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04.

Shen había logrado darme un golpe en mi estómago causando que cayera al suelo de rodillas sintiendo un fuerte dolor. Él tenía más entrenamiento con respecto al Byakugan y es por eso que aquel golpe me dolió.

Mientras me encontraba en el suelo pude ver como el otro ninja que vino junto a Shen intentaba atrapar a Kakashi, pero me sorprendió arduamente la agilidad del Hatake al esquivar cada uno de los ataques, pero no solo yo lo había notado, sino que Shen igual y es por lo que me cargó para sacarme de la casa Hatake.

—¡____!

Kakashi al ver que Shen me había cargado con el propósito de sacarme de su casa y llevarme a quien sabe dónde. Intentó venir en mi ayuda, pero el otro ninja se lo impedía y por cada segundo que pasaba Shen lo aprovechaba para llevarme lejos.

—¿Por qué haces esto, Shen? —pregunté viéndolo decaídamente. En estos momentos me sentía débil, todo es por el golpe que se me había propinado. —Creí que eras fiel al clan... ¿Dónde me llevarás?

Princesa Byakugan. ¿Sabe cuántos matarían por tenerla? —preguntó con seriedad. Había oído de parte de Sora que había muchos que querían tenerme solo por el hecho de tener un Byakugan puro y por eso no se me permitía salir de casa sin algún tipo de protección, pero siempre creí que ella estaba exagerando, que eso no sucedería y mírenme ahora...estoy siendo secuestrada por un miembro de mi propio clan.

—No hagas esto, Shen. —supliqué débilmente e intenté empujarlo, pero mis fuerzas eran nulas. —Quiero volver a casa...

—Esto no hubiera sucedido si usted nunca hubiera puesto un pie fuera de ese clan. —me decía con frialdad. —Su padre siempre la protegió y por no hacerle caso ahora está en esta situación.

—¿Dónde piensas llevarme?

—Hay unos ninjas de Kirigakure que han ofrecido demasiado dinero por usted.

Me asusté al oír la verdad, comencé a respirar agitadamente, siempre sucedía esto cuando me sentía muy presionada o en alguna situación horrible. El aíre se me iba, sentía que me estaba ahogando y eso Shen lo notó porque se detuvo para dejarme en el suelo. Shen comenzó a ayudarme a que pudiera respirar con normalidad y en cuanto lo hice él iba nuevamente a cargarme, pero recibió un golpe en su cabeza.

Me quedé sorprendida al ver a mi salvador, he parpadeado varias veces y entonces mi salvador me cargó en sus brazos.

—Obito...

—Sostente fuerte, ___-chan. —me pidió. Yo me he aferrado fuertemente a él y entonces Obito comenzó a correr conmigo en brazos. —Estoy seguro que mi golpe no le hizo ningún daño y en estos momentos lo único que se me ocurre es correr.

—Gracias, Obito. —agradecí feliz mientras me aferraba aún más a él. —Gracias...

Obito siguió corriendo conmigo en brazos hasta llegar a una parte bastante alejada, yo me bajé de sus brazos pudiendo ver como él respiraba agitadamente. Yo recordé que tenía un pañuelo conmigo y lo tomé en mis manos para luego acercarme al Uchiha, y así limpiar el sudor de su frente.

—G-Gracias, ___-chan... —agradeció con algo de nervios. Yo iba decir algo, pero en ese momento se escuchó un ruido por lo que Obito rápidamente hizo que me colocara detrás de él y entonces frente a nosotros apareció Kakashi. —Bakakashi...creí que eras ese secuestrador.

—¿Te encuentras bien, Kakashi? —pregunté con preocupación. —¿Ese tipo no te hizo nada?

—¿Hablas del que dejé noqueado en mi casa? —preguntó calmadamente y yo me sorprendí al oír aquello. —Por primera vez llegas a algo a tiempo, Obito.

—¡No me molestes en estos momentos, Bakakashi! —exclamó molesto Obito. —Bueno...yo también me alegro de haber llegado a tiempo... —murmuró por lo bajo, pero ambos habíamos logrado oírlo.

—¿Qué piensas hacer ahora? —preguntó Kakashi mientras se colocaba a mi lado. Cuando él se acercó pude notar que tenía una herida en su mano y no dudé en curarlo. —Sabes, en estos momentos deberías de estar preocupándote por ti.

—Los amigos nos ayudamos mutuamente, ¿no? —dije formando una sonrisa. Kakashi no me respondió, simplemente se me quedó viendo fijamente. —Si puedo ayudar lo haré.

—Solo no te metas en problemas. —comentó para luego alborotar mi cabello. Ante su acción tan repentina me dejó perpleja. —No querrás ser como Obito.

—¡Hey! ¡Sigo aquí! —exclamó nuevamente Obito con enfado. El Uchiha miraba demasiado molesto al Hatake, pero ese enojo se esfumó al verme fijamente. —___-chan. No te juntes demasiado con Bakakashi o te volverás una arrogante como él.

—Silencio perdedor.

—¡No me digas perdedor! —le gritó Obito. —¡Lo que pasó en la academia no cuenta! ¡Yo simplemente estaba practicando!

—Lo que digas. —decía Kakashi desinteresado.

Al oír su pequeña discusión no pude evitar soltar una pequeña risa, sin embargo, mi risa se apagó al ver a mi padre llegar hasta donde me encontraba. Kakashi y Obito al verlo se habían puesto frente a mí en forma de protección.

—Ustedes dos apártense. —exigió mi padre, pero ninguno de mis amigos se movió. Mi padre al ver que ninguno se movería por su cuenta frunció el ceño para luego verme con seriedad. —Sino quieren terminar heridos será mejor que se aparten por su propia cuenta.

—No lo haremos. —habló Obito con seguridad. —Ya hemos visto como uno de ese mismo clan quería secuestrar a ____-chan.

—¿___-chan? —preguntó mi padre indignado. —Muchacho. Deberías de cuidar como llamas a mi hija. Ella es la próxima heredera del clan Hyuuga.

—Con todo respeto, pero para nosotros eso no es tan importante. —le decía seriamente Obito. —Ella es ___-chan. Nuestra amiga.

—Un Uchiha y Un Hatake. —mi padre fijo su vista en ambos chicos, pero más en Kakashi. —Hatake. Deberías mejor de respetar las reglas tal como lo hace tu padre.

—No meta a mi padre en esto. —exigió Kakashi.

He notado como mi padre comenzaba a molestarse y eso no era para nada bueno, cuando él se enfadaba no medía sus límites y no le importaba lastimar a quien se colocara en su camino, y en estos momentos los que están en su camino eran Kakashi y Obito.

—Papá... —le llamé. Mi padre al oír mi voz me ha mirado con mucha frialdad y decepción. Yo me alejé de Kakashi y Obito para así ir junto a mi padre, los chicos que anteriormente me habían protegido me miraban fijamente. —Volvamos al clan.

Mi padre sin decir una palabra más se dio media vuelta para comenzar a caminar en dirección al clan, antes de irme he mirado a mis dos amigos con una sonrisa para asegurarles que estaría bien, aunque eso no lo sabía muy bien. Estaba segura que mi padre me impediría salir nuevamente del clan después de aquel fallido secuestro de parte de Shen.

✴✴✴

Era un nuevo día y se suponía que este día sería un día feliz, debido a que era mi cumpleaños. Pero me la he pasado toda la mañana y tarde entrenando, algunos del clan me han saludado, pero eso no me importaba mucho. Como todos los años me hubiera gustado al menos tener una torta de cumpleaños, aunque sea un trozo, pero eso nunca pasaba, ya que a mi padre solo le importaba que entrenara arduamente y que siguiera las reglas del clan sin titubear.

—Es suficiente. —dijo mi padre viéndome con seriedad. Yo he detenido mi entrenamiento. —Ve a la cocina. Tu madre te dejó algo por tu cumpleaños.

—¿De verdad? —pregunté esperanzada, pero mi padre no me respondió y simplemente comenzó a irse de la habitación. Yo he comenzado a dirigirme a la cocina pudiendo ver un pequeño regalo sobre la mesa, ella siempre me dejabas algún pequeño regalo cuando no podía estar en mis cumpleaños y era algo que agradecía demasiado. Después de todo mi madre era la única que me daba algo por mi cumpleaños de corazón y no por obligación.

Cuando he abierto aquel regalo no pude evitar sonreír, ella me regaló una horquilla con forma de una flor de cerezo. Me gustaban las flores de cerezo e incluso teníamos uno en nuestro patio y yo amaba verlo florecer.

Me coloqué aquella horquilla en mi cabello para luego salir al patio, miré fijamente el árbol de cerezos que ahora se encontraba sin aquellas flores. He tomado una gran bocanada de aíre para luego subirme al árbol que llegaba justo a la pared que me impedía salir del clan y entonces sin dudarlo salté. Sabía que me estaba poniendo en peligro en estos momentos, hace tan solo tres días me habían intentado secuestrar, pero en estos momentos quería pasar mi cumpleaños con alguno de mis amigos...quería divertirme tal como me había contado en sus historias Sora.

He caminado un buen rato intentando encontrar a alguno de mis amigos, pero mis esperanzas de encontrarlos se iban cada vez más perdiendo en cuanto me iba alejando más y más. Sin embargo, al ver a Rin a lo lejos no pude evitar sonreír y me acerqué a ella.

—¡Rin! —exclamé su nombre con alegría. Rin se me quedó viendo confundida por unos segundos. —Me alegro encontrarte.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Quería pasar tiempo con alguien. —dije formando una sonrisa. —¿Te gustaría jugar?

—Lo siento. En este momento debo volver a casa. —me decía con una mueca. Ante sus palabras me he desanimado. —Quizá otro día podamos jugar.

Yo he asentido desanimada y entonces Rin se fue rápidamente. Solté un gran suspiro para seguir caminando, he caminado hasta llegar a un río, me acerqué a aquel río para sentarme en el césped y comenzar a tirar piedras a este.

—¿___?

—¡Kakashi! —exclamé su nombre con alegría al verlo. Rápidamente me he levantado para acercarme a él y tomar sus manos. —Tú me harás compañía, ¿verdad?

Kakashi me miró confundido.

—Hoy me toca hacer la cena por lo que debo volver a casa. —cuando Kakashi ha dicho eso no he podido evitar nuevamente desanimarme. —¿Quieres venir?

—¿Eh?

—¿Quieres venir a mi casa a cenar? —preguntó con naturalidad. —No creo que a mi padre le moleste tu compañía. Además, creo que con más compañía él podrá sentirse mejor.

—¿Sentirme mejor? —pregunté confundida. —¿No se encuentra bien? ¿Está enfermo? ¿Está herido? —comencé a preguntarle muchas cosas. —No te preocupes si está herido me encargaré de curarlo.

—No sé exactamente que le sucede. No me ha querido contar nada. —soltó un suspiro. —Entonces... ¿vendrás?

—¡Sí! ¡Iré! —dije con emoción. —Me encargaré de subirle el animo a tu padre. Le contaré muchas cosas que Sora me dice para hacerme sentir mejor, con eso seguro se animará.

Kakashi me ha dicho que lo siguiera y eso hice, lo he seguido hasta llegar a su casa. Ahí Kakashi me hizo entrar a su casa donde nos encontramos con su padre, quien al verme se sorprendió, pero no tardó en sonreírme.

—Me alegro que te encuentres bien. —me decía sin quitar esa sonrisa de su rostro. —Kakashi me contó todo lo que sucedió. Lamento no estar aquí para ayudarlos.

—No se preocupe. —dije con una sonrisa. —Ya todo está bien.

El padre de Kakashi siguió para luego hacerme pasar al comedor mientras que Kakashi se encargaba de preparar algo para cenar. 

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