— Betty— Happer intentó hablar con su hermana cómo por décima octava vez.

No tenían demasiado tiempo de haber llegado a este lugar, que por cierto estaba nevado, pero gracias al traje que tenían el frío no llegaba a ellas.

— Betty, por favor...— Sip, le estaba tocando a su hermana.

Apretó sus manos en puños, tratando de controlar las ganas de llorar, odiaba con todo su alma que su hermana la tratara así, nunca lo entendió, siempre fue buena y cariñosa con ella, su madre le dijo que sólo era una etapa pero dicha etapa ya llevaba tres años.

— ¡Me cansé!— gritó Happer, explotando de una vez por todas.

Betty ni siquiera paró de caminar para verla, simplemente la ignoró como siempre lo hacía, con rabia se acercó a ella y la detuvo agarrándola del brazo.

— ¡Estoy harta de que me ignores Betty! Trato de ser la mejor hermana posible pero tú ni siquiera me dices que está mal conmigo.

— Suéltame Happer— Betty le pidió seriamente.

— Yo...— quería decir muchas cosas pero no estaba segura de hacerlo.

Sin más la soltó y retrocedió unos pasos, se volteó y salió corriendo, queriendo huir de la indiferencia que le tenía su hermana, estar mejor con ella misma.

Tropezó estúpidamente con sus propios pies y comenzó a rodar por la nieve, solo esperaba que no hubiera un riesgo y termine hecha papilla.