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Se llevó la mano al corazón, aquel grito lo dejo medio sordo, la escandalosa voz de su hermana.

La Reyna

Ella era como su madre, lo regañaba por todo y por nada, era buena pero a veces parecía olvidar que el resto también sienten.

- Yeji, tranquilízate solo fue un paseo - comentó Hyunjin cruzándose de brazos.

Ella negó enojada.

- Entonces deberías de haberle dicho eso a la guardia real para que alguien te acompañe, No puedes andar por ahí sin custodia.

Hyunjin asintió sin prestarle mucha atención ya sabiendo su discurso de siempre "el es príncipe y debe de cuidarse él y su imagen bla bla bla"

- Si ya se y lo siento, ahora - dio un paso hacia atrás y se apartó dejando ver a un asustado chico castaño que jugaba con sus manos - mira él es Seungmin mi nuevo amigo él será mi asistente de hoy en adelante.

Ella lo analizó unos segundos dándole una mirada que no le agradó a su hermano.

- Es en serio Hyunjin él es muy pequeño y débil cómo se supone que va a cuidarte - Y eso le gustó menos.

- Hey ten más cuidado con tus palabras dije que va a ser mi asistente no me guardaespaldas simplemente me hará compañía necesito más amigos y ahora él lo es - ella se llevó las manos a su cabello rascando un poco su cabeza frustrada.

- ¿De dónde eres? ¿cómo te llamas? y con qué intención te acercaste al príncipe? - sus tacones resonaron en el piso de mármol haciéndola ver muy intimidante.

Hyunjin se interpuso entre ellos hastiado por la actitud de su hermana.

-Quítate necesito saber que sea confiable, no puedes meter al castillo a cualquiera y lo sabes - ambos hermanos tenían los ojos color ámbar así que era una pelea de miradas intensa.

- S-soy Seungmin, soy del pueblo de rio blanco y N-no

- !Un forastero! - gritó ella haciéndolo asustar, Hyunjin se dio la vuelta haciendo que se alejen de ella, tomando sus manos entre las de el - ¡ellos no son confiables sácalo de aquí no lo quiero ver en mi castillo y tampoco en mi reino!

Seungmin apretó sus manos, algo similar a lo que siempre le ocurría cuando se enteraban que era doncel, no lo querían en casa ni en el pueblo.

Ahora no lo querían por forastero y cuando se entere de la flores por ladrón.

Hyunjin negó en desacuerdo, él entendía perfectamente el resentimiento que tenía su hermana con los forasteros, pero eso no justificaba que ella le haya gritado a Seungmin de aquella forma tan despectiva.

- Lo siento alteza - Seungmin agachó la cabeza dirigiéndose a la Reyna, luego soltó las manos de Hyunjin y volvió a hacer otra reverencia - gracias Hyunjin y perdón otra vez, me tengo que ir.

El corazón del príncipe se sintió triste, un dolor extraño apareció en su pecho.

Seungmin se dió la vuelta y uno de los guardias lo llevó hasta la salida, sabía que ilusionarse tan rápido era malo, la idea de tener una casita en el valle se había esfumado.

- Yeji como eres de cruel, eres reina deberías velar por los pobladores.

- El no es de mi reino.

- Antes no eres así, el solo es un niño, le prometí que viviría en el pueblo y sería un ciudadano más, no romperé mis promesas, yo no seré como tú expareja - con un amargo sabor en la boca salió tras Seungmin, sabía que al regresar debería pedirle una disculpa a su hermana pero en ese momento estaba enojado y no midió sus palabras.

Ella solo frunció el ceño enojada, el mocoso de su hermano debería besarle los pies si quería que lo perdone, pero tenía razón no es bueno falta a la palabra y tal vez solo tal vez si se pasó un poco.

Al salir del Castillo miró para ambos lados encontrando un bulto sentado cerca del sendero para dirigirse al pueblo.

Sonrío un poco triste y se acercó sentándose a un lado de Seungmin quien dio un brinco y escondió una de las flores que había arrancado de la calle.

- Perdón, no quería meterte en problemas Jinnie - Seungmin le entregó la flor y Hyunjin la vio un poco marchita.

- No, está bien, ella solo está un poco traumada - rió entre dientes, haciendo reír a Seungmin - entonces si serás mi asistente y mi amigo.

Seungmin lo miró y se encogió de hombros.

- No te preocupes por ella, solo está un poco enojada después se le pasará y tendrá que aceptarte, después de todo yo seré el rey en unos meses - la flor la puso en el cabello de Seungmin y ladeo la cabeza como un niño - aceptas.

Seungmin sonrió divertido por su acto lindo.

- Si, gracias - lo abrazó por el cuello y Hyunjin paso sus manos por su espalda.

- Ahora regresemos que está haciendo frío - Hyunjin tomó su mano y caminaron de vuelta al castillo - por cierto ahora que eres mi amigo y mi asistente es importante que sepas algo.

Un poco desorientado cambiaron de camino y no entraron al castillo sino que se dirigieron a un invernadero, que brillaba, nos solo por los últimos rayos del sol sino que había algo más.

Entraron al lugar y era como un pequeño jardín con muchas flores en macetas.

- Te voy a dar algo, pero cierra los ojos.

Seungmin los cerró y sintió sus manos ser estiradas.

Hyunjin cerró los suyos y entrelazó sus dedos con los del castaño.

- Delicada y bonita, brillante y llamativa, representara tu lealtad y mi respeto, sin olvidar que cada una de ellas lleva amor...

Y con sus palabras sin sentido, para Seungmin no había lógica en ellas, sintió cosquillas en la palma, luego algo posarse en ella algo sólido.

- Ya puedes ver - Seungmin abrió los ojos encontrando en medio de sus manos una flor, delicada y bonita, brillante y llamativa - es para ti, unica y diferente a las demás.

Seungmin la acercó a su nariz.

Un aroma dulce y delicado.

- Es hermosa, como...dónde la conseguiste - estaba maravillado por lo que sus ojos veían.

Hyunjin sonrió encantado.

- Yo la cree - Seungmin lo miró incrédulo - por algo se llama el valle de las flores, la familia real puede hacerlas y en fechas especiales podemos crear maravillas como está.

- Especiales?

- Eres mi amigo, eres especial

Y desde ese día una bonita amistad nació, llena de flores todos los días.
Hyunjin llenaba el cuarto de Seungmin con flores y Seungmin llenaba el corazón del príncipe de magia.

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