[2]
Las puertas fueron abiertas par y par, la luz cegadora de los candelabros y las miradas sobre el recién llegado.
No faltaron los comentarios.
La comitiva del príncipe avanzó entre los presentes con rumbo a los tronos, los azulados ojos de Min se toparon con dos hombres de prendas finas y en piedras preciosas.
Yoongi en su propia mente dedujo que eran su padre y su hermano quienes estaban esperándolo.
Por un momento apretó la tela blanca que cubría su marca, eran nervios, una vez más Hoseok a ligero esos nervios.
La comitiva hizo una reverencia, incluyendo el príncipe, y estos empezaron a disiparse menos Hoseok, quien tenía el trabajo de seguir a su amo a donde fuera.
—Buenas noches, mi rey, príncipe. —Hoseok, aún haciendo esfuerzo de dejar una rodilla sobre el suelo y cargar el objeto en una de sus manos, habló antes de levantarse, siendo seguido por Yoongi. — Su hijo, el príncipe Yoongi.
—Un gusto padre, estoy complacido por la velada de esta noche. — las ansias y los nervios hacían que la esfera empezará a tornarse de un color gris.
—Siéntate a lado de tu hermano, tendremos tiempo para hablar, después ahora necesito que seas un buen anfitrión. — la voz de ese hombre, no lo hacía sentir nada, se imaginó el día que lo conocería finalmente, pero se sintió más vacío que sus noches de niñez cuando tenía miedo por los monstruos de su armario o los relámpagos. Hizo lo pedido, siendo seguido por Hoseok, quien se quedó aún lado de su trono, haciéndose un poco más para atrás.
Yoongi pensó que podría hablar con quien cree es su hermano, pero este solo se había levantado cuando estaba a punto de dirigirle la palabra, pues algunas doncellas habían solicitado su presencia.
Simplemente, suspiro manteniendo la postura, en cuanto se acercaban hacia el trono a dirigirse a él, saludaba con total normalidad.
Guardaría este día como el peor día de su vida, en su mente la idea de levantarse del trono y salir de ese lugar no era mala.
La primera vez en la noche en la que se levantó de su asiento en la noche fue advertido por el rey para que se mantuviera a la vista, aun cuando Hoseok lo seguía a todos lados.
Al final empezó a caminar saludando a los nobles que se le acercaban a saludar, aunque solo fuera un momento.
Hablar un par de palabras con personas diferentes era en cierta forma satisfactoria.
—Príncipe.
Min se volteó mostrando una sonrisa sin enseñar su dentadura, según sus clases de etiqueta era de mal gusto sonreír abiertamente. Sus ojos azules se cruzaron con los ámbares y aunque Yoongi no quiso admitirlo, el brillo de esos ojos hizo que sus mejillas se tintarán muy leve de un color salmón que pasó desapercibido.
—¿Podría bailar con usted?
En ese momento Yoongi noto el sonido de la instrumental, el joven frente a él era aún más llamativo que el resto de lo exterior, las vestimentas de este tenían un color verde olivo con detalles de plata, su cabello negros peinado hacia atrás y sobre sus hebras negras reposaba una pequeña corona de plata el doble de pequeña que la que él portaba, podría confundirse con una diadema. Las largas pestañas acompañadas por esos orbes ámbares, la piel parecía ser demasiado suave, poco real, los labios fue el punto más alto de todos, tan rosas y brillantes.
—Príncipe ¿se encuentra bien?
Y esa voz.
Min pasó sin disimulo su mano cubierta con el guante blanco sobre las telas de su vestimenta justo en su pecho, tratando de reducir los latidos desesperados de su corazón.
—Estoy bien, ¿bailamos?
El joven asintió feliz tomando la mano en iniciativa para que ambos pasarán a la pista, Hoseok había sido desplazado a un segundo plano aunque siempre siguiendo a su señor. Le habían ignorado.
La tonada suave hecha con el tonar de cada tecla en el piano que estaba en una de las esquinas junto a la demás instrumentación creaban un buen ambiente, o más bien Min pensaba que el ambiente era agradable.
El joven de ojos ámbar espero un poco para que Yoon se acercara sin recibir un hecho actuó, tomó la mano del príncipe colocándola en su cintura dejando a Yoongi algo más rosado en rostro, la mano del pelinegro terminó sobre el hombro de Min y las otras manos entrelazadas.
Yoongi sabía cómo bailar, sus clases de etiqueta le habían sido de mucha ayuda, pero una cosa era estar en una práctica donde estaba solo, donde en pocas ocasiones su único amigo y compañero había sido Hoseok a estar con alguien totalmente nuevo y bello bailando.
Empezaron a moverse al ritmo de la música, las miradas siempre en su compañía.
—Es la primera vez que puedo ver al príncipe de GyMol, es realmente un placer no haber rechazado la invitación del rey. —su voz era como tocar terciopelo con las manos totalmente desnudas.
—Es un pleno placer para mí que aceptará la invitación a mi presentación y cumpleaños. — si, hoy era el cumpleaños del menor de los Min.
—Por Iret, no pensé que era su cumpleaños, mi príncipe debe estar feliz de tan gran velada. —La mirada de Yoongi pérsico algo de brillo, pero volvió a subir su ánimo casi de inmediato.
—Me sorprende que mi padre no informará que era también mi cumpleaños.
—Descuide príncipe, por cierto, disculpe mi falta de educación, Lee su jim, puede decirme Jimin si es de su gusto. —Yoon sonrió levemente.
–Jimin.—Saborear su nombre al decirlo fue lo más gratificante de toda la noche.
Bailar con él era bailar, pisando las nubes, elevarse. Pero sería mejor si pudiera quitarse los guantes de tela que no dejaban sentir lo que a su fina mirada era una suave piel.
La música se detuvo por un momento, todos miraron hacia el trono donde estaba el rey y Hoseok informó que necesitaban la presencia del príncipe en el trono, Yoongi miró a él pelinegra de ojos ámbares. —Lamento tener que despedirme cuando la velada empezaba a tomar un ambiente cómodo, pero el rey espera por mi presencia.
—Despreocuparse príncipe, debe ir, espero volver a verlo pronto.
Al final terminaron separándose, Min quedó una vez más frente a su respectivo trono, los tres hombres de apellido Min vestidos de blanco, resaltando el menor de los Min, no únicamente por ser la primera vez que se mostraba ante el público, sino por el color singular de sus ojos y el rubio de sus cabellos siendo que los otros dos Min tenían un color de cabello azabache bastante marcado al igual que el café oscuro de sus ojos finos.
—Este es un día realmente fructífero, las alianzas de nuestros reinos son bien aceptadas y ahora hoy el príncipe menor de GyMol cumple 19 Años, al fin puede mostrarse al público abiertamente, gracias a todos los presentes por estar en este día, disfruten de la velada.
Al finalizar el corto discurso del rey los tres Min se sentaron una vez más y así transcurrió la velada, al criterio de Yoongi todo fue de picada desde que pisó el gran salón, todas sus expectativas cayeron.
No importaba los raros y caros regalos que empezó a recibir, o menos que ahora tuviera siete pavos reales albinos o que le dieran mirra y oro, él había imaginado que por fin podría hablar con su padre y hermano.
Definitivamente, estaba inconforme y casi al tocar la media noche hizo un ademán, dando un informe de que se sentía indispuesto y así pudo escapar a su retirada habitación Hoseok, siempre a su lado sosteniendo su esfera.
—¿Se siente bien amo? Noto su inconformidad. —Hoseok aún recorría la gran habitación ordenando las ropas blancas de detalles exagerados que ya se había quitado. —¿Es por su expectativa perdida?
Yoongi cerró su libro donde seguía leyendo esa lectura antigua. —Mis expectativas no deberían importar demasiado y aunque no debía de decepcionarme nada de la velada logró decepcionarme en su máximo esplendor de la palabra. —Sus manos al fin libres de guantes podía acariciar la pasta del libro. —Aunque había un momento en el que creí que era la mejor velada.
—¿El joven de ropas verdes que bailo con usted? — el brillo particular de la mirada de esos ojos azules confirmó todo. Hoseok se acercó con una nueva vela de cera teñida de rojo y la encendió con la misma vela a nada de terminar, reemplazando esta y así darle mejor visibilidad de la lectura a su amo. —Un joven agraciado y besado directamente por los dioses al darle tal belleza. —Una suave sonrisa adorno el rostro de Min. —Noto que llegó a cautivar a mi amo.
—Hoseok ¿Cuándo me tratarás de tú y no de usted? —el cambio de conversación hizo entender a Hoseok que su amo no quería hablar más del joven pelinegra de la velada que aún estaba en pie.
—Amo, mi educación me impide tratarlo como un vulgar "tú", si me permite decirlo usted está más elevado en nivel social que mi persona.
—Tonterías, tienes la educación de un príncipe al igual que yo, no olvides que estás presente en todas mis clases y sabes tanto como yo. —El libro entre manos de Min pasó a estar reposando sobre el escritorio de madera, alejado de las llamas de la vela.
—Aun así, no podría tratar de tutearle a usted. —Hoseok hizo un ademán de una reverencia. —Permítame retirarme a mis aposentos joven amo.
—Claro, puedes irte.
Hoseok se retiró del lugar dejando. Yoongi totalmente solo con la luz de una sola vela siendo su compañero, los azulados ojos volvieron a mirar el libro que claramente tomó entre manos para continuar leyendo.
—La leyenda de un pacto demoníaco.
Hace muchos años los normales tenían vidas normales, ayudaban a las tierras, siendo la fuente de sustento para todo el reino.
En un tiempo, una joven moribunda a punto de morir aclama al cielo en reclamo a los dioses por dejarla a su suerte.
Un demonio que ronda al bosque escuchó el reclamo y como un cántico para invocar lo esté, apareció frente a la mujer tomando la apariencia de un bello joven.
Él le ofreció la segunda oportunidad de vivir a cambio de llevar un hijo de él.
La codicia la corrompió y en el demonio confío.
De la unión nació un niño, tan blanco como el lomo de un armiño de ojos grises, un niño albino y en su barriga tenía la marca del pacto concedido.
La maldad y la envidia era parte de la vida del infante que crecía cargado de un odio sin motivo hacia los demás normales.
La mujer dejó de saber del demonio, pero a partir de su primer hijo tuvo dos más con las mismas características que el primero y sin un hombre a su lado.
Hijos del pecado.
La mujer terminó crucificada y sus hijos cazados hasta que no quedara ninguno.
Min suspiro al terminar de leer nuevamente esa leyenda. — las leyendas cuentan historias que son en parte realidades, ¿debería creer fielmente en que soy un ser inhumano?
Por fin pasó a la siguiente página donde se encontraba los cuentos relatados por personas hace ya mucho tiempo. Fragmentos e incluso fábulas que usan para los niños.
Todo el tiempo la paso analizando cada página en la que decían que era un demonio que estaba a nada de despertar. Enteramente, le aterraba y ahora con su vela consumida y el sol saliendo con timidez desde su horizonte.
Se había desvelado demasiado y ahora su puerta había sido golpeada, sus sirvientes y Hoseok entraron, Hoseok extendiendo le un nuevo par de guantes ahora azul marino, algunos sirvientes con sus ropas acomodando estas sobre la cama, la corona.
—Mi príncipe, hoy debe comer con su padre en 20 minutos, debe estar en la mesa, también recordarle que es su día libre, aunque deberá decidir el destino de cada obsequio dado a usted.
—¿podría primeramente tomar un baño?
—Por supuesto.
—también me gustaría pedir algo específico para desayunar.
—Como guste.
Hoseok era bastante confiable y eficiente a la hora de hacer su trabajo y siempre lo hacía de una manera implacable.
P:2027
Corrección, próximamente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro