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Capítulo 25: ¿sabés que significa?


Povs cadete Jayden Clark

Comencé a caminar por toda la habitación de Olivia e Isaac, preguntando: ―¿Cómo haremos para distraer a los compañeros de Beatrice y Alexandra?

Él negó ―No tengo ni la más pálida idea.

―Yo la tengo, podríamos decirle a las chicas que los engañen, tipo que les digan que una está indispuesta y que es mejor que estén juntas, así que cambian de parejas― dijo Olivia.

Esa es una buena idea.

―Sí, pero ellos pensarán que el agente los podría castigar, no creo que se arriesguen― comentó Isaac.

―De eso me encargo yo― habló Olivia.

Con Isaac asentimos.

Me encuentro muy nervioso, este tipo de cosas no son lo mío. ¿Raro no? Que alguien que está estudiando para ser agente esté tan nervioso por algo que seguramente haremos en un futuro. Pero ahora no es el caso, ahora nos estamos jugando la carrera, y lo peor es que estamos en el castillo, no estamos en la academia.

Ay, Dios mío, me va a dar algo.

―Respira― me habló Olivia mientras me hacía aire con un cuaderno. ―No te preocupes, todo saldrá bien.

Vine a la habitación de ellos porque me agradan y siento que son la cabeza de nuestro equipo. No creo haber podido llegar a ninguna información sobre todo sin ellos dos.

―¿Cómo vas con mi hermana? ―preguntó de la nada.

Mi cara se volvió un tomate con solo decir esas palabras, pero traté de hacerme el desentendido: ―¿Cómo voy con qué? Tenemos una linda amistad.

Ambos se rieron, Olivia le señaló mis mejillas a Isaac: ―Se sonrojó, te dije que él gustaba de ella.

―Y yo que ella gusta de él― protestó Isaac.

Esto último me interesó.

―¿Lo crees?

Olivia comenzó a saltar: ―Ay, es más obvio, son demasiado tiernos.

―Ustedes también lo son― les dije.

Se miraron entre sí y comenzaron a reírse a carcajadas.

―Nosotros somos diferentes― dijeron.

Yo negué: ―No son diferentes, ambos se gustan. No sé por qué no han llegado a tener nada aún, pero se nota desde lejos. Quien no los conoce piensa que son parejas. De hecho, si quieren hacer la prueba, pregúntenle a cualquier cadete que no tenga una relación cercana con ustedes, todos piensan eso.

Ambos quedaron en silencio. Olivia se acercó a mí, me agarró desde los hombros y me empujó hacia la puerta: ―Nos vemos luego.

Y así, sin más, me cerró la puerta en la cara.

Qué sensibles.

Estoy seguro de que ambos no dormirán esta noche pensando en eso. 

Povs princesa Olivia

Apenas se fue Jayden, me acosté en mi cama boca arriba y apagué la luz de mesa, dejando la habitación a oscuras. La única luz que entra es la del campo, que ilumina una parte de la habitación formando una línea de luz que llega hasta el ropero.

Isaac también se quedó en silencio.

No puedo creer que las personas piensen eso de nosotros. No tienen bases que fundamenten su creencia; sin pruebas, no hay verdad. Ya hasta estoy pensando como agente. Todo profesional.

¿No se la esperaban, e? Así soy yo, sorprendo siempre.

―No creo que piensen eso― dijo de la nada Isaac. ―Solo dijo eso para evitar la conversación acerca de él y Grace.

―También creo eso. Además, sería ilógico pensar eso de nosotros. Nunca nos vieron tener una situación de pareja ni nada. Siempre que nos ven, estoy peleando contigo― confesé.

La habitación quedó en silencio nuevamente, pero esta vez ninguno de los dos volvió a hablar, o eso creo, ya que a los pocos minutos me dormí. Si Isaac llegó a decir algo, no lo escuché.

Mi sueño no duró mucho. A plena madrugada me desperté, ya que tuve una pesadilla que me dejó muy alterada, lo que hizo que me despertara sudando y casi a punto de llorar. Me levanté y fui hasta el baño a lavarme la cara, quedé unos minutos viendo mi reflejo en el espejo del lavamanos, procesando la pesadilla. Cuando volví, no fui hacia mi cama, sino a la de Isaac. Como él duerme contra la pared, me acosté a su lado, corriéndolo un poco, lo que hizo que despertara.

―¿Qué pasa?― preguntó frotándose los ojos.

―Tuve una pesadilla, ¿puedo dormir aquí?― le pedí. Él me sonrió tranquilizándome.

―¿Con qué soñaste?― me preguntó mientras me tapaba con su manta.

Yo le agradecí: ―Soñé que encontrábamos a mi madre, que ella estaba viva y nos ha intentado encontrar todos estos años, pero justo cuando estábamos por correr hacia ella a abrazarla viene alguien quien no logré ver su cara, que la mata, frente a nosotras, y todo se desvanece.

―Tranquila, eso no pasará. La encontraremos y volverán a estar juntas para siempre― me dijo mientras delicadamente sacaba mi cabello de mi cara y me abrazaba.

Y así nos quedamos dormidos nuevamente.

Me alegra tener un amigo como él. Todo el mundo necesita a alguien así, que esté ahí cada vez que lo necesitas y recíprocamente. Es lindo tener a alguien que, cuando te encuentres mal, no te diga nada y simplemente te abrace. Y ahí es cuando verás quién realmente te quiere, ya que hay quienes dicen ser tus amigos pero solo por momentos. Nadie merece tener amigos como esos, no es justo.

[...]

Comenzaron a sonar las alarmas de nuestros celulares, pero ambos las apagamos, ya que no debemos levantarnos tan temprano. Nuestro castigo ya terminó, el agente nos dijo que ya era suficiente, y nosotros no nos opusimos. Gracias a esto, ahora podemos despertarnos a la hora que se levantan todos por las alarmas del campo. Tenemos una hora más de sueño.

De igual manera, creo que mi cuerpo se acostumbró a levantarse a esta hora, ya que aunque apagué la alarma, aún no logro volver a dormir. Así que me acosté boca arriba a mirar el techo. La habitación no está ni muy luminosa ni en total oscuridad, está como cuando es de madrugada en invierno.

Me giré y quedé de frente a Isaac, lo que hizo que me sobresaltara ya que me había olvidado de que estaba en su cama.

Isaac me sonrió: ―¿Tan feo soy?

―No, es que me había olvidado que estaba en tu cama― me reí.

―¿Tú tampoco puedes volver a dormir?―preguntó desperezándose y bostezando.

Estaba a punto de contestar, pero tuve que bostezar: ―Me contagiaste el bostezo― nos reímos. ―Lo intenté, intenté dormir, pero no pude. Se me hizo muy difícil. No sé si es porque estoy ansiosa por el hecho de que hoy volvemos a entrenar con los demás, o nerviosa porque tengo que ver a mi padre, o simplemente el hecho de que me acostumbré a despertarme a estas horas.

―Dijiste muchas cosas, pero seguramente es por lo último― se rió.

—Sabes, estoy feliz de no ocultarte esto de ser princesa, si tuviera que hacerlo sería horrible— le confesé.

Él me sonrió— Lo sé, yo me sentí así ocultándote el hecho de que yo soy un príncipe, se me hizo eterno. Incluso estaba deseando que llegara el día en el que tú me descubrieras.

—¿Sabías que lo iba a hacer?

Asintió convencido— Eres una gran espía, Olivia. Siento que naciste para esto. Sabes cuándo la gente te engaña, pero también sabes escuchar y no acusar hasta no tener pruebas. No eres para nada tonta, eres muy inteligente y calculadora.

Yo me ruboricé. Es tan lindo cuando las personas notan cosas buenas de ti que ni tú sabías o te dabas cuenta.

—¿Sabes qué significa el hecho de que yo sea un príncipe?— me preguntó, jugando con sus cejas pícaramente.

—¿Que no había necesidad para que me robaras mi patineta?— en realidad sí sabía a lo que se refería, pero prefiero cambiar de tema.

Él se rió, notando mi nerviosismo.

Carajo. Necesito salir de aquí.

Salté de su cama rápidamente, pero como siempre, mi torpeza no me abandona: me enredé con las cobijas y caí al piso. Él se rió a carcajadas, pero yo no presté atención.

Fui al armario, metí la mano y saqué ropa sin siquiera mirarla, y salí corriendo de allí.

Corrí al cuarto de Grace y toqué la puerta repetidas veces. Jayden me abrió la puerta adormilado, él llevaba puesto solo unos shorts, a lo que le hice una sonrisa pícara que lo dejó muy avergonzado. Su cara enrojeció al instante. Pobrecito, a veces me da lástima que sea tan vergonzoso. Miré a mi hermana y ella estaba amarrando los cordones de sus zapatos.

—¿Por qué se están preparando a esta hora?— pregunté confundida.

—Olivia, el que tú te despiertes diez minutos antes del desayuno no quiere decir que nosotros lo hagamos— contestó mi hermana.

Yo levanté mi dedo índice en desacuerdo— me he levantado a las cuatro a.m. estos días.

—Porque era tu castigo. Pero no lo harías si no te obligaran.

En eso tiene razón.

Agarré mi celular y escribí que había reunión en la habitación de Grace ahora.

Las chicas contestaron que vendrían en diez minutos. Así que aproveché y fui a ducharme. Ya lista, envuelta en una toalla, me fijé en la ropa que había traído. Eran unas de mis calzas deportivas, unas medias, una tanga y... Un buzo de Isaac. ¿Me estás jodiendo? Hasta agarré una tanga. ¿Cómo puede ser que haya agarrado justo un buzo de él? El mundo me odia. Lo bueno es que era su buzo de Gryffindor, el que tenía planeado quitárselo pronto. 

Me ahorré planearlo. 

En fin, me vestí y el buzo me quedó grande, muy grande. Como un vestido. No me disgusta, pero todo el mundo se dará cuenta de que es de un hombre... Al carajo lo que piensen, como si me importara. Por último, me puse los zapatos y los amarré.

Luego de estar lista, regresé a la habitación de Grace y las chicas ya estaban allí.

—¿Pasó algo?— preguntó Bea.

—¿Acaso es otra carta?— preguntó esta vez Alex.

Miré a Grace para que me preguntara algo, y ella me miró confundida— Ese buzo no es tuyo.

—Primero; sí, pasa algo, algo muy importante— le contesté a Bea— segundo; No, no se trata de ninguna carta— Alex respiró aliviada— y tercero; no, es de Isaac. Y es de él de quien vamos a hablar.

Shai se levantó de golpe— ¿Te hizo algo? Ese maldito, sabía que no había que confiar en él.

—Ey, ey, ey, tranquila, no me hizo nada malo, y no se trata en nada con respecto a mamá o confiar en él— las tranquilicé—. Se trata de que... Bueno, él me ha dicho varias veces que no le importaría para nada salir conmigo en una relación ¿Saben? Y hoy, me dijo "¿Sabes qué significa el hecho de que yo sea un príncipe?"

Gracia puso sus manos en la boca impresionada— Se te confesó.

Alex la miró confundida—¿Qué?

—Claro, o sea, era obvio que él sentía algo por ella, y no lo ocultó nunca, pero ahora, ella sabe que él es un príncipe ¿Y cuál es la regla de las familias reales que nosotras tanto odiamos?— comenzó a hablar emocionada Grace— El tener que casarnos con príncipes, duques, o alguien de alguna familia importante de poder, "para mantener el legado" y todas esas estupideces. Si llegara a gustarle, ella podría casarse o tener una relación sin tener que esconderse por el hecho de él ser un príncipe. Podrían casarse por amor.

—Oh, podrías usarlo, claro con su conocimiento, y casarse para no tener que casarte con alguien que no te gusta— dijo con una risa pícara Alex.

Negué— Deja de leer tanto, o de mirar novelas. No lo usaré.

—Tendrías que pensarlo, les puede beneficiar a los dos.

Rodé los ojos. No hay manera de que use a Isaac para algo tan importante como el matrimonio. En las familias reales se ve de mala forma que alguien se divorcie, por eso muchas parejas reales viven prácticamente separadas, en el mismo palacio pero haciendo otras cosas y muy pocas veces se ven. No voy a quitarle la oportunidad de que elija a quién quiere casarse por no querer afrontar mis deberes y problemas.

—A mi parecer, deberías hacerle caso a Alexandra, o al menos pensarlo. A él le encantas, no lo estarías obligando a hacer nada que no quiera. Si lo hablan, quizás quedes más tranquila.— miré a Jayden, quien estaba sentado detrás de mí en su cama.

Lo miré y luego a las chicas confundida— ¿Él estuvo ahí todo este tiempo?

Todas asintieron.

—Ninguna palabra a nadie y mucho menos a Isaac de todo lo que escuchaste.

Él me hizo una seña como si cerrara la boca con un candado.

Ya con todo aclarado y el chisme contado, nos dirigimos al comedor con las chicas y Jayden, donde nos encontramos con los demás chicos.

—Se siente bien estar de este lado —me dijo Isaac refiriéndose a no trabajar en la cocina.

Asentí— Lo malo es que extrañaré escuchar los chismes de todos mientras servía.

Ambos nos reímos asintiendo.

—Por cierto... ¿ese es mi buzo?— preguntó entrecerrando los ojos.

Yo señalé el buzo— ¿Este? No, para nada.

—Olivia...— me advirtió.

—Sí bueno, es el tuyo. Resulta que lo agarré sin querer hoy.

Él se rió— Y sí, disparaste de mi...—hice una mueca como si no entendiera de qué habla y él volvió a reírse.—Te lo regalo.

—¿¡Qué!? ¿¡Es en serio!?— grité de emoción y di un salto en mi lugar, parándome de golpe. Él asintió sonriendo, todas las mesas nos miraban, y mis hermanas me decían que volviera a sentarme.— Qué bien, porque pensaba robártelo.

Él se rió a carcajadas ¿Habrá pensado que era broma? Porque no lo era.

Mientras todos hablábamos, comíamos y nos reíamos, el agente Woods llamó la atención de todos.

—Como todos sabrán, falta prácticamente nada para la fiesta de compromiso, por lo cual, hoy no tendrán clases— todos fruncimos el ceño— sino, que tendrán un simulacro de lo que sería la fiesta. Por lo tanto, los equipos se dividirán como lo informamos antes, todo lo harán como si fuera el día, tienen que comprometerse tanto ahora como el día de la fiesta real.

Todos asentimos.

—Tienen hasta las 14:30. Pueden ir con sus compañeros al lugar que quieran para planear cómo se manejarán. Recuerden que la vestimenta también tiene que ser la adecuada.

Levanté la mano, el agente Woods rodó los ojos— Si Collins, ¿qué duda tienes?

—¿El traje tiene que ser sí o sí negro?

—Sí, Collins, tiene que ser negro.

Hice una mueca.

Tenía un traje perfecto, uno rojo, que usé una vez en un cumpleaños, usé el pantalón junto con el saco, de forma que quedó con un gran escote que era muy sexy y elegante por igual.

Pero creo tener un traje negro, hubo una época en la que Grace nos compró a todas unos trajes de todos los colores, porque ella decía que ellos nos darían seguridad y nos veríamos geniales.

—Les dije que servirían de algo esos trajes que les compré— alardeó Grace y todas asentimos.

Estoy emocionada por el día de hoy, nos dará la oportunidad de ponernos en el papel de agentes, además de que el día real de la fiesta no voy a poder estar como agente sino como princesa, el que hagan un simulacro nos viene perfecto.

—Vamos a poder hacerlo al menos hoy —dije emocionada.

Todos asintieron menos Dante y Jack, claramente ellos no saben que nosotras estaremos en la celebración y no con ellos haciendo guardia. Las chicas quieren decírselo, pero yo no estoy tan segura, tendríamos que hablar con el agente Woods y hacerlos firmar un tipo de cláusula de confidencialidad.

Mientras nos dirigíamos a nuestras habitaciones para cambiarnos, con Isaac íbamos discutiendo cómo nos íbamos a organizar. Tendremos que hacerlo perfectamente, es una prueba muy importante, y espero que el agente Woods tome este simulacro como nuestra nota para la prueba ya que no estaremos ese día.

―Te apuesto 1.000 dólares a que un grupo de agentes se va a querer infiltrar por el patio interior, en el que estaremos —le dije a Isaac.

Él me hizo una sonrisa cómplice, pero negó― Acepto, pero estoy seguro de que no van a entrar por aquí, no se arriesgarán.

―No lo creo, gran amigo. El lugar en el que nos toca es por donde yo entraría. Conozco el palacio a la perfección, esta es la entrada perfecta —llegamos a nuestras posiciones y le mostré un pasillo—. Ese pasillo no se usa, prácticamente está clausurado, sería la mejor manera de entrar, además de que no tiene cámaras. Estamos en uno de los puntos con más plantas, flores, fuentes, etcétera. Fácilmente se pueden camuflar.

Le sonreí.

―Yo diría que subirían por el techo hasta llegar al planetario, y de ahí tienen una entrada segura. No hay guardias ya que los hay en las habitaciones próximas. Por lo cual podrían mezclarse entre el personal y entrar a la fiesta.

Ambos nos aplaudimos— podríamos ser mentes maestras, compañeros del crimen, dejemos esto y seamos criminales.

Bromeé, él se rió a carcajadas— Eres como muy extremista. Pasamos de ser agentes a criminales en un abrir y cerrar de ojos.

Ambos nos reímos hasta que divisamos al agente Woods venir hacia nosotros con dos cajitas.

―Capitán —dijimos con Isaac mientras hacíamos el saludo militar, llevando nuestra mano derecha con los dedos bien juntos hacia nuestra cien.

Trataremos de hacer todo como profesionales.

―Descansen —ambos lo hicimos— Aquí les traigo sus auriculares transparentes, estarán conectados entre ustedes, pero recuerden que nosotros estaremos controlando y escuchando todo. No hablen de cosas que no sean sobre lo que vean o escuchen en esta prueba. Nada de la vida personal.

Ambos asentimos entendiendo.

―No decepcionaremos, capitán ―afirmó Isaac y yo asentí.

Él asintió conforme y comenzó a caminar para irse, pero a mitad de camino se detuvo y me miró― Me alegra ver que no llevas un traje inadecuado.

Yo le sonreí y le hice una reverencia. Hizo una mueca como si fuera a sonreírme, pero se contuvo y se fue como si nada.

―Creo que por poco logras hacer que sonría ―dijo sorprendido Isaac.

Yo sonreí orgullosa. Pronto me lo ganaré.

―¡Ay, qué emoción! Tendremos estos auriculares supergeniales ―dije evidentemente emocionada.

Entre los dos nos ayudamos a ponérnoslos y luego los probamos.

―Bueno, vete por allí ―me señaló Isaac emocionado, al igual que yo por probarlos.

Yo le hice caso y me fui detrás de la puerta del pasillo oculto por el que creo entrarán los agentes fingiendo ser criminales.

―Probando, uno, dos, tres... ―escuché a Isaac decir por el auricular.

Como toda agente experimentada, coloqué mi dedo índice sobre el auricular... ―¡AHHHHH! ―grité lo más fuerte que pude y escuché un quejido por parte de Isaac. Volví a donde estaba él riéndome a carcajadas.

―Lo siento, tenía que hacerlo.

―Creo que quedé sordo ―se quejó Isaac.

Ambos nos reímos y luego nos hicimos los serios, ya que comenzó a sonar la bocina que marcaba el comienzo del simulacro.

Esto va a estar bueno.

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¡Capítulo nuevo!
¿Cómo están?
Espero que el capítulo les haya gustado, y si les gustó háganmelo saber🙌.

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