13✿
"Te prometo hacerte la mujer más feliz, nunca te hará falta nada... Solo necesito un poco de amor de tu parte.
Dejó que su corazón guíe su vida y sus obligaciones, ganándose regaños por parte del rey, su padre, y sería todo perfecto para Yeji si el día de su boda no la hubieran dejado plantada, en ese entonces su prometido había subido de un simple vagabundo forastero a un duque por cual la noticia de que el mandatario estaba perdido se corrió por todo el reino.
Ella lo buscó hasta cansarse, para al final...
- No dejaré que le hagas daño a mi hermano, ni tu ni nadie, no eres digno de el, ya se lo que buscas así que lárgate!
- Pero mi reina - junto sus manos suplicando - n-no me pida eso~
Ella furiosa se acercó y lo sujetó del brazo. Llevándolo hasta la entrada del salón.
- Oíste lo que te dije, ¡voy a echarte de mi castillo y nadie te hará caso! ¡No permitiré que sigas trayendole desgracia - Seungmin estaba paralizado, no sabía qué hacer. Tenía miedo, y no quería herir a Hyunjin con su partida, pero no podía seguir en el castillo, así que escapó.
Mientras Seungmin corría por los pasillos del castillo, la reina gritó detrás de él.
- ¡No vuelvas a aparecer por aquí, ni siquiera una sola vez! - Seungmin salió corriendo, llorando y con el corazón roto. Sabía que nunca volvería a ver al príncipe. Pero sabía que no podía seguir allí. "Estoy perdido", pensó Seungmin.
No podía controlar el dolor que sentía en el pecho, como se oprimía y se le cerraba la respiración, la forma cruel de ella al echarle la culpa de algo que no ha hecho y no ha ocurrido.
Hyunjin estaba en su cuarto intentando calmar su enojo, escuchó la voz de su hermana gritándole a alguien. Saltó de la cama y salió corriendo a ver qué pasaba. Cuando bajó las escaleras, vio a la reina mirando fijamente hacia el pasillo.
- ¡Yeji, qué está pasando!- gritó - -¿Dónde está Seungmin? - La reina se quedó en silencio, mirando a Hyunjin con una expresión seria - ¿Qué le hiciste a Seungmin? - preguntó Hyunjin con tono angustiado.
- Se marchó - respondió la reina - No deberías ser amigo de alguien así, y no lo toleraré - Hyunjin estaba atónito. Sabía que Seungmin no era nada malo, de hecho, era una de las personas más lindas que ha conocido, no la entendía, quería comprender pero no pudo.
- No lo aceptaré, ¡No lo haré! Ya estoy harto de tus tontas actitudes de reina mimada, el no ha hecho nada malo, como eres de cruel para echarlo cuando es mi amigo y más que mi amigo es la persona que me gusta.
Ella negó, sujetó su cabello negandolo, no lo podía creer.
- No! El no vuelve a este castillo, Hyunjin no te conviene el..
- Escúchame bien Yeji, no me importa que seas mi hermana o la puta reina, yo haré lo que creo conveniente con mis sentimientos y por el, tu no me vas a dar órdenes, no soy un niño, ya deja de comportarte así, el me gusta y si tanto te molesta será tu problema porque cuando yo sea el rey, el será con quién me case y al que tu deberás obedecer.
Eso dejo helada a la reina, su hermano nunca había dicho groserias, con nadie y menos con ella.
- Hyunjin solo escúchate.
- Y si eso es un problema para ti, me importa una mierda, que te importe nada que hago con mi vida y si al final tan mal es él para mí ya lo veré yo mismo y me haré cargo de el, pero que te quede claro hermana no me importa si eres tú la misma Reyna o es él la persona que amo, si alguien va en contra de mis reglas entonces declararé la guerra, sin importar quien sea.
Había salido del castillo con lágrimas en los ojos, cansado de correr y llorar, la tristeza no cabía en su pecho y al único lugar donde tenía para llegar era su casa que se encontraba al otro lado del reino.
Gimió lastimero ya a mitad del camino, quería a Hyunjin, que el venga y le diga cosas bonitas, que no lo hagan sentir responsable de algo invisible.
Se había sentado en medio del camino a llorar, escondiendo su rostro entre sus piernas, sintiendo el frío de la noche, de como chocaba contra el el aire y la neblina no le dejaba ver más allá.
En medio de la oscuridad sin nada a kilómetros sintió miedo, estaba perdido, se había encariñado tanto con el príncipe que no sabía que hacer, debería solo vivir y fingir que nunca pasó nada? o buscarlo en contra de las reglas de la reina.
- Y-yo no se que hacer, te necesito H-Hyunjin~ - susurró entre lágrimas - este es el precio por amar a un príncipe.
- ¡Seungmin!
La voz de la salvación
Su alivio y medicina para el dolor llegó.
La voz de Hyunjin a la distancia, tenía que encontrarlo así sea que gane un castigo tenía que verlo una última vez.
Seungmin comenzó a correr en la dirección de la voz. Los árboles y la niebla parecían desvanecerse a su paso, hasta que por fin pudo ver a Hyunjin que también iba en su dirección, en una amplia pradera, en medio del bosque. Seungmin corrió hacia él y los dos se abrazaron con fuerza.
- No te vuelvas a ir, por favor - dijo Hyunjin sujetándolo con fuerza entre sus brazos.
- Te juro que no lo volveré a hacer.
Se miraron a los ojos y parecía que todo iría bien, solo eran ellos.
- Eres lo único que me hace bien, no le creas eres lo único que necesito para ser feliz - Hyunjin limpio sus mejillas con sus pulgares y beso sus mejillas mojadas - te amo...
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