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Capítulo 16: Corazones alborotados en la mañana.


Pov's Isaac Smith

First things first

I'ma say all the words inside my head

I'm fired up and tired of the way that things have been, oh ooh...

Apagué mi celular, desactivando mi alarma con la canción de Believer de Imagine Dragons, antes de que Olivia se despertara y me tirara con algo para que la apagara. 

Son las 4:00 am. Me despierto a esta hora para poder bañarme tranquilamente. 

Intento levantarme sin hacer ruido para no despertar a Oliv, aún es temprano, me mataría. 

Al mirar su cama, noté que estaba perfectamente tendida y vacía. Me pareció completamente extraño, ya que es muy inusual que ella no esté aquí. Ambos nos acostamos a la misma hora anoche y recuerdo que mencionó estar exhausta.

Me bañé rápidamente y salí afuera a buscarla. 

Fui a la cafetería, no estaba. Grité su nombre en el baño de mujeres y nadie contestó. 

―Disculpe, señor, ¿Ha visto pasar a alguien por aquí?― le pregunté a uno de los guardias que custodia los edificios. 

Él asintió― Si, vi pasar a una muchacha corriendo para la cancha de entrenamientos. 

Rodé los ojos. 

Nunca vi a alguien tan testadura como Olivia, a ella le dicen que no puede entrenar y se levanta temprano para hacerlo sin que nadie se dé cuenta. 

Luego de agradecerle al guardia, corrí hacia la cancha y la vi hacer el mismo circuito que estaban haciendo ayer todos los demás cadetes. El circuito que el coronel no la dejó hacer. Ella si que es terca. 

Luego de terminar el circuito me vio y se acercó a mí, noté que tenía su botella de agua tirada en el piso, así que apenas llegó a mí, se la tendí para que tomara, se veía exhausta. Aunque no sé cómo hace, pero no suda. Yo, después de hacer medio circuito, ya parezco que me he tirado a una piscina.

―Hey, ¿todo bien? ― me sonrío apenas llegó a mí, agarró su botella y tomo un trago de agua.

Le sonreí― Genial, ¿así que estas entrenando en este horario?

―No iba a perder una semana de entrenamiento. Si el coronel pensaba que iba a poder contra mí, está muy equivocado. No pienso ceder ante su injusticia.

Levanté las manos en forma de paz― Está bien, tranquila. Mañana entreno contigo si no te importa...

―Claro― me sonrió más tranquila― no podía estar una semana sin hacer esto, me encanta. 

Me reí― Se cuanto amas hacer este tipo de circuitos, mientras otros lo sufren haciendo, tú lo disfrutas al máximo. 

Se encogió de hombros con una sonrisa― Siento que mi destino era ser agente. 

Caminamos hacia el dormitorio; mientras ella se ducha, yo me encargo de limpiar la habitación. Aunque no está tan desordenada, me gusta mantenerla impecable. Luego de acomodar todo, decido ir hasta la máquina expendedora de café que hay en el pasillo. El café de esta máquina es delicioso, así que lleno nuestras tazas con cuidado. Al de la princesa le pongo dos de azúcar, como a ella le gusta, y al mío lo dejé amargo. 

Pov's  princesa Olivia

Entre bostezos que dejaron mis ojos completamente nublados, entré al baño para poder bañarme. 

Mientras me enjabonaba todo el cuerpo, escuché un ruido como si alguien más estuviera bañándose a esta hora, además de mí. Me pareció extraño, ya que no era común que alguna de las chicas se levantara tan temprano. Sin embargo, no le di mucha importancia y continué duchándome.

Después de enjuagarme el cuerpo, me detuve frente al espejo que hay a un costado de las duchas para ver cómo tenía el cabello. Confirmé que definitivamente necesitaba lavármelo, pues estaba muy sucio. Volví a la ducha y vertí un poco de shampoo en mi mano. Froté una mano contra la otra para generar espuma y comencé a lavarme el cabello.

Mientras me hacía masajes en el cuero cabelludo, disfrutaba del agua caliente que caía sobre mi cuello, lo que me ayudó a relajar los músculos que se encontraban rígidos. El tiempo bajo la ducha me permitió disfrutar de un momento de calma y relajación antes de empezar el día.

Luego de lavarme el cabello, me sequé con cuidado para dejarlo lo menos húmedo posible y me envolví con una toalla alrededor del cuerpo. Salí de la ducha y noté que había otra mochila junto a la mía, pero no le presté mucha atención. Me acerqué a mi mochila y saqué una toalla para el cabello, envolviéndolo para secarlo.

Escuché cómo alguien cerraba el grifo de la ducha y abría la cortina. Abrí nuevamente mi mochila y saqué mi ropa interior, me vestí con la braga y el brasier, y luego tomé mi peine para arreglar mi cabello.

Escuché los pasos de la persona salir de su ducha, me di vuelta para ver quién era...

<<siempre chusma nunca in-chusma>> 

Mis ojos creo que salieron de su órbita, era el mismísimo agente barra coronel barra capitán (como quieran llamarlo). Rápidamente me envolví el cuerpo con la toalla. 

Éste aún no me vio, ya que viene secándose la cabeza mientras mira para abajo... Ay, en el problema que me metí, ¿por qué siempre me pasan este tipo de cosas? No puedo tener tanta mala suerte.

Mientras secaba su cabello observé que dirigía su otra mano para sacar su otra toalla, la que le envolvía su entrepierna, dejaría que se la quitara... pero de seguro el castigo será peor. 

<<¿Y si te haces la que no viste que venia y te pones de espaldas?>>  

Uh, que mente morbosa que tengo... no, no puedo hacerlo.

Tosí disimuladamente, el sacó su toalla de su cabeza y me miró como si hubiera visto un fantasma, ¿y si lo vio?, miré atrás de mi con una mano en el pecho y al no ver nada lo miré a él, seguía con su expresión. 

―Ay, ¿Qué le pasa hombre? ― solté sin más olvidándome de las formalidades. 

Su expresión se calmó... un poco, ahora me mira enfadado― ¿Qué que me pasa? Collins está en el baño de hombres. ¿Qué es lo que hace aquí?

―Creo que me equivoqué de baño, la culpa fue del bostezo que...

Elevó su mano en señal de que me calle, así que lo hice. ― No me interesa su excusa, Collins. Esto es una falta grave. No me quiero imaginar si hubiera pasado algo, o si nos hubiera visto alguien más. Pensarían algo que está prohibido; a usted la expulsarían y a mí me despedirían, despojándome de todos mis méritos...

―Ay, tranquilícese hombre, que no nos ha visto nadie...

Sentí como cerraron la puerta detrás de mí y por el susto di un pequeño salto que hizo que se cayera mi toalla. Cerré los ojos. No quiero saber quién nos está viendo. El coronel golpeó su frente con la palma de su mano; debe de estar pensando lo mismo que yo; ¿cómo es que soy tan estúpida? 

La persona que entró no hizo ruido alguno, lentamente agarré mi toalla que estaba envolviendo el pelo y me la envolví en el cuerpo. Sería mucho peor que continuara en ropa interior, giré lentamente y miré directamente a los ojos de quién había cruzado la puerta. 

El mundo me odia, el universo entero lo hace; y me están mandando indirectas muy directas de que les caigo mal. 

―Ay, por los Dioses... le juro que no es lo que parece―dije inmediatamente. 

―Olivia, no me tienes que explicar nada...

Alcé mi mano― De igual manera lo haré, no quiero malas interpretaciones, por mi bien y la de él― señalé al agente Woods― Sucede que hoy me levante a eso de las 3am para poder hacer el circuito que ayer hicieron, me niego a perder practicas... en fin. Entré al baño bostezando y no me di cuenta de que era el de hombres, y cuando salí, note que había alguien duchándose, pero como pensé que era una chica no preste atención. Y al sentir la puerta abrirse cuando usted entró, me asuste y se me cayó la toalla.

―Está bien Collins, no tienes por qué explicar, estoy seguro de que ninguno de los dos tendría algo, ambos son muy responsables y saben lo que hacen― habló el agente Brown. 

Esté hombre es un ángel. No puede estar tan bue... digo, ser tan bueno.

<< ¿En serio? ¿los dos te atraen? Eres una zorra querida Olivia >>

―Bueno... muy linda la charla, pero me voy― agarré mis cosas y salí envuelta en la toalla. 

Ay, que frío... rápidamente entré al baño de mujeres, ahora sí, y me vestí.

Luego de esta aventura me dirigí a mi habitación, al entrar vi a Isaac acostado leyendo uno de mis libros. 

―¿Trajiste un libro de mi habitación?― le pregunté. 

Él se sentó en la cama y me sonrió asintiendo, me tendió una taza de café― Toma, como te gusta. Se me hizo inevitable traer uno de tus libros, princesa, tienes muchos y todos son geniales. 

Le sonreí― Gracias. No sabes lo que me acaba de pasar. 

―Cuéntame, cuéntame― se sentó con sus piernas entrelazadas, como un niño, con su taza de café en la mano y una sonrisa cómplice. 

Le conté todo, detalle por detalle y hasta le actué la parte en la que el agente Brown entra al baño y se me cae la toalla. 

Isaac no paraba de reírse. 

―No te rías, imagínate que me hubieran expulsado. 

Continúo riendo― Pero no pasó, no entiendo cómo puedes salir de un problema y meterte en otro. Eres fatal, princesa Olivia. 

Yo me reí― Ya somos dos, no puedo creer la capacidad que tengo de meterme en problemas. 

―Ahora, ¿te gustó esa situación? ¿no?, me imagino que en tu cabeza hubieras deseado que se le haya caído a él la toalla, en vez de a ti.

―Ja ja ja, que chistoso eres...― me observó con su cara de "sabes que tengo razón― lo peor es que es cierto. Es que si tu hubieras visto su torso desnudo... ay su torso, se me vuelve baba la boca con solo mencionarlo, y ni me imagino como sería su parte de abajo desnuda... sin duda te replantearías si eres heterosexual o no. Ósea, ¿has leído que en algunas novelas la chica describe a su enamorado como alguien tallado por los Dioses?, bueno, yo creía que eso era exageración en todo su esplendor... pues es cierto, este hombre este tallado por los Dioses, le planteare a mi padre que lo ponga como tesoro nacional... 

―Oye, oye, tranquila― lo miré― no se si notas que a tu tesoro nacional lo tienes en frente, ¿tu viste lo que es mi torso? ay, chica, te mojarías con solo verlo... Además, no puede ser un tesoro nacional, ya que no es de aquí, es londinense. 

Oh, con razón. ― Más atractivo aún. 

Dirigí mi vista hacia la ventana de la habitación, ya se estaba empezando a asomar el sol... 

Espera, ¿qué?

―No puede ser― le dije aterrada, le señalé el amanecer― estamos llegando tarde, nos mataran.

Ambos corrimos lo más rápido que pudimos a la cafetería, el tiempo había volado, todo por hablar del agente Woods. 

Por suerte aún no habían llegado los que en realidad trabajan aquí, así que nos dio tiempo de preparar nuestra parte del desayuno. 

Pov's princesa Beatrice

―Oye, Dante...― lo llamé. No quiero ser grosera y gritarle para que se despierte, pero si no se despierta ya, llegaremos tarde a desayunar. 

Si fuera por mi me iría yo sola pero... "van a todos los lugares en común con su pareja", luego de esta experiencia estoy segura que varios aquí replantearían si se quieren casar o no en un futuro, es bastante agobiante el hecho de seguir al otro por todos lados. 

Moví su brazo... mala idea, de un segundo a otro me encontraba tirada en el piso con él encima de mi acorralándome e inmovilizándome, con nuestros cuerpos separados por dos centímetros. 

―Em, ¿podrías... no sé, salir de arriba mío? ― dije molesta y aún confundida por su reacción. 

Él sonrió de lado― ¿Es lo qué quieres? 

Se acerco más a mí, su boca estaba a milímetros de la mía, a punto de chocar, nuestras respiraciones se juntaron.  

Asentí. 

Si, soy una estúpida, lo sé, ¿a quién se le ocurre asentir teniendo la boca de alguien prácticamente sobre la tuya?

Mi asentimiento provocó que nuestros labios se juntaran por un segundo, mi respiración y latidos aumentaron como nunca lo habían hecho. 

Volvió a sonreír de lado, miró mis labios y se mordió los suyos sexymente. 

Hijo de pu** me está provocando. 

―Llegaremos tarde― me salió en un hilo de voz. 

Miró nuevamente mis labios y luego se alejó de un salto. 

Aún con una sonrisa en su rostro agarró ropa limpia y se dirigió a los baños para, supongo yo, cambiarse o ducharse, dejándome con el corazón en la boca. 

Maldito.

Pov's princesa Grace

Mi cabeza da vueltas, tengo la sensación de que en cualquier minuto vomitaré... 

Sentí mi saliva salada, eso es una advertencia de que el vómito vendrá pronto. Me levanté de la cama torpemente y me dirigí al baño. Me agaché a un lado de uno de los inodoros y, como lo advirtió la saliva salada, el vómito salió de mí. Odio esta sensación.

― ¿Grace? ― escuché la voz de Jayden.

Me limpie la boca― ¿Qué haces aquí?

―Escuché que saliste corriendo de tu cama y me preocupé― habló desde atrás de la puerta del baño. 

Abrí la puerta para verlo― Me siento mal. 

Hizo una mueca― Si, te ves fatal. 

―Ay, viene otro, no mires― intenté cerrar la puerta para que no viera cuando vomitara, pero él lo impidió con su pie, entro al cubículo del baño y sostuvo mi cabello. 

El vomitó salió, y me pareció como si me hubiera sacado algo de encima. 

Volvimos a la habitación y Jay me hizo acostarme. Luego, tomó un termómetro del botiquín que se encontraba en el armario desde que llegamos. Todas las habitaciones tienen uno como medida de precaución.

―Quédate aquí, iré a decirle a los agentes que no iras a desayunar porque te sientes mal.

Asentí y él salió de la habitación. 

Luego de un minuto, el termómetro comenzó a pitar, miré y tenía 39 de fiebre. 

A los minutos Jayden entró a la habitación― Listo, ya hablé con el agente Woods y me dio permiso para que pases el día en cama si tienes fiebre y que yo te acompañe. ¿Tienes fiebre?

―Si, 39― le tendí el termómetro ya apagado y él lo puso sobre la mesa de luz. 

Golpearon la puerta y Jayden se levantó a abrirla, Olivia entró con una bandeja y detrás de ella Isaac con otra, ambos con una sonrisa. 

―Así que mi hermanita está enferma. Aquí te traje un desayuno lleno de proteínas para que te sientas mejor en un chasquido ― Olivia me sonrió y luego miró a Jayden quien miraba mi bandeja con anhelo― Y a ti también te trajimos, fiera. 

Jayden se sonrojó y Oliv sonrió de oreja a oreja― Ow, se sonrojó. Que ternurita. 

―Olivia― le advertí. 

Esta me miró como diciendo que no lo pudo evitar. 

Isaac le tendió su bandeja a Jayden, éste la recibió con una sonrisa enorme y Olivia puso la mía sobre mi regazo. 

― ¿Te quedaras todo el día con ella? ― le preguntó a Jayden. 

Él asintió― El capitán lo recomendó. 

―Muy bien, me quedo más tranquila de que no estará sola. Tendrá buena compañía― dijo Olivia con una sonrisa pícara, rodé los ojos. 

Isaac le palmeo el hombro a Jayden― Cualquier cosa que necesiten no duden en decirnos, estaremos en la cafetería todo el día. Le podemos traer helado si se siente mejor. 

Yo sonreí de oreja a oreja― Espero mejorarme pronto entonces. 

―Aún enferma sigue de golosa― dijo Olivia riéndose― bueno, los dejamos solos, tenemos que trabajar. 

Antes de irse, Olivia pasó por Jayden, quien les abrió la puerta y le susurró "Me alegra que te tenga a ti", si, los susurros de Olivia son pésimos, todo el mundo los escucha. Jayden se sonrojó, y Olivia estuvo a punto de burlarse nuevamente de él, pero logró contenerse.

A mí me alegra tenerlo.

Pov's princesa Alexandra

― ¡Jack, ven a ver, Alexander está corriendo desnudo por el patio! ― grité para llamar la atención de Jack, para que se despertara. 

Jack se levantó rápidamente y miró por la ventana buscando a "Alexander desnudo" en el patio. Vaya, Jack no se despierta con la alarma de la instalación, pero si con un "Alexander está desnudo". Aunque no lo niego, yo también quisiera ver a Alexander Monroe desnudo. No está tan bueno como el agente Moore, pero tiene lo suyo. 

Jack luego de darse cuenta de que eso no estaba pasando, me miro con cara de pocos amigos― No juegues con mis sentimientos, perra. 

― ¿En serio te gusta el idiota de Alexander? ― le pregunté con una mueca― Acepto que tiene buen cuerpo y tal, pero su personalidad es un asco, hay veces que me da ganas de pegarle, ¿sabes?, pero odio la violencia animal y no lo hago. 

Jack se sentó en su cama― Si, yo tampoco se porque me gusta él. Creo que soy masoquista, me gusta quién más me agrede por ser gay, y eso esta mal, nunca hay que dejar que te agredan por ser como eres, tampoco hay que cambiar, pero hay algo en él que me atrae.

―Pobre de mi amigo, eres tan tierno, ¿no te quieres casar conmigo? sé que vienes de una buena familia, eres el mismísimo bisnieto de Marilyn Monroe...

Jack me miró confundido y golpeó su frente con la palma de su mano― Cariño, no soy bisnieto de Marilyn Monroe. Ella ni siquiera pudo tener hijos, ¿de qué carajos hablas?

―Creí escuchar que se lo contabas a un chico...― dije intentando recordar donde escuché eso.

Él rodó los ojos― Solo lo hice para llamar su atención luego de que vi que era lo demasiado tonto como para creer tal cosa... Y al parecer no es el único.

― ¿Quieres que averigüe si Alexander es gay? Quizás lo es, y como lo típicos clichés de novelas, solo te molesta porque tu si tuviste las agallas de decirles a todos que eres gay, y te envidia por eso. 

Él negó― No, no, ¿por qué intentas ayudar a los demás a encontrar pareja y no admites que te mueres por el agente Moore?

―Porque no muero por él― hice una mueca de obviedad, pero Jack continúo mirándome seriamente sin creerme y negando― Bueno, tienes razón, me muero por él... es que, ¿viste lo qué es? Es super lindo, amable, buen agente... ¿crees que él se dio cuenta de que me atrae? Sabes, siempre sueño que ambos nos conocimos en otro lugar y si pudimos ser algo, no como ahora que es imposible. 

Agaché la cabeza al solo pensarlo, pero Jack se acercó a mí y levantó mi mentón para que lo mirara. ―Nena, eres hermosa ―, dijo con cariño, ― y de seguro él también se siente atraído por ti. He visto cómo se miran, y no pongan cadenas entre ustedes. Nada es imposible, con amor todo se puede. No hay fronteras para el amor. Si se quieren de verdad, en algún momento u otro tendrán su merecido encuentro, y sabrán de lo que se perdieron todo este tiempo intentando escudarse con que su amor es prohibido...

Le sonreí― Gracias, eres un gran amigo. Aunque pareciese que sacaste todo eso de la parte del horóscopo de una revista. 

―No niego nada. Aunque, vaya que son rápidos si ya se aman, ni siquiera se hablan más allá de lo ejercicios de arco y flecha. 

Ambos nos reímos. 

¿Qué les pareció? Las leo. 

Lxs Amo, gracias por siempre estar pendientes.

Comenzaré a dedicar, así que si quieren dedicación en el próximo capitulo, solo pídanlo.

El agente Woods en multimedia🌚

_Marelyn Viera_

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