Desde el momento en que Milk se despertó las cosas fueron un borrón. Goku la besó con dulzura y la abrazó estrechamente y entonces finalmente la dejó ir y la vio caminar a través de la calle hacia la casa de los Henry. Ella se duchó y se puso la ropa nueva que su mamá le había comprado y ésta en realidad no estaba tan mal. Un par de lindos pantalones vaqueros y un sencillo top ajustado color verde, con cuello V. Estaba orgullosa de su madre por no aprovechar la oportunidad para meterla en un traje ridículo que la hiciera parecer de 12 años. Puntos para ti mamá, pensó ella.

Para el momento en que llegó al piso de abajo Bulma y Pan habían llegado y eso puso una enorme sonrisa en el rostro de Milk.

—¿Qué están haciendo las dos aquí? —les preguntó y antes de que pudiera darles chance de responder agregó—, ¿y vosotras, no oléis como los lobos?

—No, fuimos a casa, nos duchamos y nos pusimos ropa que no ha estado en tu casa. Así que estamos libres de olor a werewolf —le dijo Bulma.

—Impresionante, así que en vez de preocuparme yo sola, voy a conseguir hacerlas miserable preocupándolas —dijo Milk sonando desamparada.

—¡Cállate! ¿Honestamente crees que nosotras te dejaríamos pasar este día, de todos los días, sola? Lo siento chica, no tienes tanta suerte —le dijo Pan.

Milk estaba tan agradecida de que no iba a ser abandonada a sus propios pensamientos. Ya estaban empezando a ser abrumadores, pero Bulma se hizo cargo y antes de darse cuenta, ya eran las 8:00 p.m. Milk fue a la ventana frontal de la casa de los Henry y miró hacia el otro lado de la calle a su casa. Efectivamente vio a Krilin y a Goku saliendo por la puerta delantera. Su pulso se aceleró cuando él giró y le devolvió la mirada. Le recordó la noche que él llegó, que había sido sólo hacía 5 días atrás. ¿Podía ser realmente posible que hubiesen sido apenas 5 días desde que puso sus ojos por primera vez en él? Se sentía como si lo conociera de toda la vida, como si él hubiese estado siempre ahí con ella. Él le sonrió y le guiñó un ojo.

—Te amo Luna, más de lo que nunca creí posible, te amo —Milk lo oyó decir a través de sus pensamientos. Una lágrima solitaria rodó por su rostro y ella la enjuagó con impaciencia; no iba a ser débil. Bulma y Pan se habían movido a su lado y también estaban mirando hacia afuera de la ventana.

—Ese es un hermoso ejemplar de carne —dijo Bulma con una sonrisa maliciosa pegada a su rostro.

—¿Por qué no me sorprende que eso es lo que estarías pensando en un momento como éste? —le preguntó Pan.

—Oye nunca hay un momento en que no aprecie a un hermoso hombre bien parecido. ¿Tengo razón Milk? Sabes que la tengo.

—Bueno, cuando es uno tan hermoso como Goku, entonces sí tienes razón —dijo Milk con una sonrisa. Sabía que Bulma sólo estaba tratando de aligerar los ánimos y estaba agradecida. La siguiente hora pareció hacerse interminable. Milk pasó la mayor parte de ella yendo de un lado a otro en la sala de estar de los Henry y mascullando cosas entre dientes. Deseaba tan desesperadamente buscar los pensamientos de Goku, o escucharlo en su mente, pero su padre había dejado muy claro que Goku necesitaba concentrarse exclusivamente en el desafío, así que Milk se abstuvo de enviarle cualquier pensamiento. Milk saltó cuando escuchó una llamada en la puerta delantera de los Henry. Bulma fue y miró hacia afuera por la ventana de enfrente para verificar si era amigo o enemigo.

—Es la mamá de Goku, supongo que ya es hora —les dijo Bulma.

Bulma abrió la puerta y Gine entró. Ella estaba vestida con un pantalón cargo negro al estilo militar, una camiseta negra, botas negras y su largo cabello estaba recogido en una cola de caballo. Lucía sorprendente.

—Te ves como si planearas hacer más que sólo mirar —le dijo Pan.

—Siempre es mejor estar preparado. Estoy entrenada en todo tipo de estilos de lucha, de modo que si una batalla completa sobreviene alguien debe permanecer en forma humana para proteger a Milk, y soy capaz de protegerla incluso a pesar de no voy a estar en mi forma de lobo —explicó Gine.

—¿Hay alguna forma de que nosotras tal vez pudiéramos tomar el auto y sólo estacionarnos cerca del campo como un refuerzo, algo así como si necesitaran una escapada rápida? ¿Qué opinas? —Pan fue la que preguntó esto y eso tomó a todas por sorpresa.

—¿Quién eres y dónde está mi insegura Pan que ni siquiera excede el límite de velocidad? —bromeó Milk.

Gine no había dicho nada aún y cuando Milk la miró pudo notar que ella en realidad estaba considerando el plan de Pan.

—¿Se dan cuenta de que si permito esto estaré desobedeciendo las órdenes de mi esposo? —les preguntó Gine.

—¿No tienes que hacer lo que él ordene, como los demás lobos? Cuando él les da una orden a veces ellos tienen que obedecer quieran o no —le preguntó Bulma.

—No, soy una hembra Alfa y soy su compañera. Él realmente no puede darme órdenes. Me gusta pensar en ellas como firmes sugerencias —les dijo Gine con un guiño.

—¡Genial! —dijo Bulma chocando el puño con Pan y Milk—. ¿Entonces qué dices? —le preguntó Bulma a Gine.

—Creo que es una buena idea. Sin embargo, deben estar encubiertas. Si los otros lobos las huelen, habrá una guerra completa. ¿Entienden? —preguntó Gine severamente.

—Te escuchamos alto y claro. Somos buenas andando a hurtadillas. No vamos a entrar en detalles de cómo hemos llegado a ser tan buenas en eso, pero ten por seguro que es casi una de nuestras especialidades —le dijo Bulma. Milk estaba sacudiendo la cabeza, claramente en desacuerdo con las cosas que estaban ocurriendo.

—¡Esperen sólo un maldito minuto! No las puedo dejar hacer esto chicas, ¿se dan cuenta de lo peligroso que es?, si algo les sucede por mi culpa nunca seré capaz de vivir conmigo misma.

Milk estaba a punto de tener uno de sus momentos de niña de dos años. Tanto Pan como Bulma envolvieron sus brazos alrededor de ella y la apretaron con fuerza.

—Odio tener que decírtelo Watson, pero Bulma y yo tendemos a hacer lo que queremos incluso si nos dices que no lo hagamos. Por lo general simplemente acordamos contigo y luego hacemos lo que queremos; ¿seguramente sabes eso no? —le dijo Pan en un dulce tono de voz.

—Ustedes dos me vuelven loca —exclamó Milk.

—¡So! Alto ahí chica lobo, ¿qué harías si estuvieses en nuestros zapatos? No puedes decirme ni por un minuto que te sentarías en casa y nos esperarías. Así que agarra tu pequeño discurso de seguridad y ahórratelo —dijo Bulma mientras se alejaba de Milk y retrocedía, poniendo las manos en sus caderas.

—Bueno, Bulma, ¿cómo luchas por decirme cómo te sientes realmente? —dijo Milk sarcásticamente. De ninguna manera las dejaría ir a algo tan peligroso y se sentaría en casa. ¿Cómo podría pedirles que hicieran lo mismo?—. Tienes razón, no me sentaría en casa. ¡Por favor prométanme que tendrán mucho cuidado!

—¡Súper! —dijo Bulma chocando palmas con Pan—, vamos a ir a una operación de vigilancia, esto es genial.

Milk inhaló profundamente y trató de no ceder al pánico que amenazaba con sobrepasarla.

—Milk, es hora —le dijo Gine suavemente.

Gine volteó y una vez más les dijo a Bulma y a Pan que se aseguraran de no ser vistas y que estuvieran a favor del viento para que sus olores no llegaran a los lobos. Entonces se dio la vuelta y salió caminando por la puerta delantera sin dar una mirada hacia atrás. Milk sabía que Gine confiaba que la seguiría, pero también estaba dándole un momento en privado con sus amigas.

—Las amo, por favor tengan cuidado —les dijo Milk mientras las abrazaba.

—No te preocupes por nosotras Sherlock, concéntrate en tu tarea, y nosotras nos concentraremos en la nuestra —le dijo Pan.

Milk no se demoró, no quería romper a llorar y sabía que lo haría si no se iba rápidamente. Ondeó la mano una última vez y se apresuró hacia la puerta delantera. Vio que Gine había detenido el auto de alquiler junto a la acera. Subió al asiento del copiloto y partieron en lo que probó ser el paseo más largo de su vida, incluso a pesar de que el campo de los sueños estaba sólo a 15 minutos de su casa. Ambas estuvieron en silencio de camino allí, ambas absortas en sus pensamientos, llegando a la conclusión de que el hombre que ambas amaban iba a estar en la lucha de su vida esta noche y ambas estarían ahí viendo, sea cual sea el resultado. Una vez más Milk estaba tratando de reconciliar el hecho de que nadie podía ayudar a Goku, ni siquiera su propio Alfa y padre. ¿Cuán asqueroso es eso?, pensó. Gine se estiró y tocó la mano de Milk sorprendiéndola y sacándola de sus pensamientos.

—Estamos aquí. Hay algunas cosas que necesito explicarte rápidamente. Primero, sé que ya has sido advertida, pero te advertiré de nuevo. No busques los pensamientos de Goku. Las imágenes que verás allá mientras él está en batalla son imágenes que nunca olvidarás. Además también lo distraerán. Segundo, no queremos atraer ninguna atención innecesaria sobre ti así que permanece cerca de mí y quédate quieta. Finalmente, si lo peor llegara a pasar darás la vuelta y correrás tan rápido como puedas hacia el punto de encuentro donde están las chicas. Irás directo hacia el aeropuerto y abordarás el avión que hemos alquilado, no esperarás por nosotros, ¿me entiendes? Tenemos lobos en posición para recogerte en los lugares necesarios. Tus amigas y tu madre te acompañarán. No habrá discusión alguna.

El cerebro de Milk estaba funcionando a toda marcha. Esto simplemente no podía estar pasando, seriamente pensó, ¿cómo llegamos a esto? Milk sacudió la cabeza para despejarla de pensamientos negativos, necesitaba estar enfocada. Simplemente acéptalo Milk, se dijo a sí misma, esto es de la forma que es y vas a tener simplemente que soportarlo y lidiar con ello. Ok, respira hondo.

—Entiendo —le dijo Milk a Gine mirándola directamente a los ojos. Gine simplemente asintió, aceptando la respuesta de Milk. Milk alzó la mirada por primera vez, mirando hacia afuera al campo de los sueños, viéndolo con toda una nueva perspectiva. No era nada en especial, aunque debido a que ya nadie más venía aquí, la hierba había crecido alta. Había un sendero que había sido hecho por un vehículo conducido sobre la hierba alta, aplastándola a su paso. No podía ver más allá debido a que el sendero daba un repentino giro cerrado hacia la derecha, y la hierba que quedaba elevada estaba bloqueándole la vista. Decidió que eso era algo bueno, sólo en caso de que alguien pasara por aquí, no podría ver nada.

Gine abrió la puerta y Milk tomó esto como su señal para salir del auto. Mientras recorrían el sendero hecho por el hombre al principio no escuchó nada, pero a medida que avanzaban comenzó a escuchar gruñidos y profundas voces. Después de rodear la cerrada curva hacia la derecha tomaron varios giros más a la izquierda y a la derecha, y en el último giro a la derecha el área se abrió repentinamente en un círculo perfecto. Toda la hierba en el círculo había sigo completamente segada. Habían instalado luces que estaban unidas a unos cargadores, alrededor de todo el círculo. Eso hizo a Milk pensar que esto debía ser algo que ellos habían hecho muchas veces, y tembló ante la idea. Tan pronto como ella y Gine caminaron dentro del claro todo el mundo se inmovilizó, excepto por Bardock, él simplemente siguió hablando con Krilin quien estaba tratando de escucharlo pero también estaba mirando a todos los demás.

Gine agarró la mano de Milk y comenzó a caminar hacia su esposo. Un hombre que Milk nunca había visto se detuvo frente a ellas y cayó sobre una rodilla. Giró su cuello hacía un lado para exponerlo. Milk miró a Gine insegura sobre qué hacer, pero Gine no estaba mirando a Milk, ella estaba fulminando con la mirada al hombre en el suelo, y para sorpresa de Milk, Gine también estaba gruñendo.

—Ella no es tu Luna —dijo Gine en una voz muy calmada pero también muy aterradora—. Apártate de nuestro camino o te romperé el cuello —de nuevo Gine sonaba tan calmada, pero mucho más terrorífica que si estuviese gritando.

El tipo o el lobo más bien, ignoró a Gine completamente, así que imitándola Milk cuadró los hombros, se paró tan derecha como pudo y en la voz más firme que pudo reunir dijo:

—Vuelve con tu Alfa ahora.

El lobo se quejó pero se puso de pie y con los ojos hacia el suelo dio la vuelta y se alejó caminando. Milk respiró profundamente, cerró los ojos para reagruparse y entonces comenzó a caminar hacia adelante con Gine de nuevo. Todavía no había visto a Goku o a Freezer para el caso. Vio que los demás miembros de la manada de Bardock estaban aquí y tan pronto como ella y Gine alcanzaron a Bardock esos lobos flanquearon tanto a Gine como Milk. Bardock dio un paso frente a Milk y la miró a los ojos, y a pesar de que Milk no era completamente una werewolf, sintió el poder en esa mirada y dejó caer los ojos.

—¿Confío en que te ha sido informado qué hacer en caso de cualquier resultado? —le preguntó Bardock en voz muy baja. Milk miró a Gine preguntándole con la mirada si Bardock sabía sobre Pan y Bulma. Gine dio el más pequeñito giro a su cabeza indicándole que no, así que Milk simplemente asintió, desconfiando de sí misma para hablar y dejar escapar todo el plan.

—Bien, ahora mis lobos permanecerán alrededor de ti y Gine mientras dure esto. Quiero que todos ustedes retrocedan 5 pasos y no se muevan —Bardock dijo esas últimas tres palabras con sus ojos trabados de nuevo en Milk. ¿Realmente soy tan mala siguiendo órdenes?, pensó Milk, luego mentalmente asintió, sí, lo más probable es que definitivamente sea así de mala.

Colectivamente dieron 5 pasos hacia atrás y se detuvieron. Milk se dio cuenta de que Gine todavía sostenía su mano y cuando vio a Goku salir de una curva en el círculo ella estuvo real, realmente agradecida de que Gine todavía sujetara su mano porque Milk dio un paso involuntario hacia él. Entonces varias cosas sucedieron al mismo tiempo; todos los lobos a su alrededor le pusieron una mano encima para empujarla de regreso. La cabeza de Goku giró y miró directamente hacia ella justo mientras todas las manos estaban bajando. Goku dejó escapar un gruñido y curso cambió de dirección, viniendo hacia Milk. Un enorme gruñido vino del lado izquierdo de Goku haciendo que él se detuviera.

—¿Sabes príncipe, que si tan sólo hablas con ella antes de que el desafío comience perderás, y yo seré capaz de matarte sin una lucha? —Milk se dio cuenta de que había sido Freezer quien había dejado escapar el enorme gruñido y era Freezer quien hablaba ahora.

Goku le devolvió el gruñido, luego miró de nuevo hacia Milk. No dio otro paso hacia ella, ni le habló, en vez de eso miró a los otros lobos y a su madre.

—Refrénenla por su seguridad si es necesario, pero no quedará ninguna marca en su cuerpo, ni un solo rasguño o moretón —les dijo Goku. Los otros lobos a cambio bajaron la mirada y asintieron una vez en reconocimiento de la orden de Goku.

Milk miró a Gine y susurró:

—Lo siento, eso fue por mi culpa.

—Está bien Luna, los lobos están tensos, cualquier cosa los hará explotar así que simplemente permanece lo más quieta posible —le susurró Gine de regreso.

Milk asintió y se dio la vuelta para ver lo que estaba pasando en el círculo. Bardock estaba de pie en el centro y Milk podía sentir el poder saliendo de él en olas. De repente, todos los lobos cayeron de rodillas súbitamente. Milk miró a su alrededor y pensó para sí misma con un encogimiento de hombros, eh, eso es diferente.