Capítulo 4
Al poco rato hablamos con David; todo un encanto, por cierto, planeamos un funeral. Dios, mis padres se veían tan mal (aunque ellos sabían que yo estaba vivo)… incluso vi (estuve en el cementerio de Itaville; pero estuve en la parte trasera observando todo desde lejos con mucho sigilo y siendo lo más cuidadoso posible para que no me vieran) el funeral; vi a mis primos, mis padres, Louis Gerald, Katherine, Marie; no vi a Lezley Anderson y ni siquiera tenía razón de estar ahí.
Lezley Anderson, ¿por qué Lezley Anderson no fue a mi funeral? Ah, sí, estaba el hecho de que yo fui la causa de que su penúltimo y último año estuvieran repletos de bullying por mi culpa… Fui el maldito culpable. Pero ¿por qué lo hice? Por querer joderla, claro está, por eso lo hice: por querer joderla. ¿Hubo una razón? Sí, realmente sí hubo una razón: le tenía envidia a Lezley Anderson. ¿Por qué envidia? Porque ella era todo lo que yo quise ser, porque a ella sus padres sí le daban amor y porque fue un poquito popular en Apple White, eso me preocupó debido a que la vi como a una amenaza ¿y qué haces con las amenazas? Sencillo: las eliminas.
—Marcus —Lezley quería llamar mi atención; aquella tarde de noviembre, era nuestro penúltimo año en Apple White y ella me citó en la cafetería local del pueblo en el que vivíamos—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te dedicaste a hacerme la vida imposible? ¿Cuál es realmente tu problema? —ella quería saber saber qué pasaba realmente y por qué me dedicaba a atormentarla durante el segundo año de prepa.
Solo me acerqué a ella y le susurré al oído:
—Tú —ella ni siquiera intentó alejarse de mí o hacer algo lo suficientemente estúpido para que le hiciera algo—. Te odio y te arruiné la vida por ser tú, ¿querías una razón, Lezley? There you go, ¿acaso no puedes verlo? Tu vida es perfecta, a comparación de la mia. Tus padres siempre están contigo y los míos no; no pueden por su trabajo. No me arrepiento de haber hecho lo que hice, Lezley —eran ataques menores; burlas, golpearla con algún balón en la clase de deportes; pero necesitaba que fuera algo más grande, algo que le hiciera desear no haber sido más popular que yo y ni siquiera por un poco—. Me voy a inventar que vives con alguna infección y tal vez con eso bastará; créeme que nadie puede ser más popular que yo, salvo tal vez Richard Vallaj y Jessie Jones; pero a ellos les tengo un respeto increíble por la simple razón de que Richard me encanta y es como el amor de mi vida en versión heterosexual que jamás me hará caso. Aún sigo pendiente de que tenga algún interés romántico en mí algún día y sin pensarlo.
Se lo dije, ella se hizo la desentendida; fingió no saber nada acerca de por qué dije lo que dije (inventar que vivía con un Teratoma, pues) y solo estuvo diciendo que no sabía por qué lo dije. Pobre Lezley, la pobre chica no tenía ni idea de lo que estaba a punto de hacerle y ella merecía una explicación; yo se la di, si ella lo olvidó o decidió pensar en que no le iba a decir nada a nadie, de nuevo: bullshit.
Eso bastó para que Lezley Anderson me dejara en paz y se fuera sin saber que esparciría el rumor de una enfermedad, pero ¿cuál? Investigué en internet distintos tipos de enfermedades; sarampión, viruela, influenza, papiloma, gonorrea, sífilis, VIH…; pero ninguna hubiera sido tan mala como lo que dije que padecía: ella, según mis propias palabras, padecía de un Teratoma (se los dejo de tarea).
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