Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|Capitulum XXlX|

JUNGKOOK.

——Ya me quiero ir. Ya me quiero ir, ya me quiero ir, ya me quiero ir, ya me quie...

—Kim JungKook, guarde silencio por favor. —mis compañeros de clase se empiezan a reír, frunzó un poco el ceño cuando siento mis mejillas arder.

—Es que ya me quiero ir. —le hago saber al profesor, quien entre suspiros prefiere ignorarme. Tonto. Recibir casi diez horas de clase no es nada agradable para un niño de siete años—. Tengo cosas más importantes que hacer. —mi profesor está a punto de explotar en cólera, pero no miento, yo tengo cosas más importantes que hacer, como por ejemplo: jugar, comer, jugar otra vez, comer otra vez, ir a explorar más allá del castillo, observar a Tae mientras estudia, acosar a Tae, mirar a Tae; creo que las últimas tres cosas son lo mismo, pero no importa.

—Una hora más. —me dice el maestro, señala el reloj, yo solo niego aburrido, aún queda una hora de clases, ni siquiera estoy poniendo atención, no entiendo nada igual. SeokJin enseña mejor.

Extraño a SeokJin, él si me comprende.

También extraño a NamJoon, pero más a SeokJin.

—¡Ya me quiero ir!. —grito en medio del silencio de la clase, el profesor cierra su libro de golpe, está mirándome feo ahora, hago un puchero y me cruzo de brazos, a ver quién gana está batalla de miradas.

• • •

Kim JungKook: un punto.

Profesor: cero puntos.

Salto alegremente por el camino que lleva a mi casa, los señores guardias están cuidando de mi, van tres pasos atrás y además amablemente están cargando mi mochila.

Solo bastó con que empezará a llorar para que mi maestro me dejara ir una hora antes, no hace falta decir que casi llora él también cuando vio las expresiones mortíferas de los guardias.

—¡Oye, Soo! —le llamo a uno de los señores guardias.

—¿Dígame, príncipe?.

—¿Es cierto que mi hermano está por regresar?.

—Así es majestad, en dos o tres días su hermano y el príncipe SeokJin regresarán a Belion. —sonrio en grande, estoy feliz ahora. Podré ver a mi hermano y a Jinnie, además, también a mi sobrino.

—¡Que genial, que genial, sí! —doy saltos más grandes de la emoción, escuchó a los guardias reír—. Debo darles un presente, un bonito obsequio. —toco mi barbilla con mucha concentración, entrecierro los ojos analizando cual regalo sería perfecto.

¿Un pan?. Mgh, nop.

¿Uno de mis juguetes?. No, no, no, absolutamente no.

¿Ropa?. Jin Hyung usa pijamas siempre, podría ser... no, no creo.

—¡YA SÉ! —aplaudo cuando por fin logro dar con el regalo perfecto—. ¡Un girasol que jamás se marchite!. ¡Sí, sí! —solo tengo siete años, pero tengo más inteligencia que la persona que está leyendo esto.

¿Esperen un momento?.

¿Donde consigo un girasol que jamás se marchite?.

Entre en una crisis existencial.

• • •

—Oye papá, ¿Donde puedo conseguir un girasol que nunca se marchite?. —le pregunto a mi padre que está sentado a mi lado masticando su carne, eleva una ceja de manera cómica cuando piensa en su respuesta.

—No sé. —papá... no sé cómo es que llegaste a ser rey.

—Gracias, eso me sirvió de mucho. —le contesto, papá se ofende de inmediato por mi respuesta.

—Te voy a castigar si me hablas otra vez así. —ni si quiera le contesté mal.

—Le diré a Lay que me estás amenazando. —papá se atragantó con su vino al escucharme.

—¡Óyeme, mocoso malcriado!.

—¡Yo solo te pregunté donde puedo conseguir un girasol que nunca se marchite!. —azote la mesa, y sin querer, pues la quebré—. Ay, ups, je, je, no fue mi intensión. —esta genial tener el poder de super fuerza, pero a veces, sin querer quiebro o rompó las cosas, justo como mi hermano mayor hace.

—Que suerte que tenemos mesas de respaldo. —murmura papá viendo toda la comida tirada, la mesa partida a la mitad y su vino regado en su camisa—. En fin, haz un girasol de papel, así jamás se marchitara.

Mi boca se abre tanto que puede que hasta me haya tragado una mosca.

—Papá, eres el hombre más inteligente del mundo. —le digo orgulloso de ser su hijo.

—Obvio. —contesta, tiene las mejillas sonrojadas. Le gusto que le halagara.

—¡¿Qué le pasó a la mesa?!. —pregunta horrorizado mi otro papá, ¡Digo, el consejero Lay!. Nos mira a ambos y yo rápidamente señalo a mi papá.

—¡Fue el, lo vi con mis ojitos!.

—¡¿Qué?, Pero si fuiste tú, mocoso del demonio!.

—¡Mentiroso, no ves que estoy chiquito, yo no podría hacer algo así!.

—¡Pero si serás, ven para acá que te voy a dar un par de nalgadas por hablarme así!.

—¡Bueno ya, paren los dos!. —nos interrumpe Lay, está tocando la fuente de su nariz, se ve estresado y muy, muy molesto—. Nadie va a golpear a nadie. Ahora por favor majestad, si tuviera la amabilidad de firmar aquí. —dice extendiéndole unos papeles que no alcanzo a ver qué dicen, papá los firma sin titubear... Lay tiene una mirada sombría sobre él—. Muchas gracias, majestad. —hace una reverencia para después darse la vuelta.

Ambos, padre he hijo nos miramos unos segundos, pensando que lo peor ya había pasado, pero Lay regresa sobre sus pasos, está sonriendo como el villano de los cuentos que suele narrarme la nana.

—¿Su-sucede algo consejero Lay?. —balbucea papá.

—Sí, se me olvidó informarle que mañana al medio día está programada la visita a el orfanato del distrito Youken, es solo rutinario, para saber si se han implementado las medidas que el príncipe SeokJin ordenó.

—Ah, bien. Entonces iré...mos. —Lay le sonríe causando que papá se le ponga roja la cara, me tapo la boquita para no reír de lo tierno que es verlos.

—De acuerdo majestad, prepararé todo. —se están viendo mucho, tanto.

Han pasado como minuto y medio y no dejan de verse.

—¿Puedo ir yo también?. —pregunto levantando mi mano, papá y Lay apartan sus miradas, están apenados.

—¿Qu-Qué dijiste, mi cielo?. —pregunta débilmente papá.

—Que si puedo ir yo también. —con tal de no ir a la escuela.

—No veo por qué no. —eso fue un sí.

—¡Gracias, son los mejores padres del mundo!. —el señor consejero salió disparado del comedor ante mi comentario, tenía el rostro pálido y papá está todo rojito mirando a la nada.

Yo estoy feliz porque puedo faltar a clases, otra vez.

• • •

—Majestad, le pido por favor se comporte. —rio divertido al ver como Lay anda regañando a papá, ya que el tonto no quiere usar el emblema real en su saco y anda necio en que quiere irse en su caballo, pero Lay le insiste en que es más seguro ir en un carruaje, yo solo estoy esperando la hora para irnos.

—¡Para, para, me niego, no quiero!. —grita papá mientras corre lejos de Lay, los guardias ignoran lo que está sucediendo.

—¡Kim SeHun!. —grita al borde de la locura, está enojado.

El y papá siguen en lo mismo que hasta me aburrí de verlos. Pero, gracias al divino cielo logro visualizar en la entrada del castillo la figura de:— ¡TAETAE! —grito emocionado cuando miro a mi futuro esposo caminar hacia donde estoy yo, abro mis brazos para recibirlo como se debe, estoy feliz, no lo había visto desde hace meses, nos habíamos peleado y yo me enoje mucho y no quise verlo, pero el enojo se me pasó a las horas ese mismo día, pero me dio tanta pena pedirle una disculpa, aún sabiendo que no hice nada malo, por ello lo deje pasar, pero ahora verlo, tan bonito solo me dan ganas de llorar de felicidad—. ¡Hola...!

Estoy a centímetros de poder abrazarlo, a nada de poder sentirlo cerca.

—¡Aléjate de mí!. —el pone sus manos sobre mi cara, me detengo abrupto parpadeando. Tae es un año menor que yo, pero a veces pienso que él es más grande por cómo actúa.

Está molesto, lo sé porque me mira como si quisiera pegarme una patada y lanzarme muy lejos.

—Pero... —balbuceo tontamente, Tae frunce el ceño y de la nada, me empuja con fuerza haciendo que caiga sentado, estaba tan feliz de verle, pero él como siempre, parece odiar mi presencia. Estoy empezando a sentir que algo en mi pecho duele mucho.

—Papá me dijo que viniera, solo es eso. —me dice de brazos cruzados y mirada intimidante—. Después de todo somos familia. —murmura con un tono molesto, mis labios tiemblan un poquito porque siento su indiferencia.

—Cierto, somos familia. —contesto poniéndome de pie, después de todo su papá es mi primo y el viene siendo mi primo segundo—. Me da gusto verte, TaeHyung. —forzo una sonrisa para el, no quiero que me vea triste por él de nuevo.

—Quisiera decir lo mismo, JungKook. —contesta con un tono muy feo que me hace sentir tonto por haberle hablado.

Auch.

—¡Oh, TaeHyung ya viniste, que bien podemos irnos ya!. —grita mi padre.

—¿Vendrás con nosotros?. —le pregunto.

—Así es, el rey le dijo a mi papá que me diera permiso para ir a no se donde. —explica alejándose de mi, rápidamente lo sigo para poder estar cerquita—. Eso no significa que venga por ti, tonto.

—No seas tan malo conmigo, yo solo quiero ser tu amigo. —confieso sonrojado—. Pu-puedo finjir que no nos conocemos delante de las personas si quieres, pero... pero sé mi amigo.

TaeHyung no dice nada, solo me miro con despreció y subió al carruaje, saludo a mi padre y a Lay con mucha educación, incluso les sonrió. Me sentí celoso, a mi nunca me sonríe.

—Muy bien, vámonos. —avisa papá, el carruaje empieza a andar, cinco escuadrones de soldados nos rodean, puedo ver a la lejanía a los guardias que siempre me cuidan, los saludo desde mi ventana, ellos me regresan el saludo.

Papá va platicando con Lay y TaeHyung, parece un tema interesante o algo así, porque incluso ríen.
Estoy siendo ignorado, como siempre me excluyen de las conversaciones, papá pocas veces charla conmigo.

SeokJin siempre me escucha y plática conmigo, al menos parece que me quiere más que a los demás.

Sacudo mi cabeza, tener sentimientos tristes no está bien, debo ser positivo, SeokJin regresará en dos días, lo veré pronto y podré contarle de todo lo que he hecho y podré ver a mi sobrinito.

Tendré con quién hablar, tendré de nuevo a alguien a quien le importó.

Debo conseguir un girasol que no se marchite para el. Así sabrá que yo jamás dejaré de quererlo.

• • •


—Bienvenido majestad. —papá es el primero en bajar del carruaje, saluda cordialmente a todos los presentes en el lugar, Lay le sigue y de manera educada también saluda a la gente, miro a todos lados bastante asombrado por lo colorido que llega a ser esa zona del reino.

—JungKook, baja hijo. —asiento en silencio mientras sigo a mi padre hacia el interior del orfanato, TaeHyung está a su lado mirando todo con indiferencia, yo voy detrás de ellos escoltado por los guardias.

Nadie nota mi presencia, nadie me ve, nadie quiere verme.

—Niños, saluden a nuestro rey. —una señora abre la puerta, sonríe nerviosa, incluso juega con sus manos, parece alguien humilde por como calurosamente nos deja entrar.

—¡Bienvenido Majestad!. —se oye al fondo como todos los niños gritan, es como si lo hubiesen practicado por días para que saliera perfecto.

Papá se toma el tiempo de saludar a cada uno de los niños con un saludo de manos, parpadeo viendo el lugar, es bonito, parece una escuela y a la vez una acogedora casa.
Hay niños de mi edad, hay más grandes que yo y más pequeños que yo, niños y niñas viviendo juntos como una gran familia, criados como hermanos, cuidando unos de los otros, eso es lo que llegó a ver cuando notó sus sonrisas plasmadas en sus rostros.

—Por aquí majestad, puede pasar a ver el interior si gusta.

—Me encantaría. —responde papá, empieza a caminar a donde esta el comedor, Lay y TaeHyung lo siguen... pero yo...

—¿Puedo quedarme aquí?. —cuando menos lo noto, la pregunta a salido de mis labios, papá parece ocupado y apenas me a oído.

—Claro, claro, ve a jugar. —dicho eso, se  marcha con todas esas personas al interior de la casa hogar, me he quedado solo, porque los niños del orfanato han corrido al interior de su casa para ve más de cerca al rey.

Algunos guardias custodian la entrada y otros solo están parados sin hacer nada.

—Je. —es lo único que digo, ni siquiera sé cómo sentirme—. Bueno, puedo aprovechar la oportunidad he ir a explorar, ja, ja, ja. —rasco mi cabeza mientras rió como tonto, nadie está escuchandome.

Mis ojos están viendo un punto fijo en el suelo, mis zapatos parecen la cosa más interesante del jodido mundo porque no miro otra cosa que ellos, patético, así me siento.

Un niño patético.

Cuánta rabia me da eso.

Aprieto los dientes con fuerza, estos hacen un sonido molesto, no entiendo porque estoy sintiéndome así, se supone que soy el príncipe de Belion, el niño más feliz del imperio porque lo tengo todo, juguetes, comida, ropa, un hogar, un papá, un hermano, ahora un cuñado muy genial y un sobrino.

—Entonces, ¿Por qué me siento vacío?. —una pregunta sin fundamentos diría TaeHyung, me diría que soy un tonto que solo dice estupideces y que no comprende las cosas—. TaeHyung, tú eres el tonto. —¿Por qué estoy teniendo una discusión conmigo mismo?.

¡¿Qué rayos significa?!.

—¡ESTOY HARTO, NO PUEDO CON ESTO SOLO TENGO SIETE AÑOS!. —revuelvo mis cabellos desesperado, me angustia encontrarme en una situación así, pero como dicen, estas cosas y preguntas suceden cuando uno empieza a madurar—. ¡No, no, solo tengo siete!. —corro con los ojos cerrados, grito como loco agitando los brazos a todas partes—. ¡Crisis existenciales, no las quiero, no!.

Mi pie a golpeado algo, porque ahora me encuentro con la cara aplastada en el suelo, la tierra se metió en mi boca.
Además, siento que algo húmedo sale de mis ojos, mis labios están temblando.

Estoy llorando y no se porque.

—Maldición. —murmuro golpeando mi rostro contra el suelo—. Maldición. —golpeo con más fuerza—. ¡MALDICIÓN!. —creo que me golpeé muy duro, siento algo caliente resbalar de mi frente.

—Si sigues así, le harás un hoyo a la tierra. —comenta una voz.

Alguien me habló.

Levanto lentamente mi rostro, el sol pega muy fuerte a esa hora del día, frunzó la mirada intentando mirar a quien esté a mi lado, solo logro ver la silueta de alguien que está sentado debajo de un árbol.

Es un niño.

Con una mirada deslumbrante y atrevida.

—¿Quién eres?. —le pregunto aturdido, logro sentarme en el suelo, la herida de mi cara aún sangra, las lágrimas sin embargo han parado.

—¿Quién eres tú?. —pregunta divertido.

—Yo, soy JungKook. —contesto, mi voz sale rasposa, quizá sea porque estaba llorando y gritando hace un rato—. Mucho gusto. —el niño se pone de pie en un salto, cuando menos lo imagino ya lo tengo frente a mi, pegado por completo.

Esta sonriendo, sus ojos parecen brillar y sus pupilas están dilatadas, el niño me toma de los hombros y me agita de adelante hacia atrás.

—¡¿Quieres ser mi amigo, JungKook?!. —pregunta emocionado aún agitandome—. ¡Di que si, di que sí por favor!.

¿Qué debería hacer? En primer lugar, ¿Qué le sucede a ese niño, ha?.

—Ah, bueno. —contesto un poco asustado.

El niño pega un grito de la alegría y felicidad, me abraza por completo, está asfixiandome de hecho. Me muero.

—¡Nunca antes había tenido un amigo, eres mi primer amigo, eres mi mejor amigo ahora, mi único amigo!.

¡ESTA LOCO! ¡AYUDA, AYUDA!

—Ajá, si, q-ue bien, je, je. —estoy empezando a temer por mi vida.

—Mi nombre es Yugyeom, un gusto JungKook. —se presenta más formal, toma una de mis manos y la sacude como saludo.

—Mucho gusto Yugyeom. —fuerzo una sonrisa, estoy nervioso.

—¿Quieres jugar? Yo si, me gustaría que jugaras conmigo, ya sabes, porque somos amigos ahora. ¿Que dices?.

Habla mucho.

—De acuerdo. —soy levantado de golpe, Yugyeom empieza a llevarme a alguna parte con mucha prisa—. ¿A donde vamos?.

—A mi guarida secreto. —me comenta en un susurro en la oreja, tiemblo por ello—. Te va a encantar, está en un lugar donde las nanas no lo hallarán jamás.

—Oh, ¿Tu vives en este orfanato?. —cuestiono en lo que soy arrastrado a saber dónde.

—Sip, ¿Tu eres nuevo cierto? Llegaste hoy, ¿Quieres que compartamos la habitación? Yo duermo solo, los demás niños dicen que soy raro.

—De hecho yo... no soy nuevo. —le digo muy lento, casi con miedo, Yugyeom parece no comprender así que me mira fijamente esperando a que le expliqué—. Soy hijo del rey.

—¿Rey? ¿Qué es un rey?.

¡Este niño es un tonto! Ahhhhhhhhhh.

—¿No sabes lo que es un rey?. —pregunto sorprendido, Yugyeom niega con una sonrisa—. ¿Sabes quién es el que dirige al pueblo de Belion?.

—Amg, ¿La familia Kim?. —se cuestiona el mismo.

—¡Correcto! Mi papá es el líder de la familia Kim, por ende es el rey de Belion. —explico.

—Ah... no comprendo. —rasca su estómago despistado—. Como sea, ya llegamos. ¡Te presento mi guarida secreta!.

Señala arriba de un árbol, dirigí mi mirada a donde me ha dicho y...

Hay una casita del árbol ahí.

Abro la boca sorprendido hasta el tope, es, es, ¡Es tan genial!.

—¿Esa es tu guarida?.

—Ajam, vamos. —me invita a seguirle, no lo dudó ni un momento cuando me señala la escalera de cuerdas que debo subir, con prisa escaló a la sima hasta llegar donde la casa.

—¡Woow! —ahora es mi turno de ser sorprendido—. Tu guarida es tan genial.

—Verdad que si. —me dice divertido—. Mira tengo de todo, hay juguetes, comida, libros y tengo una colección de insectos.

—¡¿Una colección de insectos?! Eso es estupendo.

—Mira, se puede ver el castillo desde aquí. —miro por la ventana de la casita y efectivamente, se logra ver el castillo desde aquí, es en su totalidad una guarida secreta, está escondida de cualquiera y tiene de todo.

—Yugyeom este lugar es increíble. —lo miro con admiración, el solo me sonríe con un sonrojo en el rostro, ahora que lo miro mejor, sus ojos son color morado y sus cabellos algo rizados de color castaño claro... además su piel es muy blanquita, es muy bonito—. Oye, ¿Qué edad tienes?.

—Pu-pues las nanas dicen que tengo así. —me muestra siete dedos, ¿A caso no sabe su edad?—. Y tú.

—Siete también, tenemos la misma edad. —le digo más animado.

Ya olvide porque estaba triste.

Yugyeom sonríe de nuevo, cierra sus ojitos un momento y baja la cabeza.

—Nunca había hablado con alguien tanto tiempo. —dejo de jugar con sus insectos cuando dice eso, no entiendo porque me da tanto miedo mirarle—. Nadie me habla porque dicen que soy un niño extraño, ¿Sabés? Nadie quiere hablarme.

Es...

Lo mismo que me hacen a mi.

—Oh. —comento, muevo de un lado a otro mis manos.

—JungKook, ¿Seremos amigos para siempre, verdad?. —su voz suena temerosa.

Me atrevo a mirarle, tiene los ojos llorosos y hace un puchero.

—Yugyeom...

—Al menos, ¿Jugarías conmigo cuando puedas? Si quieres finjo no conocerte delante de los demás, no diré nada si quieres, pero, juega conmigo.

¿Por qué sus palabras me recuerdan a mí?.

—Yo...

—Po-Podemos jugar cuando quieras, a lo que quieras, siempre, siempre y seremos muy felices.

¿Por qué tú sonrisa es tan triste entonces?.

—Yugyeom. —me acercó a él, tomo una de sus pequeñas manos, están sucias y algo lastimadas, sus ropas también están sucias y además algo rotas. Este niño, me pidió ser su amigo, me pidió jugar con el sin pedir más que mi amistad—. Por siempre, amigos. ¿Qué te parece?.

Yugyeom sonríe tan feliz que ha empezado a llorar, los mocos escurren de su nariz.

—¡Sí, sí!. —me abraza de nuevo, restriega su cara por toda mi ropa, sus mocos se quedaron pegados en mi saco. Ja, ja—. Jugaremos todos los días.

Todos los días.

—Pero, me iré hoy a casa, no creo que papá me deje venir todos los días aquí. —no, no puede ser, no recordé ese pequeño detalle, Yugyeom empieza a perder su sonrisa poco a poco.

—¿No te quedarás?. —quedarme no es una opción, papá no me dejaría.

Pero...

—Yugyeom, ¿Sabes hacer girasoles de papel?.

—Amg, creo que sí.

• • •

—Vamos, corre.

—Estoy corriendo lo más rápido que puedo.

—¡No es cierto, vamos que está anocheciendo ya!.

—Pero, pero corres muy rápido.

—Yugyeom no andes de quejumbroso y corre. —le ragaño levemente y al mismo tiempo le jalo a paso rápido.

Pasamos mucho rato jugando en su guarida que el tiempo se fue volando, ya casi anochese, no que digo, ya anocheció.

Papá va a castigarme y mucho.

—Vamos, no te asustes. —me dice Yugyeom para tranquilizarme, pero no puedo tranquilizarme sabiendo que recibiré un castigo.

—Solo camina rápido por favor. —le suplico y aunque el hace un puchero decide acelerar el paso.

A ambos nos cuesta caminar en la oscuridad, más a mi ya que mis ojos tienen una habilidad que aún no despierto y a veces cuando me encuentro en lugares donde la luz es escasa suele fallarme la vista.

—Aj, por fin. —murmuro aliviado cuando visualizo a unos metros el orfanato—. Soy hombre muerto. —un escalofrío recorre mi espalda cuando miro muchas luces rodear el orfanato, al igual que escucho a mucha gente gritar mi nombre.

—Oh, JungKook están gritando tu nombre, eres famoso. —comenta Yugyeom a mi lado, lo miro de mala gana, este tonto ni se ha fijado que estoy en problemas.

Estaba a punto de decirle algo cuando:— ¡Kim JungKook!. —grito alguien detrás de nosotros, sentí que mi alma salía de mi cuerpo cuando me di la vuelta. TaeHyung echaba chispas por los ojos de lo furioso que se hallaba—. ¡¿Donde rayos estabas grandísimos tonto?!. —al decir aquello, también sentí como me golpeó con fuerza la cabeza—. ¡Pequeño idiota llevo horas buscándote, pensé que te había pasado algo!. ¡Todos hemos estado buscándote!.

—Deja... ¡Deja de pegarme!. —le suplico al borde del llanto, TaeHyung también tiene mucha fuerza, aunque agradezco que se haya detenido, está respirando errático y me mira muy mal, Yugyeom se escondió detrás de mí, no lo culpo, TaeHyung da miedo cuando se enoja.

—¡Es hora de irnos, camina ya!. —me ordena jalandome la oreja.

—¡Auch, Auch, no tienes que ser tan salvaje, se caminar!.

—¡JungKook, JungKook!. —chilla Yugyeom siguiéndome el paso, TaeHyung le hecha una mirada mortífera pero no logra intimidarlo—. ¡No le pegues a JungKook, sueltalo loco!. —de un momento a otro Yugyeom y TaeHyung han empezado a discutir y forcejear.

—¡Yo puedo hacer lo que quiera con el porque es mío!. —le grita TaeHyung.

—¡No es tuyo, es mi amigo no tuyo!. —grita también Yugyeom.

—¡El no es mi amigo, es mi prometido, así que es más mío que tuyo niño baboso, aléjate de el y no vuelvas a acercarte!.

—¡No, JungKook es mi amigo, mío nada más y no te lo presto!.

—¡Oigan no soy un objeto!. —me quejo acariciando mi oreja, ellos dos me miran con enojo y no me queda de otra que retroceder. Ambos dan miedo.

Están gritando mucho, conozco el temperamento de Kim TaeHyung, es explosivo cuando algo se le sale de control, cómo está sucediendo en estos momentos. Posee la habilidad innata y la de Omnilingüismo, su cerebro trabaja quizá cien veces más rápido que el de una persona normal, papá dice que esa es la razón de su comportamiento poco empático con las personas y que debo tener paciencia con él, pero a veces, suele ser muy hiriente y cruel cuando se lo propone.

—¡Paren los dos!. —ordeno desde una distancia prudente, pero ninguno me hace caso—. ¡Estoy hablandoles!.

—¡JungKook!. —oh, papá ya me encontró, está corriendo rápidamente a donde estoy, tiene el ceño fruncido—. ¡Kim JungKook, ¿Tienes idea de la hora que es jovencito?!. —por otro lado, cuando TaeHyung y Yugyeom oyeron la voz de mi padre, decidieron dejar de pelear.

Mi padre, el rey Kim SeHun, va a reprenderme.

—Lo siento. —digo débilmente sintiéndome incapaz de darle la cara—. E-Estaba jugando con mi nuevo amigo que, que se me fue el tiempo. Perdón. —me inclino en modo de disculpa a donde él está—. Es mi culpa, perdón por todos los inconvenientes.

—JungKook no tiene la culpa, yo soy el culpable yo le pedí que jugará conmigo, por favor no lo castigue señor. —miro sorprendido a mi amigo, él tiene las manos en modo de súplica y está a punto de ponerse de rodillas—. No lo castigue, no lo haga.

—Yug...

Antes de que pudiera decir algo, la voz de papá se suavizó.

—No te prometo nada, después de todo me ha dado un gran susto al desaparecer de esa forma. —comenta papá, se acaricia el cuello destenzando su cuerpo por el estrés que le provoque—. JungKook, no debiste asustar de esa forma a tu viejo, estuve a punto de sufrir un infarto. —dramatiza abanicando sus manos—. En fin, ya podemos irnos. ¡Consejero Lay, consejero Lay cancele la búsqueda en el distrito, mi pequeño demonio ya apareció!.

—¡Entendido majestad!. —le responde Lay desde lo lejos, estoy seguro de que el si me va a regañar.

—De acuerdo, JungKook, despídete de tu amiguito. Es hora de irnos.

—Papá... Yo. —trago pesado al no encontrar las palabras correctas, Yugyeom me mira con aires de tristeza, TaeHyung sin embargo parece importarle poco la situación ya que ha decidido alejarse de nosotros. Mi padre entrecierra los ojos, está de brazos cruzados esperando a que diga algo—. Papá. —respiro profundo, en busca de valor aprieto la mano de Yugyeom—. ¡Por favor, deja que Yugyeom venga con nosotros!. —me inclino ante el en total respeto—. ¡Por favor papá, deja que viva con nosotros, te prometo que no te pediré nada más en mi vida, pero por favor cumple está petición de tu hijo menor!. Por favor, por favor, deja que Yugyeom viva con nosotros.

El silencio se apodera del lugar, me he mantenido en la misma postura en espera de su respuesta, la cual está tardando en llegar.

—JungKook. —oigo su voz, es sería—. Lo que me estás pidiendo es...

—¡Por favor, papá te lo ruego, Yugyeom no tiene familia, no tiene quien lo cuide, por favor acéptalo en la nuestra, por favor te lo suplico!.

Es de muy mala educación interrumpir a los adultos, lo sé, pero yo de verdad deseo que Yugyeom viva con nosotros, deseo tener un hermano con quién jugar.

—Se-Señor, no tiene que hacerlo. —interrumpe Yugyeom, abro los ojos de la sorpresa al oírle decir esas palabras—. Mire, Gukie dijo que quería hacerle estas flores a una persona muy especial, así que le ayude. Por favor entregelas de mi parte a esa persona especial de JungKook.

¿Por qué está saliendo agua de mis ojos en este preciso momento?.

¿Por qué de los ojos de Yugyeom sale agua también?.

¿Por qué siento que estoy a punto de perder a alguien muy importante?.

—Pero somos amigos. —le digo con la voz rota—. Prometimos estar juntos, ¿Por qué rompes tu promesa?.

El no respondió, en su lugar, le extendió a mi padre el ramito de girasoles de papel que hicimos juntos.

—Cuidate mucho, Gukie. —y sin decir otra cosa, el se retiró.

Yo no pude decir nada.

No pude hacer nada, porque solo soy un niño de siete años.

Quizá solo era un capricho que Yugyeom viviera con nosotros.

Quizá, yo solo era un niño consentido que quiso algo muy grande.

Los amigos no se compran, dijo una vez SeokJin.

Quizá, ¿Yo quería comprar a Yugyeom?.

No lo sé, de lo que si estaba seguro, era de que el estuviera a mi lado, como el amigo que siempre quise.

—Vamos hijo. —papá toco mi hombro en consuelo, yo solo me aleje bruscamente, busque con la vista el carruaje donde ya estaba Lay y TaeHyung esperando.

—JungKook me has dado un susto muy grande, cuando lleguemos a casa hablaremos. —comenta Lay, no le contesto como siempre, simplemente me subí al carruaje y espera a que todos hicieran lo mismo.

TaeHyung está sentado a mi lado, bosteza aburrido, el consejero Lay parece intentar hablar conmigo, pero no tengo ánimos para eso.

Acabo de perder a mi primer amigo.
Me siento triste.

—Ma-Majestad... —balbucea Lay a mi padre, no estoy de ánimos para ponerme a husmear lo que hacen—. ¿Qué está haciendo? Oiga, majestad, ¡SeHun!. —le grita ya harto, TaeHyung y yo saltamos en nuestros lugares ante el grito.

—¡Por el Dios Demonio, que escándalo haces!. —estoy...— Cochero, ya puede avanzar, es hora de ir a casa, todos—, llorando.

—Majestad, ¿Y este niño quién es?. —el carruaje empieza a andar, papá ignora el interrogatorio de Lay, TaeHyung también ignora lo que sucede y yo...

Yo solo puedo llorar de la felicidad, porque papá trajo a Yugyeom conmigo, con nosotros.

—Que lata con usted consejero, no hay que hacer un drama por esto. —se excusa papá tapándose los oídos—. Él es Yugyeom, será el nuevo compañero de estudios de JungKook, por ende vivirá en el castillo con nosotros. Solo es eso.

—¡Majestad, usted siempre hace lo que se le viene en gana!.

—Soy el rey y puedo hacerlo. Además... siempre quise tres hijos. —susurra papá muy bajo, Lay se sonroja por lo oído—. Así que, quizá las palabras de esta criatura me conmovieron mucho. Vamos pequeño, presentaté.

—Yo, yo soy...

—El tarado. —interrumpe TaeHyung de manera maliciosa. Lo miró mal por su comentario, pero como siempre a él no le importa.

—¡Soy Yugyeom!. —las mejillas de mi amigo están sonrojadas, sus ojitos brillosos—. ¡Gracias por aceptarme en su familia, prometo ser un niño educado y no dar problemas!.

—¡Oiganselo!, eso será imposible, si te juntas con JungKook serán una bomba explosiva. —papá ríe por su chiste—. Espero te adaptes, en mi familia todos están locos.

—¡Daré lo mejor de mi!. —asiente a mi padre.

No digo nada, porque no hay palabras con las cuales expresar mi felicidad.

Puede que solo sea un niño que empieza a comprender la vida, un niño que está creciendo y que siempre se topé con algún obstáculo.

Comprendo que no a todos les puedo agradar y que no siempre tenemos que ser agradables.

También se que quiero a TaeHyung y que él me quiere, pero no sabe cómo expresarlo. Por eso mismo, le extiendo un girasol de papel, mi prometido y también amigo la toma silenciosamente, no dice nada.

Que papá da su mayor esfuerzo por estar presente en mi vida, se que es díficil para el, pero siempre lo intenta. A él también le doy un girasol, muy sonriente la recibe.

Se que Lay es como mi otro papá, que me consiente y regaña, que ha dado jurado lealtad a mi familia por amor a mi padre, merecen ser felices los dos. Con una sonrisa grande le doy de igual forma un girasol de papel, Lay se sonroja y con timidez lo toma en sus manos.

Se que mi hermano mayor me cuidara siempre y estará para mí.
Al igual que SeokJin, porque el es como un padre para mí.
A ambos les guardo dos girasoles para cuando regresen.

También he guardado una para mí sobrino, cuando llegue a casa se la daré.

Sonrió en dirección de Yugyeom, el está algo distraído viendo el paisaje de afuera, pero cuando golpeó su hombro para llamar su atención, el me regala una bonita sonrisa.

—Gracias por estar aquí. —le digo con cariño.
Extiendo uno de los girasoles de papel que hemos hecho para SeokJin, el tímidamente lo toma en sus manos—. Bienvenido a mi familia.

Más lágrimas caen de sus ojos—. Muchas gracias.

Un girasol, para alguien importante.

Un girasol que representa el amor.

Un girasol de papel.

/

/

/

/

/

/

/

/

/

/

/

/

/

/
............................(1)....

¡Un capítulo más, solo un capítulo para terminar!.
¡Si se puede, si se puede!.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro