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Ok, tal vez sí se había precipitado un poco…
Estar con las doncellas raras no había sido tan malo después de todo. En realidad, nada podía ser peor a estar bajo la lluvia, mojándose el pelaje.
Todo comenzó desde que había salido de aquel lugar. La gente se la pasaba corriendolo de todas partes cuando se acercaba de manera amigable para pedir comida. Todos lo echaban y amenazaban con golpearlo.
Después de horas intentando que alguien le diera aunque sea un pedazo de pan, llegó a un oscuro y sucio callejón, donde parecía ser peligroso, pero al menos lo cubriría de la lluvia hasta que esta cesara y así pudiera continuar con su búsqueda de comida.
Pero no lo culpen, él solamente tenía hambre y se encontraba perdido…
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—¡NamJoon! ¡Levántate, llegarás tarde a la escuela!—gritaron desde la planta baja.
—Mmh, cinco minutos más… —pidió, al no querer levantarse.
—¡NamJoon! ¡Son las 6:50!—insistieron.
—Mmh… 6:50…—balbuceó en medio de su sueño, para después despertar de golpe—¡¿6:50?!—exclamó, aterrado. Se levantó de un brinco y comenzó a correr por toda la habitación.
Comenzó a guardar con rapidez los cuadernos qué tenía regados sobre el escritorio en su mochila, para después salir de su cuarto y bajar a la planta baja.
—Buenos días, tía—saludó.
Su tía yacía esperándolo con el desayuno preparado, sin embargo, sabía que el chico nuevamente no podría tomarlo al ser demasiado tarde.
—Buenos días, Nammie. ¿Volviste a desvelarte?
—Sí, aún sigo trabajando en mi proyecto.
—Dijiste que eras él único que manejaba ese proyecto solo, deberías pedirle a tu profesor que te junte con otro compañero o continuarás durmiendo hasta tarde.
—No tengo ningún problema, tía. Además, ya todo el salón tiene pareja.
—Menos tú—insistió. A lo que el rubio rodó sus ojos con una sonrisa, pues le parecía tierno que su tía se preocupara por él.
—Bien, lo hablaré con el profesor. ¡Nos vemos en la tarde, tía!
—¡NamJoon!—le habló antes de que cruzara la puerta.
—¿Si?
—¿Tu atuendo de hoy es para conquistar chicas?—Le preguntó burlona, mientras cruzaba sus brazos y alzaba una ceja.
—¿Qué?—frunció su ceño extrañado, sin comprender a su tía, hasta que se miró de arriba hacia abajo y se dio cuenta que aún estaba en pijama y más que pijama, eran sus boxers—¡Ay no!
Con rapidez subió a cambiarse, poniéndose lo primero que encontró, para después bajar y correr hacia la puerta.
—¡No olvides tu sándwich!—le recordó su tía, a lo que se devolvió por el.
—¿Tres?—preguntó extrañado por la cantidad.
—Te dará más hambre, así que agregué uno más y el tercero es para que lo compartas con algún amigo.
—Tía… sabes que no tengo amigos.—le recordó con pena.
—¿Quien sabe? Tal vez hoy podrías encontrar uno que tenga hambre y que no haya comido…—NamJoon sonrió ante la calidez de su tía, para después darle un abrazo—. Nos vemos, tía.
—Que te vaya bien, Nam.
Una vez vestido y listo, subió a su bicicleta, para después conducir hacia la universidad. Quince minutos le tomó llegar a la institución. Después de asegurar su bicicleta en el área indicada, corrió por los pasillos hasta llegar a su salón. La puerta estaba abierta y fue por eso que se ánimo a tocarla, sin embargo, pronto se arrepintió, pues el maestro detuvo su explicación y toda la atención recayó en él.
—B-buenos días… ¿p-puedo a pasar?—pidió, sin seguridad en su voz, sintiéndose pésimo al no poder controlarla.
Al profesor Ahn no le agradaban las interrupciones, sin embargo, al ver que se trataba del chico más esmerado de su clase, con un movimiento de mano lo invitó a pasar.
—Adelante.
—Gracias—agradeció rápidamente, para después hacer una rápida reverencia y sentarse en el primer lugar libre que vio.
—Como les decía, el día de hoy, habláremos sobre la literatura extranjera y que mejor que empezar con el libro de La Divina Comedia. La Divina comedia, también conocida simplemente como Comedia, es un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue redactado. Este libro se compone de tres partes, mismas que fueron redactada en un tiempo estimado en 17 años. Pues elInfierno pudo haber sido compuesto entre 1304 y 1308, el Purgatorio de 1307 a 1314 y, por último, el Paraíso de 1313 a 1321.
Es la creación más importante de su autor y una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal.
Pero se preguntaran, ¿por qué este libro es tan especial e interesante?
Bueno, les platicaré un pequeño contexto del libro para que se den una idea de lo interesante e hipnotizante que resulta este libro tan antiguo:
Dante, alter ego del poeta, se encuentra perdido en medio de una selva oscura. Al amanecer, llega a una montaña iluminada, donde es asediado por tres animales simbólicos: un leopardo, un león y una loba. El alma de Virgilio, el poeta latino, acude en su auxilio y le hace saber que su amada Beatriz le ha encomendado llevarlo hasta las puertas del paraíso. Para eso, deberán pasar primero por el infierno y el purgatorio.
En la primera parte de la travesía, Virgilio acompaña al peregrino a través de nueve círculos infernales, en los cuales Dante vislumbra los escarmientos que sufren los pecadores impíos…—relató.
Ajenos al relato, faltaban unos minutos para que la clase terminara y al parecer los únicos que ignoraban aquello eran el profesor y NamJoon, pues los demás alumnos parecían demasiado entusiasmados en que el relato terminara.
La campana sonó, dando fin a la clase de literatura e historia del arte. El profesor se detuvo abruptamente y resignado al haberse dejado llevar por su pasión, otra vez, se resignó a darles el pase sin encargar tarea, al menos no una a mano.
—Bien, nos vemos la próxima semana, pero como tarea tendrán que buscar informacion sobre La Divina Comedia y compartirla en la siguiente clase. Que tengan buen día.
El rubio se levantó con una gran sonrisa en sus labios. Hablar de literatura extranjera era igual de genial que la literatura coreana. Sin embargo, le gustaba leer sobre otras culturas y tratar de entender sus pensamientos y costumbres.
Caminó por los pasillos para poder llegar a su siguiente salón. Pero antes de llegar, pasó por los casilleros de la facultad, donde fue bruscamente aventado hacia los casilleros.
—¡Pero si es Kim NamJoon! Nuestro nerd favorito.
—¿Se te ofrece algo, Lee? No tengo tiempo para tus estupideces. Al contrario de ti, si vengo a la universidad a estudiar.
—Estudiar es para nerds idiotas, como tú.
—No olvides pobres. —le recordó uno de los amigos del agresor.
—Ja, ja, es verdad. Es una pena que no vayas a heredar una empresa. De seguro ni siquiera traes para el camión de regreso.—carcajeó, siendo seguido por sus amigos.
NamJoon no lo pensó y se abalanzó sobre él, para estamparlo contra la pared y aprisionarlo.
—Al menos yo si tengo una familia ansiosa por mi regreso. Tus padres solamente te quieren para que suplas el negocio familiar y me imagino que ni siquiera llegas a sus expectativas. Pero, ¿sabes que? No es culpa ni mía ni de nadie que seas un inútil.
—Imbéc-…
—¿Qué? ¿Me golpearás por qué digo la verdad?—miró a los cómplices de Lee Taeil, quienes esperaban una respuesta de su amigo.
Sin embargo, Taeil se sintió acorralado y con impotencia se alejó de Kim.
—Vámonos… —ordenó con voz fría y áspera, mientras caminaba, no sin antes darle una mala mirada a NamJoon por encima de su hombro.
NamJoon sonrió victorioso cuando los vio alejarse de los pasillos.
No entendía qué hacían esos idiotas ahí si era la facultad de Artes y se suponía que estudiaban en la Administración de empresas. Posiblemente querían intimidar a aquellos chicos inseguros que expresaban sus emociones a través del arte, de la música, el baile o la literatura. Afortunadamente, no aplicaba para él, pues había aprendido a defenderse de los abusadores que siempre buscaban humillarlo, desde primero de secundaria.
Caminó por los pasillos para ir en busca de su siguiente clase…
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Las horas pasaron muy rápido, tanto que cuando menos se dió cuanta ya era hora de regresar a casa. Cada vez que se encontraba en aquella universidad, pensaba que estaba donde pertenecía, pues se sentía como un pez en el agua entre tanta arte y creatividad.
Después de quitarle el candado a su bicicleta, subió a ella, para después conducir a su hogar. Disfrutaba ver el paisaje mientras manejaba por las calles de Seoul, las cuales se iluminaban de luces y anuncios color Neón.
Estaba apunto de llegar a casa, cuando de pronto, unos gritos llamaron su atención. Se trataba de un hombre que corría a un gato de su local con una escoba. El hombre era tan violento con el indefenso gatito que se vio obligado a interferir.
—¡Alto! Deje de golpearlo.
—¿Es tuyo?
—N-no.
—¡Entonces llévatelo!—exclamó, para después cerrar la puerta del local con brusquedad, dejando bocabierto al rubio qué intentaba salvar al gatito. Una vez que se encontró sólo con el felino, lo miró con confusión.
—¿Estás perdido?—le preguntó, al mismo tiempo que lo intentaba cargar, sin embargo, el gatito lo arañaba y amenazaba con morderlo.
—Te lo advierto, no quiero morderte, humano feo—gruñó, intentando que el humano no lo cargara y escapando de sus manos cuando lo levantaba del suelo.
—¿Tienes hambre?—preguntó, para después sacar un sándwich de su mochila.
—¡Te he dicho que me suel-… ¿Qué es eso que huele tan rico?—alzó su naricita, agudizando su olfato para ver si aquel aroma tan delicioso no era parte de su imaginación.
—¿Quieres un poco? Debes estar muy hambriento.
—Aver dame…—el gatito bajó la guardia y comenzó a acercarse hacia el humano, el cual yacía esperándo a que se acercara.
—Ven gatito. No te haré daño—susurró, mientras dejaba comiera del sándwich a gusto, o al menos del jamón y el queso.—¿No eres de por aquí, verdad?
—Mi nombre es Kim SeokJin, príncipe menor de la dinastía Kim en el reino Moon. Mi hermano, el heredero al trono, me desterró y desapareció a nuestros padres. Ahora estoy aquí en este mundo desconocido, ¡siendo un gato! Por alguna extraña brujería.
El rubio lo miró extrañado, pues de un momento a otro el gato se había exaltado y ahora parecía hablarle a la nada, pero con voz de gatito. Y fue taaaaan tierno…
—Oww. Eres muy tierno.
—¡Acaso estás escuchando algo de lo que te dig-… ayyy—sus quejas quedaron a segundo plano cuando comenzaron a acariciar su cabecita—. ¿Podrías rascarme por aquí, humano?—hizo que la caricia se trasladara a su lomo, donde su columna se levantó por mero instinto al igual que su cola peluda—. Ahhh…—suspiró satisfecho—. Creo que te conservaré—dijo el felino para sí mismo. Al menos aquel humano le daría de comer y lo rascaría.
—Ven.—lo tomó entre sus brazos con cuidado, sin embargo, el felino seguía rasguñando y renegando a que lo cargaran—. Vamos a casa. La tía Rose te amará.
—Espero que esa tía Rose sepa rico… —refunfuño, para después darse por rendido y dejarse cargar. Probablemente ese humano le daría más comida…
Cualquier cosa era mejor que mojarse bajo la lluvia en un reino desconocido…
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