CAPÍTULO QUINCE

Yoongi es tan delicado y dulce, sus manos no son solo preciosas, son amables, gentiles y muy buenas apoderándose de los espacios pequeños, angostos. Dónde no da la luz de las estrellas.

También son bastante grandes, lo suficiente como para sostener mi trasero en ellas, aunque bueno, creo que incluso sobra espacio.

Creo que la parte difícil, que era mostrarme desnuda, ya pasó, además no puede verse mucho con esta iluminación de solo estrellas.

Soy una persona que es claramente insegura, incluso en este momento, no puedo dejar de pensar en que, bueno... ha estado con mujeres más agradables a la vista y quizás...

Más experimentadas.

—¿En qué piensas?— regreso a mis sentidos cuando toma mi rostro, aprieta mis mejillas—No creo que en mí.

—No es-

—Tu cuerpo está conmigo, respondiendo a mí— trago— pero tu mente está en su propia batalla y creo saber un poco de que se trata.

—Yoongi-yah.

Me inmoviliza, su cuerpo está sobre el mío y ahora que tengo sus ojos viendo fijamente a los míos, soy consciente en todos mis sentidos, su tacto más que ningún otro, mi cuerpo se siente tan húmedo y mis piernas tan temblorosas.

—Tienes que sostenerte y no dejar de mirarme en ningún jodido momento. Intentaré no ser en absoluto brusco.

—¿Usualmente lo eres?

—Depende de la ocasión— noto su sonrisa, me contagia y luego la pierdo— ¿Por qué no me estás dando tú atención?

Sus manos se posan en mis pechos, amasando y pellizcando mis pezones, no creía que pudiese sentir algo parecido al placer en esa zona.

—Y-Yoongi.

—¿Sí?— echo la cabeza hacia atrás, es doloroso, pero no en un mal sentido— Dime, bonita.

—No q-quiero hacer mucho ruido, ah... por favor.

—Necesito que lubriques más, el lubricante del condón no es suficiente— rodeo su cuello, adhiere su frente a la mía, se traga mis suspiros y deja mis senos en paz solo para sostenerse a ambos lados de mi rostro— solo disfruta, esta noche yo me encargo de todo— me besa un poco— y aquí nadie va a escucharte.

Siento la punta acariciar mi entrada y un pequeño jadeo se me escapa solo por ese roce, tengo tantos nervios y aún así estoy intentando no tensarme demasiado o no va a funcionar para ninguno de los dos, no puedo creer que esté sucediendo y solo lo acepto cuando comienza a entrar, abriéndose paso, forzando a mis paredes para recibirlo.

La sensación es incómoda y cuando los minutos pasan y él continúa entrando, me pregunto si esto acabará en algún momento y si es normal que duela de manera tan fastidiosa.

¿Por qué mierda me mantuve virgen? ¿Quién carajos me dijo que era buena idea reservarme durante tantos años? No es buena idea, definitivamente no.

Quiero abstenerme de preguntar si aún falta mucho para que esté totalmente adentro, ya he empezado a sudar de manera excesiva, a mi parecer. Yoongi solo trata de distraerme con besos para que no piense mucho en el dolor y funciona, de hecho, durante el tiempo restante que le toma entrar, entonces, se queda quieto, su respiración agitada me retumba en los oídos.

No lloré, es un avance.

Una de sus manos acaricia mi pierna y me relajo un poco con ese gesto, no me había percatado de que estaba apretándolo con mis piernas.

—Lo siento.

—No pasa nada...— esconde el rostro en mi cuello, suelta jadeos suaves en mi oído— ¿Duele?

—P-Poco.

—¿Puedo moverme?— mis manos se posan en su espalda, su piel está ardiendo tanto como la mía en este momento—Dime si es cómodo ahora.

—Sí... sí puedes, s-suave.

Afirma, se acomoda mejor y su rostro vuelve a estar en mi escaso campo de visión, de cerca sigue viéndose muy guapo, cada centímetro de mi piel está extremadamente sensible, el más mínimo toque, quema. Da el primer empujón, mi cuerpo se sacude levemente y aumenta conforme embiste más seguido, mi boca permanece abierta, la suya igual.

—Oh, joder...

Yo sólo sé repetir su nombre y escucharlo gemir y halagar lo bien que se siente mi interior, lo dice tantas veces que solo me motiva a ser igual de ruidosa que que él. Es una sensación nueva y muy deliciosa, me nubla la mente, la vista, los sentidos.

Solo puedo dejar a mi cuerpo expresarse como le nazca hacerlo. Alenta sus embestidas durante un instante, una queja abandona mis labios, no sirve que me queje porque se mueve mucho mejor, más preciso, más fuerte.

Ya no es rápido, solo brusco, me embiste profundo y a su ritmo. Se siente tan bien de esta forma, quiero decírselo pero estoy boqueando por aire, no puedo vocalizar más que murmullos o el simple inicio de su nombre. Vuelve a besarme.

—Lo sé— otro beso perezoso junto a un fuerte empujón que me hace gritar— lo sé, cariño, lo sé.

Siento mi cuerpo estallar y temblar, deshaciéndose en el placer, mis brazos caen a mis lados sin fuerzas para seguir sosteniendose. Totalmente agotada, Yoongi consigue su orgasmo solo segundos después y cae sobre mí, sin tirar su peso completo.

Acaricio su cabello luego de un rato, cuando ya puedo respirar bien.

••••

—Llevaré a mis hermanos rápidamente y regreso por tí para ir a la empresa.

—Vale.

Me da un beso más, está más pegajoso que nunca y no me soltó en toda la mañana, solo ahora que debe irse me ha traído hasta la puerta de mi hogar y continúa alargando su despedida.

Ajusta el gorro de lana que me ha dado, acomodándolo en mi cabeza a su gusto y aprieta mis mejillas. No me quejo de todas estas atenciones, abrazo su torso y sonrío como niña pequeña consentida.

—Iremos al zoológico antes de que acabe esta semana, esta vez si es seguro— repite—agh, no quiero dejarte todavía.

—Tienes cosas que hacer...

—Voy a hablar con mi padre, lo pondré en su sitio de una buena vez.

—Eso no es necesario, Yoongi, ya pasó, no ahondemos más en ello.

—No puedo dejarlo pasar, lo que ocurrió fue jodidamente grosero— aprieto sus brazos— te llevaré a cenar en cuanto pueda, mantente en casa con tu familia y si vas a salir...

—Me llevo al guardaespaldas.

—Dejé a dos de mis hombres en el estacionamiento, ellos también tienen órdenes de escoltarte a dónde vayas— eso es muy exagerado— Seogyu tiene tu número y te agradece por cumplirle el capricho respecto a Moon y Yohan le enviará un pequeño soborno a Taehyung.

Frunzo el ceño.

—¿Soborno?

—Para que acepte ser el modelo para su auto estrella, así que si puedes ayudarlo convenciendolo, Yohan te amará más de lo que ya te ama.

Taehyung se va a morir y no tardará mucho en aceptar, hace unas noches estaba hablando sobre lo maravillosos que son los autos de esa agencia y bla, bla, bla. No se hará mucho del rogar.

—Vale, ya vete.

—Te ves bonita con mi ropa— sacude las mangas del hoodie que me ha prestado, me quejo— lo siento, cariño, ya me largo, ve a descansar.

Estiro los labios y no se queja, me da un último beso, da la vuelta alejándose y sacude su mano antes de entrar al ascensor. Tomo mis cosas y entro a casa, es hora del almuerzo, así que todos están cerca al comedor.

—Llegué.

Los primeros en recibirme son mis bebés, mis adorados hijos, le doy un saludo rápido a todos en la mesa y aseguro bajar en unos minutos luego de llevar mis cosas a mi habitación. Jungkook es el único que apenas va bajando, así que me encuentro con él en el camino.

—La princesa llegó.

—Hola, Kook.

Se me queda viendo, no me deja pasar o algo, se cruza de brazos en mitad de la escalera hasta que decide hablar.

—Follaste— amplío la mirada— ¿Verdad? Por eso caminas así.

—¡¿Qué te pasa?!

—Hablaremos de eso en unos minutos, después del almuerzo.

—Yo no-

—Traes la ropa de Yoongi, caminas raro, hueles mucho a él, tienes la pijama en el bolso y el vestido en la mano. Moon te empacó ropa aparte de la pijama y no la estás usando porque debe ser incómoda— sonríe— después del almuerzo hablaremos de este importante suceso en tu vida.

Pasa por mi lado, maldigo en voz baja antes de volver a llamar su atención.

—No le digas a Nam o te mato.

—No quiero un Yoongi muerto, así que relájate.

Sigue su camino, ah, no se me ocurrió tener otro amigo que fuese menos chismoso.

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