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Capítulo 21

La noche cayó y la mañana del día siguiente amenazó. El primero en ocupar su lugar fue el rey quien debía despedir a su fiel general junto con sus valientes soldados. La despedida fue más corta de lo tradicional. No hubo ceremonia, y ni siquiera los tres príncipes estaban presenten. Había sido algo más bien privado. Tan privado que el único de los tres hijos del rey que sabía era el primogénito, que se encontraba arropado entre los brazos de una gitana.
Hacia un buen rato que se encontraba viéndola. Sus facciones, incluso con poca luz, eran preciosas. Acariciaba sus brazos blancos como la nieve con delicadeza, como si ella se fuera a romper. No habían consumado la noche anterior pero el solo el hecho de haber dormido con ella, había sido suficiente para satisfacer su corazón. No podía esperar lo que le amparaba el futuro junto con ella.

Por otro lado, el menor de los príncipes, se dirigía al despacho de su padre luego de escuchar unos rumores en el palacio de un supuesto grupo de soldados reunidos. Su semblante permanecía serio, la noche de ayer no había sido la mejor para él. Mejor dicho, había sido la peor de todas. Sentir a la joven tan cerca y tan lejos... era como un veneno que lo mataba por dentro. Ahora estaba prohibida. ¿Cómo se pudo haber enamorado de la prometida de su hermano? Dolía su pecho. Tocó la puerta antes de ingresar a la habitación. Escuchó llamar a su padre, luego ingresó atravesando el umbral.

—Buenos días padre. —saludó con una pequeña reverencia.

—Buenos días. —correspondió al saludo. Se levantó y se dirigió a la biblioteca llena de pergaminos en blanco. Tomó uno y luego se volvió a sentar. Preparó su pluma y la tinta. —¿Qué te trae por aquí hijo mío? —dijo mientras escribía la primera letra.

—¿Puedo tomar asiento?

—Por supuesto. —Butch lo observó mover su mano con una agilidad y suavidad innata. Abrió y cerró sus labios varías veces antes de expresar la primera pregunta.

—¿Es cierto lo que se dice en el castillo?

—Hijo mío, hay muchas cosas que se dicen en el castillo... —dijo sin despegar su vista de la nota.

—Hablo de un supuesto ejército que ha salido del reino junto con el general... —Thomas alzó la vista y lo miró por primera vez. Hubo un silencio al principio. El rey no esperaba que hiciera esa pregunta en tan poco tiempo desde la salida del ejército.

—Con que hablabas sobre eso... —murmuró con una sonrisa extraña en su rostro. Volvió su mirada a la escritura. —Lamentablemente, ese tipo de información no la puedo dar... pero pienso en una persona que sí puede. —apoyó su pluma sobre la tinta y le señaló la cortina que estaba detrás suyo, una de color roja. Butch observó la cortina y luego a su padre, aún sin comprender. —Deberías buscarlo antes de que se esconda en la biblioteca... —Butch sonrió al escuchar la última respuesta.

—Gracias padre, intentaré llegar antes... —se despidió cerrando la puerta detrás suyo. Sabía que muchas cosas que se hablaban en la junta de los Caballeros de Oro eran tratadas como asuntos privados. La mayoría de los representantes eran personas de alto rango social y político. Sus asuntos mientras menos eran conocidos, mejor eran los resultados.

Al llegar a la habitación de su medio hermano Brick, saludó a los guardias que custodiaban la puerta. Ambos se enderezaron al ver al príncipe. Hicieron una pequeña reverencia y volvieron a la seriedad absoluta. Entre los guardias se encontraba Steven, el amigo de Burbuja. Tocó la puerta esperando escuchar la voz de su hermano. Esperó unos minutos pero le llamó la atención la espera.

—¿Brick? Necesito de tu presencia. Tengo algunas preguntas que hacerte. —lo llamó esta vez. Miró a los guardias con inseguridad. Su hermano ya estaría despierto y listo para sus deberes. —¿Saben si mi hermano abandonó la habitación?

—No su alteza. —Butch frunció el ceño una vez más. Escuchó unos ruidos dentro de la habitación. Unos segundos después la puerta se abrió. Brick se encontraba en paños menores. Ambos guardias se apartaron, dejando a los príncipes solos.

—Butch, —sonrió Brick. —¿qué haces tan temprano? —Butch arqueó su ceja. ¿Temprano? Eso era horario normal para su hermano. Desvió su mirada hacia el no-vestido. ¿Acaso Bellota estaba ahí?, ¿habían pasado la noche juntos? La idea de repente lo aterró.

—Eh, yo... em. —empezó a balbucear atacado por los pensamientos. —Tengo unas preguntas confidenciales que hacerte.

—¿Debe ser ahora? —preguntó desilusionado.

—Sí, —admitió el moreno ligeramente incómodo. —¿no puedes? —preguntó tratando de averiguar en qué había pasado la noche anterior. Brick sonrió cómplice y coqueto, se arribó más a su hermanito y le susurró al oído.

—Digamos que estoy en asuntos importantes ahora, ya sabes. —Butch lo miró sorprendido por su respuesta y sus insinuaciones. Brick nunca había sido tan expresivo en esos asuntos. No se animó a preguntar si Bellota estaba con él. Tenía miedo de su respuesta, la cual seguro era afirmativa.

—Solo tomará unos minutos. —prometió Butch. Brick chistó desagradado por la idea de cambiarse, salir de su habitación y dejar sola a Beverly.

—Está bien, te veré en mi despacho. No tarde por favor. —le pidió. Brick cerró la puerta detrás suyo.  Fijó su mirada a la cama, donde se encontraba Beverly durmiendo plácidamente. Se maravilló de nuevo por esa imagen. No podía explicar lo que sentía por esa mujer. Todo había sido tan rápido. Era como si la conociese de toda la vida a pesar de no hacerlo. Se acercó y depositó un pequeño beso en su frente. Esos ojos rosas hermosos no tardaron en aparecer. Ella le sonrió instantáneamente. Estiró su mano y acarició su mejilla rasposa por el vello facial de su barba poco desarrollada. —¿Cómo amaneces? —le preguntó él, disfrutando del contacto y de la cercanía entre ellos.

—Nunca amanecí con tanta dicha. —mencionó ella con una voz suave y tranquila. El príncipe sonrió ante esa declaración. Si no fuese por su hermano la estaría abrazando hasta el amanecer siguiente.

—Beverly, necesito que se quede hasta que vuelva, ¿si? —Bombón se acomodó entre las sábanas, se sentó y frunció el ceño. ¿Por qué debía quedarse?, ¿qué haría él? —Debo hablar con mi hermano. Prometo volver lo más pronto posible, no quiero dejarla sola. —le sonrió con tristeza.

—Tomaré su palabra su alteza. —se detuvo para observarlo mejor. Tenía el pecho descubierto. Podía admirar esos músculos que los trajes ocultaban. Maravillada bajó un poco más su mirada y se avergonzó al instante. Desvío su mirar sobre su ropa, preocupada de lo que hubiera pasado la noche anterior. Suspiró aliviada arrancándole una carcajada a Brick.

—No se preocupe señorita. No hicimos nada. —se levantó despreocupado. Le dio un último beso en la frente. —De todas formas no voy a negar que me encantaría sentir su piel desnuda contra la mía. —la pelirroja sintió sus mejillas calientes, seguro que tenían el mismo color que su cabello. Brick, contento por lograr su cometido, se cambió rápidamente y se despidió de Beverly. Ordenó a los guardias que evitaran cualquier visita indeseada a su habitación. Al llegar a su despacho, se encontraba Butch admirando los mapas de sus viajes anteriores colgados en su pared. Carraspeó llamando la atención de su hermanito. —Entonces, ¿qué era eso tan urgente de lo que querías hablar?

—¿Qué es todo ese asunto del ejército que ha partido junto con el general? —preguntó sin rodeos. Brick, sorprendido por la pregunta y sobretodo por la información que contenía, parpadeó varias veces antes de decidir qué responderle. —Padre me ha dicho que hable contigo. —ante la última declaración, el primogénito pudo relajarse y suspirar de alivio.

—Es un ejército de reconocimiento de las tropas del Imperio Él. Quieren frenarlas antes de que crucen el Valle Tyop. —mencionó Brick apoyado en su escritorio de roble. —Reclutaron a varias soldados y tenientes. Querían ser lo más discretos posibles. Ya de por sí con los ataques extraños por las afueras del reino, los ciudadanos se sienten inseguros. No querían que la noticia de una guerra los alterara más de lo que están. El padre de Bellota se ofreció para comandar las tropas, dependiendo de las noticias que nos dé el general se llegará a un acuerdo político con los demás reinos.

Butch asintió al escuchar a su hermano. Esa conversación ya la había tenido con su padre aquella vez que lo había llamado bastardo. Nunca pensó que el plan estratégico se llevaría acabo tan pronto ni tan discreto. Tampoco supo quién era el enemigo. No había escuchado nombrar el Imperio de Él desde la muerte de Ramiro.

—¿Está creciendo de nuevo? —mencionó refiriéndose al imperio. Brick asintió. Se sentía un ambiente tenso siempre que hablaban de lo sucedido hace tres años.

—Su crecimiento no es sólo geográfico. —murmuró preocupado. —Son más fuertes que la última vez. Los soldados que los han enfrentado no han sobrevivido. —Butch alzó la mirada hacia su hermano. Eso sí que eran malas noticias. —Esperemos que el reconocimiento salga bien.

—Sí, lo último que quisiera es verla a Bellota destruida por la pérdida de otro familiar. —mencionó sumiso en sus pensamientos. La única vez que había visto tristeza en los ojos de Bellota fue con la muerte de su hermano, no podría soportar ver ese rostro de nuevo. El príncipe mayor se acercó a su hermanito y le tomó de los hombros. Le sonrió levemente. Desde que la verdad salió a la luz, Butch cambió mucho. Su lado autoritario y ególatra cambió a uno más humilde y sentimental. Se podía percibir a un Butch vulnerable y servicial pero no por eso uno débil e inútil. Se sintió orgulloso en lo que se convirtió.

—No volverá a pasar. —le murmuró. —Y si sucede algo, yo sé que la protegerás.

Butch sintió una presión en su pecho. Nunca había sentido la confianza de sus hermanos. Las palabras habían sido justas y necesarias para él. Le estaba confiando la seguridad de su prometida, algo que para él era lo más preciado del mundo. No dudaría ni un minuto en cumplir esa palabra. No sería su futuro esposo pero es solo hecho de poder cuidarla ya lo hacía feliz.

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Ay Butch, cuánto has crecido 😭
¡Volví y con una pequeña actualización!
Luego de este capítulo aparecerán los verdaderos problemas 😩
Pero también los mejores momentos de estas parejas ❤️
Muchas gracias por votar y seguir al corriente.
Les deseo un muy feliz Año Nuevo

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