Kakashi tuvo que detener sus pasos cuando un chico con un aspecto extraño se plantó delante de él.

—¡Ten un desafío conmigo, Kakashi! —le pidió aquel muchacho, pero Kakashi pasó completamente de él y siguió su camino, pero nuevamente aquel chico se interpuso. —¡Te estoy desafiando!

—No tengo tiempo.

—No sabía que Hatake Kakashi le teme al grandioso Maito Gai. —dijo con una sonrisa de superioridad. Yo lo quedé mirando extrañada y entonces se dio cuenta de mi presencia. —¿Quién es esta chica, Kakashi?

—La princesa.

—¡¿La princesa?! —exclamó con sorpresa y en cuestión de segundos el chico ya se había arrodillado para hacer una reverencia. —¡Perdone mis modales! ¡No tenía idea de que usted era la princesa!

—No tienes que ser tan formal conmigo. —dije soltando una leve risa causando que Gai me mirara. —Hyuuga ____. Ese es mi nombre.

—Hyuuga ____... —repitió en un susurro mientras se levantaba para luego sonreírme ampliamente y alzar su pulgar. —¡Eres asombrosa, ____-chan!

—Las reglas dicen que debemos de tratarla como a una princesa. —le informó Kakashi de manera seria. Gai al oír eso se sorprendió y se me quedó viendo unos segundos. —No deberías romper las reglas, Gai.

—Pero ella quiere que le llame ____-chan. —le explicó Gai a Kakashi de forma calmada. —Ella tiene un rango superior al nuestro. ¿No deberíamos hacer lo que ella pide?

Kakashi se quedó mudo ante esa pregunta.

—Kakashi. ¿Podrías bajarme? —en cuanto he dicho eso, él no tardó en hacerme caso y supuse que se debió a las palabras que Gai le había dicho anteriormente. —Es mejor que vayas con tu equipo. Deben de estar esperándote.

Kakashi desapareció en un instante dejándome a solas con Gai, el cual me veía con una sonrisa y no sabía exactamente qué hacer.

—¿Te gustaría tener un desafío?

—¿Eh? —ante la pregunta repentina de Gai me quedé sorprendida, pero inmediatamente negué. —Tengo asuntos que atender. Quizá otro día podamos tener un desafío.

—Es una promesa. —decía extendiendo su mano, la cual estreché sin problema y le dediqué una dulce sonrisa. —Ya quiero contarle a mi padre que me enfrentaré a la heredera del clan Hyuuga.

—Nos vemos, Gai-kun.

Me despedí de él de forma educada para luego dirigirme a mi clan.

✴✴✴

Me encontraba curando las heridas de Obito, él me había dicho que no me preocupara y molestara en gastar mis energías en curarlo, pero aun así no iba a dejarlo irse con esas heridas.

—No te muevas tanto, Obito. —dije mientras curaba su mano para luego vendarla. —¿Cómo te has hecho esa herida?

—Mientras practicaba con los shuriken. —decía rascando su mejilla con nervios. —Uno de ellos se desvió y me dio en la mano.

Solté un suspiro agotador al oír esa respuesta.

—Intenta no hacerte demasiado daño, Obito. —le pedí con una sonrisa. —No me gustaría enterarme de que algo malo le sucedió a mi amigo.

—No te preocupes, ____-chan. —me decía con una flamante sonrisa mientras se levantaba de aquella banca y luego apuntaba a las caras de los Hokages. —Nada malo me sucederá. No mientras no me convierta en Hokage.

—Definitivamente serás un gran Hokage. —dije levantándome de aquella banca para luego acercarme a él. —Te estaré apoyando, Obito.

—G-Gracias, ___-chan. —agradeció con algo de nervios, pero inmediatamente me sonrió. —Sabes, cuando me convierta en Hokage te sacaré de tu clan.

—¿Eh?

—Yo sé que no quieres volverte la heredera de ese clan, ___-chan. —comentó mientras se quitaba sus lentes. —Estás en ese clan porque no tienes a donde más ir.

—Al parecer me has observado muy bien. —dije soltando una leve risa. —Tienes razón. Yo solo estoy ahí porque no hay otro lugar para mí...esto es lo que me tocó y debo de seguirlo.

—Cuando me convierta en Hokage te daré una mejor vida, ____-chan. —me decía con seguridad mientras colocaba sus lentes en mi cabeza. Ante su acto me quedé sorprendida y confundida. —Te quedan geniales.

—Creí que tus lentes eran importantes para ti, Obito.

—Lo son. Pero quiero que los tengas. —me dijo con una gran sonrisa. —Hasta que no me convierta en Hokage esos lentes estarán contigo. Asegúrate de cuidarlos muy bien, ____-chan.

—Los cuidaré muy bien, Obito.

Obito inesperadamente me estrechó en sus brazos, no me sorprendí para nada ante su repentina muestra de afecto e incluso le correspondí. Ambos nos hemos quedado abrazados por varios minutos, cuando me encontraba junto a Obito era todo tan genial, él me hacía reír e incluso me ayudaba a esconderme de los guardianes que me mandó mi padre.

—Asique aquí estaban. —la voz de Rin hizo que nos separáramos. Cuando miré hasta donde se encontraba ella, me sorprendí al verla junto a Kakashi. —Lamentamos interrumpir, pero tenemos que hablar con Obito.

—¿Eh? ¿Conmigo?

—¿Ya se te olvidó? —preguntó Rin mientras se acercaba a Obito y lo tomaba de su mano. —Supongo que tendremos que recordártelo.

Obito y Rin se despidieron de mí de manera gentil, en cambio Kakashi simplemente realizó una reverencia para luego seguir a sus dos compañeros.

Yo me quedé un rato en el mismo lugar mientras tocaba los lentes de Obito y cuando recordé la expresión que ha puesto cuando me los entregó, no he podido evitar sonreír.

—Espero que puedas convertirte en Hokage, Obito. —murmuré mientras miraba al cielo con una sonrisa.

Esperaba que él pudiera cumplir su más grande sueño, esperaba que él no cambiara con el paso del tiempo y lo que más esperaba era que nada grave le sucediera. Yo sabía perfectamente que al estar en misiones algunos no volvían, lo sabía porque ninjas de mi propio clan no volvían por esas misiones, también porque con una de esas misiones perdí a mi madre.

Entendía porque mi padre me negó ingresar a la academia, él no quería que yo tuviera misiones una vez me graduara. Él no quería que su próxima heredera muriera fuera de Konoha, yo era hija única y no había otra persona que pudiera liderar el clan. Mi padre me protegería solamente por ser la futura heredera del clan.

—____.

Me sorprendí completamente cuando Kakashi me llamó por mi nombre y no por el tonto apodo que se me había otorgado. Kakashi se encontraba frente a mí con una expresión seria.

—¿Sucede algo, Kakashi? —pregunté de manera calmada y al no tener respuesta del muchacho lo quedé viendo confundida. —¡Ya sé! Quieres que te dé un beso, ¿verdad?

—Sí.

Sonreí ante esa respuesta para luego acercarme y en cuanto estuve lo suficientemente cerca activé mi Byakugan para luego darle un golpe en su estómago, haciendo que la persona que se había convertido en Kakashi apareciera en su verdadera forma.

—¿Creíste que no me daría cuenta? —pregunté viendo al impostor de Kakashi en el suelo retorciéndose de dolor. —Dile a mi padre que deje de mandar personas para ponerme aprueba.

—Usted sí que entrenó bien el Byakugan, princesa.

—Mantén la boca cerrada, Shen. —dije de manera fría mientras miraba a Shen con mí Byakugan activado. —Aún no olvido todo lo que trataste de hacerme.

Él simplemente me miró con una sonrisa para luego levantarse y por las dudas seguí viéndolo con mí Byakugan. Shen se había ido sin decirme una palabra más, yo he suspirado frustrada ante el nuevo intento de mi padre de ponerme aprueba.

No entendía como él podía hacerme todo esto.

✴✴✴

Caminaba a un paso lento hasta las tumbas de Konoha, mientras caminaba podía sentir el aíre frío en mi cuerpo, algo extraño en esta época. En mis manos traía unas flores para así ponerlas en la tumba del hombre que sigo admirando a pesar de los años, Hatake Sakumo.

Cuando he llegado al lugar pude ver que Kakashi se encontraba frente a la tumba de su padre, debatí en mi mente si era buena idea ir o no y después de segundos debatiendo decidí que era mejor darle su espacio, él necesitaba un momento con su padre.

Pasaron los minutos y Kakashi se había levantado, en ese momento tomé la decisión de acercarme y en cuanto lo hice, la mirada de Kakashi no tardó en posicionarse sobre mí.

—Le he traído esto a tu padre. —dije de manera dulce mientras me acercaba a la tumba y cambiaba las flores.

—¿Por qué haces todo esto? —me preguntó Kakashi de manera frustrada. —Mi padre es una...

—Gran persona. —interrumpí sus palabras, sabía perfectamente lo que iba a decir y no me agradaba para nada el cómo se refería a su propio padre. —Kakashi. Tu padre es una gran persona, él salvó la vida de un ninja...él podía simplemente abandonarlo y seguir como si eso no hubiera sucedido, pero no lo hizo. Él decidió volver y salvarle la vida. —solté un suspiro mientras miraba fijamente la tumba de Sakumo. —Los de la aldea no se dieron cuenta del error que estaban cometiendo al darle la espalda...ellos se equivocaron, no tu padre.

Cuando he terminado mis palabras me tuve que dar media vuelta al oír un ligero sollozo, cuando he mirado a Kakashi lo vi llorando y me sorprendió bastante al verlo de esa forma. Esta era la primera vez que presenciaba a Kakashi de esa forma.

—Yo no sé qué hacer...sé que me estoy equivocando, lo sé, pero no puedo detenerme. —explicaba él con ligeros sollozos. —La gente a veces piensa que terminaré de la misma forma que mi padre...

Al oír aquello no he podido evitar maldecir a aquellas personas que pensaban eso, me levanté para así abrazar a Kakashi, demostrándole que podía contar con todo mi apoyo.

—La gente a veces dice cosas estúpidas, pero no debes de hacerle caso. —le dije de manera calmada. —Pase lo que pase no permitiré que termines de esa forma.

—¿Por qué siempre haces esto? —preguntó, pero yo no comprendí a que se refería. —Yo he intentado muchas veces alejarte...

—Los amigos estamos para apoyarnos, ¿no? —dije de manera gentil mientras me separaba y lo miraba directamente a los ojos. —Te estaré apoyando siempre, Kakashi.

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