Capítulo 1: Unos Bellos Lotos.
Yunmeng Jiang, el hermoso reino donde en la familia real poseían el don de la naturaleza.
El reino era grandemente bendecido por sus monarcas, que siempre procuraban a su pueblo y se preocupaban por ellos, ayudaban a qué las cosechas fueran abundantes y a que el lugar se mostrara bello y lleno de vida.
En el castillo, habitaba la familia real, compuesta por el emperador Jiang FengMian, la emperatriz Yu ZiYuan, la princesa Jiang YanLi, y el príncipe Jiang Cheng.
La pareja real era joven, pero muy comprometidos en su reino y gente, dando todo lo posible por y para ellos, convirtiendo todo lo que tocaban en abundancia.
Y sus hijos también eran muy jóvenes aún.
La princesa YanLi era la hija mayor, teniendo 9 años de edad, siendo una pequeña amable, tierna, cariñosa y curiosa, y la futura emperatriz.
El príncipe era el hijo menor, teniendo 6 años de edad, siendo un pequeño amable, tímido, algo enérgico y curioso.
Y a ambos los unía la curiosidad.
Tras el castillo se encontraba un enorme y bello jardín, dónde había una gran fuente central en forma de loto, la flor favorita de la familia y la que representaba al reino, dónde alrededor comenzaban a nacer caminos de piedra pulida y azulejos, flores hermosas, arbustos y árboles frutales.
Y más allá, se encontraba un enorme y frondoso bosque, dónde a los pequeños les gustaba explorar y hacer travesuras, usando sus dones para a veces atrapar a los guardias que los cuidaban con pequeñas enredaderas, para luego correr jugando a las atrapadas de ellos, quienes solo sonreían enternecidos por los pequeños traviesos.
Pero ahora mismo no podrían ir, pues sus padres los llevarían al festival de loto, un festival que se festejaba cada año en conmemoración al reino de Yunmeng Jiang, dónde los reyes cada año hacían florecer bellos lotos en el gran lago central del pueblo.
–A-Li, A-Cheng–
Habló amorosamente la emperatriz, acariciando el cabello de sus dos pequeños una vez arrodillados frente al lago.
–¿Si mamá?–
Preguntaron a la vez ambos pequeños.
–Intenten hacer florecer los lotos–
Habló el emperador con dulzura, tomando las manitas de sus dos hijos, colocándolas sobre el agua siendo apenas visible la separación entre las palmas de las manos y la cristalina agua del lago.
–¿Está seguro padre?–
Preguntó la niña, mirando con un brillo en sus ojos a sus padre.
–Por supuesto–
Afirmó la emperatriz.
Ambos hermanos se miraron y sonrieron, aún con sus manos sobre el agua, se tomaron de sus pequeñas manitas, concentrandose en abrir los numerosos lotos que aún seguían cerrados.
El pueblo se llenó de gozo al ver cómo la princesa y príncipe habían logrado florecer los bellos lotos, aplaudiendo y felicitando a los menores que cada día el don en ellos se fortalecía, llenando de orgullo a ambos pequeños, y sobre todo a sus padres por sus pequeños lotos.
[•••]
–¡A-Li, mira ésto!–
Habló el pequeño príncipe a su hermana, entusiasmo por demostrar lo que haría.
–¿Qué es ChengCheng?–
El pequeño niño arrodillado en la tierra, colocó sus manitas sobre un pequeño montículo de tierra, dónde rapidam comenzaron a salir el verde césped acompañado de bonitos girasoles grandes y amarillos.
–¡Girasoles!–
–¡Muy bien A-Cheng!–
Aplaudió la princesa a su hermanito que había logrado florecer una flor tan grande como lo eran esos girasoles.
–Seguro que le encantarán a mamá–
El pequeño asintió repetidas veces.
La mayor tomó con delicadeza el tallo de los girasoles, cortandolos y envolviendolos con una pequeña estela púrpura que fue absorbida, logrando así que las flores nunca se marchiten.
–A-Li, yo también quiero aprender eso–
Dijo mirando con admiración a su hermana mayor.
–Pronto lograrás eso también, yo apenas pude hacerlo con ayuda de padre, cuando seas más grande como yo, seguro que te enseñará–
Dijo con una bella sonrisa, haciendo sonreír al pequeño niño.
–¡Bien!–
Ambos hermanos se levantaron del suelo y la princesa YanLi le dió las flores a su hermanito.
–Será mejor correr, ya es muy tarde, el sol se está escondiendo y los guardias no vinieron que veníamos–
Señaló el horizonte que apenas se veía por los numerosos árboles.
El más pequeño asintió, y tomándose ambos de la manita, comenzaron a correr entre risas, dejando detrás de ellos un rastro de pequeños brotes de diferentes plantas y flores.
Mientras tanto, entre la oscuridad del bosque unos ojos brillantes color carmín veían al más pequeño con interés.
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Holaaaaa!
Había dicho que me tomaría un descanso después de subir cinco historias seguidas pero es que mi mente me trae ideas y no me puedo negar ª
Y bueno, aquí andamos con nueva historia!
Fue algo fugaz que me llegó mientras escuchaba música aleatoria, por lo que espero que les llegue a gustar aunque sea un poquito :3
Será una historia de 10 capítulos, algo corto como me gusta hacer a mí <3
Disfruten del XianCheng!
—🌻
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