Capitulo 5
—¿El campo?—repitieron ambas chicas incrédulas.
—¿Para que tenemos que ir al campo?—pregunto Rose confundida.
—Es verdad, no me gusta mucho los lugares rurales.—dijo Jane con una mueca.
—Nuestros amigos nos han invitado a ir a la casa de campo de Lucius, pensé en que sería buena idea que fuéramos todos juntos, así podríamos presentárselos.—dijo Regulus con una sonrisa.
—Si, así que prepárense para conocer a nuestros amigos.—dijo Severus con una sonrisa.
La relación entre Severus y Jane, y, Regulus y Rose estaba mejor que nunca. Aunque solo llevaban dos semanas de noviazgo, ambas chicas admitían que habían hecho un buen trabajo conquistando a ambos hombres.
A pesar de todo, las chicas disfrutaban pasar tiempo con ellos, o al menos una de ellas sí. Jane gustaba de ver a Severus trabajando durante horas en sus pociones, de alguna manera le resultaba aún más atractivo cuando el muchacho estaba concentrado en su trabajo, pero por otro lado, detestaba cuando Severus era tan reservado que no le decía absolutamente nada, o cuando este contaba anécdotas de su amistad con Lily Evans, o cuando lo encontraba en las noches viendo la única fotografía que el tenía con Lily.
A diferencia de Jane, Rose tenía más cosas contra Regulus que a favor de él. Ciertamente el heredero de los Black era muy atractivo y adinerado, inteligente y fuerte, pero también a veces podía ser un completo cretino e imbécil.
Rose Potter era una Slytherin, sí, pero una Slytherin hija de Gryffindors y como tal había sido educada para siempre ver a todos como iguales, para siempre ser amable y bondadosa, gentil y agradable...y aunque su alma Slytherin la hacía ser muchas veces manipuladora y arrogante, Rose siempre era caritativa.
Pero Regulus Black no.
Entre más lo conocía, Rose más se convencía de que Regulus no se parecía en nada a Sirius. Eran como el agua y el aceite. Lo único que tenían en común era el mismo apellido.
Sirius siempre había sido bromista, risueño, amable, carismático, sin prejuicios y muy agradable con todos. Regulus, por otra parte, era egocéntrico, prejuicioso, arrogante, altanero, orgulloso, frío y muchos adjetivos más, que Rose no tenía problemas en nombrar.
Era difícil para ella tener que convivir con Regulus con una sonrisa en el rostro cuando detestaba casi todas las acciones de él. Si bien era cierto, Regulus era extremadamente limpio, educado y galante, eso no compensaba la manera en que trataba a casi todo el mundo a quienes consideraba inferiores que él. De cierta manera, Rose entendía el porque era así, despues de todo, había sido criado por Walburga y Orión Black y no por nada era el hijo favorito, pero eso solo hacía que se estresara mas.
Ahora, para su maldita suerte, tendría que pasar todo un fin de semana con la elite mágica, quienes probablemente eran mucho peor que Regulus. Habían acordado acompañar a los chicos a un viaje al campo con sus amigos para pasar tiempo libre aquel fin de semana, de esa manera ellos aprovecharían para presentarlas con sus amigos.
Aunque Rose consideraba que todo estaba siendo muy apresurado, Jane le decía que era normal el actuar de los chicos, pues entre la elite se acostumbraba que cualquier pareja formal debía ser presentada ante las amistades lo más pronto posible, y si la cosa iba para casamiento, debían ser presentadas a los padres. Para alivió de Rose, Regulus no mostraba el mínimo indicio de querer casarse con ella.
El viernes por la mañana, ambas parejas se aparecieron a las afueras de una hermosa y grande cabaña en el campo, la cual se encontraba junto a un bello lago. Rose inmediatamente diviso a dos parejas a lo lejos. Unos rubios y otros de cabellera azabache. Jane y Rose compartieron una mirada furtiva. Acaban de llegar y más que un fin de semana de relajación, lo sentían como la vista previa a la guerra.
—¡Reg! ¡Severus! ¡Bienvenidos!—saludó con una sonrisa un hombre alto, rubio y mayor que ellos.
—Me alegra verlos, chicos.—saludó sonriente el otro hombre.
Jane y Rose fueron empujadas por el hombro, bruscamente por las otras dos mujeres, quienes se acercaron sonrientes a saludar a los recién llegados, ignorándolas rotundamente. Jane rodó los ojos y, alejándose del resto junto a Rose, se dejó caer sobre una silla que se encontraba en el lugar. Las dos mujeres las miraron con frialdad y Jane sonrió con burla, cruzándose de piernas.
—Las hermanas Black, hay que tener cuidado con ellas.—susurró Jane con notable molestia.
—Se nota que no les agradamos.—susurró Rose viendo a ambas abrazar a Regulus.
—Por supuesto que no, estas saliendo con Regulus, el heredero de los Black, literalmente el hombre más rico de todo el mundo mágico y yo salgo con Severus, el protegido y mejor amigo de todos ellos, el más astuto en pociones y a la vez quien mejor los conoce.—analizó Jane con seriedad.—si se dan cuenta que solo estamos con ellos por mero interes, te aseguro que nos van a matar de una manera tan dolorosa que ni Dumbledora podrá reconocer nuestros restos.—afirmó con una mueca.
—Pensé que las hermanas Black eran tres. —dijo Rose con el ceño fruncido.
—Y así es.—afirmó Jane.— La mayor es Bellatrix, la de cabello negro. Despues esta Andromeda, quien fisicamente se parece demasiado a Bellatrix, pero tiene el cabello castaño. Por último esta Narcisa, la rubia, que no te engañe su pinta de inocente, puede llegar a ser más maldita que Bellatrix.—informó en voz baja.
—Chicos, les queremos presentar a nuestras parejas.—dijo Regulus en voz alta, acercándose a las chicas y Severus lo imito.
—Ella es Jane Yaxley, mi pareja.—presento Severus tomándola de la mano. Jane sonrió con fingida emoción.
—Es un placer conocerlos a todos, Sev habla mucho de ustedes.—saludó Jane con una sonrisa.
—Y ella es Rose Potter, mi novia.—presentó Regulus abrazándola por la cintura.
—¿Potter?—preguntaron todos con el ceño fruncido.
—Rose estuvo en Slytherin.—informó Severus.
—Bueno, el clan Potter va mejorando entonces. Que bueno. Un placer, Lucius Malfoy—se presentó el rubio con indiferencia.
—Rodolphus Lestrange—saludó el de cabello negro.
—Bellatrix Lestrange.—saludó su esposa.
—Narcissa Malfoy.—se presentó la esposa de Lucius.
—Mucho gusto.—saludó Rose con una pequeña sonrisa.
—Bueno, entremos.—dijo Lucius.
Las maletas de todos desaparecieron del lugar y mientras los hombres entraban a la casa, Bellatrix y Narcisa tomaron a Jane de ambos brazos y entraron, dejando atrás a Rose. Jane se giro a verla confundida, pero Rose negó con la cabeza.
Ya se lo veía venir, despues de todo, Jane pertenecía a la familia sangre pura Yaxley, una familia que toda su vida había sido Slytherin y puristas de sangre. Estaba casi segura de que todos iban a aceptar a Jane pronto.
Caso muy distinto con ella. Rose estaba segura de que ese fin de semana sería el más largo de toda su vida.
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