La sutil brisa mecía sus castaños cabellos lentamente, la luz de la luna bañaba con fineza su pequeña figura y solamente el cantar de los grillos y las risillas provinentes del jardín se escuchaban en el ambiente. Jaqueline se encontraba en el balcón de su habitación, recostada al barandal, observando la escena que se extendía ante sus ojos con una gran sonrisa.

Sentados sobre la fuente estaban Celeste y Zeldris, charlando un poco, se veían tan bien haciéndose compañía. La chica de vez en cuando hacía movimientos exagerados y gritaba cosas que hacían reír a alguien tan recio y estoico como el demonio. No sabían que estaban siendo observados, tal vez por eso podían hablar tranquilamente y sin ataduras. Se había desarrollado una gran amistad.

Volvemos a Jaqueline, estaba tan perdida que no notó la presencia de su, ya esposo. Meliodas rodeó su cintura, apoyó su barbilla en el hombro de su mujer y dejó escapar un sonoro suspiro.

—Es que se ven tan bien juntos —murmuró ella, embelesada.

—No te metas en la vida de nadie, amor —le contestó él, sabiendo lo que planeaba aquella cabezita.

—Si no me hubiera metido en tu vida jamás te hubieras enamorado de mí —replicó, dándose la vuelta.

Quedaron frente a frente, mirándose a los ojos, detallándose mutuamente. Las manos de la castaña terminaron alrededor del cuello de él, acariciando sus dorados cabellos; las del demonio, por otro lado, fueron a parar a la cintura de ella, ceñiéndose ahí. Cuando el hielo se había roto entre ellos las escenas como esas ya no avergonzaba a ninguno y eran muy frecuentes.

Meliodas intentó decir algo en réplica mas le fue imposible, sabiendo que, efectivamente, Jaqueline tenía toda la razón quedó ensimismado. Por supuesto que sí ella no hubiera tenido el valor para irrumpir en su vida y romper todas las puertas que él había construido para mantener alejado al mundo hoy las cosas hubieran sido completamente diatintas, no es que no se hubiera enamorado, era que podría incluso haberse perdido a sí mismo.

Si no hubiera sido Jaqueline, no hubiera sido nadie.

—Vayamos dentro —dijo por fin, acariciando con sus pulgares la piel sobre el vestido de la joven.

—¿A la habitación que yo limpié para ti y provocó nuestro primer acercamiento? —cuestionó con zorna.

El rubio tuvo que soltar una carcajada para separarse y tomarla de la mano, casi que arrastrándola dentro.

La magia del amor suele ser misteriosa e inesperada. Apunta directo al corazón sin aviso y derrumba el alma con fuerza y facilidad. Meliodas y Jaqueline lo sabían, pero ¿Celeste y Zeldris?

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Palabras del autor:

Bueno, prólogo publicado. Creo que está temporada será ligeramente más larga que la anterior porque tengo pensado escribir acerca de las dos parejas: Meliodas y Jaqueline, Zeldris y Celeste.

Así que no lo sé :3

Portada por la magnífica: --Coldhands

Libro dedicado a mis queridas: AdriGaSatrix y 000sky-blue000

Mi hermanita y mi guía. Sin ellas jamás hubiera llegado tan lejos, ellas están enseñándome todos los días.

Lean comiendo palomitas (￣ω￣)🍿

~Sora.