|Capitulum XXV|
Antes de empezar el capítulo, he de aclarar que será muy largo (de 8391 palabras), y tratará sobre HoSeok y TaeHyung.
Como ya recordarán dije que escribiría sobre ellos, ya que unos capítulos atrás escribí sobre YoonGi y JiMin.
Espero les guste, y para los que no, solo les pido no hagan comentarios hirientes. Se que no ha todos les gusta el HopeV, por favor, no insitemos al odio.
Sin nada más que decir, empecemos.
HoSeok.
—HoSeok, querido, por favor puedes ir por algo de harina al distrito Orpus, haré galletas pero me he dado cuenta que no tengo huevos ni harina. ¿Querido, estás escuchandome?.
—Sí TaeHyung, en seguida voy. —respondi desde la habitación.
—¡Oh y puedes traer un poco de gengibre para galletas!.
—Sí cielo, lo traeré también, ¿Algo más que necesites?.
—Solamente querido. —sonrei de lado, era cuestión de segundos para que el dijera:—. ¡Cierto, cierto casi se me olvida, no hay azúcar ¿Cómo pude olvidarlo? Por favor también trae azúcar!. —baje las escaleras de nuestra casa, mire hacia la cocina. Mi esposo preparaba más de algo bajo la atenta mirada de nuestro hijo que parecía entretenido viendo a su padre cocinar.
—¿Eso sería todo?. —pregunte tranquilo, TaeHyung se acercó a verme, extendió el dinero para las cosas, yo le sostuve la mano con cariño mientras el me daba un ligero beso en la mejilla.
—Y también trae miel, que no hay. —dijo con las mejillas siempre sonrojadas, le di un corto beso en sus labios, también le di un beso en la frente a mi pequeño hijo quién sonrió con ternura, me apresure a salir de nuestra casa, aquella que estaba detrás del castillo donde solo los que trabajan dentro del mismo vivían—. ¡Querido por favor trae también levadura y café!. —subi al caballo con una sonrisa divertida, asentí a mi esposo quién desde la ventana me pedía comprar otras cosas.— ¡Ve con cuidado, te amo!. —fue lo último que escuché que dijo, empecé a cabalgar hacia el distrito donde estaba el mercado central de Belion. Pensé que mi día de descanso la pasaría durmiendo o simplemente en casa, pero por lo que veo a TaeHyung se le ocurrió hacer no sé qué cosa.
Mi caballo iba a prisa, el invierno había llegado y el frío azotaba fervientemente la zona. Recordé por un instante a SeokJin y NamJoon, de seguro su hijo para estas fechas ya habrá nacido, solo pude poner todo a manos del destino y pedir por qué todo les saliera bien.
Pase las puertas del castillo a paso veloz, no pude evitar mirar el gran jardín de flores en forma de laberinto donde cuando era un niño, solía esconderme y dónde justamente mi historia con TaeHyung empezó.
Quince años atrás.
—¡Por favor HoSeok!. —negue de brazos cruzados sin inmutarme en ningún momento—. ¡Por favor~!. —volvi a negar—. Vez, por eso digo que eres un insensible.
—No soy un insensible, solo no soy idiota. —me defendí de mala gana.
—YoonGi dile algo.
—Algo. —respondio mi amigo. NamJoon lo miro mal y yo me reí por lo dicho.
—Tu también, te vas a poner de lado de HoSeok, ¿A caso tú no quieres de esas galletas?.
—Sí quiero, pero si HoSeok no quiere ir entonces yo tampoco. Además no sé porque tanto drama, ve y pídele a tu mamá que te haga unas. —asenti de acuerdo con YoonGi, sin embargo NamJoon bufo como si decir aquello fuera estúpido.
—Mamá no tiene tiempo ahora, está ocupada con algo del concejo o que sé yo, la cuestión está en que ella y papá se la pasan trabajando sin descanso. —explico el, y yo seguía sin entender cuál era su insistencia en hacerme hurtar unas galletas de la casa de enfrente.—. así que HoSeok, te quiero mucho, por favor.
—Ya te dije que no, si mi mamá se llega a enterar de que estuve de vándalo otra vez va a castigarme. —aunque si tenía la tentación de robarme esas sabrosas galletas que esa señora había puesto en la ventana de su casa, era casi un pecado no hacerlo. Mi boca se hizo agua, sentía la baba caer por mi mandíbula, tenía una debilidad por la comida y joder que esas galletas tenían algo que me hacían quererlas más.
—Yo vigilo a que nadie venga y YoonGi te ayuda. —mire a mis amigos, bueno que más da.
—Esta bien, pero hay de ustedes que me abandonen. —los amenace con el dedo, ellos solo rieron mientras me seguían.
Mire a los lados, la gente no parecía notar nuestra precencia y nuestras ropas pasaban desapercibidas. Estabamos fuera del castillo, entre las casas que lo rodeaban, andábamos de vagos hasta que nos topamos con esas galletas en aquella casa. Me estire lo más que pude para poder llegar a donde estaba el plato, sonreí en grande cuando las tuve en mis manos. Pero no pude cantar triunfo tan rapido—. ¡Ey, ustedes mocoso del demonio, ¿A donde van con eso?! —mire hacia atrás, YoonGi reía de forma nerviosa mientras NamJoon solo se mantenía estático, mire el plato en mis manos y después a mi amigos quienes con una seña me dieron a entender que era hora de correr.
Pegue el plato con galletas a mi pecho y corrí lo más rápido que pude junto a mis dos estúpidos amigos. Reíamos como desquiciados por la adrenalina—. ¡Detengan a esos rufianes!. —gritaba un guardia detrás de nosotros. La gente nos miraba extraño, porque buenos una docena de soldados nos seguían solo por haber hurtado unas galletas.
—¡Abran las puertas!. —gritaba NamJoon a los guardias del castillo, quienes muy confundidos se miraban entre si—. ¡Que las abran!. —nos ignoraron porque no parecían reconocernos; yo sentía que en cualquier momento nos atraparian, YoonGi había usado su habilidad y había hecho un portal dentro del reino, lo más rápido que pudo nos jalo a mi y a NamJoon con el.
Caímos en el pasto del jardín trasero, nuestras respiraciones eran rápidas, yo aún sostenía el plato contra mi pecho, mis amigos estaban tirados en el suelo intentando regularizar su respiración. Mis ojos ardían pero por mi habilidad de visión telescópica, note que en la entrada los soldados aún nos buscaban, me puse de pie junto a mis compañeros y corrimos dentro del jardín en forma de laberinto, así nadie nos encontraría.
Cuando estuvimos en el centro del laberinto, nos dispusimos a comer las galletas—. Se quebraron mientras corríamos. —les explique a los dos, ya que miraban con tristeza los pedazos en mis manos—. Pero eso no quita que sepan bien.
—Da igual, peores cosas he comido. —menciono YoonGi de buen ánimo, el tomo un pedazo y empezó a comer a mi lado al igual que NamJoon, pero el con una mueca porque no le gustaba comer las cosas deshechas.
—Creo que dejaron de buscarnos ya. —hablo NamJoon después de un largo rato en silencio—. Y se está haciendo tarde. —mire hacia el cielo, ya casi anochecía—. Por cierto, hace unos días escuche a mis padres hablar sobre algo interesante. —comento el rubio con misterio.
—Haber, cuenta el chisme ahora. —le respondí como metiche, NamJoon rió entre dientes, al igual que YoonGi por alguna razón. Fruncí el ceño, ellos eran más grandes que yo, se aprovechaban de eso en algunas ocasiones, par de tontos—. Es algo malo, ¿verdad?.
—¡Oh, claro que no!.
—¿Entonces?. —no entendía cual era el motivo de su risa.
—Lo que pasa es que tendrás un compañero de estudio de ahora en adelante. —se adelanto a decir YoonGi. Parpadee sin comprender absolutamente nada—. Vez Nam, te dije que se quedaría mudo cuando se lo dijéramos. —bromeo el pelinegro.
—¿Compañero de estudios? Pero yo no necesito uno. —dije confuso—. Solo Nam y tú son compañeros porque son un par de brutos.
—¡Oye, más respeto que soy mayor que tú!. —se defendió el rubio príncipe.
—¡Ustedes empiezan y después no se aguantan!.
—Ay bueno. —expresaron divertidos—. Lo que pasa es que mi primo cumplió diez años el mes pasado y bueno, sus padres quieren que forme parte de los caballeros reales de Belion. Así que mi tío le ha pedido a mi padre que lo deje venir a clases aquí al castillo, pero que le ponga un compañero porque..., —NamJoon hizo una pausa, se rasco la cabeza un poco y después dijo:— mi primo es algo diferente y quieren que alguien lo ayude.
—¿Diferente en que sentido?. Además yo no sabía que tenias un primo y sobre todo, ¡¿Por qué yo tengo que ser su compañero?!. —dije molesto, a mi no me gustaba tener que compartir mi tiempo de estudios con otra persona, me esforzaba porque no me pusieran con alguien y ahora, me salen con que tengo que hacer equipo con un desconocido.
—Es un primo lejano, su papá es primo de mi papá y así, y..., Oye no te enojes, fue decisión de mis padres no mía. Enojate con ellos. —aprete mis manos con impotencia.
—Nam tiene razón, nosotros solo te lo estamos contando. —persuadio YoonGi gentil como siempre—. Bueno yo me voy, mi nana ha de estar buscándome ya. Ella dice que solo tengo once años y que no debo andar solo en las calles, así que nos vemos hasta mañana en clases. —dijo el pelinegro, el hizo un portal por el cual desapareció. Me quedé solo con NamJoon, el miraba a otro lado sabia que yo estaba molesto.
—Yo también ya me voy. —hable bajo, Nam asintió un poco cohibido—. Nos vemos mañana.
—Adios HoSeok. —se limitó a decir.
Hice un ademán con la mano sin darle importancia, cuando estuve fuera del castillo camine desanimado hasta mi casa en el distrito Orpus, la gente me miraba raro y otros hacían unas reverencia al ver el escudo real en mi hombro. Mi papá era cónsul del reino y tenía el título de Conde, mamá era condesa a su lado y yo solo su hijo que heredará su título en el futuro. Un trabajo aburrido, eso no me gustaba.
—Ya vine. —el mayordomo corrió a mi encuentro me sonrió y quito el abrigo, como siempre mis padres estaban ocupados en más de algo.
—Mi niño, en un rato estará la cena, lo llamarán cuando sea hora. —dijo el mayordomo quien caminaba a mi lado.
—¿Y mis papás?. —pregunte.
—En una reunión, no tardarán en llegar, de seguro estarán con usted a la hora de la cena. —no respondí.
Espere sentando en la sala a que me llamarán a comer, miraba los libros atiborrados en las estanterías, todos esos ya los había leído, escuchaba a la servidumbre ir y venir por toda la casa, nadie me dirigía la palabra a menos que fuera necesario. Para ellos yo solo era el hijo de los señores de la casa, un niño de once años ignorado como siempre. Oí la voz de mamá, me hice más pequeño en el sofá para que no me viera, ella paso de largo riendo al lado de mi padre.
Seguí en silencio sin moverme hasta que el mayordomo me llamo para ir al comedor.
Cuando llegue a la entrada mamá y papá hablaban alegremente como siempre—. Buenas noches padres. —dije educado, mamá volteo un momento y papá me ignoro.
—Hola HoSeok. —fue lo único que dijo. Me senté dos sillas alejados de ellos, la mesa era larga y como siempre no le pasaron importancia a la distancia en la que estaba. Ellos hablaban de cosas estúpidas como que los vecinos tendrían otro hijo o que la amiga de mamá se había comprado un vestido nuevo, y más y más basura de la clase alta a la que ellos decían pertenecer.
Comi en silencio como todas las ocasiones, solo, siempre. Hasta que mamá me habló, sé que lo hizo por cortesía y no porque le interesará, aún así sonreí porque me sentía feliz cuando al menos ellos notaban que estaba ahí por unos segundos.—. ¿Y cómo te va en las clases avanzadas?. —pregunto ella.
—Bien mamá. —respondi—. He sido el primero de la clase otra vez. —dije orgulloso, ella asintió con una media sonrisa.
—Eso es bueno hijo. —dijo papá sin apartar la vista de su comida—. Me costó mucho trabajo lograr que te aceptarán, no desperdicies está oportunidad.
—No lo haré papá, valoro mucho el esfuerzo que hiciste para que fuera a una buena escuela. —conteste.
—Bien por ti, porque cuando logres graduarte vas a sustituirme en el consulado. —no dije nada, papá no sabía que a mí no me gustaba ese trabajo, yo quería ser un caballero, defender el reino con mi vida, así como el papá de YoonGi y el papá de NamJoon. Quería ser un guerrero, no un idiota que se sentaría todo el día en un escritorio revisando papeles—. En fin, he escuchado que el rey hará una fiesta por el cumpleaños de su esposa, estamos invitados. —y volvieron a ignorarme. A mamá le brillaban los ojos al solo hablar de joyas y a papá parecía importarle mucho la apariencia. Sentí que cada vez había un vacío más grande entre ellos y yo, y eso, dolía demasiado.
—Me han puesto un compañero de estudios. —comente para lograr tener su atención.
—Silencio HoSeok, tu padre y yo estamos hablando. —respondio mamá molesta he ignorando lo que dije. Eso me hizo sentir peor, así que como siempre di las gracias en silencio y salí del comedor.
El mayordomo me siguió hasta la puerta de mi habitación, el era el único que parecía preocuparse por mi. Sonreí cuando el me dio una paleta, siempre lo hacía—. Descanse mi niño. —decia el para después revólver mis cabellos. El mayordomo era un tipo de edad avanzada, quizá unos sesenta años, pocos lo sabían y yo me había enterado hace muy poco, que el, era el papá de mi mamá. Y cómo siempre fue el mayordomo de la familia Jung, un día papá se fijó en la hija del mayordomo y empezó su historia de amor.
O algo así decían, nunca he escuchado o visto a mi madre dirigirle la palabra a su padre, tener dinero le afecto el cerebro, tanto que olvidó al humilde padre que trabajo día y noche para darle de comer. Maldita y maldito mi padre por permitirle olvidar sus raíces dándole joyas y caros obsequios, haciéndola ver cómo solía decir él de vez en cuando, más a su altura o a la altura de la clase a la que ahora pertenecía.—. Feliz noche abuelo Shing. —el se volteó con una sonrisa en el rostro, hizo una reverencia y desapareció. Yo jamás me olvidaría de mi abuelo, porque es la única persona honesta que valora a su familia dentro de esta casa.
[•••]
—Muy buenos días jovencitos. —escuche que dijo el papá de YoonGi, el era nuestro maestro. Todos nos reverenciamos, bien formados nos dispusimos a seguirle al área de entrenamiento donde regularmente estábamos siempre. Mire de lado a NamJoon y YoonGi, ellos iban dos filas al lado mío, vestían el uniforme azul porque estaban en un nivel más alto, mientras yo usaba el uniforme amarillo, me detuve junto con mis compañeros cuando la campana sonó, observamos como los de nivel avanzado corrieron a prisa hacia el campo de batalla donde empezaron a combatir unos contra otros demostrando que tan bien dominaban sus habilidades. Mire a mis dos amigos, ellos eran un equipo sólido y parecían llevar las de ganar en ese entrenamiento. Todos gritaban y alentaban a sus equipos favoritos, el profesor Min se alejó un poco de nosotros cuando alguien le llamo. Yo había olvidado el tema de tener un compañero de estudios, porque al parecer no sucedería, ya que llevaba una semana entera y no se había presentado.
—¡Paraos todos!. —ordeno el profesor, todos se detuvieron en el combate, volvieron a sus posiciones actuales, firmes como un árbol. Guardamos silencio cuando notamos que abrían las puertas del campo de entrenamiento, un señor y una señora caminaron hasta el maestro quien los recibió amable, ambos sujetos parecían llevar de las manos a alguien. Escuché a NamJoon reír, al igual que YoonGi, los mire de mala gana, ellos casi siempre desobedecian las órdenes del profesor—¡Atención!. —grito de nuevo, me pare derecho, viendo al frente y nunca a los lados—. Denle la bienvenida a su nuevo compañero. —me tense en mi lugar, mis compañeros dijeron al mismos tiempo, 'bienvenido' yo lo susurré. Mis compañeros empezaron a susurrar entre ellos más de algo, la curiosidad me mataba por ver lo que ellos veían. Pero mi orgullo era más grande.
Pero no pude lograrlo, escuché que alguien lloraba, mis compañeros miraban atentos, entonces mire también. La dama abrazaba con cariño al niño que se aferraba a su cintura sin darnos la cara, el papá se disculpaba con el maestro con una sonrisa apenada. El niño sollozo más alto cuando el profesor Min lo jaló para alejarlo de su madre—. Está en buenas manos, no se preocupe. —dijo el para tranquilizar a los padres del niño.
—¡Mami, papi no me dejan aquí!. —suplico el niño. Mis compañeros empezaron a reírse del niño. Yo no hice ni dije nada. No era ni problema—. ¡No me dejes con los insectos, no me dejen aquí, van a comerme, mami, papi ayuda!. —¿Acababa de decirnos insectos?.
Los padres cruzaron las puertas de la escuela, la mamá le lanzaba besos al niño mientras que el papá le sonreía con cariño. Cuando ellos desaparecieron, el niñito se tapó el rostro llorando. El profesor suspiro—. Bien, vamos pequeño. —el se dejó guiar con el rostro viendo al suelo. Para ese entonces ya todos mis compañeros, incluyéndome ya lo mirábamos mal por habernos dicho insectos—. Chicos, denle la bienvenida a su nuevo compañero, vamos pequeño, dinos tu nombre y edad. —lo escuchamos sorber de su nariz, sus cabellos negruzcos ocultaban sus ojos.
—Soy, Tae. —dijo entre lloriqueos, el papá de YoonGi suspiro de nuevo, mis compañeros se burlaban del niño por su timidez—. Kim TaeHyung, tengo diez años.—pero callaron violentamente al escuchar el apellido. Incluso yo quedé sorprendido, muchos balbucearon estupideces mientras miraban a NamJoon, quien con un gesto afirmativo dijo:
—Sí, es mi primo, y quiero decir que si veo a alguien molestándolo o burlándose de el se las verán conmigo. —amenazo el seriamente. Nadie dijo nada.
—Bien, TaeHyung, ve y ponte en donde están los niños de traje amarillo. —mire confundido al profesor, yo era de la clase cuatro, llevaba más tiempo aquí. ¿Por qué un niñito de diez años está en un nivel tres veces más alto que su edad?. No era el único confundído y el profesor al notarlo dijo:— TaeHyung ya domina tres de sus cuatro elementos así que no hay problema con que este con ustedes. —eso era más comprensible. El menor poco a poco fue caminando tímidamente y con la mirada al suelo hasta nosotros, pero se regreso corriendo hasta el profesor donde muy bajo le pregunto algo, el papá de YoonGi río con gracia mientras asentía.—. Por poco se me olvida. —contesto—. Jung HoSeok. —cuando dijo mi nombre sentí un escalofrío por mi espalda.
—¿Si profesor?. —dije sin que se notarán mis nervios.
—Acercate. —pidio. Yo lo hice inseguro, cuando estuve cerca el maestro tomo de la mano al niño llamado TaeHyung, después me pidió extender mi mano. Yo no quería, pero tampoco podía desobedecer al profesor. El hizo que yo tomara de la mano al mocoso más bajo que yo, no lo mire, pero el si me miraba de reojo—. TaeHyung será tu compañero de estudios de ahora en adelante, tratalo bien, al igual que tú TaeHyung.
—Sí... —susurro muy bajo.
El maestro se alejó—. Bueno ya fue mucho descanso, a correr, denle cinco vueltas al campo. —nos miro, yo seguía sin moverme—. Tómense un rato ustedes dos, HoSeok muestrale la escuela a tu compañero. —asenti sin ánimos.
NamJoon y YoonGi competían por ver quién corría más rápido, pasaron a mi lado, los dos se reían de mi—. ¡Suerte! —gritaron al mismo tiempo.
Chasquee la boca de muy mal humor, el niño seguía agarrado de mi mano—. Ven, sígueme te mostraré la escuela. —mi voz salio filoza, lo solté de la mano y empecé a andar sin esperar a que me siguiera.
Aún así podía escuchar sus pisadas detrás de mí, al igual que como sorbia de su nariz. ¿Qué debía decirle? ¿Qué debía hacer?, No lo sabía, pero un sentimiento de frustración y odio me invadió por largos minutos en los que caminábamos alrededor de la escuela que estaba dentro del castillo, no le mire y el siempre tuvo la vista al suelo, aún cuando le hablaba mi voz salía filosa y una mirada de rechazo por mi parte—. Este es nuestro salón, que no se te olvidé el camino. —dije serio, el no asentía ni decía nada, jugaba con una flor en sus manos... ¿De donde la había sacado?. No recuerdo haber visto algún jardín o maceta por todo el camino—. A la vuelta está el comedor, unos metros hacia allá —señale a mi izquierda, el miro de reojo sin mucho interés donde yo apuntaba—, ahí está el patio donde tomamos receso y a la par están los baños sanitarios. —dije mientras emprendía mi camino de regreso al campo de entrenamiento, el me siguió detrás aún en silencio, hasta que dijo:
—¿Y donde está el lugar donde tienen a sus caballos voladores?. —su voz tenía ese tono de curiosidad, yo me detuve para verle por sobre mi hombro, ¿De que carajos hablaba este niño?.
—¿Disculpa?. —dije incrédulo.
—Disculpado. —respondio, pude ver su sonrisa aún cuando su cabello tapaba sus ojos. Este niño de estaba burlando de mi.
—¿Te parece cómico todo esto verdad?, Eres insensato, ni siquiera se porque te hablo mocoso tonto, solo estás aquí porque eres primo de NamJoon. —dije brusco, el ladeó su cabeza aún con esa sonrisa.
—¿Qué cosa es cómica? —pregunto él apretando la flor en sus manos—. Si de por sí, el mundo ya es un lugar cómico. —comento por la pregunta que yo le había hecho—. ¿No te parece ya cómico que nosotros existamos cuando no deberíamos hacerlo?. —su voz, joder su voz sonaba distinta, era... Era como si me estuviera hablando un adulto con mucha experiencia en la vida, pero la realidad era que, solo era un niño menor que yo el que decía todas esas cosas—. Además, por mi, no estaría aquí, vine porque mami me prometió hacer tartas de cereza todos los viernes si venía a recibir clases en la misma escuela que mi primo. —¿Qué carajos le sucede a este niño y sus cambios de actitud?—. En fin, ¿Donde estan los caballos que vuelan?. —insistio saber.
Yo ya tenía un tick en el ojo derecho por su comportamiento.
Ese niño sería mi compañero por los últimos cuatro años que me quedaban de estudio aquí.—. Olvídalo, no me importa. —conteste. Seguí recto hasta el campo de entrenamiento, mis compañeros ya habían terminado, así que solo quedaba ir a clases y tomar los apuntes. Volví a dar la vuelta de regreso de dónde había venido.
—No has respondido mi pregunta, ¿A donde están los bonitos caballos? Quiero verlos, dime.
En ningún momento pude verlo a los ojos, el esquivaba la mirada de todos. Y seguía insistiendo en saber esa cosa de los caballos voladores que me tenía harto que para soltarme del tema le dije:—. Tienen su establo en el laberinto de flores que está detrás del castillo. —fue cruel mentirle, pero me tenía cansado y no podía concentrarme en lo que el profesor de historia decía por tener la vocesita de TaeHyung susurrando todo el rato a mi odio.
—¿Dónde es eso? —pregunto bajito.
—Te puedes callar, necesito poner atención y tú solo molestas. Mejor pon también tu atención que si sigues así nada se te va a quedar. —le rete, ambos compartíamos pupitre, el gruño, estaba sentado viéndome a mi, con las piernas cruzadas sobre su silla, no volteó a ver al profesor en ningún instante—. Ya basta, mira al frente, que si miras a los lados no vas a aprender. —dije un poco más molesto y más alto, algunos compañeros me miraban pero TaeHyung solo:
—No me importa, igual todo eso que dicen ya lo sé. —contesto tranquilo, como si no le importará ser visto mal—. Bueno, al menos, dime cómo llegar a ese lugar, quiero ver a los caballos que vuelan.
—Te lo dije detrás del castillo, ahora cállate. —mire al frente con un poco de rubor en mis mejillas, el profesor nos miraba severo, pero obviamente no le dijo nada a TaeHyung porque era un miembro de la familia real y no quería problemas. Cobarde.
—Pero no se donde queda eso, esta es la primera vez que estoy en este lugar. Enséñame donde es. —dijo de nuevo. Apreté fuere mi lápiz, lo mire muy mal y el seguía jugando ahora con más de dos flores sobre sus manos—. Si no me dices no te dejaré tranquilo. —amenazo sin verme.
—Detras. Del. Maldito. Castillo. —dije con tanta molestia que incluso hice pausas para que entendiera. TaeHyung hizo un puchero, suspiro y se volteó para sentarse correctamente, cruzó sus brazos sobre el escritorio y recostó su rostro entre el mismo.—. No te atrevas a dormirte, si lo haces me van a regañar a mí por tu culpa. —no me hizo caso y como espere, el profesor de educación de historia nos vio muy mal mientras se acercaba.
—¿Se puede saber por qué tanto secreto entre ustedes dos? Durante toda la clase no han dejado de hablar he interrumpen a sus compañeros.
—Lo siento profesor. —dije apenado, TaeHyung seguía en la misma posición. El maestro frunció el ceño.
—Su compañero distrajo a más de la mitad de la clase, y por su culpa no han entendido lo que yo he dicho. —menciono el muy severo, TaeHyung poco a poco se levanto, me estremecí al ver una sonrisa mórbida en su rostro—. Claro, como son de la familia real, no les importa lo que dicen los maestros. De seguro ni atención puso durante toda la clase...
—El reino de Belion se divide en veintinueve distritos, clasificados por sus ramas, de las clases más importantes, clases medias y por último bajas. Este sistema fue creado por el primer rey del reino de la lujuria ahora conocido como el Imperio de Belion, desde hace ya más de quinientos años al darse cuenta que tener distritos es mucho más factible para llevar un orden, además de poder tener mejor comunicación con su pueblo y proporcionar lo necesario al mismo según las necesidades de cada zona. —dijo como si fuese una especie de libro hablante, sonrió hacia el maestro que le miraba estupefacto—. En resumen, eso fue lo que usted dijo en su clase, maestro. Ahora, si me permite estaba teniendo una conversación con mi compañero. —eso fue suficiente para que el maestro se diera la vuelta muy avergonzado. Mis compañeros ni voltearon a vernos, nos ignoraron triunfalmente. TaeHyung seguía con el mismo tema de los caballos voladores y yo, solo quería escapar a mi casa y refugiarme en mis libros. Solo rezaba porque desistiera del tema.
Cosa que no hizo, así que cuando las clases terminaron corrí a la salida sin ver a nadie, ignore incluso a mis amigos. Sentí que me seguía, lo sabía pero el reía risueño como si hacer eso le trajera diversión. Empecé a correr más rápido y él se quedó atrás, no lo mire, aún así pude escuchar que empezaba a llorar.
Ya enserio, ¡¿Qué le sucede a ese niño y sus cambios de humor?!.
[•••]
Otro día más de clases, otro día más de tener que soportarlo, otro día más de tortura mental para mí.
Era la hora del almuerzo, y como siempre me encontraba comiendo con mis dos amigos, quienes no decían ni una sola palabra acerca del tema de mi compañero, al parecer se habían dado cuenta que no estaba para nada contento. NamJoon de vez en cuando hacia algún estúpido comentario sobre las flores de TaeHyung, que por cierto me había dado cuenta que era su habilidad, control de la flora, podía crear cualquier tipo de planta estando donde sea. Suspiré, mire a mi izquierda, ahí estaba el, comiendo solo en una banca mientras jugaba con un caballito de madera, (que tenía alas blancas). Nadie se le acercaba y a él eso no le importaba. El tema sobre los caballos no había cesado en ningún momento, el me insistía en que lo llevará a donde se supone estaban, ¿Por qué no iba solo?. ¿Por qué tengo que llevarlo yo?—. Oye Nam, ¿Es cierto que tú primo está loco?. —voltee a ver al idiota que había dicho eso, era un imbécil de último año que se creía muy valiente al hablarle así a NamJoon, claro ya que iba acompañado de muchos otros de sus compañeros estúpidos.
NamJoon frunció el ceño, YoonGi solo se mantuvo callado, lo conocía, si estaba muy quieto significaba que estaba listo para atacar a quien sea.
—Te crees muy valiente al decir esas estupideces estando en grupo, pero no te atreves a mirarnos a la cara cuando andas solo. —dijo el príncipe muy serio. El idiota se rió al igual que los demás.
—Ay por favor, lo han visto hablar de manera extraña, además de que mira hacia todos lados como si se le hubiese perdido algo, y una vez le vieron acariciar una roca como si fuera un cachorro. Está loco, obvio lo está. Ten cuidado, es el loco de la escuela. —me molesto mucho que haya dicho eso, estaba apunto de ponerme de pie y golpear al imbécil y sus amigos. Estaban hablando mal de mi compañero.
Pero Nam solo rió sarcástico—. Lo único que se, es que eres un idiota. Mi primo no está loco. —contesto gélido, miro hacia TaeHyung, quien tenía una sonrisa y su ojos de nuevo estaban escondidos por su cabello—. Mi primo es el más inteligente de toda esta escuela, y sobre todo el más fuerte. —dijo, aquellos insensatos se rieron mientras que mi amigo se disponía a seguir comiendo, pero antes de eso el dijo:— TaeHyung posee las habilidades de: Control de la flora, empatía ecología, habilidad innata y Omnilingüismo. —termino a decir, dejando a todos completamente mudos. Incluso a mi.
Esas habilidades, eran unas de las más grandes he importantes que existen en todo Eternal aparte de las de elementos que posee NamJoon. Por insisto volví a ver a TaeHyung, seguía jugando con su caballo de madera, esta vez mientras cantaba.— Estás inventando todo eso. —dijo aquel chico sin poder procesarlo aún. NamJoon se encogió de hombros.
—Mi primo, es un genio. —dijo más tranquilo, YoonGi asintió—. Ahora largense o le dire a HoSeok que los derrita con su visión caliente. —retrocedieron de inmediato.
No supe que decir al instante, no podía apartar mi vista de mi compañero de estudios—. TaeHyung es un chico diferente, porque su cerebro es mucho más avanzado que el de nosotros. —dijo YoonGi muy serio mientras me miraba—. Por eso sus papás le han traído aquí, para que pueda dominar sus habilidades y que no se le haga difícil llevar una vida normal. —¿Por qué ellos sabían eso y yo no?. ¿Por qué era siempre el último en enterarme de todo?.
—Mira, realmente el no quiere estar aquí, pero aquí es el único lugar donde puede aprender a dominar sus poderes. —prosiguio NamJoon—. Yo iba a ser su compañero de estudios desde un principio, pero él no ha querido, fue su decisión escogerte a ti. —arquee una ceja confuso. Mi rubio amigo se rió—. Una vez te vio, de lejos, según dice él fue cuando su mamá y el iban de compras al distrito Orpus y que te vio pasar usando el uniforme que llevas ahora y que —hizo una pausa mientras él y YoonGi reían—, parecías un fósforo. Ya sabes por tu cabello pelirrojo. —senti mis mejillas arder—. Y fue esa la razón por la cual acepto, porque quería saber quién era el niño fósforo.
—Aunque también fue porque su papá le dijo que aquí habían caballos voladores. —comento YoonGi. Yo los vi mal a ambos.
—Son unos idiotas ¿lo saben?. Eh estado toda esta semana pensando que tu primo era un loco y ahora he quedado como estúpido porque realmente es un genio. —chasquee la boca inconforme, había alguien más inteligente que yo en esta escuela, y resulta ser mi compañero.
—¡Oh no! —expreso NamJoon—. TaeHyung si está loco, pero es un genio. —sonrio viendo con cariño a su primo—. Un genio loco. —fue lo último que dijo al respecto. Podía notar que Kim NamJoon sentía un gran respeto por el niño dos años menor que el, se miraba que así era—. Además, Tae, hace unas galletas ¡Deliciosas!. —la mención de galletas me hizo ver a mi amigo con ojos brillosos. El rubio me guiño un ojo cuando se puso de pie porque el receso había acabado—. Si tan solo fueras más amable con mi lindo primo el de seguro te prepararía de esas galletas de gengibre y miel que hornea con tanto amor.
Es poco decir que ya puedo saborear esas delicias.
[•••]
Las cosas transcurrieron de diferente manera con el pasar de las semanas, empezando porque yo había perdido el primer lugar en la clase, se me había sido arrebatado por Kim TaeHyung, quien parecía poco interesado con ser el genio del salón, a él solo le importaba dibujar flores en sus cuadernos o escribir recetas de cocina en sus libretas de aritmética. Los profesores pocas veces le pasaban importancia a eso, ya que, aunque ellos quisieran corregirle esos hábitos, TaeHyung empezaba a llorar diciendo que los ''insectos'' querían comerle el cerebro, sigo sin comprender que significaba eso. Al igual que cuando nos tocaba entrenamiento con el profesor Min, mi compañero se escondía detrás de mí objetando que no le gustaba luchar, hacia un berrinche cada que nos tocaba enfrentarnos a otros compañeros. No hace falta decir que el papá de YoonGi simplemente se reía mientras ponía un lindo cero en nuestra calificación.
Empezaba a detestar a TaeHyung.
Empezaba a molestarme sus hábitos.
Empezaba a odiar su manera de ver las cosas.
Empezaba a detestar cuando se reía sin complicaciones.
Empezaba a fastidiarme que las cosas le salieran tan bien sin siquiera preocuparse.
Empezaba a pensar más en TaeHyung, mis pensamientos iban solo a él.
Empezaba a detestarme a mi mismo por hacerme creer que yo lo detestaba cuando realmente era a mi a quien yo detestaba.
Temía, tenía mucho miedo de TaeHyung, porque el, era mejor que yo en todo. En absolutamente todo.
Incluso su familia era mejor que la mía, sus papás se notaba que lo querían, que lo amaban, que se preocupaban por el, jugaban con el, comían juntos como una familia, le ayudaban con las tareas aún sabiendo que el podía hacerlas solo, le daban de su tiempo sin reprocharle.
TaeHyung.
TaeHyung.
TaeHyung.
TaeHyung.
¡TAEHYUNG!.
¡Todo tenía que ver con el, siempre con el!.
Justo como sucedió hoy, quizá fue mi culpa, por como actúe tan inmaduramente frente a todos hoy.
Quizá por eso huí como un cobarde para esconderme de las miradas acusadoras.
Pero tan solo recordar lo que hice, me hacía sentirme tan terrible.
Escondí mi rostro entre mis piernas, el llanto había parado hacer rato, pero la amargura que sentía, mezclado con toda la vergüenza no se había disminuido en nada. Fruncí los labios aguantando el sollozo que quería escapar. Al solo recordar lo que había hecho.
Todo empezó dos días antes, cuando el profesor Min nos había hecho saber que las inscripciones para el entrenamiento riguroso darían comienzo en unos días, me sentía impaciente y eufórico a la vez. Esperaba con ansias poder participar en esos entrenamientos, mis habilidades se desarrollarian mejor. Pero había un problema, tenía que ser en parejas, y si uno no aceptaba participar automáticamente el otro no lo haría.
Tenía una inquietud muy grande, porque sabía muy bien que a TaeHyung no le gustaba ese tipo de actividades, era bueno en luchar cuerpo a cuerpo, lo sé porque lo había visto, pero sabía perfectamente que prefería estar leyendo libros o aprendiendo idiomas antiguos que estar dándose de golpes con alguien.
NamJoon me había aconsejado no participar ese año, que tal vez el próximo podría, pero tenía ansias por estar ahí, quería demostrarle a otros que tenía madera para ser un caballero real, alguien digno de defender al reino con su vida.
Así que le suplique a TaeHyung que aceptara, él al principio dijo que no, por un día enteró le estuve suplicando que dejara que al menos yo lo hiciera, que el no tendría que hacer nada. Me había dicho que lo pensaría, lo había dicho viendo al suelo, y ahora que lo recuerdo, jamás había visto el color de sus ojos, siempre estaban ocultos entre sus cabellos.
Al siguiente día él no asistió a clases, no le tome mucha importancia ya que el solía faltar muy a menudo.
Di por hecho que el había aceptado y con ese pensamiento había estado todo el día, feliz de estúpidamente creer que mi compañero había estado de acuerdo conmigo.
Cosa que no sucedió.
Al día siguiente, espere fuera del castillo a que TaeHyung apareciera, cuando no lo hizo me sentí nervioso, así que entre a clases, miraba siempre hacia la puerta a ver la hora en que el entrara.
TaeHyung llegó una hora tarde a clases, venía como siempre con la mirada al suelo y con su juguete de madera en una de sus manos, entro en silencio a clases, no me dirigió la palabra, pero tampoco le pase importancia.
Las clases pasaron rápido, esperaba muy ansioso a la hora del receso para ir y poder inscribirme con TaeHyung a las clases de entrenamiento.
Cuando el maestro nos dijo que podíamos salir, sin esperar un solo segundo tome de la mano a TaeHyung y lo jale conmigo, no dijo nada, como siempre. Cuando llegue a la oficina donde estaban inscribiendo, ya habían muchos compañeros esperando.
Hice fila como los demás, tenía aún sujetado de la mano a TaeHyung, pero el, me jalo tímidamente del saco para llamar mi atención—. ¿Qué pasa?. —le pregunté mientras yo miraba quienes estarían en el curso.
—¿Por qué estamos aquí?. —pregunto bajo.
—Venimos a inscribirnos. Hoy es el único día. —dije normal.
TaeHyung empezó a ponerse nervioso, jalo bruscamente de mi agarre para soltarse, le mire molesto—. ¿Qué haces?.
—¡No! ¿Tu qué haces?. —riño molesto, no dije nada por un momento.
—¿Por qué actúas así? Ya habíamos hablado de esto TaeHyung. —el empezó a sollozar, ya conocía la rutina, primero sollozaba y después rompía en llanto. Mismo llanto que yo mismo tenía que calmar abrazándolo.
—¡Yo no quiero!. —grito.
—¿No quieres qué?. —mordi mi lengua cuando empezaba a entender—. Dijiste que lo harías.
—¡No, yo dije que lo pensaría, jamás que lo haría! ¡No me gustan esos entrenamientos, son muy forzados y no quiero lastimar a nadie!. —era el colmo, pensé. Ya casi era nuestro turno de pasar. Algunos alumnos que estaban haciendo fila detrás de nosotros se reían, al igual que los que estaban en frente.
—Somos compañeros TaeHyung. —musite con poca paciencia.
—¡Por eso mismo! —empezo a temblar—. Se supone que debes poner los intereses de tu compañero antes que otras cosas, no debes obligarlo y tú lo estás haciendo.
—¡No te obligó! —exprese de mal humor—. ¡Tu nunca estás de acuerdo con nada de lo que digo, para ti todo está mal siempre!. —TaeHyung tapó su rostro con sus manos, su llanto era doloroso. Me molestaba que hiciera eso, volteé la vista a otra parte.
—Ni siquiera me preguntas lo que yo quiero. —susurro. Baje la mirada, mire fijamente al suelo, las pequeñas piedras de mi alrededor empezaron a levitar cuando las mire fijamente—. Tu no me quieres. —eso bastó para que mi cordura desvaneciera. Cerré los ojos, al instante las rocas chocaron contra la pared con gran fuerza que hicieron pequeñas aberturas.
TaeHyung se asustó.
—Olvidalo entonces, conseguiré a otro compañero. No, sabes que, no conseguiré ningún compañero, porque desde el principio no quería tener uno. ¡No quería y no quiero! Te detesto, detesto ser tu compañero de estudios. Me avergüenza serlo. —el llanto de mi menor había parado, las personas a nuestros lados miraban todo en silencio. Apenados por como mi compañero enmudeció por lo que dije—. No te quiero, y odio el día en que apareciste. —TaeHyung levanto su rostro, pude ver levemente el color de sus ojos, en como los mismos no reflejaban nada más que dolor, mucho dolor por mis palabras.
Me sentí el ser más repugnante del planeta cuando entendí que lo que dije estuvo mal. Sentí vergüenza por ser un idiota y decir siempre cosas que lastimaban a los demás. Me di al vuelta y corrí sin ver hacia atrás.
Corrí hasta terminar aquí, escondido en el laberinto de flores detrás del castillo.
Limpie mi rostro con la manga de mi camisa, sentía que los ojos me ardían, mi estomago rugía por el hambre, ya era tarde y sabía que las clases habían terminado hace horas. No me importó estar un rato más ahí escondido, de igual forma en casa a nadie le importaba a que hora llegaba.
Escuché pasos, fruncí el ceño.— Lárgate NamJoon, no quiero hablar con nadie. —dije pensando que era mi amigo rubio. No obtuve respuesta—. Si eres tú YoonGi, igual lárgate. —dije serio mientras jugaba con el césped.
Las pisadas se escuchaban más cerca, gruñi, al mismo tiempo levante la mirada del suelo—. ¡Qué no me molesten...!. —deje de gritar cuando note que era TaeHyung.
Estaba escondido en la esquina del laberinto, sorbia de su nariz. Seguía llorando—. Hobi... —susurro. Sentí una sensación muy extraña cuando me llamo de esa forma. El salió de su escondite, camino a paso veloz hacia mi, llevaba abrazado un pequeño recipiente—. ¡Hobi!. —dijo entre lloriqueos, se tiró sobre mi a la vez que me abrazaba por el cuello y llenaba mi camisa de lágrimas y mocos—. ¡Oh Hobi, estaba asustado, pensé que me había perdido y los insectos me comerían!. —dramatizo. Yo estaba congelado en el suelo, no entendía que sucedía.
—Tae... —dije con dificultad. El castañito levanto la mirada de mi pecho, solo ahí, por primera vez en todo ese tiempo pude ver sus ojos. Eran, de un café acaramelado, con un reflejo brillante que me hizo perderme de la realidad al verlo. Sus mejillas estaban manchadas de lágrimas, pero con un rubor en ellas—. ¿Qué haces aquí?. —pude preguntar con vergüenza.
—Te estaba buscando. —dijo con obviedad.
—¿Por qué estás buscando a un tonto que te trato mal hace unas horas atrás? No tiene sentido. —hable sincero. TaeHyung ladeó la cabeza a un lado.
—Eres mi amigo, eso para mí tiene sentido. —senti una opresión en el pecho—. Y eres mi compañero, tenemos que estar juntos. Somos un equipo.
—TaeHyung, no digas eso. —senti que mis ojos se humedecían—. Te trate mal, muy mal. Te hice llorar, dije cosas horribles.
—Todos en alguna ocasión decimos cosas que no sentimos. —se excuso el. Me seguía abrazando.
—No servirá de nada —comence diciendo en lo que él se sentaba encima de mi, sonreía tímidamente y hacia figuras imaginarias sobre mi pecho—, pero, perdóname. —el negó, hizo un puchero adorable.
—Perdoname tú a mí, yo sabía que querías estar en ese curso. Pero de nuevo yo no quice apoyarte. —negue—. Creo que, solo me asusta enfrentarme a cosas como esas.
—Fue mi culpa, yo insistí.
—Y yo debí escuchar. —menciono—. Discúlpame, ahora por mi terquedad tendremos que seguir el curso normal hasta graduarnos.
—Esta bien, supongo que así será. —dije más aliviado. Me sentí mejor, TaeHyung empezo a cantar muy bajo. Era un niño extraño, que a veces era muy quisquilloso y otras muy compresivo—. Discúlpame de nuevo, nunca quice decir esas cosas. Al principio no me agrado tener un compañero, pero..., Los días pasaban y tú, bueno tú entiendes. —mi rostro ardia—. Empezaste a agradarme, y eso me daba terror porque tú eres mucho mejor que yo, en todo y me daba miedo solo ser reemplazado por alguien mejor que si estuviera a tu nivel...
—Shh. —me interrumpió de repente, callé confundido—. Hablas mucho. —decia aún sentado encima de mi, tomo su recipiente el cual abrió y un olor muy delicioso me embriagó—. Toma, tú lo que tienes es hambre y por eso hablas mucho. —dijo mientas me extendía una galleta. No supe que decir, ese pequeño tenía algo que me ponía nervioso a cada rato, me senté de manera correcta, el seguía sentado en mi regazo y no parecía querer levantarse, con timidez tome la galleta y la comí muy despacio. Sabía deliciosa. Cerré mis ojos degustando el sabor del gengibre y la miel, aún con mis ojos cerrados el..., Me había dado un beso corto en los labios, fue rápido, pero me hizo abrirlos, absorto por su atrevimiento.
El jugaba de nuevo con una flor, no dijo nada y yo tampoco. Trague pesado cuando el volvió a hacer lo mismo, esta vez, el beso duró más, sentí su aliento chocar con el mío mezclándose con el sabor de las galletas. TaeHyung se separó se nuevo, me sonrió con ternura—. Eres mi Hobi, mío, mío, mío. —cada que dijo mío, me dio un beso de nuevo—. Mío, mío. —repitio, sonreía como tonto cuando sus labios tocaban los mios—. Así que, ya no peleemos.
—Ya no. Lo prometo. —dije de inmediato, como si sus besos me habían hechizado. Suspiré mientas me hacía más al frente para poder besarlo. Roce su nariz con la mía, el reía risueño.
—Hobi, tú me vas a proteger de los insectos, ¿Verdad?.
—Sigo sin entender que significa eso. —respondi.
—Los insectos. —enfatizo—. Son los que se comen y matan a las flores, verdad que no dejaras que me hagan daño nunca. Tú vas a ser un fuerte guerrero y me protegeras de esos crueles villanos y a cambio de tu valentía te prepararé los más deliciosos platillos de todo el mundo. —lo apreté contra mi cuerpo, no quería soltarlo. Ese niño era mío, mio. Decían que estaba loco, que era un caprichudo y demás cosas. Pero solo era mi niño, mi TaeHyung. Mi lindo y bello TaeHyung.
—Lo prometo, lo juro con mi vida.
—Le dije a mis papis que tú ibas a ser mi esposo cuando seamos grandes. Ellos se rieron porque dijeron que no era cierto ¿Verdad que si es cierto Hobi?. —sus ojitos me miraron esperanzado, no supe en que momento yo empecé a sentir esas cosas por el. Solo estaba seguro que seguiría sintiéndolo por mucho tiempo más.
—Es cierto, muy cierto mi bebé.
Años después, nos casamos.
Ambos fuimos caballeros reales del reino, poco tiempo después TaeHyung decidió que quería ser el chef real de Belion y así lo hizo, y yo quise saber cómo era el trabajo de mi abuelo Shing, y me dispuse a ser el mayordomo de SeokJin.
TaeHyung y yo somos amigos, amantes, padres y enamorados y por eso:
Mis padres jamás aceptaron mi matrimonio con TaeHyung, para ellos estaba mal, ya que querían que me casará con una princesa de algún lugar lejano, y no con un chico que provenía de una familia humilde, aún cuando tuvieran el apellido real. De hecho los papás de TaeHyung tenían una granja y por eso a mis padres les disgustaba mi compromiso. Pero, era mi decisión, y sobre todo era la persona a la cual yo amaba.
Me hicieron tomar una decisión.
El o ellos.
Entonces tuve que decidir, no fue difícil hacerlo, ellos nunca se comportaron como mis padres, jamás estuvieron para mí, entonces porque yo tenía que obedecer a unos desconocidos.
Mi actual familia era primero, TaeHyung era primero. Y ellos, quedaron en el olvido, aunque no les afecto, poco tiempo después de que supieran que TaeHyung y yo íbamos a casarnos, mis padres me desheredaron. Me borraron de sus vidas. El único que estuvo ahí fue mi abuelo, el noble de mi abuelo quien hasta el día de su muerte me quiso de verdad.
Un año después de mi boda, nació nuestro hijo, quien se llamo TaeHyung como su padre. Nuestro pequeño pedazo de cielo.
Mi familia.
Presente.
—¡Ya regresé mis amores!. —dije al cruzar la puerta.
—¡Papá!. —grito emocionado mi pequeño hijo, corrió con los brazos abiertos a recibirme.
—Hola mi terroncito~ —canturre. Mi hijo rió entretenido.
—Hice un dibujo para ti, está en mi cuarto, te lo voy a mostrar. —Corrió de regreso a los pasillos, yo le seguí divertido
—. Hola a ti también, mi osito. —le dije a mi esposo quién sonrió coqueto sin apartar la vista de la olla, deje las cosas en la mesa, rápidamente rodee su cintura, bese su cuello, fuí dejando besos húmedos por todo su rostro hasta que encontré sus labios, ambos suspiramos al unirlos. Apreté su cintura fuertemente pegando mi propio cuerpo más al suyo. TaeHyung se frotó ligeramente sobre mi zona baja, gimió sensual provocando que le diera una embestida falsa, el volvió a hacerse hacia atrás con más osadía se meneo de arriba hacia abajo—. Estás muy travieso. —dije sobre sus labios.
—Solo quiero mimos de mi Hobi. —musito.
—Mimos. —repeti en lo que apretujaba uno de sus glúteos, el no vaciló en ningún momento, gimió un poco alto—. Será después, el niño no tarda en bajar. —me separé justo a tiempo ya que nuestro hijo regreso alegremente a la cocina. Me mostraba muy entusiasmado un dibujo, yo lo cargaba en mis brazos, mientras que TaeHyung nos miraba con gran felicidad mientras preparaba sus deliciosos galletas de gengibre y miel.
Yo lo mire de igual forma, ambos sonreímos. Mi esposo era alguien peculiar, pero lo amaba, con toda mi alma. Y el, lo hacía de la misma forma.
El era un Genio loco.
Y yo solo un idiota con mucha suerte.
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Espero les haya gustado.
(╯︵╰,)
Se que no les gusta este Shipp, muchas veces han dejado de leer mis historias porque coloco HopeV. Algunas veces dejan comentarios muy feos sobre el mismo, insultan y me piden que lo quité. Y por eso, para los que me tiran odio, espero jamás les ocurra eso a ustedes porque es feo sentirse atacado.
Pero como siempre, para aquellos que si les gusta el Vhope o HopeV, espero lo hayan amado así como yo.
Wuan Quidox 🍁.
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