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—Tiene una clase de Historia de 2 horas en menos de 30 minutos, aplazaremos un poco la clase de matemáticas avanzada y las de economía, también dejaremos un poco para las clases de escritura y lectura, no olvide que al ocaso debemos estar en el salón del trono, su padre está emocionado de que usted esté se presente por primera vez en años. — el pelinegro de ojos azules se abrumó con la cantidad de información que le habían dado en menos de un segundo, si asistente siempre mantenía el orden todas sus actividades del Día con una sonrisa en el rostro. Me derretiré de lo brillante que es, pensó.
—Todo se hará a tiempo como lo tienes programado y agradezco tu ayuda, Hoseok. —Parte de su persona empezó a caminar alrededor de una mesa donde en medio de esta estaba una esfera de cristal, siendo sostenida por Varillas de oro delgadas de diseño simple pero luciendo elegante.
—¿Nervioso mi señor? —Hoseok dio varios pasos hasta a un pequeño mueble donde estaba la almohada que él debía de cargar todos los días, dejó su lista aún lado ya habiendo memorizado todo y tomo la almohada de color manteca y flecos rojos. —Debería de calmarse, amo Min, su padre notará su angustia.
El nombrado noto el cambio en su esfera y suspiro tratando de calmarse.—No es angustia Hoseok, ¿y si no lo hago bien? No soy como mi hermano... Debería no ir.
—Le aseguro que lo hará bien, ha practicado sus saludos los últimos días, solo era un festejo de presentación.
—bien...
Min dejó de materializar su cuerpo para unirlo con su alma dentro de la esfera donde parecía estar levitando. Hoseok asintió para finalmente tomar a su amo y llevarlo sobre la almohada a sus clases.
Min Yoongi era un sangre pura, la marca debajo de sus guantes demostraba su linaje demoníaco, por lo que como condena terminó dentro de esa esfera.
Su crianza se basó en su nana y en su sirviente Hoseok, pues según le dijeron su padre y hermano no tenían permitido verlo, por lo que la segunda biblioteca y los pasillos desde ella hasta su habitación siempre se mantenían vacíos y con las cortinas cerradas.
Hora estaba por cumplir 19 años, que es la edad propuesta para su presentación como parte de la familia real. Yoongi no podría estar más nervioso, sería su primera vez en salir al jardín real y socializar con personas reales y no con los animales que lograba crear con lo poco que sabía del control de sus poderes.
En secreto había estado practicando manejar su poder, aunque supo por Hoseok que un día perdió el control, Por suerte él estaba allí para eso.
Un pura sangre descontrolado era un peligro eminente.
Había llegado a su destino gracias a su sirviente, ya sobre la mesa dejó que su cuerpo físico saliera y su alma nuevamente quedará encerrada dentro de esa esfera de cristal.
Había una regla que era "solamente los miembros autorizados podrán tener entre manos la vida del príncipe menor." En ese caso, las únicas personas con autorización a tocar la esfera era Hoseok y su abuela, la cual ya había fallecido, aun así Hoseok tenía que usar un par de guantes.
—Joven príncipe.
—Buenos días, señor changbin. —El joven de ojos azules hizo una pequeña reverencia a su mayor, el cual entró en pánico por la acción.
—No, no príncipe levante la cabeza, soy un simple tutor, no merezco esa muestra de su parte.
—Lo lamento, estoy algo nervioso por el festejo de esta noche, es todo. —Tomó asiento tratando de relajar el ambiente.
Hoseok se colocó a un lado de su asiento después de dejar los materiales que necesitaría su amo.
—Empecemos con lo último, la historia del reino.— el hombre tomó su libro. —nuestro pueblo como tal existe desde hace unos 500 años, generaciones vivieron y vieron el sol naciente, el castillo fue colocado piedra a piedra por los pueblerinos, los hijos y nietos de estos, hasta que un día un castillo fue levantado desde cero.
El rey se rige por las leyes que se hicieron junto a los campesinos para el mejor convivir, ¿conoce las leyes principales joven príncipe?
—Ley de pertenencia, ley de comercio, ley de adquisiciones y las leyes para los que cometen actos vandálicos.—Yoon ni siquiera se esforzó, había pasado demasiado tiempo solo en el que terminó refugiándose en la decena de libros que tenía a su disposición. Había días en los que pensaba en el cansancio que debía ser seguirlo a todos lados.
—Correcto, las leyes son firmes y bien respetadas, la familia Min ha estado en el trono por más de 400 años, en el tiempo de su reino surgió la guerra, según las escrituras de ese acontecimiento los pura sangre se levantaron en contra de los reinos y terminaron derrocando a uno de los cinco reinos el cual ahora es ocupado por los Fuscos, el reino de Seaded es la sede principal en donde los cinco reinos se encuentran en caso de desacuerdos.
Yoongi al escuchar las palabras "pura sangre" le entró el nerviosismo y sin querer apretó un poco su guante derecho donde estaba aquella marca negra.
—Señor Seo, ¿es necesario que todos los reyes asistan a ese llamado? — Yoongi, dejó de lado el tema de su marca y tomó una pluma de cisne que era el único regalo que tenía de su hermano mayor, ni siquiera conocía su rostro.
—Claro que lo es, la falta de uno de los cinco reyes sería contraproducente para un acuerdo y podría llegar a una guerra.— Yoongi asintió anotando aquello en su libro. — continuando.
La guerra entre los pura sangre y los normales dejó muchas bajas para los normales y luego de la caída del reino de Rianda los cuatro reyes decidieron hacer una alianza con los Fuscos los tres representantes dieron un favor a cambio de otro, así les fue cedida los territorios de Rianda actualmente Seaded.
Los Fuscos dieron lo que tomamos como ejército a más de 3000 Kot los cuales son cazadores de rango élite y gracias a sus habilidades los reinos vencieron, tras la derrota la minoría de sangre pura se dispersaron, hasta la actualidad no hay registros de una segunda guerra.
—Señor Seo, ¿Cuál fue el detonante para la guerra?
—Envidia y codicia, los pura sangre envidiaban a los normales por las grandes cosas que tenemos, por lo que se levantaron contra los reinos.
—¿Está seguro de que fue así?
—Mi Príncipe, las escrituras jamás mentiría.
Dos horas de preguntas y más preguntas por parte del Príncipe sobre temas del reino, números y más.
Seo changbin, siendo un tutor de años de experiencia, jamás había estado tan cansado en toda su vida, aquel príncipe según su criterio era un joven insaciable que necesitaba respuestas.
El ocaso era significativamente hermoso, Yoongi solo le era permitido abrir un poco las cortinas de su habitación en ciertas horas del día y en las noches podría abrirlas en su totalidad.
Hoy siendo ese día especial entraron demasiados sirvientes a su habitación haciéndolo asustar por el brumo de personas, Hoseok siendo el superior de todos esos sirvientes habló con ellos antes de dirigir su mirar a su amo.
—Amo, esta es su servidumbre desde ahora en adelante. —Dijo el joven mientras mostraba a los 25 sirvientes que estaban parados detrás de él con una vestimenta distinta a la de Hoseok en color, Hoseok siempre vestía de blanco y los demás están en trajes grises y negros.
—¿Realmente necesito tantos sirvientes?
—El Rey cree que los necesita, me dio orden de traerlos ante usted en el ocaso para su preparación.
—¿Tienen permitido tocar mi esfera? —Hoseok negó.
—Ese es trabajo de mi persona, no se preocupe por eso, sigo estando a cargo de su bienestar. — Yoongi desde su asiento asintió más calmado, Hoseok giro sobre su eje y observó a todos los nuevos sirvientes. — empecemos con la preparación del príncipe Min, saben sus tareas, alguna duda deben decirme de inmediato.
Todos los sirvientes respondieron con un sí antes de dispersarse por la habitación y fuera de ella, donde ya había unos cuatro guardias armados.
Hoseok se acercó a su amo entregando un libro de pasta blanca, Yoongi no se sorprendió pues, parecía de su sirviente, le leía la mente.
Min tomó entre manos el libro, detallo con esmero la cubierta, los detalles en letras doradas, el libro completamente nuevo. Había mandado a que le pasarán una copia de ese libro, justo ahora era el único libro de su tipo.
—Amo, podría preguntar el porqué necesitaba ese libro. —Hoseok aún a su lado se encontraba lustrando la corona del príncipe, la cual debería usar.
—Está leyenda... Quiero... Quiero saber las raíces de mi madre. —Apretó el libro entre manos. —¿ellos saben?
—Los demás sirviente no saben de su problema.—Hoseok tomó entre manos la corona, la cual ni siquiera tocó las manos de él mismo por los guantes que tenía puestos, finalmente colocándola sobre la cabeza del príncipe. — Fueron criados aquí desde pequeños, especialmente para usted, si me permite opinar creo que fue algo exagerado de parte del rey.
—Lo sé, ni siquiera lo conozco en persona, pero te doy la razón de tus palabras. —Hoseok volvió a retirar la corona justo cuando dos de los sirvientes se acercaron para arreglar el cabello del pelinegro. —Esperen. —Los dos jóvenes detuvieron sus acciones. —Hoseok... ¿Podrías hacerlo tú?
—Amo. —La mirada de Yoongi en el espejo dejaba a Hoseok en una posición difícil, él no caería en el poder de un pura sangre, pero los otros sirvientes parecían sentir el ambiente pesado. —Está bien, chicos, ayuden con la vestimenta del amo.
—Sí. —ambos jóvenes salieron del espacio personal de Min, quien relajó el ambiente una vez más.
—Amo, debería de mantener "eso" en control, sabe que conmigo no funcionará su poder. —Hoseok tomó uno de los cepillos para el cabello, pasándolos sobre el cabello del pelinegro. Hoseok escuchó una risilla.
—Perdóname, no soy bueno controlándome aun, pero realmente no me siento bien con tantas personas a mi alrededor. —Min abrió el libro entre manos, empezando una lectura nueva.
—Entiendo su incomodidad, no es el único que tiene esta incomodidad. —Hoseok disimuladamente observó la página con letras que leía Yoongi. —¿Realmente cree en esas cosas?
—Las leyendas son hechos del pasado, esta leyenda no me agrada en su mayoría, pero es un buen inicio de descubrirme.
—Señor Hoseok, está listo el baño del amo. —Uno de los sirvientes se detuvo a una distancia prudente para informar aquello, Hoseok dejó sobre la mesa el cepillo y asintió.
—Gracias, el Príncipe irá enseguida. —Volvió a voltear hacia Yoongi dándole una mirada. —díganle a los demás que salgan del cuarto de baño y ayuden a arreglar las vestimentas del príncipe.
Solo asintió antes de irse por donde vino, pronto todos los sirvientes estaban en la habitación colocando el soporte y poco a poco las ropas de color blanco, la camisa tenía unos detalles en rojo, los pantalones también blancos, tenían detalles de menor tamaño en color rojo igualmente y la capa era de terciopelo con ambos colores antes mencionados en cada cara de la misma y el prendedor de la capa era de color dorado, en la misma capa un estampado de un Gymol como el ave representativa, una hacha de dos lados.
Min terminó ingresando al cuarto de baño donde tenía a su disposición una gran recreación de un manantial, retiró sus ropas y se adentró a las aguas cristalinas. Hoseok se acercó con la esfera entre manos una vez más, siendo el único sirviente que estaba en ese cuarto. Seguía con su trabajo de arreglar el cabello de su amo.
No hubo una conversación en todo el tiempo, al término del baño ya estaban en la habitación nuevamente, los sirvientes ayudaron con el arreglo de las ropas.
Pronto Min se miró al espejo de cuerpo entero en forma de óvalo y marcó de plata que sostenían dos de los sirvientes, dio un asentimiento y finalmente se vio en una pequeña marcha luego de que Hoseok le avisara que ya debían de ir al salón principal.
Escoltado por los guardias y tras de su persona los sirvientes que apenas había visto, aun lado de él, un poco más atrás estaba Hoseok revisando aún que estuviera todo bien y cargando la esfera de su amo.
Las grandes puertas frente a ellos y Yoongi estaba siendo carcomido por los nervios y la mayoría de los que lo rodeaban empezaron a ser afectados, por suerte Hoseok seguía allí y con un pequeño comentario disipó el ambiente. —Es hora Mi príncipe.
Las puertas fueron abiertas.
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se corrige a su debido tiempo.
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