Prisionera
Se podría oír a lo lejos como los plebeyos de la nación del fuego gritaban y alababan a los héroes que regresaban a su tierra natal tras varios años sin aparecer. Gritaban en alabanza los nombres de los príncipes que entraron a la ciudad de Ban Sing Se, vencieron sin esfuerzo al gran ejercito del reino tierra y con la ayuda de los Dai Li derribaron las grandes murallas, dejando entrar al ejercito de la nación del fuego tomando así de la capital del Reino Tierra. Derrotaron a su tío, que los habría traicionado poniéndose de lado del avatar, y con valor y fervor derrotaron al Avatar que por años habría frutado los planes de la nación en su búsqueda de gloria y poder.
Lo habría matado. El avatar ya no existía.
Las ancianas habrían anunciado que fue el príncipe Zuko el que derroto al avatar con la ayuda de su hermana. Una breve historia de como el principe con astucia atrapó al avatar y lo mato.
Azula sonrió cuando la gente empezó a aplaudir desde una habitación muy cerca donde acontecía los hechos, sonrió ante esa farsa. Tenía ganas de reírse y decirle a todos la verdad y así humillar a su hermano, pero ¿Qué chiste tendría? ¿Qué ganaría con eso? Sabia, o tenía la duda de si habría matado a ese monje.
Tal vez fallo el golpe, o quizás el Avatar habría muerto de verdad, pero eso ya no importaba. Ella nunca tendría la culpa de ese fracaso, pues, al fin de cuenta es Zuko el que tenía todo el crédito.
El palacio era más grande de lo recordaba. Mas rojo que dorado, con menos servidumbre y más soldados que de costumbre. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde que su padre la mando a por el Avatar y su hermano? 5 o 6 meses, días más, días menos. Azula solo esperaba descansar en su gran cama de seda por varias horas antes de presentarse con su padre, cosa que no quería, Pero los deberes reales deben cumplirse, lo malo de ser parte de la monarquía es que estaba obligada a hacer cosas que no quería.
Pero antes de ir, habría cosas que hacer.
–Ahhh! –Un grito de ira y dolor salió de una celda que se encontraba al fondo de un largo pasillo iluminado por unas cuantas antorchas. Asustando al único guardia que vigilaba la entrada.
Atormentada, furiosa." Patético". Pensó Azula al verlo tan asustado.— Hey! ¿Qué se supone que haces?
—Princesa.—El joven se puso firme aparentando valentía, pero los nervioso le dificultaba hacerlo— No la esperaba tan pronto.
—Creo haberte dicho que estaría aquí apenas terminara la ceremonia. Bien, hace más de una hora que termino y ya estoy aquí. — La sonrisa de Azula era inquietante.—Buen, ¿Y que esperas?
Tomo la llave, abrió la puerta con mano temblorosa. A pesar de la poca luz que habría en la habitación, vio que hay estaba. Una campesina vestida de azul, de cabello castaño y piel oscura encadenada en el piso, lo que hacía estar en arrodillada y con la mirada baja.
Era esa chica que siempre estaba con el Avatar. La maestra agua que siempre se metía en sus asuntos. Respiraba lentamente por el cansacio tras gritas por varias horas y el excesivo esfuerzo intentando romper sus cadenas, tanto fue el esfuerzo que se lastimó empezando así a sangrar por dónde tenía las esposas.
—Ten cuidado.—Dijo el guardia— Tardamos mucho en encadenar a la bruja, hirió a muchos de nosotros, dos están en el hospital. Es mejor que yo entre con usted.
—¡No! No necesito de nadie.
—Pero su majestad...— Azula le dio una mirada desafiante que lo hizo callar de inmediato. Retrocedió y la dejo pasar. Se preocupaba por el peligro que podría pasar la princesa, esa maestra agua era cosa seria, pero hacer enojar a la princesa podría llevarlo a tener un castigo peor que la muerte.
Entro cerrando la puerta tras de si. "Que silencioso esta esto". Se acercó lentamente, firme y con esa típica sonrisa suya.
—Hola ¿Le gusta su nueva habitación? Es amplia, un poco oscura y húmeda, sabes si me haces feliz tu podrás tener algo mejor. —Se posiciono cerca de ella—Si me dices todo lo que sabes de la invasión, o sobre cualquier cosa que me pueda llevar a la victoria, podria hacer que tú estancia aquí sea mas... más cómoda.
—Si—Rio de forma sarcástica— Eres una psicópata, una loca y de ninguna manera te voy a ayudar. —Levanto la mirada mostrando irá en todo su rostro— Mis amigos vendrán a por mí y nada de lo que me hagas me hará decir algo.
—No pienso hacerte nada. — Dijo seriamente mirando directamente a los ojos de su prisionera. —Tu tiene la elección de decirme o no. Cada cosa que me digas y que en verdad me ayude hará tu estancia aquí más... placentera. Sino, ni modo. No pienso ser mala contigo.
—No te creo.
—Créelo. Más bien... voy a darte algo para que confié en mí. —Fue directamente al guardia y si darle tiempo de reaccionar le quito la llave, y con la misma rapidez, la desencadeno. —Vez, ya somos amigas.
Katara no podría creer lo que pasaba. ¿Azula la habría liberado? ¿Acaso está era una estrategia suya para hacerla confiar en ella? ¿O algo peor?
Se miraron mutuamente, Azula con una mirada de orgullo y confianza y Katara con odio y amargura.
Katara lanzo un golpe hacia la cara de Azula con la intención de romperle la nariz y así quitar su "estúpida" sonrisa de su rostro, pero ella fue más rápida. Más bien, Azula ni siquiera tuvo que hacer un movimiento brusco para poder inmovilizarla. Solo esquivo el golpe y puso el pie para hacerla caer con fuerza al piso de piedra.
—Pensé que con liberarte podría ya confiar un poco en mí, pero solo por eso... tendré que dejarte encadenada, de nuevo. — Se puso encima de ellay se agachó, tomo el rostro de su prisionera, para que la viera directamente a los ojos— No vuelvas a atacarme de nuevo. No quisiera lástima ese hermoso rostro tuyo.
+++
Azula salió de la celda con una sonrisa de satisfacción. Sabía que su plan estaba dando sus frutos. El guardia en cambio estaba muy confundido, no solo por lo que paso, sino por el comportamiento de la princesa, esa no era la princesa que él conocía.
—¿Qué fue eso?
—Me harte de ser la mala. Pienso tratar a la campesina de un modo...diferente. Debo admitir que me resultaría más divertido torturala, pero pienso usar un método alternativo con ella...—El guardia se confundió mas— De todos modos ¿Qué importa? ¿A dónde iría? ¿Quién podría salvarla? — Se acercó al guardia, tanto que que no respecto ni un poco su espacio personal, incomodando al joven— Si reprime a alguen, empieza a volverse temeroso y solo se dedicara a mover su cuerpecito de un lado a otro, temblado de miedo. Generando solo odio y temor hacia su captor, pero—Puso sus manos en la mandíbula del hombre—Si los complaces, ganas su confianza y le das regalo, el poco a poco te dará todo lo que le pidas, te obedecerá. A veces, ser buena puede darte más cosas.—Se rió por la reacción de confuncion del hombre. Se separó de él y se marchó.
Azula jugaba con las personas en vez en cuando, le gustaba incomodar a la gente, darles miedo, tener el poder sobre cualquiera que estuviera cerca de ella. Todo era un juego en el cual ella saldría ganando y si todo salía bien tal vez la libérala.
"Libérala" pensó "Si, como no. Es mi prisionera, esa sucia campesina que me humillo y me hizo queda mal más de una vez. Vamos a ver cuánto duras...si no me ayudas por las buenas, serás por las malas" dejo de pensar cuando, estaba a punto de salir de la prisión vio algo en la mesa del guardia. Era el collar de la prisionera, ese que siempre llevaba puesto en el cuello todo el tiempo.
Lo tomo y lo miro más de cerca. Vio el dije de color azul, el cual tenía grabado un símbolo el cual parecía mucho al que usaba las tribus del agua. "Es... lindo" Lo guardo en uno de su bolsillo y se fue directo al palacio.
—++—***—++—
Para que no lo sepan, este es un reinicio de mi antiguo libro "Prisionera". La razón de este reinicio fue gracias a varios factores. El principal fue un comics oficial de Korra que cambió mi forma de ver a la nación de fuego y el modo de como lo planteaba en el libro, a su vez que tuve nuevas ideas mientras escribía la historia
Empezaré pronto a escribir el próximo capítulo.
Gracias y que pasen un buen día.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro