Capitulo 14
La mente de Rose estaba trabajando lo más rápido posible, creando posibles escenarios sobre lo que había pasado. Estaba claro que Regulus había leído sus diarios, más no sabía cuales y que tanto había leído, pues entre esos diarios estaba el último que hizo y el cual relata como fue que Jane le pidió salir con Regulus.
Si él había leído eso, todo estaba perdido.
Sentía un vacío en su estomago y el nerviosismo estaba en todo su cuerpo. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Tendría que mejor confesarle toda la verdad? ¿Pero y si no había leído aún sobre le plan de Jane y ella lo arruinaba todo?
Negó con la cabeza y suspiro pesadamente. Se levantó de la cama, tomó su bolso y se dirigió a la chimenea para aparecerse en el apartamento de Regulus. No podía contarle la verdad a Regulus así porque sí, ya que ni siquiera sabía si el ya estaba enterado, por lo que no le quedaba más opción que ir a buscarlo y fingir que todo estaba bien. Si tenía mucha suerte, quizá no hubiera leído nada importante. En esos momentos estaba agradeciendo saber actuar bajo presión.
Tomó un puñado de polvos flu, justo al mismo tiempo en que Crookshanks rasguñaba a Tico en la cara con irritación. Se apareció en la sala del apartamento de Regulus, quien estaba en uno de los sillones individuales con el rostro crispado, el ceño fruncido y con un vaso de whiskey de fuego en la mano.
En cuanto llegó ella le dedico una suave sonrisa, el en cambio la vio con frialdad y tomó un sorbo de su whiskey. Sin borrar la sonrisa de su rostro e intentando tranquilizar los acelerados latidos de su corazón ante la tensión del lugar, Rose se acercó hasta el y besó suavemente la cabeza de Regulus.
—Buenas noches, Reggie,—saludó suavemente— ¿Porqué no me esperaste en casa?
Regulus no respondió. Ni siquiera la miró.
—¿Algo esta mal? ¿Puedo ayudarte en algo?—preguntó Rose, nerviosa ante el silencio.
El tomó otro trago de su Whiskey y se levantó de su asiento. Encarándola. Ambos se miraron fijamente durante unos segundos. Regulus la vio con frialdad y cuestionó:
—¿Cuál era tu relación con mi hermano?
—¿Perdón?—frunció el ceño. No esperaba esa pregunta. ¿Significaba eso acaso que no había descubierto nada de lo de Jane?
—Responde.—ordenó Regulus fríamente.
—Ah...bueno, era el mejor amigo de James y...ya sabes que se mudo a mi casa despues de quinto año así que podría decirse que éramos bastante unidos.—recordó.— incluso tuve una especie de crush con el.
—¿Lo amabas?—pregunto con una frialdad que hizo que Rose se tensara.
—B-Bueno...—dudó— sí...era una niña, yo creí que...bueno, Sirius se parecía mucho a mi hermano en forma de ser y eso me agradaba así que fantaseaba con que nos casaríamos y así —soltó una risa nerviosa— pero solo fueron sueños tontos, Sirius nunca me trato como nada que no fuera una niña, despues de todo desapareció de mi vida cuando tenia once.
—¿Aún lo amas?
—¿Porqué? ¿Celoso?—bromeó Rose y el rostro de Regulus la hizo borrar su sonrisa.— ¿En serio estas celoso?
—Leí uno de tus diarios.—confesó Regulus con seriedad y Rose hizo un esfuerzo por lucir sorprendida.— Al parecer tienes preferencia por los hombres Black.—añadió con dureza.
—Regulus.—llamó Rose con seriedad, notando que en verdad estaba furioso.— Yo no...
—Toda la vida, —le interrumpió Regulus dando un ultimo trago a su bebida— Sirius ha sido el favorito. Incluso aunque yo fui exactamente lo que mis padres deseaban, incluso así ellos seguían murmurando el porque no podía ser Sirius quien fuera como yo.
»Cuando tuve mi primer novia el me la quito a la semana, despues de eso muchas chicas iban conmigo solo para conseguir acercarse a mi hermano. Sirius...siempre Sirius.—se acercó a ella hasta acorralarla contra la pared. Acarició el rostro de Rose con una mano, ella había empalidecido, nunca lo había visto tan serio. Regulus descendió su mano hasta el cuello de ella, apretándolo.
»Mi hermano, el siempre popular y talentoso, el mago bueno de los Black...—apretó un poco el cuello de Rose y esta jadeó.— El siempre lo tuvo todo y me abandonó con nuestros locos padres sin importarle nada...sin mirar atrás aunque yo era su hermano menor y debería haberme protegido...
»Pero no importa, aprendí a vivir con eso. Sirius puede tenerlo todo: la popularidad, el cariño del mundo y a cuantas mujeres el quiera...—acercó su rostro al de Rose.— pero no puede tener a ti y tu no puedes preferirlo a él. No acepto traiciones de ningún tipo. Eres mía, Rose.
La joven estaba demasiado impactada como para decir algo, no solo por el hecho de que Regulus estaba ahorcándola con cierta consideración, sino porque siempre pensó que Regulus amaba a su familia. Sabía que le tenía odio y rencor a Sirius, pero nunca pensó que tanto.
—Soy toda tuya, Reggie.—dijo Rose con la voz quebrada por el agarre y con lagrimas en los ojos.—Mi mente, mi cuerpo y mi alma son tuyos.
Regulus estampo furiosamente sus labios contra los de ella, liberando su cuello, permitiéndole respirar más cómodamente. La tomó de la cintura y la alzó, colocándola sobre uno de los muebles de madera. Sus manos comenzaron a acariciar las piernas de la chica, haciendo que esta se sorprendiera y dejara de besarlo.
Ignorando su conmoción, Regulus comenzó a besar su cuello sin dejar de acariciar las piernas de la chica. Por otra parte, Rose se cuestiono mentalmente ¿Hasta donde estaba dispuesta a llegar para recuperar la confianza de Regulus? ¿Era capaz de acostarse con el? Estaba a punto de perderlo todo y tenía que entregar lo suficiente para consérvalo, sin embargo, ¿era capaz de hacerlo?
A su mente llegaron los recuerdos de todas esas veces que Regulus siempre fue bueno y cariñoso con ella, nunca la había forzado a nada y sabía que, pese a la situación, si ella le pedía parar, el lo haría...pero, ¿quería ella detenerse?
—Te amo, princesa.—murmuró Regulus a su oído y volvió a besarla.
En ese momento, un cálido sentimiento recorrió el pecho de Rose, quien enredo sus piernas en la cintura de su pareja y correspondió su beso. Antes de que se diera cuenta, Rose ya se encontraba acostada en la cama de Regulus, mientras que este se quitaba la camisa frente a ella.
—Reggie...—susurró sonrojada cuando el volvió a colocarse sobre ella.
—Solo tú puedes llamarme así.—besó su frente.— mi hermosa princesa.—abrió sus piernas, colocando su rostro entre estas.
Siempre pensó en Regulus como alguien amable y sensible durante el sexo, pero al verlo romper en dos, su vestido y su ropa interior, en un solo tirón, supo que el era todo menos amable. Antes de darse cuenta, Regulus había comenzado a realizarle un delicioso sexo oral que la hizo gemir en alto y enredar sus dedos en la cabellera rizada de Regulus.
—¡Reggie! ¡Ah! ¡Reg!
Un nudo se instaló en su vientre y a los pocos minutos Rose tuvo su primer orgasmo. Estaba tan sorprendida y cansada de la sensación, que no pudo más que respirar agitada sobre la cama mientras Regulus se incorporaba. La oscura y penetrante mirada de Regulus recorrió el cuerpo ahora desnudo de su amada.
Toda su piel era blanca y suave, pechos medianos coronados por rosados pezones, una pequeña cintura y, llamó su atención una cicatriz en el costado izquierdo de su cadera. La acarició con delicadeza y miro a Rose, quien supo que le estaba cuestionando silenciosamente el motivo de esa cicatriz.
—Fue en primer año, en el partido de Quidditch contra Gryffindor, atrape la snitch pero uno de los golpeadores de Gryffindor me golpeo con el bate y caí al suelo sobre una piedra algo puntiaguda. Supongo que no le agrado que ganara.—explicó nerviosa, mientras Regulus abría sus piernas colocándose entre ellas y desatando su cinturón.
—Los de primer año no pueden jugar.—puntualizó el.
—Soy la jugadora más joven en un siglo.—replicó ella, tragando grueso al ver el miembro erecto del Black.— Reg...
—¿Mmmm?—se colocó sobre ella, volviendo a besar su cuello.
—Eso no va a entrarme.—susurró asustada.— Es demasiado...grande...
—Ya verás que si, confía en mi.—murmuró a su oído y ella asintió.— Créeme que luego agradecerás que sea tan grande.
—No digas esas co...¡Ahhhh!
De una sola y fuerte estocada, Regulus había ingresado su miembro dentro de ella, acabando con la virginidad de la chica, quien arañaba la espalda del varón con el rostro lleno de dolor y los ojos lagrimeando.
—Shhh...tranquila, ya pasara.—susurró Regulus besando su cuello y acariciando su clítoris, buscando relajarla.— te amo, princesa.
Se quedo quieto durante unos minutos, para despues comenzar una suave penetración que saco, en un principio, quejidos de dolor de Rose, quien era demasiado estrecha, pero pasado un rato, el placer la invadió.
El placer que estaba sintiendo era algo que jamás había experimentado, no se comparaba con sus masturbaciones nocturnas contra la almohada, esto era, por mucho, lo más delicioso que jamás había sentido.
—¡Sí! ¡Sí! ¡Ahhh! ¡Más!
Regulus gruño de satisfacción contra su oído. La primera vez de cualquier mujer siempre era dolorosa, pero le alegraba saber que había conseguido superar esa etapa y hacer que su amada disfrutara su primera vez.
No estaban seguros de cuanto tiempo o cuantas veces hicieron el amor, pero lo que si sabían ambos es que al final del acto, entre los brazos del otro, nunca se habían sentido más completos.
No es mi mejor +18 pero es trabajo honesto
El mejor que he hecho, en mi opinión, es el de Tam con Draco, Blaise y Theo xD.
Quiero escuchar sus teorías respecto a lo que sucedera ahora. Los estare leyendo, los amo!
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