Seungmin esperaba todas las mañanas a la llegada del guerrero, uno de los luchadores del castillo era el encargado de darle todos los días las cartas a Seungmin, por medio de ellas se había enterado de la última maldad que habia hecho la reina contra ellos y realmente queria entenderla pero no podía hacerlo más.

Seungmin miró a lo lejos el galope de un caballo, esperaba que en aquel caballo venga su príncipe, pero por más que el deseo sea fuerte Hyunjin no venía montado en el.

Cada día estaba un poquito más ansioso por ver la llegada de su novio pero mientras eso pasaba debería conformarse con sus cartas, que realmente las amaba porque le expresaba lo mucho que le quería.

Falta poco

Aún me amas por qué yo lo hago con más intensidad

Solo necesito un abrazo y un beso

Cada día con más esperanzas de verlo llegar.

- Joven Seungmin esto es para usted - el guerrero le entregó una carta con su sello azul en papel periódico.

- Gracias, puedes pasar ya te entrego la respuesta - Seungmin lo dejó pasar y le sirvió limonada sabía el largo viaje que hacía por una sola carta, era lo mínimo que podía hacer - tengo limonada deseas un poco.

El guerrero asintió, Seungmin se la pasó y luego tomó una hoja y empezó a escribir en respuesta.

Principito espero que te encuentres bien.

Yo también te he estado extrañando, tengo una gran noticia que contarte pero necesito que estés aquí.

No te preocupes por mí yo estoy bien aunque lo admito aún me hace falta tus abrazos y tus bonitas sonrisas

Te quiero, con cariño Minnie.

Seungmin la dobló y la metió en el mismo sobre que vino la carta de Hyunjin, caminó hasta el guerrero y se la entregó.

- Por favor cuídala mucho - el guerrero hizo una reverencia y se marchó.

Hace ya un mes que no ve a su querido Hyunjin, Seungmin le había agarrado mucho cariño a su bebé, siempre le hablaba de lo grandioso que es su padre.

Jeongin le había prohibido seguir trabajando, a Seungmin le parecía que era una exageración pero decidió hacerle caso al menor.

Jeongin pasaba todas las mañanas a dejarle pan caliente y dejarle un postre nuevo a su pequeño sobrino.

Se había proclamado como su tío favorito.

El castaño tomó su caperuza negra y llevó un mantita en su canasta, tomando un poco de pan para le camino.

Le gustaba salir a las calles y tomar el sol, era refrescante distraerse  con el mundo que lo rodeaba.

Cruzó las calles hasta llegar a la panadería.

La campanita sonó y Jeongin salió a recibir al cliente.

- ¡Bienvenido! Oh! Minnie! Qué haces aquí deberías de estar descansando ¡te sientes mal!?

Seungmin rio bajito y negó.

- No simplemente pasaba para decirte que iré a la colina así que llegaré tarde, no te preocupes si no me encuentras, estaré ahí.

Jeongin asintió y le deseó un buen paseo.

Caminó un largo tramo mientras le iba contando las cosas bonitas que veía del pueblo a su pequeño.

Desde donde estaba ya veía la gran colina así que subió corriendo.

Se sentó bajo un árbol grande muy frondoso y verde, desde ahí podía ver el hermoso castillo de los Hwang.

El lugar le traía bonitos recuerdos.

Si ya el reino era hermoso, estar dentro del palacio era aún más bonito, todo ordenado y fresco.

- Hasta allá - señaló a lo alto del palacio - ahí está tu papi, es un hombre muy guapo y muy amable cuando sepa de ti se emocionará mucho, el va a quererte mucho peque.

Seungmin acarició el mini bulto de su estómago, apenas y tenía un mes de embarazo.

Hyunjin le había mencionado con mucho entusiasmo la historia sobre su familia, se veía en sus brillantes ojos que él también quería una así que suponía que no le molestaría la noticia o eso esperaba.

Porque el realmente estaba muy feliz con la existencia de la vida que crearon en su vientre. Pensaba en las muchas cosas que harían juntos, en sus primeras palabras, en sus pasitos, incluso en cuando de su primera patadita, el estaba emocionado por aquella etapa.

- Estoy muy emocionado con que Hyunjin sepa de ti peque, el te amara mucho.