Cargaba en mis brazos a un gato que se había quedado atrapado en un árbol, el animal no ha querido despegarse de mi lado y eso me causaba ternura. Mientras caminaba pude ver a Obito preguntándole algunas cosas a unas ancianas, las cuales le sonreían y le daban dulces; Obito al verme corrió hasta donde me encontraba y me quitó el gato de encima, causando que el animal comenzara a rasguñarlo y volver nuevamente a mi lado.

—¿Te encuentras bien? —le pregunté de manera preocupada al ver todos esos arañazos en su rostro. Obito simplemente asintió y miró fulminante al gato. —¿El gato es tuyo?

—No. Es parte de mi misión. —me respondió con una sonrisa e iba nuevamente a quitarme al pequeño animal, pero nuevamente recibió un arañazo. —Eres bastante agresivo.

—¿Tu misión es encontrar este gato? —pregunté mientras acariciaba al animal. Obito nuevamente asintió formando una sonrisa. —Me gustaría entregártelo, pero no quiero que salgas herido.

—Agradezco tu preocupación, ___-chan. —sonrió ampliamente para luego mirar seriamente al gato. —Debo llevar a este gato con mí sensei y así ganarle a Kakashi.

—¿Kakashi? —pregunté con sorpresa y me acerqué a Obito quedando nuestras caras demasiado cerca. —¿Kakashi está en tu equipo?

—S-Sí.

—Impresionante, Obito. —dije con una sonrisa mientras me alejaba. —Es genial que estés en el mismo equipo que él. Me hubiera gustado estar con ustedes.

—Es una pena que no hayas podido ir a la academia como nosotros. —decía con tristeza, pero luego me miró con una gran sonrisa. —¡Tengo una idea! ¡Ven conmigo a ver a mí sensei!

—¿Estás seguro? Es tu misión y yo no debería interferir.

—El gato no se despegará de ti. —decía apuntando al gato que se encontraba ronroneando. —Si vienes conmigo, vendrá el gato y si viene el gato, aprobaré mi misión, y si apruebo la misión...

—Le ganarás a Kakashi. —terminé su frase con una leve risa. —Está bien. Iré contigo.

Obito saltó de alegría para luego guiarme hasta el lugar donde se encontraba su sensei. En el camino nos la pasábamos hablando, bueno, más bien Obito se la pasaba alardeando de que le ganaría a Kakashi en esta misión.

En cuanto hemos llegado hasta donde se encontraba su sensei, también se encontraban Kakashi y Rin, quienes al verme se han quedado confundidos.

—Gato encontrado, sensei. —decía Obito felizmente mientras apuntaba al gato. —Con la ayuda de ___-chan logré encontrarlo.

—Es agradable verla por estos alrededores, princesa. —me decía el sensei de Obito con una cálida sonrisa. —Gracias por acompañar a Obito a traer al gato sano y salvo.

El sensei de Obito se había acercado para tomar al gato que se encontraba en mis brazos, pero en cuanto acercó su mano, este lo arañó sin tener piedad.

—Creí que el gato me odiaba a mí, pero al parecer a usted también sensei. —decía Obito mientras miraba al gato. —¿Qué podemos hacer? El gato no se despegará de ____-chan.

—Supongo que no tenemos más alternativa. —suspiró el sensei de Obito para luego verme directamente a los ojos y formar una sonrisa. —¿Vendría con nosotros, princesa? Tenemos que informarle al Hokage sobre el gato.

No sabía exactamente qué hacer, yo debía de volver a casa para mis entrenamientos y no quería en estos momentos desobedecer las reglas de mi padre, pero tampoco quería perjudicar la misión de mis amigos.

—Está bien.

Ante mi respuesta el sensei de Obito me sonrió para luego comenzar a hablarle a sus alumnos de que tendríamos que ir todos con el Hokage. Yo no he podido quitar mi vista de encima de Kakashi, él se encontraba con una expresión sería y sombría mientras escuchaba las palabras de su sensei.

✴✴✴

Corría apresuradamente al clan Hyuuga, se suponía que debía de estar en casa para mis entrenamientos hace media hora y estaba segura de que me regañarían una vez llegara.

Cuando llegué al clan me recibieron amablemente e incluso algunos me preguntaban donde había estado, pero no les respondí por estar apresurada. Una vez puse un pie en mi casa esperé a escuchar los gritos de mi padre reclamándome por llegar tarde, pero para mi sorpresa no escuché nada y eso me dejó entre confundida y aliviada.

—Pero si es la princesa.

—Tío Hizashi. Cuanto tiempo. —dije con una sonrisa al ver a mi tío en la casa. —¿Cómo se encuentra su hijo?

—Neji está creciendo muy bien. Espero que pronto puedas conocerlo.

Mi tío Hizashi había tenido a su primer hijo, el cual no se me permitía verlo hasta que él cumpliera los 6 años. Según lo que me ha dicho mi padre, el pequeño niño se encargaría de cuidarme y protegerme de cualquier tipo de situación, ya que yo era la futura heredera del clan.

Yo estaba completamente en desacuerdo al darle tal exigencia a ese niño, él debería de decidir lo que quiera hacer. Él tenía que escoger su propio camino.

—¿Mi padre no se encuentra en casa? —le pregunté de forma intrigante, cosa que mi tío simplemente negó y eso me hizo soltar un suspiro de alivio porque no me regañaría por llegar tarde.

—Hoy yo debo de supervisar tu entrenamiento. —me decía con una sonrisa. —Llega treinta minutos tarde, princesa.

—Puedo explicarlo.

—No tenemos tiempo para explicaciones. Debemos de empezar con su entrenamiento. —me decía mientras comenzaba a caminar al cuarto donde realizaba mis entrenamientos. —No se preocupe. No le contaré nada a su padre de que llegó tarde.

—Gracias. —agradecí dulcemente mientras caminaba al cuarto de entrenamiento.

✴✴✴

Desde donde me encontraba podía ver a Kakashi sentado sobre un techo mientras miraba el cielo, yo me he acercado a él cuidadosamente y cuando llegué a su lado lo saludé dulcemente, pero él me ignoró por completo.

—Es un bonito día, ¿no? —dije intentando llamar su atención, pero Kakashi simplemente me ignoraba.

—¿Necesita algo de mí? —preguntó de manera formal mientras se levantaba y al igual que él me levanté. —Pronto tengo que juntarme con mi equipo y no puedo estar con usted, princesa.

—Deja de hablarme de esa forma. —comenté con el ceño levemente fruncido. No me gustaba para nada que él me tratara como todos los otros ninjas de esta aldea, no me importaba si los demás me trataban como a una princesa a la que debían de proteger y hablarle correctamente, pero con Kakashi no quería que fuera de esa forma.

—Las reglas...

—¡Al diablo con las reglas! —exclamé a toda voz causando que él se sorprendiera, pero inmediatamente me miró de manera fría. Al ver la expresión en su rostro me acerqué a él para luego posicionar una mano en su mejilla, notando así que él se había tensado ante mi repentino contacto. —Kakashi. Conmigo puedes olvidarte de esas reglas.

—Imposible. —respondió de manera sombría. —Ya debo irme.

El Hatake apartó mi mano que se encontraba en su mejilla para luego dar unos pasos hacia al lado y con motivos de irse. Yo iba a seguirlo, pero cuando he dado un paso me he resbalado y caí de aquel techo sintiendo un fuerte dolor en mi pierna.

—¿No que te ibas? —pregunté levemente enfadada al ver a Kakashi llegar a mi lado y con unas intenciones de cargarme, pero se lo he impedido. —No necesito de tu ayuda. No soy una princesa en apuros.

—Yo no lo veo de esa forma. —comentó de manera seria mientras fijaba su vista en mi pierna. —¿Dónde se encuentra su cuidador?

—Posiblemente viendo los arreglos del clan. —respondí sin mirarlo. Acerqué mis manos a mi pierna para así comenzar a curarla y en cuestión de segundos ya estaba bien. —Te lo he dicho. No necesito de tu ayuda. —le dije a Kakashi viéndolo fijamente. —¿Olvidaste que sé utilizar ninjutsu médico?

Kakashi no me respondió y simplemente me tomó en sus brazos, cosa que me hizo confundir e inmediatamente le pedí que me bajara, pero él no lo hizo y comenzó a caminar. El Hatake no me soltó en ningún momento y por la dirección que estaba tomando asimilé que se dirigía a mi clan, mientras él caminaba podía ver y oír cómo la gente se sorprendía al vernos juntos.

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