarle-Dijo Snape- ¿Por que está tan empeñado en ayudar a esa joven en todos los aspectos?

-Sólo te dire, que esa joven está destinada a un gran poder que podría destruirnos a todos; Es por eso que nosotros debemos guiarla al camino del bien, al camino de la luz y así, tanto ella como el mundo mágico, estaremos a salvo.-Respondió-Ahora, ire primero a ver a los amigos de Skyler, estoy seguro que querrán mandarles saludos.

[...]

-Señor-Dijo Bob tocando la puerta del despacho de su Jefe en el Ministerio de Magia.

-Adelante-Se escuchó una voz desde adentro. Bob abrió la puerta y entró al despacho.

-Buenos días, Ministro-Saludó- le informó que Albus Dumbledore está allá afuera, y quiere hablar con usted ¿Lo hago pasar?

-¿Albus?-Preguntó confundido el ministro, ya que normalmente él era el que buscaba a Dumbledore.-Eh...Hazlo pasar, por favor Bob.

-Por supuesto-Dijo el asistente del ministro y después salió de ahí. Para minutos después regresar con Albus Dumbledore detrás-Bien, los dejaré solos, con su permiso.

Bob abandonó el despacho y cerró la puerta. Dumbledore ni siquiera tomó asiento, simplemente se quedó parado frente al escritorio de Fudge.

-¿Cómo estás, Albus?-Preguntó Cornelius-¿A qué se debe tu visita?

-Estoy bien, gracias. Espero tu estes igual-Dijo Dumbledore-He venido para solicitarte un permiso.

-¿Un permiso? ¿De qué?

-Un permiso, para poder realizar una visita a Azkaban. Un permiso para visitar a Skyler.

-Pero Albus, tú sabes que las visitas están prohibidas-Respondió el ministro con expresión de confusión.

-Lo sé, y por eso he venido a solicitarte un permiso. Necesito ver a la Joven Skyler -Dijo- Ademas, creí que podías hacerme ese favor a mí. Tú sabes, somo viejos amigos.

-Pero....eh...Bueno, esta bien, te daré un permiso especial-Cedió Fudge-Pero te pediré que por favor, seas lo más discreto posible. Además tengo que comentarte de que la prisionera Skyler, lleva ya dos semanas en asilamiento.

-¿Por qué?-Preguntó Dumbledore preocupado.

-Ella te lo dirá cuando la veas-Dijo el ministro y tomó una hoja donde escribió un permiso para después firmarlo y darselo a Dumbledore.

-Esta bien, y te prometo que seré lo más discreto posible-Añadió Dumbledore-Ah, y Cornelius...

-¿Sí?

-Creo que ya es hora de hablar de la libertad de Skyler-Dijo Serio- Tiene que salir lo más pronto posible.

-Albus, te concedí el permiso de visitarla. Pero no puedo liberarla simplemente porque sí-Informó Fudge- Te dije que necesitaba pruebas.

-Lamentablemente no he conseguido las pruebas suficientes que se necesitan, para mostrarlas en un juicio-comentó el barbón-Pero, tú tienes una gran influencia ahí, eres el ministro de magia.

-¿A que quieres llegar, Albus?

-Ah que tú influirás en el juicio para que la liberen-Dijo serio el Director.

-¿Te has vuelto loco?-Preguntó- No puedo hacer eso.

-Cornelius, no te pediría esto sino no fuera importante-Explicó Albus- Pero, Skyler no puede pasar más tiempo ahí dentro. Y quiero decirte que, nunca he sido de cobrar favores pero, para este caso lo tengo que hacer. Y tú sabes cuál es el más grande favor que te hice.

El rostro del Ministro de Magia empalideció, y miró para otro lado pensando en que debía hacer.

-¿Entonces lo harás?-Fudge no le contesto al instante, se quedó pensando en la situación y después de un tiempo respondió:

-Lo haré.

[...]

En la prisión de Azkaban, un Auror y un Anciano de cabellera y larga barba gris se dirigían hasta los cuartos de aislamiento, específicamente al cuarto donde se encontraba encerrada una adolescente de cabellos oscuros.

El auror abrió la puerta del cuarto de aislamiento e ingresó-Prisionera 2349, tiene una visita.

-¿Una visita?-Preguntó Confundida y dejo a Shadow en el suelo.

-Sí, una visita. Pero primero debo esposarla de muñecas y tobillos. Así que por favor, extienda las manos-Skyler estendió las manos, y el Auror esposo su muñecas y después hizo lo mismo con los tobillos.-Bien, no hagas tonterías, o pasarás dos semanas más en aislamiento.

-Como ordene, jefe-Dijo Ironica. El Auror salió del cuarto y aviso al anciano de que ya podía ingresar.

Al ver quién era la persona que entró al cuarto, Skyler sintió unas enormes ganas de asesinar.

-¿Cómo estás Skyler?-Preguntó Dumbledore cerrando la puerta.

-Creí que jámas se dignaría a venir-La pelinegra ignoró su pregunta.

-No es sencillo-El anciano miró el aspecto de la adolescente, y pudo ver que estaba más delgada, que tenía el cabello alborotado y tenía manchas de suciedad en el rostro y en el cuerpo. Pero lo que más le sorprendió fue ver el color de sus ojos.-¿Qué le pasó a tus ojos grises, Skyler?

-Se fueron-Respondió con una pequeña Sonrisita y manteniendo su mirada seria-¿A qué ha venido?

-Tengo cosas que informarte-Dijo

-¿Y que és?

-Prontó serás libre.

-No juegues conmigo-Dijo fría.

-Es verdad, he hablado con Cornelius Fudge y me ha dicho que te ayudará en el juicio para que seas libre. Por cierto ¿Por que estás en asilamiento?

-Algo te debía él ¿Verdad?-Dijo, ignorando su pregunta.

-¿Qué?

-Si, supongo que Fudge te debía algo. No creo que simplemente me haya querido ayudar por ser buena persona.

-Eh, si me debía un favor.

-Supongo que muy importante.

-Lo es-Respondió Dumbledore.

-¿Cuando saldré?-Preguntó Skyler mirando hacia la pared.

-dentro de unas semanas será el juicio, al día siguiente serás libre.

-Bien.

-¿Y cómo has estado aqui, Skyler?

-¿Cómo voy a estar? Pues encerrada.

-No me refería a eso, Skyler.

-¿Y Qué quieres saber? ¿Eh?-Preguntó enojada Skyler- ¿Quieres saber que llevo meses encerrada ingeriendo una mierda de comida? ¿O quieres saber que tuve que soportar a un estúpido auror vigilandome las putas veinticuatro horas del día durante meses?

-Skyler...

-¿O quieres saber como me pudría aquí esperando que cumplieras tu promesa?-lo interrumpió Skyler furiosa, un aura oscura la empezó a rodear y Dumbledore lo notó, estaba nervioso y tenía miedo desde que ingresó al cuarto pero, debía disimularlo.-¡Llevo meses aquí! ¡Meses sin saber nada de mis amigos!

-Ellos están bien, Skyler. Tranquilizate por favor.-Pidió Dumbledore. Skyler no pareció darse cuenta del aura oscura que la rodeaba pero poco a poco se fue tranquilizando.

-Sólo quiero salir de aqui y verlos.

-Pronto lo haras. Todo será como antes.

-¿Estas seguro?-Rió ironicamente- La señorita Moore ya debe saber que estoy en prisión por asesinato y no me dejará volver. Aunque tampoco es como si extrañara el Orfanato.

-La Señorita Moore no sabe nada, piensa que sigues en el Colegio y que no has regresado al Orfanato en vacaciones porque estabas en casa de uno de tus amigos-aclaró Dumbledore-Eso le hice creer.

-Siempre ha sido una tonta-Se burló.

-Debes tenerle más respeto, Skyler.

-Como sea. De todas formas, en el colegio todo cambiará, estoy segura que los estudiantes me tienen miedo-La verdad es que eso a Skyler no le importaba ni siquiera un poco, pero quería hacer sentir culpable al anciano.

-No, nadie te teme Skyler-Dijo Dumbledore sintiendose algo nervioso-Todos te extrañan y esperan tu regreso.

-Tus ojos dicen cosas que tu boca va a ocultarme-Dijo Skyler mirandolo de manera seria, que podía dar miedo.

-T-Te aseguro que no es así-Dumbledore pensó que se sentía como una presa rodeada de serpientes apunto de ser atacada. Así que trató de relajarse.-Skyler, recuerda que Los maestros y referentes te sabrán guiar por el camino correcto.

-No lo creo.

-No seas negativa. Recuerda que La luz siempre estará al final del tunel-Dijo sonriente.

-No para mí.

Dumbledore sentía ganas de alejarse lo más rápido posible de ahí, pero tenía que disimular.

-Me tengo que ir, Skyler. Te veré el día del juicio. Los Aurores vendrán por ti y te llevaran ahí-Informó y se dirigió a la puerta pero se detuvo-Ah, se me olvidaba. Tus amigos te han enviado cartas.

Dumbledore sacó del bolsillo de su abrigo, cuatro sobres blancos y se los entregó.

-Ahora debo irme, que estes bien Skyler- Se despidió y salió de ahí apresuradamente cerrando la puerta.

Skyler admiro los cuatro sobres que tenía en la mano y algunos minutos después se le salió un lágrima.