Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16. Tensión

﹌✿❀✿﹌

Henrick 

La furia me corroe mientras camino por el pasillo del bunker, solo tengo dos opciones: la primera, matar a la princesa; la segunda, entregarla y pedir una gran suma de dinero.

Pero todos sabemos que eso no voy a permitirlo, jamás dejaré que me la quiten a menos que yo sea quien la mate. No sería malo usar la primera opcion, solo que... No quiero hacerlo por ahora. 

Llego a la fortaleza donde los tengo a esos dos juntos, abres las puertas de esta, entro observando el lugar, ya que no los veo por ningún lado. 

—¿Dónde están? —les pregunto a los guardias.

—Señor, estaban aqui, no hemos abierto las puertas desde la última vez que nos ordenó sacarlos —informa uno de ellos. 

Estoy tan enojado que lo primero que hago es apuntarle con el arma en la frente, haciendo que este palidezca del terror por la manera en que estoy actuando en este momento. 

—Búsquenlos... —murmuro, se quedan analizando lo que acabo de decir —. ¡Ahora! 

Se van de allí dejándome solo con las puertas de la bodega abiertas, todo desde donde estoy se ve oscuro por la falta de iluminación del sitio. Recorro todo, quiero asegurarme de que no se están escondiendo para emboscarme en algún momento. Reviso debajo de una mesa. 

—Princesita... —la llamo, en eso siento un arma en mi sien, quitaron el seguro.

—Si gritas, te mato —rio. 

—Vaya, olvidaba que Thorsell ya no es un gatito asustado y que sabe apuntar con un arma —se burla de mis palabras. 

—Eres un imbécil, Wilber —sus insultos no son más que palabras estúpidas. 

—Un imbécil que te gano en esta batalla, Thorsell. 

—Esta batalla no es mía —aclara. 

—¿Entonces de quien? 

—Mía —la princesa aparece con un bate en sus manos. 

Me golpea con ella en las piernas, el dolor es insoportable por la fuerza con la que lo hizo, vuelve a prepararse para golpearme, esta vez en la cabeza, pero es inútil porque mis guardias la sujetan y tiran al suelo con fuerza. Hacen lo mismo con Thorsell, me ayudan a levantarme, trato de caminar un poco para evadir el dolor y me dirijo hacia ella iracundo. 

—Dejaré de tenerte misericordia a partir de ahora —la amenazo. 

Me escupe en la cara provocando que la tome del cuello con fuerza haciendo presión en esta. 

—No me retes, querida. 

—... Púdrete, Wilber... 

La suelto, no pienso perder el tiempo aqui. Salgo de la bodega con mis guardias, nos vamos a la sala principal donde se encuentra el rey de Noruega, muy desconcertado con todo este ajetreo. Su rostro de viejo enojado me da igual, espero a que diga algo para simplemente largarme de aqui y hacer mi trabajo de una vez. 

—¿Ya tienes un plan? 

—Tengo una idea, pero no te va a gustar 

—Haz lo que tengas que hacer para evitar que ellos ganen. 

Sonríe con malicia.

Que la guerra comience. 

﹌✿❀✿﹌

—¿Tienes una mejor idea? —me pregunta la pelinegra sentada cruzada de brazos en el suelo en un rincón de aquella oscura habitación

—Si —respondo con sarcasmo —. Darte como cebo y yo salgo corriendo de aquí para salvar MI pellejo.

—Vaya, sabía que eras estúpido, pero tu sarcasmo te hace ver como un completo idiota.

—Es que tenerla cerca, me hace ser así, Alteza —respondí con sarcasmo.

—Qué romántico de tu parte —me dedica una sonrisa sarcástica y yo no dejo de caminar en círculos

Llevamos más de no sé cuanto tiempo aquí en esta habitación con la única luz que se colaba de una ventilación estrecha. Había mesas vacías con bandejas llenas de pan viejo y un refrigerador con solo botellas pequeñas de agua.

—¿Quieres dejar de caminar en círculos por todo el lugar? —Me reprende como si fuera un niño de cinco años

—¿Quieres dejar de darme órdenes?

—Podría, pero no sería divertido —Me da una sonrisa sarcástica a lo Five Hardgreeves de The Umbrella Academy

Vieron la serie, ¿cierto?, bueno así se veía ella. Como Five Hardgreeves en versión mujer. Hoyuelos muy tiernos en sus mejillas; cabello negro, ojos cafés, cuerpo delgado que a mi parecer solo tiene de atractivo su lunar que tiene cerca de sus labios.

Me siento en el frío suelo, la observo fijamente como ella a mí. Recuerdo la frialdad de aquellos ojos la primera vez que los vi. Ya no queda nada de esa chica fría que aparentaba ser. 

—¿Por qué lo hiciste? 

—¿Qué? 

—¿Por qué no huiste cuando te lo dije?

Piensa en la respuesta o eso es lo que veo a través de sus ojos porque se toma su tiempo para responder una simple pregunta. 

—No podía dejarte toda la diversión. 

—Mientes —suelto, eso la molesta porque sabe que tengo razón —. ¿Por qué no te fuiste y me dejaste ahí? 

Baja la mirada, mi curiosidad se enciende cada vez que se queda callada. Vuelve a mirarme y soy un manojo de nervios por como me mira, ya no veo esa frialdad en sus ojos, puedo ver miedo y desesperación; está tratando de ocultar algo que es inevitable. 

—Yo... Soy tu gobernante y es mi deber cuidar a los ciudadanos de Steecwood —excusas.

—Eso no me interesa —le reprocho —. Quiero que me digas, ¿por qué?, ¿por qué no solo me dejaste ahí y te largaste así como lo hiciste en el club?, no quiero que me respondas como soberana, respóndeme como una simple humana. 

Su silencio me desespera, pero no perdemos contacto visual en ningún momento. 

—Porque no te mereces esto que te están haciendo por mi culpa. 

Su confesión me deja aturdido. 

—¿Por qué lo dices? 

—Wilber dejo claro que quiere algo de los secretos de los Lundin, siempre lo quiso —lo último lo dice en voz baja como si estuviera hablando con ella misma —. Es mi culpa que estés aqui, si no te hubiera despedido aquel día... Tal vez no estarías aqui. 

Analizo sus palabras, ¿se está arrepintiendo de lo que me hizo? 

—Lo siento, Fredrick...

—¿Cómo sabes mi nombre? 

—Sé muchas cosas que probablemente tú no sepas —suspira, parece más relajada —. Tal vez en este momento, mis padres se están retorciendo en sus tumbas al ver que su hija resulto ser patética y sin capacidad de gobernar. 

—No digas eso...

—Es la verdad, el consejo quiere relevarme —eso si es otro problema —. Dijeron que si no me casaba con algún chico con un título de la nobleza, entonces no podría seguir dirigiendo el país. 

—Steecwood ha pasado por cosas peores que esta, ¿acaso no recuerdan la masacre del 99?

—Parece que no, pero tienen miedo de que eso pase ahora. 

Nos fundimos en un profundo silencio. La tensión entre nosotros es más tranquila, pero aún me queda algo por preguntar y es el hecho de lo que paso antes de todo esto. 

—¿Por qué estabas viendo el partido desde esa torre? 

—Estaba vigilando, no podía dejar que las cosas se descontrolaran y no hacer nada —responde. 

—Tiene sentido. 

—¿Alguna otra duda? —me sonríe divertida. 

 Sus hoyuelos la hacen ver tierna por unos segundos ante mis ojos. Recuerdo esos momentos calientes que pasamos, la tensión sexual se hace presente de una manera increíble. Estamos solos, encerrados y los guardias nos vendrán hasta la noche que es cuando nos traen algo de comida. 

—¿Pasa algo? —su voz es dulce.

—No... Yo solo... —me voy acercando a ella poco a poco. 

No debería hacer esto, estamos en una situación muy complicada como para hacer esto ahora. No puedo hacer esto...

—¿Tú...?

—Nada, olvídalo —me retiro de su lado, prácticamente estoy huyendo de la tentación de su cuerpo junto al mío. 

¿Qué está pasándome? 

﹌✿❀✿﹌

Escucho a los grillos cantar, no he podido dormir, seguramente ya es de noche. Tengo a la princesa a mi lado, se voltea y noto que sus ojos están abiertos. 

—¿Pasa algo, princesa? —voltea los ojos. 

—Deja de llamarme por mi título —sonrío por lo tierna que se ve enojada. 

—¿Cómo quisieras que te llame? —pienso mejor la pregunta —. En realidad, ¿cómo te llamas?

—... Lovisa. Lovisa Lundin...

Siento que mis latidos van a mil por minuto, sus ojos brillan y puedo sentir su respiración. Quito un mechón de su cabello hacia atrás de su oreja con suavidad, rozo su mejilla con mi mano mientras la miro fijamente. 

—Es hermoso...

Ambos nos hundimos en un delicioso beso que nos hizo sentir más que unos extraños, nos convirtió en dos personas comunes y corrientes del mismo nivel. 

Ella ya no es la princesa frente a mis ojos, ahora es una chica normal para mi besando a un chico normal, pero enfrentando una situación complicada. 

Un disparo se escucha a lo lejos aturdiéndonos en el momento. 

—¿Interrumpo su velada? —la sonrisa malévola de Wilber me da un escalofrío, pero lo que más me llama la atención es que está con alguien a quien reconozco a la perfección.

—¿Callaghan? 

—Hola, Thorsell. 




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro