|Capitulum XlV|
NamJoon.
-Arriba, es hora de levantarse. Tenemos que seguir con nuestro viaje SeokJin.
-Mgh, no gracias. -suspire mientras me colocaba de nuevo el traje, vi por el reflejo del espejo la silueta de mi esposo, el cual dormía tan apacible revuelto entre sábanas y cobijas.
-El desayuno está por ser servido. -quise persuadirlo, pero como siempre no funcionó. El prefería estar durmiendo.- De acuerdo, entonces te dejare aquí. -puse lo último de mi traje, me mire por un momento. Mis ojeras seguían ahí, podía notar el cansancio y no entendía nada de este viaje, de igual manera no descansaría, tengo que cuidar de mi esposo he hijo.- Cuando quieras bajas a comer.
-Me duelen las caderas. -lo escuché quejarse. Lentamente me acerqué hasta quedar a la orilla de la cama, tenía aún los ojos cerrados, notandose su molestia por ser despertado.
-¿Te duele mucho?. -no me gustaba verlo adolorido, lastimosamente soy un idiota cuando se trata del sexo. Además el cuerpo de mi esposo es demasiado bello y no me puedo contener.
-Sí idiota me duele mucho. -¿Cuando iba a a dejar de ser un grosero?.- Pero ya me dio hambre, anda ayúdame. -lo hice con cuidado, SeokJin se levanto estirando su cuerpo con demasiada pereza.- Listo, a comer. -paso por mi lado y yo solo tuve que suspirar, siguiéndolo de cerca para que no se lastimara. Ese chico tenía demasiada energía por la mañana, siempre era así.
SeokJin bajo las escaleras cantando en bajo, estaba alegré, la señora que nos atendió en la noche le hizo una leve reverencia al pelinegro.- Muy buenos días señores, el desayuno está por ser servido. Espero no les moleste que sea una mesa compartida.
-No hay ningún problema Noona. -mire mal a SeokJin, claro que había un problema, yo solo quería desayunar con mi esposo, no con desconocidos. Camine a su lado, lo ayude a sentarse, claro que era difícil para el, aún así me quedé sentado a su lado esperando a que sirvieran la comida. No pude evitar reír en bajo al escuchar a mi esposo gruñirle al chico de anoche.- No me gusta como te ve.
-Es porque soy atractivo. -respondi. El pelinegro me dio un golpe en la rodilla.- ¡Cielos SeokJin, era broma!.
-Acá el único atractivo soy yo. Y tú Kim, será mejor que no mires a ese mocoso. -sonrei un poco, me gustaba cuando actuaba así de celoso. Una pareja de casados se sentó con nosotros a la mesa, venían acompañados de su hija, la señora del hostal sirvió el desayuno junto con el muchacho, que parecía avergonzado de ver a SeokJin.
-¿Cómo te llamas?. -mire como esa niña le hablaba al pelinegro, no le vi nada de malo así que seguí comiendo en silencio.
-Mi nombre es SeokJin y ¿el tuyo pequeña princesa?. -el por su parte parecía demasiado entretenido hablando con la pequeña.
-Soy Nayeon, el es mi papá y el mi otro papá. -señalo a sus padres, quienes solo nos hicieron una leve reverencia. Por una parte se sentía bien no ser reconocido como el príncipe.
-Que hermoso nombre, un gusto también. -dijo amable SeokJin a la pareja.
-¿Vienen de la ciudad?. -pregunto uno de los adultos, SeokJin rápidamente hizo plática con el mismo. Preferí mantenerme en silencio, al igual que el otro tipo sentado, quien sólo comía en silencio viendo como su esposo platicaba con el mio.
-Es muy interesante lo que dice, me encantaría visitar esa feria. -decia emocionado.- ¿Podemos pasar por ahí esposo mío?. -¡Ugh! Ya iba a usar la manipulación, me vio con esa mirada de cachorrito que sin dudas era mi punto debil.
-Tal vez. -respondi serio, el pareció comprender que no iríamos, sonrió incómodo, me sentí estúpido cuando el prefirió ya no decirme nada por todo el resto del desayuno, hablaba ameno con el chico, incluso reían, SeokJin era demasiado social.
-¡Oh pero que gran bendición estar encinta, felicidades!. -dijo alegre el otro sujeto. A mi esposo le brillaron los ojos y asintió tan emocionado.- Recuerdo que el parto fue difícil pero valió la pena.
-¿Dolió mucho?. -la pregunta me descolocó. SeokJin me vio sorprendido, porque nunca pensé que yo preguntaría algo así.- Lo siento, mil disculpas por interrumpir en su charla.
-¡Oh no! No hay ningún problema. -SeokJin estaba que se moría de risa.- Claro que dolió, ya sabe que un hombre no tiene la misma anatomía que una mujer, así que si dolió, mucho más.
-Espera, ¿Cómo dan a luz?. -el gracioso de mi esposo escupió el jugo, se reía a carcajadas, incluso la pareja de esposos hizo lo mismo.- ¿Qué te causa gracia Kim SeokJin?. -sone severo, la pareja de enfrente se quedó callada, casi teniendo un ataque de pánico.
-¡Oh Kim! -limpio una lágrima que resbalaba por su bonito rostro.- Dan a luz a base de cesaría. ¿Comprendes?. Te abren el estómago y te sacan al niño. -contesto divertido.- ¿Nunca te dijeron eso NamJoon?.
-No nunca, lo lamento por ser ignorante pero tenía cosas más importantes que hacer.
-Claro, más importantes. -le vi mal y el a mi.
-Sí, como mantener el reino estable y seguro, así que no me molestes.
-¡Oye! Pero si no te estoy hechando en cara nada Kim. -ambos regresamos a la realidad, trage en seco notando que ya habíamos dado a conocer nuestras identidades. La pareja de esposos nos veían con la mirada sorprendida.- Guarden el secreto. -ordeno mi esposo, incluso yo me sorprendí de escucharlo hablar así de serio.
-Sí... nuestras majestades. -ellos hicieron una reverencia rápidamente.
-Solo no mencionen que nos vieron por aquí. Es una orden. -dije poniéndome de pie, tome de la mano a mi esposo.- No se preocupen, nosotros pagamos su estadía, permiso. -SeokJin se despidió con más amabilidad de la niña y de sus padres. Yo no lo hice, no me interesaba, estaba molesto y no tenía idea del por qué.
[•••]
El camino fue silencioso, no estaba de humor para platicar con SeokJin y al él tampoco le interesaba, ya que estaba dormido sobre mi pecho, una diminuta liga de saliva caía por la comisura de sus labios. No entendía cómo el podía estar tan tranquilo después de lo ocurrido en la mañana.- Necesito hacer pipí.
-¿A qué hora despertaste?. -el se tallo los ojos con parsimonia.
-Ahorita, detente, necesito hacer. -se veía incómodo. Lo ayude a bajar del caballo.- Que vergüenza, tengo que hacer como los animalitos. -se quejaba, me crucé de brazos viendo que se alejo un poco de mi.
-No te vayas tan lejos.
-¡Ahh! ¡No me veas!. -negue como siempre, espere paciente a que terminará con lo suyo, apenas llevábamos un día de viaje, por suerte no estaba lloviendo.- ¡Listo!. -menciono más cómodo.
-Bien, sube. -el negó- SeokJin ven que voy a ayudarte a subir.
-Me duelen las piernas, necesito caminar un poco.
-No, sube. Estos caminos son de tierra, te vas a cansar más. Además no conoces aquí.
-¿Quién te ha dicho que no conozco estos lugares?. -exclame fastidiado, no me obedeció y camino lento pero seguro, tuve que hacer lo mismo, jalando de la correa a los caballos.
-¿En serio conoces aquí?.
-Sí. -respondio sin verme. Me pareció curioso.
-El distrito Efernal está del otro lado, no es posible que conozcas aquí. -SeokJin no me respondió al momento, eso me incómodo, no estaba acostumbrado a que me dejaran hablando solo.- SeokJin te estoy hablando. -el se detuvo, viendo hacia el este donde había una gran plantación de girasoles.- SeokJ...
-Me gustan los girasoles, me gustan mucho. -dijo con tristeza, intente acercarme pero el siguió caminando, ignorando por completo la pregunta que le hice.- Me está dando hambre, a una colina hay un pequeño pueblo. ¿Podemos comprar de comer ahí?.
-Sí cariño. -Lo escuché reír, sabía que le avergonzaba que le llamara por ese apodo. Y a mi me gustaba llamarlo por el mismo, su sonrisa se hacía reluciente cada que lo hacía.- Cuando te canses me avisas.
-Claro Nam. -y nuestra plática murió ahí, me dediqué a cuidar sus pasos y verlo caminar tan tranquilo en medio del camino. Usando esa capa azulada que le di en la mañana, él se quejó como siempre diciendo que le gustaban más los colores alegres. Aún así acepto el regalo, y yo obtuve un beso de su parte.
La verdad no pasó mucho hasta que el se cansó, sabía que le molestaba estar en esa situación. Yo también me sentía molesto, el estado de SeokJin era de sumo cuidado, pero henos aquí, haciendo un estúpido viaje a las montañas sagradas. Le veía de reojo, en como se sostenía de mi abrazo, se notaba que tampoco le gustaba andar a caballo.- Pronto estaremos en el pueblo. -le mencioné, SeokJin no me respondió, el veía el camino con cierta nostalgia que no sabría cómo expresar.- ¿Todo bien?.
-Sí. -me mintió, lo supe gracias a la unión que teníamos, mi pecho se oprimió un poco. SeokJin se encogió en su sitio, mordiendo sus labios con demasiada fuerza. Me vi en la obligación de detener la cabalgata.- ¿Qué pasa?.
-Eso mismo pregunto yo, me estás mintiendo y eso me molesta. Habla, ¿Qué pasa? -nego, y volvió a negar.- SeokJin, sea lo que sea puedes decirme. -lo pensó por un momento, lo estaba pensando, sus ojos se encontraron con los míos, como si tuviese demasiado miedo se abrazo a mi, yo solo pude devolverle el gesto más calmado.- Dime, ¿Qué te tiene tan triste?.
-No me dejes. -habia dicho en un hilo de voz. Me tomo por sorpresa.
-Eso no va a pasar.
-Prometemelo. -otra promesa, está era la tercera. Levante su rostro, sus ojos estaban humedecidos que odie verle tan débil y triste, aún cuando nuestra relación no era la mejor, lo estábamos intentando, en secreto queríamos conocernos y aprender a vivir con el otro. Nadie dijo que sería fácil, porque nunca lo es. Aún así yo, bese su frente, al igual que su respingada nariz y por último sus tan apetecibles y pecadores labios.
-Lo prometo, lo prometo, lo prometo. Nunca, nunca, me aléjare de ti, tú llevas a nuestro bebé en el vientre. Eres mi familia SeokJin, mi esposo y lo más importante. -respondi con total sinceridad. Sus ojos brillaban aún cuando las lágrimas caían.
-¿Incluso más que el reino, soy más importante que el reino?.
-Sí. Eres mi príncipe, mi principal interés y único, no hay nadie más. ¿Entendido?. -lo vi sonreír, tanto que se avergonzó.
-Muy feliz.
-De acuerdo, entonces ahora, por favor no vuelvas a estar triste, me gusta mucho el SeokJin alegre y extrovertido. -emprendi de nuevo el viaje- Sea lo que sea que te tuviera triste ya paso, estoy aquí... nuestro hijo también. Él y yo debemos ser tu única preocupación.
-¡Uh! De acuerdo. -rió bajo, sorbiendo de su nariz, la curiosidad me carcomia, ¿Qué lo tenía así? Empezó desde que vio la plantación de girasoles. Sin duda eso tenía mucho que ver, SeokJin era un misterio, su vida antes de conocerlo era un total misterio que quería conocer. Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero tarde o temprano sabría todo.
[•••]
-No sé si tengan pasteles de fondant con chocolate aquí cariño. -mi esposo estaba a punto de llorar otra vez, y el causante de todo era que no había una pastelería en ese pequeño pueblo.- No te pongas así, prometo que te comprare otra cosa dulce, solo no vayas a llorar cariño.
-Pero... quiero pastel con fondant y chocolate, como el que prepara TaeHyung. -susurro, algunos campesinos que se paseaban por ahí vieron como mi esposo empezaba a llorar, me veían con mala cara a mi, cosa que me incomodaba.- Lo siento, son las hormonas y los antojos. -me rasque la cabeza sin saber que decirle, SeokJin se veía tierno cuando tocaba su vientre, pero justo ahora, solo quería atraerlo a mis brazos y dormir a su lado.
-Vamos a la panadería, quizá alguien ahí pueda hacer un pastel para ti.
-¡¿De verdad?!. -estaba emocionado, y yo rezaba por qué alguien supiera hacer pastel, tome una de sus manos para que no se me escapara como antes había hecho, con la otra mano jalaba las correas de los caballos. La gente nos miraba, no era común ver a dos sujetos usando ropas elegantes en un pueblo donde sólo vivían gente que labraba la tierra.
-Buenas tardes señor. -le dije al anciano que atendía la panadería, SeokJin se escondió detrás de mí.- Lamento la molestia, pero como vera somos viajeros, resulta que mi esposo está encinta y ya sabe cómo es, ha tenido antojos de pastel y la verdad no quiero que se quede con el antojo y le haga mal. -agradeci que el señor comprendiera.- Le pagaré lo que sea necesario si usted puede hacer un pastel, aunque sea una porción para que el coma. -espere a su respuesta, SeokJin saco su cabeza de su escondite, miro con ternura al anciano quien se apiadó.
-De acuerdo, le diré a mi esposa que prepare un pastel de fondant y chocolate para su esposo. Solo esperen pacientes, pónganse cómodos.
-Se lo agradezco demasiado. -un peso menos, no escucharía los lloriqueos por un pastel.- Ven, siéntate aquí.
-No seas baboso y dame la silla, no quiero sentarme en tu regazo. -farfullo- No espera mejor me quedo parado, ¡Agh! Me duele la espalda por ese caballo.
-No te quejes, al menos no tienes que caminar.
-Caminar es saludable. Además cuando era libre, caminaba mucho.
-¿Cómo que cuando eras libre?. -le pregunté ofendido, SeokJin se rió con gracia.- Eso fue cruel.
-Tu también eres cruel Kim. -siempre faltandome al respeto.- Pero hablando en serio, estos pequeños lugares han cambiado mucho a como recuerdo.
-De verdad conoces aquí.
-No mucho. -respondio- La último vez que estuve por aquí tenía seis años. -me senté mejor, por primera vez estaba hablando de su pasado.- Eso fue hace veintiún años. -Parpadee.
-¿Tienes veintisiete años?.
-Sí. -me miro mal- ¿Qué tiene de malo? ¿Te vas a burlar de mi edad? Porque si lo haces aquí mismo voy a prenderte fuego. -chasqueo los dedos formando llamas, negué horrorizado porque era capaz de hacerlo.
-No, claro que no me burlare, solo me tomo por sorpresa. -se coloco de brazos cruzados.- Yo tengo veintiséis... soy un año menor que tú. -nos vimos a la cara por largos minutos, esperaba que se molestara, pero entre más pasaba el tiempo notaba que SeokJin empezaba a sonreír, algo estaba planeando, o más bien, creo que le di una ventaja en la relación.
Aplaudió sonoro, se rió tan feliz que me molestó. SeokJin me apunto con su dedo.- Ahora me debes respeto niño. -ya iba a empezar.- Mi pequeño esposo, de ahora en adelante trátame con suma educación.
-No voy a hacer eso, estás loco.
-¿Quien es el mayor aquí, he, he?.
-Tu, pero yo soy el futuro...
-¡Futuro nada!. -cerre la boca mejor, si empezaba a decir algo él empezaría a molestar.
-De acuerdo, te trataré como a un príncipe. -era extraño tener una conversación así, ni con los que consideraba mis amigos charlaba de esta manera, ni con mi padre tengo esta clase de confianza. Con SeokJin podía ser yo mismo, majadero, gruñón y sumamente cariñoso. Sin dudas SeokJin era el único que me veía tal y como soy.
-¡Esta delicioso!. -vocifero con alegría, el panadero y su esposa parecían estar muy felices de ver cómo mi esposo se devoraba solito él, ese pastel.
SeokJin, Kim SeokJin. Tendría la oportunidad este año entero de enamorar a mi esposo, sí, claro que sí. Y lo lograría, porque soy el príncipe de Belion.
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El NamJoon de la imagen de inicio es como se ve el NamJoon de la historia.
One.
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